Crónicas

Resurrection Fest 2025 (jueves) con Korn, Till Lindemann o Seven Hours After Violet: Avalancha de estilos, emociones y momentos memorables

«La segunda jornada se presentaba como una maratón de estilos y contrastes: desde el nu metal de Korn, auténticos cabezas de cartel de la noche, hasta el espectáculo industrial de Till Lindemann»

26 junio 2025

Resurrection Fest, Viveiro, Lugo

Texto: Ayar Salazar. Fotos: Hughes Vanhoucke

El recinto de Resurrection Fest volvió a llenarse de camisetas negras llegadas desde 40 países. La primera jornada (puedes leer la crónica aquí) arrojó la cifra de veinticuatro mil asistentes. En esta segunda jornada, diríamos que incluso esta cifra fue superada. Mientras tanto, el sol, desafiando las previsiones más pesimistas, siguió acompañando la fiesta en Viveiro.

Korn

La segunda jornada se presentaba como una maratón de estilos y contrastes: desde el nu metal de Korn, auténticos cabezas de cartel de la noche, hasta el espectáculo industrial de Till Lindemann, pasando por el metalcore técnico de Northlane, el crossover festivo de Municipal Waste o el thrash de Death Angel; mientras que el Desert Stage ofrecía los espectáculos de bandas como Conan, El Altar del Holocausto o Eagles of Death Metal. El Chaos Stage tampoco se quedaba atrás, repartiendo tralla y hardcore a base de nombres como Cabal o Deez Nuts. En definitiva, una jornada intensa y variada.

Tralla desde muy temprano

Empezamos con los locales Not Yet, originarios de Viveiro y Foz, estrenando el Chaos Stage, situado estratégicamente junto a la entrada del recinto. Su propuesta: un post hardcore con tintes post punk, directo y pegadizo, que conectó rápido con el público. Al frente, su vocalista, con un timbre y una actitud que recordaron por momentos a un joven Bunbury, supo meterse en el bolsillo a una nutrida representación de fans locales que no quisieron perderse el arranque de la jornada en lo que ellos mismos denominaron “un gran escaparate” para mostrar su trabajo.

Not Yet

Como el anunciado "Secret Show" en el Desert Stage fue cancelado a última hora, muchos de los curiosos nos desplazamos hacia el Ritual Stage, donde ya se preparaba el set de VOWWS. El dúo australiano, afincado actualmente en Los Ángeles, ofreció un concierto que fue todo un cambio de registro respecto a la caña predominante en el festival. Su propuesta se movió entre el dark pop, el post punk y el rock alternativo con aroma ochentero, en una onda que por momentos recordaba a bandas como Editors, Depeche Mode o incluso The Cure, pero siempre con un enfoque más minimalista y cargado de atmósfera.

Sobre el escenario, destacó la figura de Rizz, vocalista y teclista, que, con su estética gótica, vestida completamente de negro y fumando con parsimonia entre canciones, aportó un aire misterioso y casi cinematográfico a la actuación, por supuesto bien acompañada de Matt James a la guitarra y voz.

Vowws

Northlane se impone a la adversidad

De vuelta al Main Stage, era el turno de Northlane, uno de los grandes nombres del metalcore australiano que en los últimos años ha sabido reinventarse abrazando el electronicore y los sonidos más atmosféricos. Su propuesta actual combina la agresividad de sus inicios con capas electrónicas y pasajes melódicos que invitan tanto al pogo.

La banda no lo tuvo fácil, problemas técnicos con las guitarras pusieron a prueba la paciencia de todos. Pero lejos de venirse abajo, el guitarrista Jon Deiley tiró de humor y se dirigió al público en un español sorprendentemente decente, arrancando sonrisas mientras resolvían el entuerto.

Northlane

Con su llamativo conjunto verde oliva, Marcus Bridge mostró cercanía y energía de principio a fin. Temas como “Carbonized”, “Clarity”, “Bloodline” y el cierre con “Clockwork” acabaron por redondear un show que empezó con incertidumbre y terminó convertido en una auténtica fiesta de metalcore moderno.

