Crónicas
Zyphra en Madrid: Celebración y tenacidad
«Un grupo luchador y perseverante que, con sus próximas canciones, seguro que seguirá reivindicando un escalafón reseñable en la escena del heavy metal estatal que le corresponde por derecho»
24 mayo 2025
Sala Entre Darts (Madrid)
Texto y fotos: Jason Cenador
Dos décadas, que se dice pronto, lleva en la brecha del heavy metal el cada vez más robusto, férreo y firme quinteto madrileño, que hizo de la sala Entre Darts un auténtico hervidero con un concierto certero, sin fisuras, y con una puesta en escena y solidez interpretativa a la altura de su bagaje, pero también de su ambición, que no ha de ser estrecha habida cuenta de la monumental eficacia de los temas de nuevo cuño que aprovecharon para estrenar. Zyphra jugaba en casa y no falló, dejándose el alma y sudando la camiseta sobre un escenario estrecho, sí, pero que ellos hicieron grande.
Desde el primer acorde, brillaba en la fiera mirada de los protagonistas bajo los focos la intención de que nadie frente a ellos tuviera el más mínimo riesgo de caer en la indiferencia. Por eso, la inaugural “Venganza” fue una sacudida decisiva, un golpe en la mesa tras el que David Aldana, su vocalista, con esas “gafas de rock” dotándole de un aura imponente, agradeció muy cercanamente a los presentes que eligiéramos la opción de la creatividad, de un grupo que hace su música, ante lo tupido del calendario de eventos de la capital.
“El eco de tu voz” mantuvo en primer plano la marcada personalidad de Zyphra, con esas guitarras hercúleas y esa voz para la que los temas están perfectamente hilados, sin agudos estratosféricos y con un vibrato que a alguno podría llegar a recordar, salvando las distancias, al de Bunbury. Eso sí, un Bunbury muy metalizado. Nos llevaron después al año 1291, cuando la ciudad de Acre estaba a punto de caer y un guerrero moribundo nos contaba su historia, que no es otra que la relatada en la efectiva “Templario”, tras la que a “un pequeño diablillo” que pululaba por la sala fue dedicada, por parte del vocalista, “Mi infierno eres tú”.
La siguiente retrospectiva por parte de un David que daba rienda suelta a su pasión por la historia cada vez que tenía oportunidad nos trasladó al Japón de 1247, cuando una mujer samurai estaba a punto de librar su última batalla. Fue entonces cuando acometieron con decisión y energía intactas “Sol naciente”, seguida por el primer homenaje “a los Dioses del rock” de la noche, una metalizada versión del “I Surrender” de Rainbow.
“Fuego prohibido” se alzó como uno de sus mayores himnos, con David Aldana dándolo todo con énfasis, con loable dedicación. Mientras recuperaba el aliento, anunció una bajada de revoluciones de la mano de “Frío”, un medio tiempo que se va electrificando y juega de maravilla con las dinámicas, la emoción y la garra.
A un gran amigo de la banda, el jugador de póker Eduardo Duque ahí presente, le fue destinada “Reina de corazones”, en la que aprovecharon para repartir cartas de la baraja francesa a los concurrentes, que vibraron de lo lindo de la mano del primer tema nuevo de la velada, un “Siéntete libre” con el que demostraron estar en unas elevadísimas cotas de inspiración. La canción lucía un magnetismo lujoso, exuberante, con un estribillo inmenso y las guitarras de Samuel Castillo y Javier Valdericeda siempre en su sitio, punteando con pericia y en una compaginación exquisitamente cuadrada. Todo, por supuesto, bajo la rotunda e inapelable base rítmica dictada por la batería de Daniel García y el bajo de Héctor Cobo.
El nuevo temazo fue justamente respondido por un aplauso colectivo por parte de un público muy metido al que David preguntó si sabía cuándo es el Día Mundial del Heavy Metal. En efecto, es el 16 de mayo con motivo del aniversario de la muerte de Ronnie James Dio, a quien rindieron entusiasta tributo con una versión del “Holy Diver” cuyo sustrato, eso sí, se parecía más a la cover que hizo en su día Killswitch Engage.
“Nuevo horizonte” fue el segundo corte novedoso en caer de la velada, y ratificó nuestras buenas sensaciones ante las futuras grabaciones de una banda a la que ya le va tocando, pues han pasado tres años desde que salió ‘Fuego prohibido’, su excelente último álbum, cuya vigencia se mantiene incólume a día de hoy. Fue turno después de “Perséfone”, otro tema inédito con el que nos evocaron el rapto de su protagonista por parte de Hades en la Mitología Griega, y de “Dioses y esclavos”, canción también de estreno y que desde ese preciso instante estamos deseando escuchar en bucle en nuestros auriculares. ¿Alguien les puede dar fecha ya en el estudio?
La recta final del show fue para una afanada versión del “Kill by Death” de Motörhead, en la que David, ataviado con un sombrero a lo Lemmy Kilmister aprovecho para presentar con contagiosa camaradería a sus acólitos en escena, y “Para siempre”, himno para el que pidieron un bosque de cuernos, solicitud respondida por unanimidad por los asistentes hasta hacer de aquello una auténtica selva. Culminaba con uno de sus himnos más celebrados una noche que para algunos fue de celebración (el Rayo se clasificó para Europa, la Cultural Leonesa ascendió al fin a segunda) y qué tuvo una banda sonora ideal para cargarnos al máximo las pilas. Su artífice, un grupo luchador y perseverante que, con sus próximas canciones, seguro que seguirá reivindicando un escalafón reseñable en la escena del heavy metal estatal que le corresponde por derecho.
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1 comentario
Cojonudo resumen hacia el gran concierto rockero que ofrecieron los ZYPHRA en tan conocida sala madrileña a través de su último álbum.