Crónicas

Standstill en Bilbao: Bailando en el salón

«No puedo dejar de recomendar hasta el extremo esta mayúscula gira de regreso que catamos por tercera vez este año y que volveríamos a repetir mañana mismo. Aprovechen hasta finales de enero, tal vez no existan demasiadas oportunidades de verles bailando en el salón en un futuro.»

7 diciembre 2024

Kafe Antzokia, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Las giras de regreso se han popularizado tanto que llega un punto en el que la mayoría las mira con suspicacia, sopesando si se trata de una vuelta por amor al arte o más bien al vil metal. Pero dichos movimientos no se encuentran todos motivados por cuestiones de oportunidad o mercado, también existen reencuentros genuinos con los fans por parte de bandas que a esas alturas de su trayectoria nada tienen que demostrar.

El hueco que dejaron en el indie patrio los catalanes Standstill explicaría desde luego esto último tras una trayectoria de casi dos décadas, pero habría todavía más, puesto que a la gira veraniega por festivales como Bilbao BBK Live o Canela Party le ha seguido un periplo peninsular por salas para reivindicar precisamente este tipo de recintos en un tiempo en el que muchas ven peligrar su actividad por falta de voluntad política o presas de vecinos intransigentes que pretenden vivir como en el campo en el centro de una ciudad. Y no olvidemos lo mal que lo pasaron estos espacios durante el cerrojazo cultural decretado durante la pandemia que no votó nadie.

Si su primera parada en la sala Apolo de Barcelona agotó entradas, la asistencia no puede decirse que anduvo floja a su paso por el Kafe Antzokia de Bilbao. No defraudó en cuestión de afluencia un recinto tan importante para los propios miembros del grupo, como confesarían posteriormente a lo largo del show.

Con una gran alfombra decorando el escenario y la configuración escénica en círculo propia de la gente del hardcore, Standstill tuvieron un arranque impresionante con “Me gusta tanto”, una especie de post rock no muy alejado al de Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra, y “Poema nº 3”, que encendió de primeras los ánimos de la afición con enérgicos coros por parte de la banda. Imposible no adentrarse en ese laberinto de estructura compleja y letra no menos enrevesada.

Siguieron en progresión para buena parte de los fieles con la segunda parte de “Adelante, Bonaparte” y evocaron la chatarrería fantasmagórica de Nick Cave en “Tocar el cielo”, con fragmentos no muy distantes de lo que podría ser un cantautor convencional. El vocalista y guitarrista Enric Montefusco no escatimaba a la hora de legar interpretaciones sentidas, algo incrementado por lo que evocaba el Antzoki para los catalanes, un lugar en el que habían estado unas seis veces, según recordaron.

Hubo que llamar al orden a las cotorras que vienen a los conciertos a dar por saco, pues en ocasiones no dejaban apreciar los momentos más reposados, pero por fortuna a partir de cierto tramo del bolo enmudecieron de repente, tal vez espoleados por un recital inmenso que fue ganando poso a medida que avanzaba la actuación.

Recordaron la etapa complicada en la que estuvieron a punto de separarse en “¿Por qué me llamas a estas horas?”, que fue recibida con gritos de emoción y recitados de letra a pulmón. La excelsa labor de Ricky Lavado a las baquetas se hizo tan presente que recibió unas cuantas muestras de apoyo a lo largo de la velada, e incluso escuchamos a un asistente decir: “¡Quiero ser el batería!”.

La cita iba cobrando temperatura en cuestión emocional y ante la espectacular respuesta recibida Montefusco advirtió: “En Apolo no consiguieron hacernos llorar”. Aviso para navegantes de que no se conformarían con cualquier cosa en lo que respectaba a la entrega del respetable, pese a que al final alguno acabara gritándoles: “¡Mucho! ¡Mucho!”.

El vocalista mencionó además lo que podría llegar a cambiar el significado de las canciones con el paso de los años y en “Hay que parar” volvimos a disfrutar de una interpretación impagable coronada por un final a capela de poner piel de gallina. Y en “Nunca, nunca, nunca” se preguntaron “¿Cuál es el precio de un beso?” antes de que Montefusco aportara su granito de arena a la percusión tribal que ejerció de apabullante in crescendo.

“Noticias del frente” disminuyó revoluciones y fue todo un desafío en un entorno con algunas molestas cacatúas maleducadas, mientras que bordearon de nuevo el rollo oscuro existencialista en “Feliz en tu día”. Otro instante de pelos de punta que fundieron con “La mirada de mil metros”, una composición flotante a medio camino entre el post rock y el rock progresivo, aderezada por gritos de “¡Estaría muy bien!” por parte de los fieles. Aquello era un disfrute continuo para melómanos.

Homenajearon precisamente a los seguidores que llevaban con ellos desde el principio en la hardcoreta “Ride Down The Slope”, que rompió en materia estilística la tónica de la velada, pero se agradeció ese momento enérgico con ecos a Rage Against The Machine. “1,2,3 Sol” nos indicaba que se acercaba el final del show, como una especie de “Ocupen la localidad” de Sabina en sentido inverso.

Y en “Cuando” la peña terminó alabando a Ricky Lavado por su monumental pegada, una sensación acrecentada por el resto de la banda arremolinada en torno al kit de batería como si fuera un sumo sacerdote. Rindan el debido respeto.

Enric comentó que tuvieron muy claro el repertorio desde el comienzo de esta gira por salas, pero que no querían hacer bises, aunque acabaran dedicando los últimos temas a los fieles que engrandecieron tanto la velada. La primera parte de “Adelante, Bonaparte”, en clave folk, sirvió para cerrar la sesión como si hubiéramos escuchado de cabo a rabo alguna de esas grandes obras conceptuales de la historia de la música. Siempre adelante.

No puedo dejar de recomendar hasta el extremo esta mayúscula gira de regreso que catamos por tercera vez este año y que volveríamos a repetir mañana mismo. Aprovechen hasta finales de enero, tal vez no existan demasiadas oportunidades de verles bailando en el salón en un futuro.

Alfredo Villaescusa
Etiquetas: , , , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *