Hay grupos a los que la fama les pasa de lado, por muchas décadas que lleven en el negocio. Muchos pensarán que se trata de un fracaso o de que algo debe fallar para que nunca hayan conseguido pillar algo de éxito, pero en la vida real las cosas no suelen ser blancas o negras, a menudo influye haber nacido en la época adecuada para ese tipo de música o que un mero hecho casual acabe cobrando una importancia decisiva. Si uno analiza casos pretéritos de triunfo, observará que en la mayoría de ocasiones ni siquiera se andaba buscando y todo se debió a una carambola o una especie de conjunción de los astros.
Con los históricos californianos The Rubinoos habría que interpretar como todo un logro haberse mantenido desde 1970, con sus altibajos como la mayoría de formaciones, pero tampoco resultaba un mal balance para un grupo de amigos que se juntó solo con la idea de amenizar el baile tradicional de su instituto, más americano imposible. Y casi de película parece también que hayan encontrado un filón en la península, pues esta gira era ya la decimoprimera que hacían por estos lares, tirando la casa por la ventana con ocho fechas.
Acudimos al cierre del periplo en el Escenario Santander de la capital cántabra y en un inicio nadie habría sospechado que en ese lugar iba a celebrarse un concierto por el ambiente inhóspito que reinaba a última hora de la tarde. Menos mal que fue llegando el personal poco a poco con cuentagotas, descubrimos que algunos lugareños poseían una especie de bono que les permitía disfrutar de varios conciertos por un precio irrisorio, y al final se congregó la multitud suficiente para insuflar cierto calor a la velada.

Abría la gira la noruega Vibeke Saugestad, que derrochó vitalidad por un tubo, aparte de contar con un activo tan importante en su banda como Ken Fox, bajista de The Fleshtones. La también frontwoman de The Twistaroos buscó desde el comienzo el contacto estrecho con los seguidores y no dudó en recorrerse la sala animando al respetable. Ojalá todos los músicos le echaran tantas ganas como ella.
Y encima no estaba nada mal su power pop de retazos punk, con momentos álgidos como “Tonight” o “He’s Peculiar”. Posteriormente, nos enteramos de que tenía una versión de la gloriosa cara B de Ramones “S.L.U.G.”, de nuestros temas preferidos de los de Forest Hills, por lo que lamentamos que no la incluyera en su directo.

Que un combo cuente en la actualidad con sus dos miembros fundadores podría considerarse todo un privilegio, habida cuenta de la cantidad de bandas que a veces incluso giran sin que exista ni un miembro original entre sus filas. Si Tommy Dunbar y Jon Rubin llevan décadas constituyendo el núcleo principal de The Rubinoos, no conviene tampoco minusvalorar la aportación de Al Chan desde comienzos de los ochenta, hasta el punto de que podría considerarse otra de las principales patas de la formación.
Tal vez por tratarse de su último concierto en la península, lo cierto es que tampoco resultó un recital al uso por la cantidad de versiones que incluyeron, muy variadas, eso sí, abarcando desde Ramones a Ennio Morricone, toma versatilidad. Con la cantidad de temazos que posee su trayectoria, ponerse a picotear en cancionero ajeno podría parecer algo fuera de lugar, pero los de Berkeley son tan competentes en sus diversas facetas que no molestó en absoluto.

Presentaron en un inicio la novedad “Girl On A Mission”, un arranque peculiar con tantos clásicos en la guantera, pero les funcionó para captar el interés y luego elevarse un poco con “Phaedra”, aquella genial pieza que compusieron junto a Chuck Prophet para el álbum ‘From Home’. No tardaron en brillar sus impolutas armonías vocales herederas de The Beach Boys, Raspberries y otros grandes del género. No extraña que los contemporáneos The Lemon Twigs sean declarados fans suyos.
El empeño de Jon Rubin por comunicarse en castellano debería ser motivo para ponerle un monumento, no había mejor prueba posible de la importancia que concedían a confraternizar con el respetable. Preguntaron a la concurrencia si les gustaban las películas spaghetti-western, colando alguna broma sobre patatas bravas, y sorprendieron arrancándose con el celebérrimo “Ectasy of Gold”, la BSO de ‘El bueno, el feo y el malo’ del maestro Morricone. Un servidor opina que habría que cuadrarse con semejante pieza, sobre todo si se le echa tanta pasión como los californianos.

“Es probable que conozcáis la próxima canción”, dijeron antes de su hit “I Wanna Be Your Boyfriend”, el tema original por el que demandaron a Avril Lavigne por plagio. Ya nos había merecido la pena la visita. Intercalaron del mismo modo alguna pieza de surf instrumental y demostraron que controlaban con creces dicho campo, bordando cada nota y añadiendo intensidad a sus interpretaciones, impresionante.
Anunciaron “una canción especial para España”, y dada la ignorancia de algunos guiris, podría esperarse alguna ponzoña relacionada con los toros o el flamenco, pero su relación con la península no era para nada postureo. Ahí se atrevieron con “Mediterráneo” de Los Rebeldes, adaptada al inglés, eso sí, tampoco pidamos tanto. Grandes ellos y Carlos Segarra, de los mejores cantantes de este país.

Los gritos de “hey ho, let’s go” preludiaban un homenaje a la eterna banda de Queens, que llegó con la inesperada “Sheena Is A Punk Rocker”. Como si se quieren tocar la discografía entera de Joey Ramone y compañía, jamás protestaríamos. Recurrirían a otra revisión al final, aunque a estas alturas resultaba muy suya, “I Think We’re Alone Now”, popularizada por Tommy James & The Shondells.
Había sido una especie de jukebox su bolo, pero todavía regresaron para un bis, que esta vez sí fue una composición original, el tremendo “Rock and Roll Is Dead”, perfecto para dejar un sabor de boca inmejorable y reivindicar al mismo tiempo la pura electricidad. Un broche de oro.
Quizás no fue el concierto que imaginábamos, echamos de menos la tira de clásicos, pero constatamos que sus incursiones en el cancionero ajeno estaban muy bien llevadas, con respeto y encima con el margen suficiente para añadir su inefable toque personal. Esperamos con ganas su próxima visita y que siga adelante esa historia de una relación especial, la que mantienen con nuestro país.
- Canela Party añade una decena de bandas a su cartel de 2026, que ya contaba con Carolina Durante o Rufus T. Firefly - 12 noviembre 2025
- Crónica de The Rubinoos + Vibeke Saugestad en Santander: Una relación especial - 12 noviembre 2025
- Crónica de Bime Pro en Bilbao con Fito Cabrales (Fito & Fitipaldis), Rufus T. Firefly, Marte Lasarte o Niños Bravos: Una celebración de la cultura - 11 noviembre 2025

