Crónicas
Sun & Thunder (jueves) con Kreator, Paradise Lost o Leo Jiménez: El metal vuelve a la conquista del sur
«Llegaba el día de vivir la jornada inaugural de esta primera edición del Sun & Thunder, un recién nacido al que tenemos que cuidar, con un emplazamiento idílico y conciertos de un nivel excepcional»
17 julio 2025
Sun & Thunder, Marenostrum, Fuengirola (Málaga)
Texto: Silvia Black Panther. Fotos: Antonio Vázquez
El metal de primer nivel regresa a la localidad malagueña de Fuengirola en formato de gran festival, conservando aún en nuestra retina el gran concierto que vivimos hace pocas semanas en este mismo recinto a cargo de Dream Theater. Un paraíso de sol, playas, una gastronomía mediterránea inmejorable y la mejor música del mundo, hacen la combinación perfecta para vivir un buen festival de metal de gran calidad en un entorno envidiable, con el castillo de Sohail y el auditorio Marenostrum.
Atrás quedaron festivales como Rock the Coast, Metal Paradise o Cosquín Rock que se celebraron en este mismo lugar. Los responsables del Z Live dejan por unos días Zamora para trasladarse este verano de 2025 al sur, concretamente a la costa malagueña, y nos regalan un nuevo evento de primer nivel para los amantes del metal en Andalucía.
Poco a poco, nos fueron anunciando en sus redes las bandas que han estado incluidas en su cartel, y casi sin darnos cuenta llegaba el día de vivir la jornada inaugural de esta primera edición del Sun & Thunder, un recién nacido al que tenemos que cuidar, con sus defectos que hay que valorar y mejorar para próximas ediciones y sus muchas virtudes: muy buen sonido, excelentes instalaciones, emplazamiento idílico y conciertos de un nivel excepcional que, como dijo el propio Blackie Lawless (W.A.S.P.), forman parte ya de la historia del rock.
Julio de 2025, asistimos a la primera edición de una parte de la historia del metal en nuestro país, un festival al que deseamos larga vida y salud: Dos escenarios, Sun Stage como principal a pies del auditorio y su hermano pequeño, Thunder Stage, en el interior del castillo Sohail, tres días y muchas bandas, más de cuarenta, dando lo mejor de sí.
Jueves 17 de julio
La jornada se presentaba muy intensa y sin apenas darnos tregua alguna debido a la cantidad de bandas que teníamos por delante para disfrutar. La parrilla confeccionada por la organización ya nos indicaba que muchas bandas coincidirían, lo que hace difícil poder verlas a todas, y había que decidir entre unas u otras, algo que también ocurriría en las dos jornadas siguientes.
Abrían fuego Docka Pussel a las 15:30 en el escenario del interior del castillo, y hubo algo de confusión. Las puertas del auditorio principal estuvieron cerradas hasta pocos minutos antes de la hora de la actuación de la primera banda encargada de inaugurarlo, que no eran otros que Breed 77, una de las bandas revelación del metal en tierras británicas a finales de los noventa, que regresan con su maravillosa fusión rock, flamenco y metal.
Lo cierto es que el horario no los acompañaba, pero hay que torear en todas las plazas, y ellos supieron adaptarse y agradaron a todos los valientes allí presentes. Paul Isola, Danny Felice, Pedro Caparrós y Stuart Cavilla junto a la nueva incorporación de los gibraltareños, el sudafricano afincado en Londres Adam Stanley a la batería, saltaban a escena bajo un sol de justicia para dar un repaso a algunas de sus mejores composiciones.
Arrancaron con “Petroleo” y “The Battle of Hatin”, donde ya nos marcaban su sello personal: guitarra flamenca y metal fusionados con guitarras de gran nivel y una base rítmica contundente. Antes de su esperada versión personal del tema de The Cranberries “Zombie”, nos regalaban una de sus nuevas composiciones, “End of the Line”, que estará incluida en su próximo disco, titulado ‘7’, su séptimo disco. Como decía Thin Lyzzy: “The boys are back in Town”. Finalizaron dedicado la última a todos los que miran con recelo a los que vestimos de negro, escuchamos música ruidosa y tenemos tatuajes: “Ultima hora”.
