Crónicas

Incursed + Lèpoka + Deimocracy: El folk metal toma la Santana 27

«La buena atmósfera reina de inmediato, los más jóvenes del público bailan y sacuden toda la negatividad de sus cuerpos. Mientras tanto, la banda da lo mejor de sí después de ejecutar recorrido de más de 600 Km para poder tocar en Bilbao esa noche.»

7 abril 2018

Sala Blue (Bilbao)

Texto y fotos: Hughes Vanhoucke

Tras la potente descarga de Trivium el viernes en la Santana 27 de Bilbao, nos esperaba el sábado una nueva dosis de varios de nuestros géneros predilectos. Son las 20:00 cuando el metal comienza a descargar en una Sala Blue bastante concurrida. Como sabéis, hablamos del segundo piso de Santana 27. Mientras tanto, en la sala principal los amplificadores expulsan sonidos latinos en una sesión para chiquillos. Pero vamos a lo que nos interesa.

Hace apenas una semana, Deimocracy estuvo tocando en clubes belgas y holandeses. Hoy actúa delante de su propio público presentando gran parte del plástico que lanzó a finales del año pasado, ‘Keep One Eye Open’. Con temas como “Dope”, “Fake”, “Injection” o “Black Gold” (podéis ver el videoclip oficial en Youtube), abre la noche frente a un respetable con ganas de pasarlo bien. Aunque las siguientes dos bandas de la noche se dedican al folk metal, el público disfruta de su amalgama de metal moderno, con influencias, principalmente, del death metal melódico de Gotemburgo y del thrash. Es necesario recalcar el papel del nuevo guitarrista, quien en solo unos meses ha ocupado el puesto a la perfección (pese a que tenía abandonada la práctica del instrumento).

Deimocracy

Al final del set, recibimos un wall of death a petición del vocalista Nacho Palacios, en el que participa con entusiasmo gran parte de la sala. Después de un show exitoso de cerca de 45 minutos, los hombres de Deimocracy bajan del escenario mientras que el batería Goiatz Dutto ensambla sus platillos y se prepara para su segundo show de la noche, esta vez en Vitoria-Gastéiz junto a su otro combo, Moonshine Wagon, en el que se hace cargo de las partes vocales y el violín. A Deimocracy le hubiera gustado tocar el bis gritado por la asistencia, pero Ignacio recibe el mensaje de que el tiempo apremia.

A continuación, llegan unos chicos procedentes de lugares mucho más soleados y cálidos. Los valencianos Lèpoka, más concretamente de Castellón de la Plana, suben al escenario vestidos como monjes, con túnicas sostenidas por un cordón y provistos de pinturas corporales. El séptimo y último en aparecer, Dani (cantante), sube al escenario con una lata de cerveza gallega en la mano. La agrupación se presenta por primera vez en un escenario bilbaíno y lanza su concierto con dos descargas de su nuevo y recientemente publicado tercer LP, ‘Bibere Vivere’, más específicamente “Broceliande” y “Simon Barrel”. Su folk metal festivo y bailable asegura que nadie pueda quedarse quieto; el uso de la gaita, la flauta irlandesa y el violín proporcionan sonidos distintivos del folk metal, aunque no debemos olvidarnos de los dos guitarristas así como de su base rítmica. La buena atmósfera reina de inmediato, los más jóvenes del público bailan y sacuden toda la negatividad de sus cuerpos. Mientras tanto, la banda da lo mejor de sí después de ejecutar recorrido de más de 600 Km para poder tocar en Bilbao esa noche.

Lépoka

A continuación, caerían algunos temas de ‘Beerserkers’ (“Samhain” o la divertida “Skål!”); extrañamente, no escuchamos ninguna canción de su primer álbum. Tras media hora, Dani llama a un joven de las primeras filas al escenario: José Cruces, más conocido como El Juglar Vasco, dueño de un canal de YouTube pero también flautista y guitarrista. Tocó “El caldero de los sueños” con la flauta irlandesa, vestido con una camiseta de Salduie. A continuación, recibimos a otros músicos: Jonkol y Lander Lourido de Incursed, quienes se unen a Lèpoka, armados con cervezas Estrella Galicia, para tocar el último corte en un escenario lleno hasta la bandera. Lèpoka se despide de la audiencia con "Yab Dabadaba Dai" y "Chupito", dos canciones de su exitoso ‘Beerserkers’.

 

Por primera vez desde agosto de 2015, Incursed actúa en un escenario de su propia ciudad. Están de vuelta y tienen bajo el brazo un nuevo plástico, ‘Amalur’. El escenario está decorado con enredaderas y dos telones de fondo bien chulos a ambos lados de la batería. Por su parte, los muchachos están ataviados con ropa medieval con símbolos mitológicos. Al igual que Lèpoka, también tienen las caras pintadas. Incursed no solo presenta su última placa: también un guitarrista. Tras la marcha de Asier Fernández, Oier Calvo, también conocido como Jones en Orion Child, otra formación del frontman Jonkol, se hace cargo de las seis cuerdas.

Si Lèpoka trajo la vertiente más festiva del folk metal, Incursed nos mostró el lado más fuerte del género. Su sonido posee reminiscencias de Ensiferum y es construido en torno a dos guitarristas, un bajista, un batería y un vocalista principal que también toca el keytar. Como a todo el mundo le gusta presentar a su último hijo, Incursed hace lo propio con ‘Amalur’ trayendo desde el inicio los dos primeros cortes: la introducción instrumental "Lurramets" seguido del convincente "Cryhavoc!". Tampoco olvidan su pasado: siguen con dos canciones de ‘Elderslied’, su tercer largo duración lanzado a finales de 2014, y la propia "Amalur", un primer tema en euskera que suena más que bien y que en la versión de estudio cuenta con la colaboración de Miguel Laguna de Aiumme Basoa.

Incursed

Ya estamos casi a la mitad del set. El grupo continúa a buen ritmo y ejecuta canciones en euskera (“Fear A’ Bhàta”), en inglés (“Tidal Waves”, “Homeland” y “Zombeer Holocaust”) o en ambos idiomas (“Suaren Lurraldea”). Antes de este último, Asier Fernández fue llamado al escenario para despedirse dignamente de los fans. De esta forma, Oier Calvo cede su lugar durante “Suarren Lurraldea” y “Homeland” (única canción en la noche de su segundo álbum), aporta apoyo como coros en esa última.

La banda lanza una quinta y última pista de ‘Amalur’, "Zombeer Alcoholocaust", la cual comienza con calma pero rápidamente se vuelve animada; una composición perfecta para despedirse. Sin embargo, tienen más que decir: nos deleitan con un bis… ¡y qué bis! Hacen suya "Take On Me" de A-ha, convirtiéndose, posiblemente, en la mejor versión en directo de este hit que he visto en mi vida.

No hay duda: fue una excelente noche de metal español con tres formaciones  que recientemente lanzaron un nuevo trabajo. ¡Una presentación con brío!

 

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Esta entrada fue escrita por Hughes Vanhoucke

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