Crónicas
Then Comes Silence + Je T’Aime + Txarly Usher y los Ejemplares: Animales de medianoche
«Los animales de medianoche huyen de las masas aborregadas, se guían por su propio instinto y no caen rendidos ante cánticos de sirenas. Ir a contracorriente siempre será un orgullo.»
6 diciembre 2024
Sala Santana 27, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
A veces debería acudirse a los eventos en función de lo complicado que sea ver a un grupo determinado en directo. En tiempos de sobreabundancia cultural te obligan a hacer criba y quedarte con lo que más te llame en ese preciso momento. De sobra es sabido que raro es el día en el que no coinciden conciertos, por lo que uno suele ir mentalizado para este tipo de situaciones, pero no deja de resultar doloroso obviar otras propuestas interesantes que también merecerían atención.
Si ese mismo día los viscerales Biznaga agotaban entradas en el Kafe Antzokia, en la sala Santana 27 el panorama era bien diferente para disfrutar de un variopinto cartel con el rock gótico y el post punk como bandera de los que no se suelen ver por las inmediaciones. Era la primera vez que tocaban en Bilbao los suecos Then Comes Silence, que cuentan ya desde hace un tiempo con el otrora “carnicero” Hugo Zombie en sus filas, rodeados en esta ocasión de acompañantes que combinaban veteranía con juventud en un plantel versátil que resultó pura delicia para melómanos.
A Txarly Usher y los Ejemplares les hemos visto en infinidad de circunstancias, desde festivales a bolos modestos, pero si hay algo que no se modifica en absoluto es su entrega en directo. “Letras tristes”, “La muerte es perfecta” o “Hipnopedia” son ejemplos de un catálogo que se va engrandeciendo progresivamente sin que disminuya ni el interés ni la garra que todavía conservan.
El buen gusto en los punteos de Orkatz casa a la perfección con el maestro de ceremonias Txarly Usher, con interpretaciones que nunca dejan indiferente. El poso The Cure de “Llantos de alcohol” convive también sin problemas con “Ratas extrañas”, pura canción melodramática con el aire de los grandes crooners de antaño. Se nos hizo hasta corto, pero es lo que suele suceder con esos recitales que se disfrutan de verdad. Infalibles, una vez más.
Precisamente, los franceses Je T’Aime desenterraron del mismo modo el legado de Robert Smith, con herencia clara del cold wave de su país de origen y de formaciones como Asylum Party o Guerre Froide, aparte del rock alternativo a lo Placebo. Había buenos ingredientes para que saliera una mezcla poderosa de allí, pero cuando se te va la mano a la hora de sazonar, o se te cae el salero directamente, pues aquello se hace complicado de arreglar.
Quizás en este sentido el poso The Cure fue en determinados momentos desmedido, los holandeses The Essence dejaron en ese aspecto el pabellón por las nubes, pero eso tampoco debería impedir disfrutar de temazos como “Dirty Tricks” o “Dance”, mucho más próxima al indie rock bailongo de Franz Ferdinand. Grupos de este estilo no tocan cada día por la península, por lo que debería considerarse un privilegio haber podido catarlos.
Las bandas de rock gótico en Bilbao son tan frecuentes casi como los eclipses solares, el nexo de unión con la tierra en la actual formación de los escandinavos Then Comes Silence reside en el guitarrista Hugo Zombie, que fue uno de los pilares de Los Carniceros del Norte junto con el vocalista Txarly Usher y el bajista Nando Fausto. Dada la vinculación sentimental de la zona, el líder Alex Svenson no dudó en subrayar “la vuelta del hijo”, antes de confesar que hablaba algo de castellano, no en vano creo recordar que incluso vivió una temporada en la península, si no me equivoco.
Era la tercera vez que les veíamos sobre el escenario y lo primero que nos sorprendió fue el formato trío actual, no para mal, sino para bien, pues sonaron robustos y no se echó de menos ningún flanco desde el campo del sonido. Calentaron el terreno con “Ride or Die”, no muy alejada de Editors o Interpol y una muestra inequívoca de lo competentes que pueden llegar a ser estos suecos en su rollo.
Sin despegarse de su álbum ‘Trickery’, “Like A Hammer” añadió voltaje industrial, pero sin duda un punto de inflexión se produjo con “We Lose The Night”, todo un himno que debería reventar en las sesiones góticas con fuste, al igual que “Strangers”, otro llenapistas con ecos a The Sisters of Mercy que también consideraríamos de lo mejor de ese estilo surgido en los últimos tiempos, pese a que esta pieza date ya de hace una década.
La concurrencia fue calentándose paulatinamente en base a temazos como los mencionados y el guitarrista Hugo correspondió al entusiasmo bajándose de las tablas para hacer un paseíto triunfal ante los fieles. Lejos de los combos que van a piñón fijo, configuraron un repertorio muy versátil que seguro que esa noche hizo nuevos fans. Bastaba pegarle una escucha a “Apocalypse Flare” en casa para asegurarse de la solidez de unas composiciones que no solo agradan en directo.
Alex pilló el teclado para “Feed the Beast”, que impactó por su atmósfera a caballo entre lo industrial y el dark wave, pero el gran instante de la noche se alcanzó con Txarly Usher como vocalista invitado para el clásico “Nacidos para dominar” de Parálisis Permanente, que bordaron por completo. Al final, Hugo y Txarly se abrazaron como dos viejos amigos, con el segundo gritando: “¡Siempre carnicero!”. Ojalá algún día retomen la antigua banda.
Pidieron a la peña acercarse y el ambiente cambió de un plumazo, lógicamente. A ello también ayudó otro corte del calibre de “Strange Kicks”, más munición en chorro para las pistas de baile oscuras. A un par de chicas de al lado les dio por ponerse a dar vueltas de peonza y aquello parecía más bien una coreografía o un vídeo musical. “The Rest Will Follow” dejó un inmejorable sabor de boca, con retazos punk y Hugo poniendo el broche con un solo cargado de actitud.
No solía haber tiempo para bises con el formato escogido, pero los suecos tuvieron que regresar por aclamación popular. “Los animales salen de noche”, dijo Alex antes de “Animals”, en referencia a las “criaturitas”, como dice Txarly Usher, que se congregaron en aquel aquelarre íntimo. Pese a que las multitudes no fueron desbordantes, la entrega de las bandas resultó muy profesional, eso sí. Como si tocaran en un estadio abarrotado.
Es una pena que conciertos de tanta calidad como este pasen bastante desapercibidos en términos de convocatoria. Algunos de los asistentes evocamos aquel insólito recital de IAMX en el que también estábamos unos pocos forofos para catar a un grupo internacional de primer nivel en el género gótico. Los animales de medianoche huyen de las masas aborregadas, se guían por su propio instinto y no caen rendidos ante cánticos de sirenas. Ir a contracorriente siempre será un orgullo.
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1 comentario
Pequeño resumen por parte de estas 3 bandas en la Santana bilbaina.