Crónicas

Resurrection Fest 2025 (sábado) con Slipknot, Vader o Zeal & Ardor: El gran final

«La edición de 2025 ha sido histórica: más de 140.000 asistentes, un cartel variado y potente, y una organización que ha sabido gestionar con solvencia el mayor "Resu" hasta la fecha; nos vemos en 2026»

28 junio 2025

Resurrection Fest, Viveiro, Lugo

Texto: Ayar Salazar. Fotos: Hughes Vanhoucke

Con la resaca emocional acumulada de tres días intensos (puedes leer en estos enlaces las crónicas del primer día, del segundo y del tercero), la edición de vigésimo aniversario de Resurrection Fest encaraba su cierre con un balance histórico. Más de 140.000 personas han pasado por el recinto durante estos cuatro días, convirtiendo esta edición en la más multitudinaria y exitosa de su historia. El ambiente es el de un festival que, dos décadas después de su nacimiento, se sigue consolidando como uno de los grandes eventos de música extrema a nivel europeo.

Slipknot

Con el recinto rebosante de un aire de celebración colectiva: público llegado de más de 40 países, un cartel variado que ha recorrido casi todos los palos del rock y el metal, y una organización que ha sabido gestionar el reto de movilizar a semejante número de asistentes, “el resu” llega a su fin en este 2025. Aunque en los meses previos hubo cierto debate sobre si el cartel de esta edición estaría a la altura de años anteriores, los hechos han terminado despejando dudas: el ambiente ha sido inmejorable y la respuesta del público, abrumadora.

La expectación por el cierre definitivo con Slipknot a la cabeza se respira en cada rincón del festival, pero antes aún quedaba una jornada entera por delante, con propuestas para todos los gustos y oídos.

Gutalax: Cuanto más absurdo, mejor

El cuarto día arrancó en el Main Stage con uno de esos bolos que dividen a la audiencia entre la risa, el desconcierto y la pura entrega al caos: Gutalax, la boyband más cochambrosa de la República Checa (palabras textuales de su vocalista, Maty, que salió al escenario con una tapa de inodoro colgada al cuello como si fuera el trofeo de la Champions League del grindcore).

Gutalax

Vestidos con monos blancos desechables dignos de un laboratorio de riesgos biológicos y con dos enormes Toi Toi plantados a modo de backline (patrocinio no confirmado, pero bastante evidente), los checos ofrecieron su habitual fiesta de guturales, blast beats y efectos sonoros porcinos. Entre canción y canción, el delirio fue en aumento: lanzaron un colchón inflable al público para potenciar la producción local de crowdsurfers, y por si fuera poco, empezaron a llover salchichas Frankfurt desde el escenario.

Grindcore escatológico, humor de retrete y una legión de fans que saben que con Gutalax, la consigna siempre es la misma: "Cuanto más absurdo, mejor”.

Metalcore en el horizonte

Los pamploneses The Broken Horizon llevaron su metalcore moderno y melódico al Ritual Stage, donde una buena multitud se congregó bajo el calor de la tarde para celebrar junto a ellos su décimo aniversario. Ahora en formato cuarteto, la banda está formada por Álex (voz), Jun (guitarra) —ambos hermanos de origen peruano—, Fuentes (bajo) y Joanes (batería).

The Broken Horizon

Con su mezcla de riffs pesados, breakdowns demoledores y estribillos coreables, The Broken Horizon ofrecieron un show intenso y emocional, repasando lo más destacado de su carrera y dejando claro por qué son una de las promesas más firmes del metal estatal. El sonido estuvo demoledor.

Una buena dosis de nu metal

El nu metal fue sin duda el plato fuerte del menú en el último día del Resurrection Fest 2025, aunque los entrantes también dejaron buen sabor de boca, como la actuación de Tetrarch. Originarios de Atlanta, ciudad conocida por ser sede de gigantes como CNN y Coca-Cola, pero actualmente afincados en Los Ángeles, los americanos aprovecharon su gira europea por clubes para presentar su último álbum, ‘The Ugly Side of Me’, lanzado en mayo.

La banda ofreció un show sólido y contenido, con la presencia de la guitarrista afroamericana Diamond Rowe en sus filas, en un día donde la afluencia a estas horas ya no fue tan masiva como en jornadas anteriores, probablemente por el lógico cansancio acumulado.

Tetrarch

Entre bromas, comentaron cómo después del cole escuchaban a sus ídolos, Slipknot y Metallica, y ahora viajan por el mundo llevando su propia música. Una actuación íntima pero sincera que sirvió para abrir boca antes de las grandes estrellas que cerraron la jornada.

