Crónicas

Viña Rock 2025 con Fermin Muguruza, La Raíz, Talco o Lendakaris Muertos: Días de rock, punk, fiesta y compromiso

«Con un centenar de bandas en siete escenarios, lo que más enamora del Viña Rock es su gente: ese mar de personas que gira alrededor de una farola imposible que siempre marca el punto de apoyo para mover el mund»

Del 30 de abril al 3 de mayo

Villarrobledo, Albacete

Texto: Markcërock. Fotos: Hughe Vanhoucke

El Viña Rock 2025, celebrado del 30 de abril al 3 de mayo en Villarrobledo, Albacete, volvió a erigirse como una cita ineludible para los amantes del rock, el punk, el ska y sus múltiples fusiones. MariskalRock desplazó a un equipo de fotógrafos y redactores para cubrir la XXVIII edición de este veterano festival, que reunió a 84 bandas, en su mayoría nacionales, con la excepción de los italianos Talco. Una propuesta similar en número a la del año anterior, pero que destacó por ofrecer sets más extensos: 75 minutos para los primeros grupos de cada jornada y generosos 90 minutos a partir de las ocho de la tarde, un privilegio habitualmente reservado a los cabezas de cartel en otros eventos.

La Raíz

La llegada al recinto estuvo marcada por una destacada presencia de la Guardia Civil, con medio millar de agentes armados con ametralladoras apostados en la entrada, una imagen inusual para el ambiente generalmente pacífico del festival. También resultó llamativa la exigencia de mostrar el DNI de forma individual al validar las pulseras de acceso.

Miércoles, 30 de abril: La calurosa bienvenida

La jornada inaugural comenzó a las nueve de la noche con los valencianos El Tío La Careta, quienes, pese al frío y el fuerte viento, contagiaron su espíritu festivo al público. Su mezcla de rock con instrumentos de viento como trompeta y trombón encendió a las primeras filas, donde un nutrido grupo de seguidores coreaba y bailaba al ritmo de su enérgica propuesta.

Les siguieron los alicantinos Alademoska, cuyo ska contagioso elevó aún más la temperatura de esta fiesta de bienvenida. Al igual que la banda anterior, contaron con un trombonista, distintivo del género con raíces jamaicanas. Su energía se transmitió a un público cada vez más numeroso, convirtiendo su actuación en una auténtica celebración.

El Último Ke Zierre

El primer plato fuerte de la noche llegó con El Último Ke Zierre. Con la plaza ya casi abarrotada, la banda de Burriana desató su pegadizo punk rock con momentos de intensidad guitarrera que coqueteaban con el metal. El carisma innegable de su vocalista, Rober, conectó de inmediato con un público entregado, que aprovechaba el festivo del día siguiente para disfrutar sin reservas. Durante más de una hora, repasaron los himnos que han marcado sus casi cuatro décadas de trayectoria ante más de veinte mil asistentes.

Tras la potente descarga de EUKZ, y debido a algunos ajustes técnicos en los monitores, Non Servium saltó al escenario Cutty Sark con un ligero retraso. Para entonces, la plaza había aumentado su aforo considerablemente, ansiosa por recibir una dosis de punk callejero sin concesiones. Los madrileños no defraudaron, ofreciendo un repaso contundente a su repertorio, aderezado con pirotecnia en temas emblemáticos como “Ratas”, “El espíritu del Oi!” y la coreada “A.C.A.B.”. La velocidad y potencia de sus canciones, sumadas a la incansable energía de su vocalista, Carlos, mantuvieron el ambiente en ebullición hasta casi las dos de la madrugada.

Non Servium

Jueves, 1 de mayo: Un abanico de sonidos y emociones

El jueves trajo consigo una despedida: la de Lágrimas de Sangre, en un emotivo concierto acompañado por clásicos como Fermín Muguruza y Reincidentes, y por caras más novedosas como La Fúmiga o Tremenda Jauría, que cerró los escenarios principales. Gritando en Silencio abrió el escenario Villarrobledo. Liderados por Marcos Molina, quien irradiaba felicidad por su reciente paternidad y vestía una camiseta de Airbourne, ofrecieron un rock urbano melódico con pinceladas de blues que fue recibido con entusiasmo. El público disfrutó de un concierto que fue de menos a más, culminando en una experiencia gratificante.

A media tarde, Reincidentes congregó a una notable multitud. Los sevillanos desplegaron su habitual mezcla de punk y rock, seleccionando temas de su extenso catálogo. Resultó especialmente emotivo ver cómo muchos jóvenes coreaban sus letras, una clara muestra de su vigencia.

