Crónicas

Vandenberg en Vitoria: Un Benjamin Button del rock

«Quedémonos entonces con lo bueno, haber tenido la oportunidad de contemplar en pleno esplendor a un guitarrista fundamental en la historia del rock, un Benjamin Button que apenas muestra signos de envejecimiento a sus setenta años.»

20 septiembre 2024

Urban Rock Concept, Vitoria

Texto: Alfredo Villaescusa. Fotos: Unai Endemaño.

Supongo que debe ser cuestión de genes. Lo de llegar a una edad avanzada y apenas lucir señales del paso del tiempo. A algunos su propia constitución les hace inmune al alcohol, como a Ozzy Osbourne, y otros en cambio prueban un par de gotitas y están ya en la cuarta dimensión. El estilo de vida dicen que también influye, aunque teniendo en cuenta la longevidad de ciertas estrellas de rock antaño desfasadas uno no deja de preguntarse si simplemente se trata de suerte o estamos asistiendo a un milagro al nivel del de Lázaro.

Todas estas preguntas surgen cuando comprobamos que Adrian Vandenberg en realidad tiene setenta palos, esto es, que no nos hemos confundido al mirar. Y encima el tipo se ha labrado una prolífica trayectoria con cerca de una veintena de álbumes, con su momento álgido cuando se incorporó a Whitesnake y ahí dejó su impronta en obras maestras como ‘1987’ o ‘Slip of the Tongue’, pese a que una lesión le impidió grabar este último. Aparte de eso, compuso en casa de sus padres una balada inmortal que todavía se sigue radiando a día de hoy en emisoras de rock o generalistas.

Era la primera vez que Vandenberg como banda aterrizaba en la península y tras un discreto arranque en Santander no imaginábamos ni por asomo que la cita vitoriana colgaría el cartel de entradas agotadas en la sala Urban Rock Concept. Pero seguramente eso tenga que ver con lo que comentaba el fotero y amigo Unai Endemaño de que en la capital alavesa el heavy metal tradicional sigue con una fuerza impresionante, capaz de arrastrar a considerables multitudes como si de repente tocaran corneta.

En definitiva, que íbamos a estar un poco apretados viendo a Vandenberg, pero el sacrificio mereció de veras la pena, como relataremos a continuación. De regalo además nos topamos con la colega Naroa, a la que no veíamos desde la última glaciación por lo menos y nos contó que estaba allí por unos belgas que eran muy fans del neerlandés. Había una expectación tremenda en la sala en los instantes previos, esa emoción de los bolos donde lo importante es la música y no dar por saco con el móvil.

Pocas maneras más rápidas podría haber de conquistar a la afición que con un inicio tan contundente como el otorgado por “Hit The Ground Running” y el inapelable “Fool For Your Loving” de Whitesnake, que sería brutal incluso con castañuelas o txalaparta. El vocalista Mats Levén, un veterano con experiencia en Therion, Yngwie Malmsteen o Treat, dio el callo a un nivel encomiable y probablemente convencería a la mayoría de que escuchar los himnos de la serpiente blanca de esta guisa era casi un lujo asiático.

Con una banda que combinaba la frescura de la juventud con los galones de los coroneles, Vandenberg nos ofreció un repertorio sin desperdicio de principio a fin donde el aburrimiento no tenía cabida. Tuvieron incluso el detalle de ahorrarnos el solo de batería que estaba en el set list de la gira, aunque ya pudimos comprobar la increíble pegada de un aporreador que Adrian comparó con “un joven Tommy Aldridgeen esta entrevista.

El frontman se hizo también el simpático con el personal al asegurar que tenía el disco ‘Volumen brutal’ de Barón Rojo, aunque esa noche las canciones valían de sobra para congraciarse con la multitud. La hard rockera “Your Love Is In Vain” calentó el terreno para “Give Me All Your Love”, donde nos legaron una de las mejores interpretaciones de la velada. Considerarlo una mera versión de Whitesnake no sería hacerle justicia. Desde atrás incluso escuchamos decir: “¡Temazos de los gordos!”. No podía haberse descrito la tónica del concierto de una manera más elocuente.

“Freight Train” aportó solidez al conjunto antes de que sorprendieran con otra revisión doble de la banda de Coverdale, pero en su faceta más reposada, “Sailing Ships” y “Judgement Day”, donde incluso colaron un fragmento del “Kashmir” de Led Zeppelin.

El genio neerlandés, por cierto, se mostró comedido a las seis cuerdas, efectivo y sin ponerse brasas en ningún momento, a años luz de otros acomplejados que necesitan demostrar lo mucho que tocan constantemente. A lo sumo, se permitió explayarse en el solo de “Wait”, otra del histórico debut de Vandenberg grabado en un estudio propiedad de Jimmy Page.

Los últimos lanzamientos del hacha, incluido el disco que grabó con Ronnie Romero, tampoco se metieron debajo de la alfombra, sino que tuvieron una presencia testimonial, con cortes como “Shadows of the Night”, que añadían versatilidad en una noche en la que Whitesnake ejercía de claro protagonista, pese a que la trayectoria en solitario de Adrian no era ni mucho menos un plato de menor relevancia.

Lo que la mayoría quería escuchar eran clásicos de la envergadura de “Crying In The Rain”, monumental apertura del álbum ‘1987’ que todavía sigue sobrecogiendo en las distancias cortas, y más todavía con un vocalista tan competente como Mats Levén. Diría que de las que mejor les quedó. Cortó un poco el rollo que en medio de semejante subidón se retiraran para los camerinos, aunque ya sabíamos que se trataría de un recital breve.

Por fortuna, en los bises no habría desperdicio con “Burning Heart”, su power ballad por antonomasia, y las inevitables “Still of the Night” y “Here I Go Again”, donde Levén demostró una vez más su poderío a las cuerdas vocales. El neerlandés anduvo muy fino a la hora de elegirlo para interpretar el material de Coverdale, cualquiera no hubiera valido.

Con dos o tres temas más lo habrían bordado, pero una hora y poco se antojó escasa para un artista con cuatro décadas de carrera. Era como si te obligaran a resumir ‘El Quijote’ o ‘La Ilíada’ en unas líneas, ni con una capacidad de síntesis privilegiada. Quedémonos entonces con lo bueno, haber tenido la oportunidad de contemplar en pleno esplendor a un guitarrista fundamental en la historia del rock, un Benjamin Button que apenas muestra signos de envejecimiento a sus setenta años. ¿Cómo lo haces, tío?

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de resumen hacia el gran concierto que se curró un gran guitarrista como ADRIAN VANDENBERG en tan conocida sala vitoriana con temas de cosecha propia junto con algunas versiones de los históricos WHITESNAKE lo bordó junto a sus buenos músicos.

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