El escenario Sun Stage acogía a Jelusick, miembro de Trans-Siberian Orchestra y Whitesnake en la última etapa de la banda. Conocido por haber sido fichado por Coverdale en el año 2021 como voz de apoyo, actuó en varios conciertos de la formación, entre los que no estuvo la primera edición del Rock Imperium Festival, en el año 2022, ya que a pocas horas de la actuación, David Coverdale anunciaba la cancelación del concierto y poco más se ha vuelto a saber de la serpiente blanca hasta el momento.
La banda liderada por el balcánico salía a jugar bajo un sol de justicia, a escasos metros de la playa y sin sombrilla, desafiando al clima veraniego de la Costa del Sol sobre el escenario y ante un público que comenzaba a llegar al recinto recién levantado de la siesta.
Su actuación no pasó desapercibida, aunque se vio un poco deslucida (suponemos que) por el sofocante calor que azotaba estas tierras del sur de España, aunque el público, que también lo sufría, aguantó estoicamente y complacido toda la hora que duró el espectáculo, pronosticándose así que la banda tiene un gran futuro por delante. Cuentan con juventud insultante acompañada de muy buena imagen y, como ya es sabido, estos chicos croatas, derrochan una gran calidad vocal e instrumental.
El final de Jelusick coincidía con el inicio de los valencianos Dragonfly, que ofrecieron su clásico power metal épico, liderados por su vocalista, Pablo Solano, que nos contagiaba a llevar las melenas al viento mientras Víctor, Juanba, Isauro y Jorge daban la velocidad precisa en sus ejecuciones perfectas para este género.
Cierto es que, aparte de su música, siempre me han llamado la atención sus guapas y curradas portadas. Como quien no quiere la cosa, desde sus inicios en 2006 hasta el momento, cuentan con siete discos editados, y en breve tendremos uno nuevo en nuestras manos. Desde la inicial “Sólo depende de ti“ hasta la última, “No lo verán caer“, Dragonfly demostraron una vez más ser una de nuestras joyas que aseguran el imprescindible y necesario relevo generacional.
Omnium Gatherum fueron una de las sorpresas agradables de la jornada con un directo brillante en todos los aspectos: sonido rozando la perfección, calidad de sus músicos y una voz vibrante que realmente me cautivó. Los finlandeses se ganaron a un público que disfrutaba de su death metal melódico, liderados por su guitarra Markus Vanhala, también guitarrista de sus paisanos Insomnium.
Markus es el único miembro original desde sus inicios, hace casi treinta años, de esta experimentada banda que ya ha visitado nuestro país en diferentes ocasiones. Recuerdo una gira junto a Amon Amarth y Dark Tranquility o alguna presencia en el Leyendas del Rock. Jukka Pelkonen pone voz a Omnium Gatherum, generando una brutalidad extrema con guturales y melodías en su justa medida, mientras sus compañeros Aapo a los teclados, Atte a la batería y Mikko al bajo, además de death melodico, incluyen momentos progresivos a su sonido.
Tras escuchar la intro “Louto”, un vendaval se nos venía encima con “Slasher”, “Paragon”, “New World Shadows”, “Gods Go First”… Los presentes en el Sun & Thunder disfrutamos de un adelanto de su próximo disco, del que nos dejaban “The Last Hero”. Los nórdicos hicieron las delicias de un público que supo disfrutarlos al máximo y consagraban una actuación para enmarcar.
Mind Driller descargaban su metal industrial made in Valencia en el escenario Thunder Stage, con algunos minutos de retraso por problemas técnicos. Aparecían con su ya conocida imagen futurista y tres voces que defienden un estilo poco habitual en las bandas de nuestro país y que es muy aclamado en otras partes de Europa.
