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Crónica de The Sheepdogs + The Commoners en Madrid: Trance absoluto

Los amantes del rock más clásico pudieron disfrutar en la capital de una doble dosis canadiense de buena música y atmósfera de lo más retro. El plato fuerte fueron The Sheepdogs, originarios de Saskatoon y formados en 2004. Están considerados por muchos como una de las mejores bandas del panorama actual del rock 'n' roll de corte clásico, habiendo sido galardonados en numerosas ocasiones, incluyendo varios premios Juno y Casby entre otros. Y nadie olvida que fueron la primera banda sin contrato en aparecer en la revista Rolling Stone tras ganar un concurso en 2011.

The Sheepdogs

En esta ocasión, fueron teloneados por sus paisanos de Toronto The Commoners, un quinteto formado por Chris Medhurst a la voz y guitarra, Ross Citrullo como guitarrista principal, Ben Spiller a las cuatro cuerdas, Adam Cannon a la batería y Miles Evan Branagh al órgano. Con dos discos publicados hasta la fecha, 'Find a Betterway' (2022) y su último lanzamiento, 'Restless' (2024), es una banda de blues/rock de raíces muy cañera, que nos deleitó con temas como “TheWay I Am”, “Shake You Off”, “Too Much”, “Devil Teasin' Me”, “Fill My Cup” o “See You Again”.

En sus principales influencias destacan Led Zeppelin, Allman Brothers y The Black Crowes. Enfundados en sus pantalones de campana y con una presencia muy potente, nos ofrecieron un show muy enérgico. A destacar la voz de Chris, rasgada y poderosa, y la actuación del guitarra líder, Ross, con una planta impecable y un estilo muy seguro y directo. Muy interesantes.

The Commoners

Sobre las 20:30 daban comienzo los esperados The Sheepdogs, con Ewan Currie a la guitarra y la voz, Ryan Gullen al bajo, Sam Corbett a la batería, Shamus Currie (hermano del cantante) al teclado y Ricky Paquette como guitarrista principal.

Abrieron con “Find The Truth”, de su penúltimo álbum, 'Outta Sight' (2022), para ir calentando motores. Los pegadizos riffs junto con la estética sureña de los 70 que llevaban todos los músicos ya te iban sumergiendo completamente en la época.

The Sheepdogs

Continuaban con “Downtown”, del disco de 2015 'Future Nostalgia', más lenta pero muy potente. “Let Me In” fue la siguiente, de su EP 'Paradise Alone', publicado en agosto de este año. Hacía tiempo que no veía una banda tan bien sincronizada y con tanta complicidad.

Volvían a 'Future Nostalgia' con la que, para mí, fue de las mejores canciones del concierto: “Bad Lieutenant”. Perfectamente ejecutada, alargaron el tema y pidieron coros al público, que estaba totalmente volcado. Se podía respirar una energía muy especial. El propio Ewan reconoció que la entrega del público fue alucinante.

The Sheepdogs

Después de este intenso momento, sonaron “Southern Dreaming”, del álbum 'Learn & Burn' (2010), “How Late, How Long” y “I Have A Hole Where My Heart Should Be”, ambas del homónimo 'The Sheepdogs' (2012). Todo un despliegue de rock sureño con tintes psicodélicos que ya tenía hipnotizados a todos los espectadores.

Con la siguiente, “Now or Never”, introdujeron su nuevo trabajo publicado hace apenas una semana, 'Hell Together', su segundo EP del año. Ewan Currie mostró en todo momento una voz impecable y todos los músicos manifestaban que estaban disfrutando de lo que estaban haciendo, con muchas interacciones entre ellos y mucha improvisación. El público agradecía todo esto con eternos aplausos y ovaciones bien merecidas.

Continuaron con “I’m Gonna Be Myself”, del 'Future Nostalgia' de nuevo, “Take me For A Ride”, del 'Paradise Alone', y "Hell Together”, de su homónimo reciente lanzamiento.

The Sheepdogs

Los dos últimos temas antes del bis fueron “Darlin’ Baby”, una de las baladas del 'Paradise Alone', y “Scarborough Street Fight” del 'Outta Sight' (2022). Aclamadísimos por la audiencia mientras abandonaban el escenario, no tardaron mucho en reaparecer, volviendo a poner en marcha el cartel luminoso que les presentaba, rodeado de bombillas, al más puro estilo americano de los años 60-70.

Las elegidas para cerrar las casi dos horas de sublime concierto fueron la conocida “I Don’t Know”, del disco con el que la banda comparte nombre y “Nobody” del 'Changingcolours' (2018). A destacar el hecho de que prolongaron la mayoría de las canciones, deleitándonos con improvisaciones entre ellos que fueron mágicas y sensacionales.

En resumen, una tarde noche cargada de “boogie” sureño psicodélico que consiguió que la céntrica sala Mon madrileña se sumiera en un trance setentero delicioso.

Redacción

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