Crónicas
The Godfathers + Las Furias + The Fuzzy For Her en Bilbao: Inapelable rueda vital
«Su inapelable rueda vital sigue muy vigente, a pesar de las décadas transcurridas desde su lanzamiento. Aunque lo hagan a estas alturas infinidad de bandas, nunca está mal homenajear una obra maestra que guarda un lugar especial en los corazones de todos los fieles. Pero que nadie se engañe, esto no significa vivir de las rentas, la solidez que demuestran hoy en día en el trabajo ‘Alpha Beta Gamma Delta’ lo desmiente.»
16 noviembre 2024
Sala Santana 27, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
No cabe duda de que bandas de pub rock como Dr. Feelgood o Eddie and the Hot Rods ejercieron una influencia decisiva en el advenimiento del punk rock a finales de los setenta. De hecho, poca gente vincularía a los primeros junto a ese movimiento, mientras que los segundos lanzaron su mayor éxito “Do Anything You Wanna Do” en pleno apogeo de dicha corriente musical. Otros como The Clash tendrían ese estilo incrustado en la misma semilla de su creación, pues la primera incursión seria en el mundo de la música del vocalista Joe Strummer fue en una banda en esa onda como The 101’ers.
Herederos de esa tradición más cercana al rock n’ roll clásico que al nihilismo desaforado del punk son los británicos The Godfathers, cuya trayectoria se remonta a mediados de los ochenta, cuando fueron fundados por los hermanos Peter y Chris Coyne. Desde entonces han tenido tiempo de recibir elogios de gente tan variopinta como David Bowie, Johnny Depp o The Mars Volta y colocar su álbum ‘Birth, School, Work, Death’ como un precedente del rock con garra que volvería con fuerza en los noventa.
Precisamente, los británicos en esta gira han atendido una petición de los fieles para interpretar íntegramente el disco mencionado anteriormente, pese a que hace no mucho también habían sacado ‘Alpha Beta Gamma Delta’, el que muchos consideran su mejor trabajo desde su álbum bandera. La tentación de vivir de las rentas ni siquiera se la plantean.
Con este grupo sucede algo similar a lo que pasa con The Stranglers, un combo que en su país natal puede congregar hasta 20.000 personas y aquí casi habría que darse con un canto en los dientes si logran atraer a mil, tirando por lo alto. Los de Peter Coyne tal vez sean algo más underground que los creadores de “No More Heroes”, pero seguro que en su país todavía conservan el estatus de banda de culto a la que hay que ver alguna vez en la vida.
Buen cartel se había montado en la bilbaína sala Santana 27 con dos combos que ofrecieron bolos tan válidos como el de los cabezas de cartel. Por desgracia, muchos prefirieron llegar a última hora y perderse propuestas tan interesantes como la de los burgaleses The Fuzzy For Her, cuyo nombre ya de entrada despertó la curiosidad de algunos asistentes. “¿Por qué solo fuzzy para ella?”, preguntaba el melómano Óscar, y le respondían: “Pues porque ella es muy bailonga”.
Lo cierto es que su rock garajero muy influenciado por The Sonics tenía su punto, con bombas sónicas del calibre de “Madre” o “Make Love” y con un cantante tan deseoso de provocar la reacción del público que se tiró más tiempo abajo que encima del escenario. Apunten su nombre, podrían reventar el garito más cercano.
Tomó el relevo todo un grupazo de punk rock como Las Furias, que irrumpieron con actitud de comerse el mundo y argumentos tan sólidos como la presencia de Ricky (Runaway Lovers, Bonzos) a la batería, lo cual implicaba que se iba a meter cera. Dicho y hecho, ahí estaban trallazos de la envergadura de “Señorita Rock N’ Roll” o la homónima “Las Furias”, por no mencionar las muy aceptables revisiones del “Teenage Kicks” de The Undertones o de “Too Drunk To Fuck” de Dead Kennedys. ¿Unas chicas saltando y agitando cabelleras como locas junto a la rotunda pegada de Ricky? Eso únicamente podría sonar genial. Maravillosas.
