Crónicas
The Screamin’ Cheetah Wheelies en Bilbao: Un currante a pie de escenario
«Lo que desde luego sí que hay que alabar es que un tipo de cincuenta y cinco palos como Mike Farris le siga echando tanto entusiasmo sobre las tablas, un currante a pie de escenario al que debería hacérsele un monumento por su trayectoria y entrega en las distancias cortas.»
2 diciembre 2023
Sala BBK, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
La llegada del grunge es vista por muchos como una especie de apocalipsis en el que murieron estilos como el hair metal o el rock clásico. Un mero cambio de tendencia que en realidad no implicó la aniquilación de todo lo anterior, sino un nuevo punto de vista, como tantas veces había sucedido en la historia de la música. El rock clásico ni de lejos pasó a mejor vida en los noventa, pues en esa época, a veces demonizada, había grandes representantes como The Black Crowes o The Screamin’ Cheetah Wheelies, entre otros.
Estos últimos apenas consiguieron sacar tres discos de estudio, pero la huella que dejaron en el personal fue suficiente para que se reflotara el grupo en abril del año pasado, en un principio para un número limitado de conciertos, y así llegara hasta nosotros esa gira llamada “The Long Goodbye”, que en junio recalará de nuevo en la capital vizcaína de la mano del festival BBK Bilbao Music Legends.
La desmedida afición, que superó todas las expectativas, provocó que se agotaran en tiempo récord las entradas para su actuación en la bilbaína sala BBK, aunque no se trató de un fenómeno exclusivamente local, pues lo mismo sucedió en otras fechas de la gira. Por lo tanto, estaba más que justificada su inclusión en el plantel estelar de Miribilla junto a Deep Purple y demás leyendas.
Con los ánimos de la concurrencia por las nubes, The Screamin’ Cheetah Wheelies se presentaron en un recinto abarrotado a tiro hecho, como se suele decir. Fue uno de esos bolos en los que el público parecía mucho más motivado incluso que el propio grupo, que tampoco se movió demasiado, a excepción del huracán llamado Mike Farris. Hubo hasta un hooligan que gritaba “¡A capela!”, como si el voceras no se estuviera esforzando ya lo suficiente.
La intro de The Verve “Bitter Sweet Symphony” no pegaba ni con cola como inicio del show, pero no tardaron en extender sus postulados con “Shakin’ The Blues” o “Halcyon Days”. Con un frontman tan completo como Mike Farris se puede levantar cualquier cosa, aparte de su habitual chorro de voz espectacular, el de Tennessee no paró quieto y pareció concentrar en su sola persona todo el movimiento que les faltaba a sus compañeros.
A nosotros su propuesta tampoco nos quitaba el sueño, pero para los forofos debió de ser una noche gloriosa, con punteos y ritmos que evocaban grandes clásicos de los setenta, caso de “I Dreamed”, y una banda impecable a la que lo único que podría reprochársele sería su excesivo estatismo. Pero bueno, tampoco habíamos venido a ver monos de circo.
Farris capitaneó el barco con solvencia absoluta, fruto del soberbio dominio escénico que ha adquirido durante tantos años de trayectoria en solitario. Fiel conocedor del País Vasco, el cantante saludó con un “Kaixo” y recordó que la última vez que los Wheelies habían estado por la zona había sido en el festival Azkena de 2004, casi dos décadas, que se dice pronto.
“More Than I Can Take” fue una de las cimas de la velada, por lo menos por la recepción del respetable, que rompió en estruendosos aplausos a su finalización. El poso soul se dejó notar en “Messenger’s Lament” y más chicha guitarrera propulsaron en “Gypsy Lullaby”, antes de rendirse al blues en “Let The Child Ride”. Y hubo hasta momento en el que evocar raíces góspel con el clásico “John The Revelator”, que en la voz de Farris pudo sonar a gloria.
A veces se pasaban alargando canciones, o esa sensación por lo menos pudo prevalecer para alguien no acostumbrado a los derroches instrumentales de esta gente de altísimo nivel. Menos mal que ahí estaba Farris para hacernos bajar a la tierra, salpicando el recital con anécdotas y así mostrar la profunda vinculación que mantiene con esta tierra, que le ha visto tropecientas mil veces en solitario.
“Magnolia” sirvió para que el inquieto frontman siguiera manteniendo su embrujo, con los ánimos a tope cuando se acercaba a primera línea de escenario, como presto a entrar en batalla. Y encima censuró a cotorras solicitando que cada uno dijera a su vecino “Shut the Fuck Up” (ndr: cállate de una puta vez) antes del himno “This Is The Time”, una composición que surgió “en un parque de Nashville”, como nos relató el propio Farris.
La muchedumbre coreó el estribillo en plan comunión, como en una iglesia del Bronx, y el fervor no se disipó posteriormente con “Majestic”, otra pieza de más de siete minutos en estudio, para los muy cafeteros. Ya hemos dicho que había fans de verdad en el sentido más literal del término, por lo que ahí no se trataba de impresionar a nadie, la peña venía con el subidón de casa.
Los coros a lo “Sympathy For The Devil” de “Ride The Tide” dieron bastante juego y algunos los repitieron una vez terminado el concierto. Como era de esperar, lo alargaron bastante, con Farris insuflando épica y pidiendo al personal que repitiera “I Wanna Take You Higher”. “Dios os bendiga a todos”, exclamó el predicador Farris antes de desaparecer una vez finalizado el sermón.
El hooligan de “¡A capela!” volvió a hacerse notar, pero la banda no tardaría en regresar con “Grace”, otro corte de efluvios setenteros en el que Farris se sentía como pez en el agua. “Hello From Venus” puso el broche definitivo a una sesión mayúscula de dos horas y cuarto, una delicia para devotos, pero que a los simples aficionados de infantería se les pudo hacer espesa en algún momento.
Lo que desde luego sí que hay que alabar es que un tipo de cincuenta y cinco palos como Mike Farris le siga echando tanto entusiasmo sobre las tablas, un currante a pie de escenario al que debería hacérsele un monumento por su trayectoria y entrega en las distancias cortas. Este tipo todo lo que toca lo convierte en oro. Te guste o no su rollo.
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1 comentario
Cojonud resumen hacia el buen concierto que se marcaron estos veteranos músicos a través de estos buenos temas en la Sala BBK Bilbaina.