Deathcore para todos los gustos

Mental Cruelty, provenientes de Alemania, aterrizaron en el Ritual Stage para desplegar su potente propuesta de deathcore. Entre sus filas destaca el guitarrista Nahuel Lozano, quien aporta técnica y agresividad al sonido de la banda. En esta gira presentaron canciones de su último disco, ‘Zwielicht’ (2023), un trabajo que ha consolidado su reputación dentro de la escena extrema gracias a su combinación de riffs afilados, blast beats implacables y vocales guturales demoledores. Su energía sobre el escenario y su capacidad para conectar con el público dejaron claro que Mental Cruelty es una fuerza creciente en el metal internacional.

Mental Cruelty

Desde Gotemburgo llegó directo al Main Stage la banda Aviana, que sorprendió al no traer el típico death metal melódico, sino una fusión vibrante de metalcore y deathcore melódico. En el escenario, la mayoría de sus miembros aparecieron enmascarados, creando un aura de misterio y teatralidad, mientras que el carismático vocalista Joel Holmqvist se mostraba sin máscara, ejerciendo como el único miembro oficial y alma de la banda desde su fundación hace nueve años.

A lo largo de su trayectoria, Joel ha ido reclutando músicos para dar vida a su visión musical, manteniendo siempre esa intensidad emotiva que conecta con el público. Mientras tanto, en Resu Kids, la diversión seguía al rojo vivo, recordando que el espíritu del festival abraza a todas las edades y que la música une generaciones.

Aviana

Slomosa y su tundra rock triunfaron en el Desert Stage

Por el tema de los solapamientos, tuvimos que salir corriendo rumbo al Desert Stage para ver algo de la actuación de Slomosa, que en su primera incursión al Resu ofrecieron una de las actuaciones más refrescantes y adictivas de la jornada. Desde Bergen (Noruega), llegaron a Viveiro con su personalísima etiqueta de “tundra rock”, una reinterpretación escandinava del stoner californiano, pero pasada por el filtro de la melancolía y la energía nórdica.

El guitarrista y vocalista Benjamin Berdous, con su voz limpia, cálida y siempre reconocible, lideró el show con un carisma tranquilo pero efectivo. A su lado, Tor Erik Bye a la guitarra, Marie Moe al bajo (con un groove hipnótico y una presencia escénica que captó todas las miradas) y Jard Hole en la batería, formaron un bloque sólido que sonó contundente y atmosférico a partes iguales, en esta gira demás tienen un músico de apoyo en una tercer guitarra, coros y percusiones menores.

El público del Desert Stage conectó de inmediato con los noruegos desde que abrieron con “Cabin Fever”, y la intensidad fue creciendo con temas como “Rice”, “In My Mind’s Desert” y “Battling Guns”, auténticos muros de fuzz y groove. El viaje emocional llegó a su punto más álgido con “Red Thundra”, uno de los temas nuevos de su segundo álbum “Tundra Rock” (2024) que tantas alegrías les está dando.

Para el final se guardaron una bala de plata: “Horses”, que desató una última ola de saltos y headbangings en las primeras filas. Slomosa demostraron por qué son hoy una de las bandas más prometedoras dentro del stoner y el fuzz europeo. La tundra llegó al Resu… y arrasó.

Spectral Wound

Spectral Wound, procedentes de Montreal (Quebec, Canadá), aterrizaron en el Ritual Stage justo cuando el grueso del público comenzaba a concentrarse en el prado para el inminente show de Slipknot, programado un par de horas más tarde, los canadienses, aun así, supieron atraer a un buen número de fieles gracias a su propuesta de black metal atmosférico pero directo, con un notable componente melódico que los diferencia dentro del género.

El muro de sonido creado por las guitarras fue uno de los grandes pilares de su actuación, destacando el trabajo del guitarrista colombiano Andrés Arango, cuya aportación sumó un curioso vínculo hispano a la jornada. La sección rítmica sonó precisa y demoledora, mientras que la voz, desgarrada y cruda, transmitió toda la rabia y desesperación que se espera del estilo.

Los suecos Adept al rescate

Adept

La baja de última hora de Crossfaith, tras cancelar toda su gira europea a raíz del polémico incidente en Graspop (mencionado incluso por Ronnie Radke de Falling in Reverse), dejó un hueco inesperado en el Main Stage del Resurrection Fest. La organización reaccionó rápido y llamó a Adept, veteranos del metalcore sueco con más de dos décadas de trayectoria… pero que ni siquiera sabían que tocarían en Viveiro hasta apenas unos días antes.