Reincidentes

Sínkope tomó el relevo protagonizando uno de los momentos más esperados del día. La banda extremeña reunió a una gran audiencia frente al escenario Villarrobledo. Vito Íñiguez, acompañado de una banda en plena forma, repasó lo mejor de su trayectoria, con especial mención al guitarrista Diego Godoy. Vito dejó además una reflexión memorable: “La diferencia entre un ciego y un fanático es que el ciego sabe que no puede ver”.

Para muchos, el Viña debería ser también un espacio reivindicativo. Las críticas a Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, fueron constantes. El grito de “¡Mazón, dimisión!” resonó con fuerza, especialmente durante los conciertos de Benito Kamelas, Auxili y La Fúmiga, donde miles de valencianos expresaron su rechazo incluso con pancartas.

Sínkope

La esperada vuelta de Fermín Muguruza, tras más de una década de ausencia, se convirtió en uno de los platos fuertes de esta edición. Desde que pisó el escenario, desató un torbellino de energía y mensajes comprometidos. Sonaron clásicos de Kortatu y Negu Gorriak como “Sarri, Sarri” y “Gora Herria”, coreados por miles de gargantas. También incluyó temas de su etapa en solitario como “Maputxe” y “Hay algo aquí que va mal”, en una actuación que fue más que un concierto: una experiencia colectiva de conciencia y música.

El broche final de su actuación fue la versión de “Pressure Drop”, de Toots & The Maytals, en agradecimiento al público. Muguruza también firmó un manifiesto en favor de la igualdad de género en la industria musical.

Linaje

La noche continuó con actuaciones potentes: Mala Rodríguez desplegó su arsenal de hip hop; Riot Propaganda incendió el escenario con su rap-metal combativo; Green Valley ofreció un respiro musical con su reggae consciente; y La Fúmiga repitió con su ska-rock festivo. Derby Motoreta’s Burrito Kachimba cautivó con su rock andaluz psicodélico y original puesta en escena.

Cabe destacar que Linaje debutó en esta edición tras el lanzamiento de su primer disco, ‘Desataron a los perros’, y Malaputa, con Piñas y Kolibrí de Marea en sus filas, sorprendió por su autenticidad en la Carpa Rock. Tremenda Jauría cerró la jornada con su “cumbia-punk” bailable y combativa.

Malaputa

Viernes, 2 de mayo: Regresos esperados y potencia sonora

El viernes comenzó con una baja inesperada: Mägo de Oz no pudo actuar antes que La Raíz debido a la enfermedad de su técnico de monitores. Su hueco fue ocupado por Porretas. También destacaron las actuaciones de Boikot, Dakidarria y el rapero Toteking.

La tercera jornada arrancó con la explosiva energía de O’Funk’illo, inaugurando el escenario Villarrobledo con su inconfundible funk rock. A pesar de un cielo nublado, el ambiente se encendió de inmediato. Un momento destacado fue el regreso del guitarrista asturiano Rafa Kas, quien deslumbró con un solo ejecutado con la guitarra tras el cuello, al estilo de Jimi Hendrix. Las voces de sus dos coristas aportaron un toque distintivo al conjunto. Simultáneamente, The Tyets ofrecieron un vibrante contraste con su pop urbano fresco.

Benito Kamelas

Benito Kamelas brindó un concierto vibrante en el escenario Cutty Sark, con una estética peculiar marcada por su camisa hawaiana con el logo de la banda al estilo de Space Invaders. Su ascenso a un escenario principal se vio acompañado de un repertorio con carga social, reforzado por los cánticos de “¡Mazón, dimisión!” provenientes de un público especialmente afectado por la gestión de la DANA en la Comunidad Valenciana.

La coincidencia horaria entre Ciclonautas y Sons of Aguirre + Scila perjudicó la asistencia a los primeros, aunque el trío navarro-argentino ofreció una actuación poderosa, liderada por un vocalista cuya voz rasgada evocaba a Joe Cocker en versión stoner. Por su parte, Rulo y la Contrabanda conectó con el público desde el inicio gracias a un emotivo vídeo de Mariskal Romero. Su repertorio fue un viaje por sus temas más queridos, sin olvidar referencias de su etapa en La Fuga como “Pa’quí pa’llá” o “Buscando en la basura”.

Rulo y La Contrabanda

La jornada quedó marcada por dos acontecimientos principales: la cancelación del concierto de Mägo de Oz y el emocionante regreso de La Raíz. Si la expectación ya era máxima, se elevó aún más cuando Pablo Sánchez apareció en escena interpretando “Entre poetas y presos”. El grito “¡está Pablo, está Pablo!” se convirtió en una expresión unánime de alegría. Fue una actuación intensa, cargada de emoción, que dejó huella en el público.

