Sopa de Cabra en Barcelona: Vencer al paso del tiempo por K.O.

Sopa de Cabra ha adoptado estos Jardins de Pedralbes como uno de sus escenarios fetiche, pues lleva actuando aquí dos años consecutivos, y esta vez no fue un concierto más, no. Tampoco lo era el repertorio que la banda está interpretando en estos días, ni tan siquiera la misma formación.

Jardins de Pedralbes rozó el sold out con unos fans devotos y entregados, de los de toda la vida, y Sopa de Cabra hizo gala de eso que ha servido de título a su más reciente trabajo, ‘Ànima’. Resultó extraño, de entrada, no ver a Josep Thió a la guitarra, sustituido por Oest de Franc, debido a un cuadro de ansiedad; también sigue sin estar Cuco Lisícic al bajo, que todavía espera un trasplante de riñón y está siendo sustituido por Miki Santamaría. No era un panorama halagüeño y, sin embargo, Sopa de Cabra sacó adelante un concierto espectacular basado en sus grandes éxitos.

Una agradable noche de verano se vio seducida por un greatest hits en toda regla que empezó con “Si et va bé”. Nada podía salir mal. “El carrer dels torrats” desnudó la juventud rebelde de muchos y “Temps de sega”, con Beth compartiendo micro, puso el contrapunto íntimo.

El entorno, con el Palau de Pedralbes de fondo, y un sonido exquisito eran el marco perfecto para los de Girona, que aprovecharon “Farem que surti el sol” y “Si et quedes amb mí” para recordar a aquellos que mueren en guerras y a los exiliados, porque desgraciadamente el mundo sigue viviendo una sucesión de barbaries sin sentido, y para luchar para acabar con los dictadores. Sopa de Cabra, sus discursos y algunas de sus canciones, siempre han tenido un componente de compromiso social.

Seguía el recital con dos temas de su última etapa que sonaron frescos, atemporales también, como “Cercles” y “En un segon”, que dieron paso a un carrusel de clásicos que puso al auditorio en pie y cantando al unísono en perfecta comunión con la voz de Gerard Quintana.

“Podrè tornar enrera”, “Instants de temps” o “Sota una estrella” llevaron en volandas un concierto que pasó en un suspiro, con unos músicos en perfecta simbiosis entre ellos y, a su vez, con el público.

Josep Soler a la guitarra rítmica, sentado debido a su reciente operación para ponerle una prótesis de rodilla, se lanzó con las primeras notas de “Guerra” mientras Gerard reproducía parte del discurso que proclamó en el mítico directo ‘El retorn’.

Lo enlazaron con el clásico “Podré tornar enrera”, que Quintaba y Beth cantaron a dúo y con el que mostraron nuevamente la tremenda complicidad de sus voces.

“No tingues presa” y “Blujins roc” pusieron el contrapunto canalla entre tanto medio tiempo y canciones de amor, y fueron dos perlas que hacía tiempo que no interpretaban.

Como el concierto era una fiesta y el repertorio iba de grandes éxitos, el colofón llegó con un “L’Empordà” excelso, un “Tot queda igual” que sonó a ‘Ben endins’ y un “Camins” imperdible.

Sopa de Cabra volvió a demostrar que en esta nueva encarnación de la banda, en la que se ha sobrepuesto a tantos problemas de salud, los temas escritos durante cuarenta años siguen tan vigentes como entonces.

Larga vida a Sopa de Cabra, que el año que viene celebra sus cuarenta años de vida.

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