“Game Over” abría un setlist que, recortado por el retraso, aunque fue corto, resultó muy interesante gracias también a su divertida e imaginativa puesta en escena. Además de Estefania, V y un bufón llamado Dani, Javix como guitarra, Pharaox al bajo y Reiman a la batería continúan su progresión como una de las bandas más impactantes del metal moderno estatal, cuidando mucho todos los detalles de sus directos.
Muy presente tuvieron su último disco, titulado ‘The Void’, del que ofrecieron “Armour”, “Insanity”, “End of the World” y la anteriormente citada “Game over”. Los chicos de blanco completaban su actuación con “Calling at the Stars” y “Rotten”, de su álbum ‘Involution’, y finalizaban con “The Fallout”.
Los castellonenses Dry River tropezaron con el fastidioso handicap de coincidir con el plato principal de la primera jornada. Ángel Belinchón, su vocalista, decía tras empezar con “Culpable“: “Nosotros no tenemos ni demonios ni fuego ni nada por el estilo, si estáis aquí es porque preferís otro tipo de música”. Dicho y hecho, junto al genio de las seis cuerdas Guillermo Guerrero, David Mascaró al bajo y Miguel Centelles a los teclados, dejaban rock progresivo y AOR de calidad, recordándome, salvando las distancias, a mis queridos Toto, con ramalazos floydianos.
Así lo hace también la portada de su último disco, ‘Cuarto creciente’, del que escuchamos “Segundo intento“ y “Capitán veneno“, sin demasiados alardes, centrados en una excelente ejecución de sus respectivos instrumentos, más allá de un Ángel muy activo sobre el escenario. Mientras abajo, el Sun Stage ardía en el infierno, aquí tocábamos el cielo con su despedida, basada en su ‘Quien tenga algo que decir, que calle para siempre’, del que extrajeron “Irresistible“ y “Traspasa mi piel“.
Aún con sol, llegaba el turno de uno de los dos platos fuertes de la noche de esta primera jornada en el Sun Stage, una de las cuatro grandes del thrash metal alemán, Kreator. Tras la intro “The Patriarch”, seguida del tema “Violent Revolution”, que da nombre a uno de sus grandes discos, se seguía calentando el ambiente con sus potentes, intensos y enérgicos temas y sonidos aderezados con fuegos infernales en el escenario y una espectacular e impactante puesta en escena, donde cuerpos ahorcados colgaban del techo y, al fondo, Satanás nos acechaba imponiéndose tras la batería escoltado por dos discípulos suyos situados a ambos lados del escenario. Nos hacían arder en lo más profundo del averno.
Un aforo importante se reunía en el recinto para “poguear” a ratos los temas más brutales de la banda de thrash metal y romperse los cuellos por el enérgico y salvaje headbanging incitado por Mille Petrozza y sus adoradores del mal.
Si hay algo que define a esta longeva y colosal banda es la elegancia y exquisitez en el aporte de sus melodías, la rapidez, velocidad y solidez en la ejecución de sus instrumentos, un combinado perfecto que penetra hasta lo más profundo de nuestras entrañas.
Como es habitual, salieron a arrasar y lo consiguieron con temas potentes y llenos de energía como “Enemy of God”, “Hail to the Hordes”, “Hate Über Alles”, “666 - World Divided”, “Phobia”, “Satan is Real” y terminaron su hora y media de actuación hondeando la bandera en “Flag of Hate” y poniendo el broche de oro con “Pleasure to Kill”.
Los británicos Paradise Lost, remataron las delicias de la noche del jueves cambiando de aire. Sin dilación, aparecieron sobre las tablas, hechos unos pinceles y puntuales como un reloj, dispuestos a desgranar uno a uno los temas más selectos e importantes escogidos para su setlist, de toda la carrera de la banda.
Considerados como uno de los padres del metal gótico y creadores del death doom y pioneros del gothic doom, han conseguido atesorarse una gran fama y popularidad en Europa. Su propuesta de estilo musical envolvió al público, donde también me incluyo yo misma, ya que es una de las bandas predilectas de mi colección, creando una atmósfera densa y ligera a la vez, donde el gótico y el doom bailaban al compás ya bajo la luna del Marenostrum de Fuengirola.
