Crónicas

Status Quo: Los señores del boogie rock

«Una noche que posiblemente recordaremos como el último destello de una banda mítica que tantos himnos nos dejó y tan buenos momentos nos hizo pasar, con casi hora y media del tratado musical que encumbró a la banda inglesa»

15 junio 2024

Noches del Botánico, Real Jardín Botánico Alfonso XIII, Madrid

Texto: José Luis Martín. Fotos: Darío Bravo

Quince años habían pasado desde la última vez que vimos a Status Quo en la capital, un 4 de septiembre de 2009 en la sala La Riviera, aunque aquella vez, todavía con el insustituible e inolvidable guitarrista Rick Parfitt en sus filas, que falleció en Marbella en 2016. Una larga espera para la que puede ser la última vez que hayamos visto a este quinteto británico, que nació en Londres hace más de seis décadas, en formato eléctrico por nuestra ciudad.

La banda que formaron en 1962 en Londres el vocalista y guitarrista Francis Rossi y el bajista Alan Lancaster como The Scorpions, tomó el famoso nombre actual en 1968 y ha ido acumulando una gran cantidad de grandes éxitos que han formado parte de la banda sonora de muchos seguidores a lo largo de su historia hasta convertirse en imperecederos himnos intergeneracionales.

En el incomparable marco del Jardín Botánico madrileño, situados en primera línea y rodeado de miembros del club de fans de Status Quo en España llegados desde varias localidades de la península, nos preparábamos para disfrutar de una gran sesión de rock and roll y boogie rock como el que nos tienen acostumbrados sus componentes.

Faltando cinco minutos para las diez de la noche, saltaban a escena los Status Quo de la última hornada, perfectamente uniformados con pantalones negros, camisas blancas inmaculadas con los botones negros, salvo Francis Rossi, que los llevaba blancos, quizás como galones y distintivo de ser el único miembro original que permanece en el combo.

La alineación que presentaban era la habitual de los últimos años, con Francis Rossi a la voz y la guitarra en la parte central del escenario, el último en incorporarse en 2016, Richie Malone a la guitarra rítmica y voz a su derecha; John “Rhino” Edwards al bajo y voz a su izquierda, incorporado en 1985; Andy Bown a la guitarra, teclados, armónica y voz, presente en la banda desde 1976, y Leon Cave a la batería y percusión, que se unió en 2013, aunque era un habitual de la banda que tenía Francis Rossi.

Comenzar con “Caroline”, de aquel lejano álbum de 1973, ‘Hello!’, el más utilizado en la noche, y que compuso  Rossi con su tour manager Bob Young, supuso la primera portada con su logo característico y el primero en el que participaba Bown, aunque sólo se le acreditara como músico de sesión, era ya para meterse al público en el bolsillo desde los primeros acordes.

Si Rossi comenzó llevando las riendas vocales, para “Rain” cogía el relevo Bown, y el irlandés Malone, que llevaba una muñequera de España, hacía lo propio con “Little Lady”, cerrando con la emotiva frase: “Va por ti Riff”, con el dedo señalando hacia arriba. Estos dos últimos se repartían las canciones que cantaba el añorado Parfitt.

Los primeros acordes de guitarra nos encaminaban a “Softer Ride”, comentando antes Rossi, que cumplió 75 años el mes pasado, que estaba cuidando su voz con miel y té. De voz y físico se encuentra justo, pero el apoyo de sus compañeros con los coros y la alternancia en las tareas vocales le permiten mantenerse al frente defendiendo un estilo que no permite mucho relax ni descanso. El público lo agradecía cantando y moviéndose al ritmo de la canción, con una entrega máxima y acompañándolo con las palmas.

En “Beginning of the End”, de aquel disco llamado ‘In Search of the Fourth Chord', y cuyo vídeo se desarrollaba en la famosa noria londinense, Rossi se alternaba en la voz con Bown, que dejaba su puesto en los teclados para enfundarse la guitarra y acompañarle.

La fantástica y adictiva “Hold You Back”, que cerraba el álbum ‘Rockin’ All Over the World’, ponía a las primeras filas a botar y a seguir el estribillo de forma apasionada. El calor del público era muy bien recibido y agradecido por los músicos.

Con una carrera tan prolífica y con una discografía tan abundante, muchas canciones se iban a quedar fuera del repertorio, y para solventar en parte esta limitación, fundieron en un medley una buena representación de ellas como: “What You’re Proposing”, “Down the Dustpipe”, “Something ‘Bout You Baby I Like”, “Wild Side of Life”, “Rollin’ Home”, “Railroad”, “Again and Again” y “Mystery Song”.

“The Orietal” es una canción que no goza de muchas simpatías dentro sus seguidores más acérrimos, que esgrimen que en su disco ‘Heavy Traffic’, publicado en 2002, existen otras con mayor merecimiento como “All Stand Up (Never Say Never)” o “Jam Side", por ejemplo, y creo que nos les falta parte de razón.

Esta fase un poco más pausada seguía con un medio tiempo como “In My Chair”, que en su single editado en 1970 contenía en la cara B la mítica “Gerundula”, canción que no paraba de pedir uno de los asistentes ante la cara de incredulidad de Rossi cuando lo oyó. Y la completaban con un tema que fue muy popular en nuestro país en 1986 como “In the Army Now”, una versión del dúo neerlandés Bolland & Bolland.

Nos encaminábamos ya hacía la parte final con los imprescindibles y emblemáticos “Roll Over Lay Down”, “Down Down”, que iniciaba Rossi con un pequeño solo a modo de intro, “Whatever You Want”, una canción que nos acompañó con frecuencia en nuestra juventud, y esas notas de teclados que nos introducían al famosísimo “Rockin’ All Over the World” que creó el excelente cantante y compositor americano John Fogerty y que Status Quo elevaron al máximo nivel de popularidad.

Para el bis ya no estaba el habitual “Bye Bye Johnny” con el que cerraban sus actuaciones en el pasado, pero ahora estamos en otra época, en la que hay que ajustar más el tiempo, y para ello nos dejaron con “Don’t Waste My Time”, el corte que abría su álbum ‘Piledriver’, que dio nombre a su propia cerveza y que puso colofón a otra de sus vibrantes y festivas actuaciones que tanto se disfrutan en la buena compañía de todos los que sentimos correr el rock and roll por nuestras venas.

Una noche que posiblemente recordaremos como el último destello de una banda mítica que tantos himnos nos dejó y tan buenos momentos nos hizo pasar, con casi hora y media del tratado musical que encumbró a la banda inglesa: sus poses habituales, la complicidad con el público, su actitud y apasionamiento con una entrega que cautivó a sus seguidores y su adictivo rock and roll que siempre hizo que no pudieras dejar de moverte a su ritmo.

Redacción
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1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia el gran concierto que se marcaron los históricos STATUS QUO en la rockera Madrid a base de estos clásicos del mejor Rock Británico. Ojala no se tarden otros 15 años para volver tanto a Madrid como a nuestro pais.

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