La banda tuvo que improvisar la logística como pudo, incluyendo pedir dinero prestado a amigos para costear los vuelos. Con todo en contra, Adept demostró por qué siguen siendo queridos dentro del underground europeo: ofrecieron un show directo, intenso y honesto, de esos que no necesitan artificios. Riffs afilados, breakdowns efectivos y una entrega total. Al final, no solo salvaron el día, sino que se ganaron a muchos nuevos seguidores entre el público del Resu.

Death Metal en las venas

Vader

Los legendarios polacos de Vader subieron al Ritual Stage con toda la fuerza que les ha mantenido en la élite del death metal durante más de 40 años. Con un show potente, envuelto en humo y energía brutal, reafirmaron por qué son uno de los pilares indiscutibles del metal extremo en Europa.

Además de repasar clásicos de su extensa discografía, Vader presentó temas de su reciente EP ‘Humanihility’ (2025). La formación actual, con Peter en voz y guitarra, Mauser y Spider en guitarras, Hal en el bajo y Michael en la batería, mostró una cohesión impecable y una entrega absoluta, dejando claro que Vader sigue siendo un referente imprescindible del death metal europeo y mundial. Los amantes del género gozaron de lo lindo.

Enmascarados de Iowa toman Viveiro

Slipknot

Para muchos, el gran momento del festival llegó a las 23:00 horas, cuando los iowanos más famosos, Slipknot, tomaron el escenario principal en Viveiro. Con un prado completamente lleno y un público de todas las edades (desde niños hasta veteranos metaleros) la banda se consagró como la cereza del pastel de esta edición.

Slipknot, ya una leyenda del metal contemporáneo, sonó como una auténtica apisonadora. Desatando la furia y energía característica que los ha hecho míticos, interpretaron un setlist poderoso que incluyó clásicos imprescindibles como “People = Shit”, “Wait and Bleed”, “Psychosocial”, “The Heretic Anthem” y “Duality”, además de temas recientes como “Nero Forte” y “Unsainted”, manteniendo a la audiencia entregada de principio a fin.

Slipknot

Para esta gira, los miembros originales (excepto Shawn “Clown” Crahan, quien se quedó en EE. UU. con su familia) retomaron las icónicas máscaras de principios de milenio desde el primer tema, un guiño muy celebrado por los fans en el que es también el 25º aniversario de la banda.

Por primera vez en España con Slipknot, el virtuosismo de Eloy Casagrande, conocido por su trabajo en Sepultura, se hizo notar en la batería, mientras Corey Taylor se ganó al público con sus esfuerzos por hablar en español. Los guitarristas Mick Thomson y Jim Root, pilares inamovibles del sonido del grupo, desataron riffs potentes y precisos, completando una actuación épica que reafirmó la devoción de miles de fans que no dejaron de vibrar en cada canción.

Slipknot

Slipknot cerró así una jornada inolvidable, certificando que siguen siendo una fuerza imparable y un referente indiscutible del metal moderno.

Y cuando ya pensábamos que no nos quedaban energías después de la apisonadora que fue Slipknot, llegó el turno de Zeal & Ardor para poner el broche final a esta edición de Resurrection Fest. La propuesta única de Manuel Gagneux y compañía (esa mezcla de black metal, góspel, soul y blues) resultó hipnótica incluso para los que ya estábamos medio arrastrándonos por el cansancio acumulado de cuatro días de música y emociones.

Zeal & Ardor

La verdad es que, como cada año, uno de los grandes retos fue decidir a qué escenario acudir. La oferta fue tan amplia y suculenta que, por momentos, hubo que tomar decisiones dolorosas: elegir entre quedarse hasta el final de un show para salir corriendo a otro escenario… Imposible estar en todas partes, aunque las ganas no faltaron.

La edición de 2025 ha sido, sin duda, histórica: más de 140.000 asistentes, un cartel variado y potente, y una organización que ha sabido gestionar con solvencia el mayor Resurrection Fest hasta la fecha.

Nos vamos agotados pero felices. Y, como siempre, ya estamos contando los días para la próxima. Las fechas ya están marcadas: 1, 2, 3 y 4 de julio de 2026. Nos vemos el año que viene en Viveiro.

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Largo resumen hacia las cañeras descargas de SLIPKNOT y los polacos VADER las cuales fueron las mejores de este pasado Sábado en el RESU.

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