Nick Holmes, con su desoladora manera de cantar, que parece transmitirnos historias de promesas rotas, consiguió que incluso los más reticentes del público se vieran atrapados en ese hechizo que es su voz, quedando hipnotizados con cada pista del repertorio, rompiendo ese clímax la versión “Smalltown Boy” (Bronski Beat), a la que se entregaron por completo.
La banda rasgaba las cuerdas de unas guitarras abstractas acompañadas de una base rítmica estremecedora y de ese magnetismo oscuro que crecía con cada tema de su soberbia discografía. Sonaron temas como ”Enchantment”, “Forsaken”, “Faith Divide Us”, “Hallowed Land”, “One Second”, “Gothic”, “The Last Time”, “Say Just Words”, y para finalizar su espectáculo oscuro, tres bises: “Embers Fire”, “Smalltown Boy” y “Ghosts”.
Estas dos grandes bandas, impidieron ver el directo de Myrkur y Samael, dos grupos que me apetecía ver en acción, que actuaban en del segundo escenario.
Tras el metal oscuro de Paradise Lost era el momento de dar luz al metal hecho en nuestro país, y el encargado de cerrar el escenario principal era la bestia, Leo Jiménez, con su actual tour “30 años tras el apocalipsis”.
Disponía de sesenta minutos para mostrarnos una vez más, por qué es el frontman más respetado de nuestro país en la actualidad. Su fuerza, su carácter, su energía y su honor se reflejaban en el propio cartel que aparecía tras Leo y su banda sobre el escenario. Con él dejaba claras sus cualidades no sólo como músico, sino también como persona. Sobre dos leones un cráneo y dos guitarras se podía leer: “Leo Jiménez - Fuerza y honor”.
Tras un alto, agradeció al público que se congregaba en el recinto por estar ahí a pesar de las altas horas de la noche y después de un día de calor agotador sin tregua, y dejaba un mensaje que venía a decir: “Las bandas internacionales siempre son más apreciadas e importantes que las bandas grandes nacionales”.
“Desde niño“, con la que comenzaba el bolo, cuenta parte de lo que acabo de decir sobre Leo, que venía acompañado por Rufo Cantero a la guitarra, Carlos Expósito a la batería, Cristian Juárez a la otra guitarra, y al bajo en esta ocasión, en ausencia de Patricio Babasasa, su compañero en Stravaganzza, que no pudo asistir ese día, teníamos al hermano de Cristian, Dani Juárez, preparados para dar lo que su líder quiere, un directo potente en el que el público sienta cómo aumenta su adrenalina.
Durante el show, también hubo tiempo para recordar algún tema de su etapa como 037 con la balada “Llévame”. De su etapa actual, Leo Jiménez seleccionaba trallazos incluidos en sus discos ‘Animal solitario’, ‘La factoría del contraste’ y ‘Mesías’. “La era de la individualidad”, “Misantropía”, “Condenado”, “Soy libertad”, “Mesías”, “Cielo e infierno” sonaban imperiales, y no faltó a la cita una de esas espectaculares versiones que suele ofrecer en sus directos. En este caso la elegida era “Es por ti“, de Cómplices, con la que se cerraba el primer día de festival en el escenario principal.
La tralla final la pusieron en el castillo los franceses Eihwar, que combinan sonidos vikingos con música electrónica. Desgraciadamente, al coincidir con el músico de Fuenlabrada y su banda, no pudimos verlos, culminando así una primera jornada en la que terminamos agotados pero felices e ilusionados por todo lo que nos quedaba aún por vivir.
- Crónica de Sun & Thunder (jueves) con Kreator, Paradise Lost o Leo Jiménez: El metal vuelve a la conquista del sur - 21 julio 2025
- Andreas Kisser (Sepultura) versiona junto a su hijo a Metallica, Iron Maiden y Black Sabbath - 21 julio 2025
- Efemérides de la semana 21/07 - 27/07: Guns N’ Roses, The Rolling Stones, AC/DC, Metallica, Beatles, Queen, Pantera, Extreme, Marea… - 21 julio 2025