Crónicas
Slash Ft. Myles Kennedy & The Conspirators + Altitudes & Attitude: El mago del sombrero y su apoteosis
«Sobran los motivos para emular al público noruego y agotar las entradas para los shows que tendrán lugar el próximo 12 de marzo en el Sant Jordi Club de Barcelona y el 13 de marzo en el Wizink Center de Madrid»
27 febrero 2019
Sentrum Scene, Oslo (Noruega)
Texto y fotos: Jason Cenador
Muchas cosas son diferentes en Noruega, a todas luces uno de los países más hermosos sobre la faz de la tierra. Sus sobrecogedores paisajes, su enriquecedora cultura y su encantadora gente cautivan a cualquiera que ponga un pié en su territorio. En su capital no falta el buen rock de la mano de innumerables conciertos incluso en tiempo de invierno – bendito invierno – y de un buen puñado de lugares de culto a la electricidad desde el rock and roll más clásico hasta el black metal cuya escena local fue – y sigue siendo – tan célebre.
En una semana particularmente templada con respecto a la media por esta época del año, el venerado guitarrista de Guns N’ Roses echó el ancla en Oslo para presentar junto a Myles Kennedy & The Conspirators su aplaudido nuevo disco, ‘Living the Dream’, y hacerle honor a su título induciéndonos a un placentero sueño de alto voltaje. El escenario elegido fue el del Sentrum Scene, un antiguo cine transformado en una de las mecas de la urbe para la música en directo, consistente en una planta inferior a modo de pista y una superior con butacas en las que la gente permanece sentada, algo que sería más bien atípico en nuestras latitudes.
Pero si algo resultó sorprendente es el eclecticismo del público que acudió al show. A mi izquierda, un grupo de amigos entrados en la sesentena; a mi derecha, dos butacas más allá, una mujer que aplaudía incansable cada riff del maestro de la chistera a sus visibles más de setenta años. Y claro, muchos jóvenes entusiastas. Está claro que hay lugares donde los sonidos más potentes no son necesariamente dominio de un espectro acotado de seguidores.
No es Noruega un país en el que el metal y el rock emerjan en cada esquina como algún tópico idólatra podría aflorar, pero sí hay mucho movimiento en forma de grandes festivales, la visita de la mayoría de las grandes giras internacionales y una escena local de rock que va más allá de los nombres por todos sabidos, que emplea el noruego como vehículo en sus letras y que resulta desconocida de fronteras para fuera pero irresistible para quien cate sus mieles con criterio. Bandas como Hellbillies, Glittertind, Sie Gubba, Staut, Bøgdabråk o los pretéritos e históricos The Kids – embrión de lo que luego sería TNT – y Høst enganchan a cualquiera.
Llevaba tiempo todo el papel vendido para acudir a la céntrica sala, cuyas puertas abrieron pasadas las siete de la tarde para que poco después Altitudes & Attitude prendiera la mecha de la emoción con los coreables temas de ‘Get it Out’, su primer disco de larga duración. No estábamos ante una banda cualquiera, pues comandan la nave nada menos que el bajista de Megadeth, David Ellefson, y el bajista de Anthax, Frank Bello, que en esta ocasión empuña la guitarra. Alejados del thrash metal que suelen practicar e inmiscuidos en un heavy metal accesible que coquetea sin recelos con un vibrante hard rock de corte moderno, encajaban perfectamente en el contexto de la velada.
Temas como “Booze & Cigarrettes”, “Get it Out”, “Late” y “Out Here” hicieron las delicias del público noruego, que se mostró afectuoso y muy receptivo hacia una propuesta con visos de futuro. Aunque no pudimos disfrutar del concierto íntegro al ser necesario retirarse tras tomar las fotos, la opinión del respetable parecía unánime: triunfaron.
Con suma puntualidad y beneficiándose de un sonido exquisito desde el primer segundo de actuación, Slash Ft. Myles Kennedy and The Conspirators ofrecían el primer bocado del suculento banquete de hard rock que nos disponíamos a devorar haciendo una llamada a lo salvaje. “The Call of the Wild” se enlazaba con “Halo” en un constante in crescendo de la emoción que alcanzaba cada vez cotas más álgidas de la mano de “Standing the Sun” y “Ghost”, primera incursión por la trayectoria de Slash en solitario.
Continuaron por aquellos caminos recorridos por el guitarrista sin la concurrencia de Myles Kennedy con “Back From Cali”, momento en el que el también cantante de Alter Bridge, que no exprime sus cualidades a las seis cuerdas para que todo el protagonismo lo atesore el mandamás de esta formidable aventura otrora principal y ahora paralela a Guns N’ Roses, se dirigió con cariño a la audiencia. Lo cierto es que Kennedy se mostró más bien comedido y contenido ante el público en la primera mitad del show, cantando tan bien como acostumbra pero asumiendo, tal vez en exceso, su papel supuestamente secundario.
La gente traía hecha los deberes de casa, y por eso la reacción ante los temas de la más reciente obra, representante mayoritaria en el repertorio, fue muy positiva. “My Antidote”, precisamente de ‘Living the Dream’, acercaba el cálido hard rock californiano a la fría Noruega, cuyos habitantes calentaban el plantel a base de palmas, y era sucedida por “Serve Your Right”.