Ciclonautas

ToteKing, maestro del rap en español, demostró su dominio del flow, la métrica y la crítica social con una actuación potente. Porretas, veteranos del Viña Rock, mantuvieron su conexión con el público con su rock urbano castizo, humor y crítica social. Sonaron clásicos como “Si lo sé me meo”, “Hortaleza” o “Marihuana”, así como versiones personalísimas de “Resistiré”, “Pongamos que hablo de Madrid” e “Insurrección”.

Porretas

Boikot incendió el escenario principal con su punk-rock combativo, interpretando himnos como “Inés”, “No pasarán” o su versión de “Kualquier día”, y cerrando con “Hablarán las calles”. Su actuación fue una catarsis colectiva de rabia y alegría. La noche culminó con Dakidarria, que ofreció un discurso antisistema con visuales impactantes y la colaboración de Boikot en “Vida pirata”, cerrando la jornada con fuerza y compromiso.

La Raíz

Sábado, 3 de mayo: Fiesta final y despedida con compromiso

La jornada final comenzó con la irreverente descarga punk de Me Fritos and the Gimme Cheetos, quienes combinaron versiones y temas propios con actitud descarada y crítica social. Su versión del “Ave María” de David Bisbal en clave punk se convirtió en un momento legendario del festival.

Porco Bravo abrió el escenario Villarrobledo con una actuación provocadora. Manu, su vocalista, se lanzó al público, besó el escudo del Barakaldo C.F. de un fan y culminó el concierto sobre una tabla de surf transportado por la multitud.

Def Con Dos

Kaos Urbano sorprendió con su fusión de punk y Oi! El cantante, Sku, ofreció un show intenso, con temas de su álbum ‘Punk Saves Madriz’ (2024), incluyendo “Nuestros mejores momentos”, que cerró arrodillado frente al escenario.

El Canijo de Jerez aportó su mezcla de rumba canalla y rock andaluz, ofreciendo una actuación cercana, festiva y llena de sabor. Def Con Dos desató su metal-rap ácido, con crítica social mordaz e inteligencia lírica en temas como “Acción Mutante” o “La culpa de todo la tiene Yoko Ono”.

Lendakaris Muertos

Kaotiko ofreció una descarga de punk rock energético, con ritmos rápidos, pogo constante y una atmósfera de fiesta pura. Lendakaris Muertos desplegó su punk irreverente y ultrarrápido, con humor ácido y clásicos como “Detector de gilipolleces” y “Héroes de la clase obrera”, provocando una explosión de pogos y diversión sin complejos.

El Reno Renardo aportó su metal paródico, haciendo reír y saltar al público a partes iguales con sus críticas a la cultura popular. Los de Marras ofrecieron un rock combativo y poético con letras profundas y melodías melancólicas, destacando canciones como “Poeta”, “Compadre” o “Sexo en la calle”.

Los de Marras

Talco, los únicos extranjeros del cartel, incendiaron el festival con su ska-punk comprometido. “Bella Ciao”, “La Mia Città” y “La Casa dell’Impunità” fueron coreados con fervor. Su vocalista, Dema, se disculpó por no tocar “St. Pauli” hasta que el club se pronunciara sobre la masacre en Palestina, reafirmando su compromiso social.

Mamá Ladilla hizo gala de su punk-rock irreverente con humor ácido e ingeniosas letras, destacando “Mi nave” entre sus clásicos. Ya pasada la medianoche, Ítaca Band puso el broche final con su ska-reggae-latino festivo y reivindicativo, contagiando alegría incluso a esas horas.

Talco

La fiesta se prolongó con las actuaciones de Figa Flawas y La Marmita, mientras muchos apuraban los últimos sorbos de kalimotxo. Pese a una menor afluencia en el cierre, motivada por cancelaciones como la de Mägo de Oz, el Viña Rock 2025 reafirmó su lugar como uno de los festivales más importantes del país.

Con un centenar de bandas en siete escenarios, el festival tuvo también un impacto económico considerable en Villarrobledo, impulsando el empleo y los productos locales. En un ambiente de compromiso social, se destacó la presencia de brigadas antifascistas ante el auge de la ultraderecha en Europa.

Pero, sin duda, lo que más enamora del Viña Rock es su gente: ese mar de personas que gira alrededor de una farola imposible que siempre marca el punto de apoyo para mover el mundo.

¿Preparados para 2026?

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia lo que dio de si uno de nuestros festivales más veteranos como es el VIÑA ROCK y donde destacaron las cañeras descargas de bandazas como EL ÚLTIMO KE ZIERRE, PORRETAS, SINKOPE, NON SERVIUM, LENDAKARIS MUERTOS o los históricos REINCIDENTES.

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