En el último Rebellion solo pudimos ver unos pocos temas de The Godfathers por los consabidos solapes, así que aguardamos con ganas su cita con la capital vizcaína, que no defraudó en absoluto y se transformó en un fiestón que ni siquiera imaginábamos al comienzo de la velada. El hard rockero inicio con “This Is War” y un “She Gives Me Love” con efluvios a The Cult era otra garantía de que nada podría salir mal aquella noche, por muchos percances que hubiera.
Pero el sonido acompañó, también el volumen de peña, la suficiente para montar jaleo sin agobiarse demasiado, y el repertorio no se centró exclusivamente en su álbum insignia, sino que resultó bastante más equilibrado de lo que podría intuirse. “OCD”, de su disco de estudio más reciente, imprimió velocidad considerable en un corte que parece pensado para el directo antes de que se arrancaran con la rockabilly “Walking Talking Johnny Cash Blues”, que siempre se suele recibir con agrado.
“¡Qué grande eres”, le gritaban al vocalista Peter Coyne, un tipo con cara de mala leche pero en el fondo cercano por todos los gestos de gratitud que tuvo con el respetable, como dar la mano a todo aquel que se lo pedía. Y el himno “Birth, School, Work, Death” fue entonado con fidelidad marcial en un mar de brazos levantados que se dejaban la garganta. Por ese momento, la mayoría se quedarían ya satisfechos.
No son para nada una banda de un solo tema, su discografía así lo atestigua, por lo que “If I Only Had the Time” se encaró con idéntico entusiasmo. El repaso a su obra magna continuó con “Tell Me Why” o la muy The Stranglers “It’s So Hard”, que un servidor tampoco las consideraría piezas menores. El hard rock de riffs de cortan el aire volvió a abrirse paso en “When Am I Coming Down”, que podría considerarse una suerte de híbrido entre Led Zeppelin, The Cult y The Beatles.
“Cause I Said So”, con su rollo a degüello cercano al punk, fueron ya palabras mayores, al tiempo que uno de los instantes más memorables del show. “The Strangest Boy” evocó de nuevo la etapa del ‘Love’ de la banda de Ian Astbury y Billy Duffy, mientras que “S.T.B.” exhibió poderío rockero en un repertorio sin desperdicio.
Relajaron ánimos con “Just Like You” antes de pillar carrerilla con “Obsession” y poner la guinda con “Love Is Dead”, la última canción de ‘Birth, School, Work, Death’. Así del tirón se cascaron el disco entero. Ahí no quedó la cosa, pues retomaron el material contemporáneo con “I’m Not Your Slave”, puro hard rock con resabios stonianos, y tampoco podía permanecer en el desván “I Want Everything”, su mejor tema para un servidor.
Con ese final tan apoteósico, uno ya iba en dirección a la puerta, convencido de que subir el listón a partir de entonces estaría complicado, pero mantuvieron el tipo con “I Want You”. Otro homenaje que no estaría nada mal sería el de interpretar de principio a fin el álbum ‘Hit by Hit’ de 1986, así por comentar. Y a los insomnes dedicaron ese “I Can’t Sleep Tonight” de ínfulas ramonianas antes de que la peña se desparramara por completo con “Fight For Your Right” de Beastie Boys, en la que Peter Coyne adaptó la letra y añadió el nombre de The Godfathers. Glorioso.
Su inapelable rueda vital sigue muy vigente, a pesar de las décadas transcurridas desde su lanzamiento. Aunque lo hagan a estas alturas infinidad de bandas, nunca está mal homenajear una obra maestra que guarda un lugar especial en los corazones de todos los fieles. Pero que nadie se engañe, esto no significa vivir de las rentas, la solidez que demuestran hoy en día en el trabajo ‘Alpha Beta Gamma Delta’ lo desmiente. Y en el directo igual.
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1 comentario
Pequeña crónica hacia las rockeras descargas que ofrecieron unos veteranos como THE GODFATHERS junto a LAS FURIAS y THE FUZZY FOR HER cada cual a su estilo estuvieron sublimes en tan conocida sala bilbaina.