“Boulevard of Broken Hearts”, en cuyo estribillo se aliaron las voces de Myles y del bajista Todd Kerns para un doblaje fenomenal, dio paso a “Shadow Life”, de exuberante riff después de un arranque mas acompasado, tras la que fue el propio Kerns , introducido con énfasis y bastante cachondeo por Slash, quien asumía el papel de vocalista ganando enteros en la actitud con respecto al titular del puesto y brindándonos una excitante “We’re All Gonna Die”. El tema de Slash en solitario terminó siendo coreado a viva por un público cuya procesión en general suele ir más por dentro que en latitudes más meridionales. Hubo un recuerdo para la inmortal figura del añorado Lemmy Kilmister a raíz de ella, y nos instaron a hacer ruido por él, algo que fue ampliamente correspondido. Cuando quería, el público no era tan silencioso. Ni mucho menos.
Todd Kerns continuó al frente de la nave en “Doctor Alibi”, también de Slash antes de Myles Kennedy y compañía, demostrando que el rock and roll fluye por sus venas y que es un showman fantástico. Retrocedió después un paso a favor de Kennedy, que regresó al tablado acompañado de aplausos para, mucho más tímidamente, presentar “The Great Pretender”, en la que Slash hizo uso de una preciosa guitarra dorada que sonó a gloria divina en un punteo fulgurante. El éxtasis se cernía cada vez más sobre nosotros gracias a un sensacional solo final de guitarra que arañó nuestros sentidos pero que no era sino un aperitivo de lo que estaba por venir y ni siquiera esperábamos.
La catarsis absoluta arribó con “Wicked Stone”, extraordinariamente cantada por un Myles Kenedy por el que no parecen transcurrir los años, cuando a su final, Slash, que ya había maravillado con un sinfín de solos formidables, acaparó el centro del escenario con el resto de la banda – Myles esta vez también con guitarra – tras él. Lo que quien escribe estas líneas no sabía es que estábamos a punto de disfrutar de uno de los solos de guitarra más intensos, y emocionantes que jamás haya vivido en vivo. Y el más largo con toda seguridad. Sin casi moverse de lo equivalente a una baldosa, Slash descargó más de veinticinco minutos de apoteosis guitarrera sin tregua, sin respiro, exprimiendo hasta la última gota de adrenalina y transportándonos a lo más alto. Más aún que el famoso salto de esquí de Holmenkollen. Perdimos el contacto con la realidad durante una de las exhibiciones de guitarra más alucinantes imaginables, solo por la cual el precio de cualquier entrada quedó más que amortizado.
No hubo descanso ni al culminar el tema, pues en un tremendo ejercicio de resistencia física, de bravura bajo los focos, empalmaron con la adictiva “Mind Your Manners”, una de las piezas de oro del nuevo álbum, que precedió a la también extraordinariamente efectiva “Driving Rain”.
El largo concierto, concebido para saciar al más insaciable aunque haya quien pudo echar en falta canciones del anterior ‘World On Fire’ o incluso de Guns N’ Roses, iba asomándose al final, y lo hacía bajando las revoluciones en el arranque bluesero de “By the Sword”, degustable tema de Slash en solitario para el que el guitarrista y Myles Kennedy permanecieron como únicos músicos sobre el tablado antes de que irrumpiese una mayor cuota de electricidad.
Algo se gestaba en el ojo del huracán. La calma siempre precede a la tormenta, y por eso nos olíamos que tras el corte más acompasado del setlist, nos aguardaba uno de los puntos álgidos de la noche. Efectivamente, el único tema de Guns N’ Roses de la noche, algo comprensible habida cuenta de la reciente actividad de la banda aunque no tan aprobado por aquellos que anhelaban más canciones suyas, iba a hacer de aquello un hervidero. Fue “Nightrain” el elegido para que el público de Oslo dejase a un lado la contención y se entregase a los pecaminosos placeres del rock and roll en su máxima expresión.
Aquello era ya una fiesta imparable y Myles Kennedy acabó contagiado del entusiasmo colectivo, mucho más dicharachero que al comienzo. De Slash no hablemos, pues desde el minuto uno se entregó en cuerpo y alma al show. Llegados a este punto, “Starlight” y “World On Fire”, con solos apoteósicos, presentación de los diferentes músicos y Myles Kennedy tocando la batería junto a Brent Fitz tras ser introducido con garbo por el propio Slash, nos llevaron en volandas a la pausa previa a los bises.
No iba a prolongarse mucho el silencio, pues regresaron enseguida con “Avalon”, en la que el batería vestía una llamativa camiseta deportiva cuyo motivo no llegué a distinguir, antesala de la genial “Anastasia”, excusa perfecta para que Slash se luciera por última vez y demostrase por enésima ocasión el porqué de ser considerado como uno de los guitarristas de rock más grandes de todos los tiempos. Sobran los motivos para emular al público noruego y agotar las entradas para los shows que tendrán lugar el próximo 12 de marzo en el Sant Jordi Club de Barcelona y el 13 de marzo en el Wizink Center de Madrid. ¡Apoteosis asegurada!
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1 comentario
Otro gran concierto de SLASH y su pedazo de banda en la capital Noruega con esos temas y algunas versiones de su banda madre. Será un placer que a mediaos de este mes descargen su potente directo en nuestro país.