Bay Area = Thrash

Los thrashers del Bay Area Death Angel demostraron en el Ritual Stage por qué siguen siendo una referencia obligada dentro del género. Con más de cuatro décadas de trayectoria a sus espaldas, la banda californiana entregó una sólida ración de thrash metal clásico, apoyada en el virtuosismo de Rob Cavestany y Ted Aguilar a las guitarras, que repartieron riffs afilados y solos a toda velocidad.

Al frente, Mark Osegueda, con su habitual actitud entre desafiante y ligeramente pedante, no dejó de arengar al público y exigir más movimiento en el mosh pit, algo que los presentes agradecieron con pogos constantes y cuellos en movimiento.

El set incluyó verdaderos misiles como “Mistress of Pain”, “The Moth” y la inevitable “Thrown to the Wolves” con el outro del clásico de clásicos de su era ochentera: “The ultra violence”, que cerró la actuación entre una auténtica descarga de adrenalina.

Death Angel

El nuevo grupo de Shavo

Seven Hours After Violet, el nuevo proyecto de Shavo Odadjian, conocido mundialmente por ser el bajista de System of a Down, sorprendió a muchos con una propuesta más melódica de lo esperado, pero sin renunciar a momentos de pura agresividad. Su sonido navega entre el metal alternativo moderno y pinceladas de deathcore, con un trabajo vocal de Taylor Barber que alterna pasajes melódicos con guturales densos y afilados.

Mientras Shavo manejaba el bajo con la solvencia y actitud que le caracteriza, el resto de la banda desplegó una energía creciente que acabó contagiando al público. A medida que el set avanzaba, el número de crowdsurfers creció de forma exponencial, obligando a la seguridad a multiplicarse para mantener el control. Una actuación potente y efectiva, que dejó claro que este nuevo proyecto de Odadjian tiene mucho más que un simple apellido ilustre.

Seven Hours After Violet

Los Resu Kids se unen a la fiesta crossover

Poco después de que Seven Hours After Violet dejara el Main Stage, llegó el turno de los estadounidenses Municipal Waste, quienes, a diferencia del enfoque más serio de sus compatriotas Death Angel, desataron una auténtica fiesta de thrash crossover junto a un público entregado que no paró de animar con un pogo alegre y desenfadado.

La banda, conocida por su actitud irreverente y sus directos cargados de humor y velocidad, conectó rápidamente con el público, que no paró de animar con un pogo desenfrenado y constante. Con una performance explosiva y llena de riffs frenéticos, Municipal Waste repasó clásicos infalibles como “Sadistic Magician”, “Born to Party”, “Headbanger Face Rip” y “The Art of Partying”, temas que encendieron a toda la audiencia y mantuvieron la adrenalina a tope durante todo el set.

Municipal Waste

Uno de los momentos más entrañables fue cuando un lateral del escenario se llenó de los más pequeños, los Resu Kids, que disfrutaron con ojos brillantes y energía desbordante. Sin duda, una imagen que, como cada año, quedará grabada en la memoria de toda la familia metalera presente.

A pesar de las polémicas recientes que siguen rodeando a su figura, Till Lindemann dejó su huella en el Main Stage de la vigésima edición del Resurrection Fest. El frontman de Rammstein, acompañado por una banda perfectamente sincronizada, presentó un espectáculo visualmente potente, pero, siendo sinceros, lejos de la magnitud y el impacto que acostumbra a desplegar con su banda madre.

Till Lindemann

La puesta en escena fue monocromática y llamativa: todos los músicos y performers aparecieron vestidos completamente de rojo, incluyendo maquillajes y pinturas corporales que reforzaban la estética teatral y provocadora del show.

Como era de esperar, los gestos obscenos no faltaron. De hecho, las canciones en las que Till no hizo algún tipo de provocación explícita fueron más bien la excepción. Uno de los momentos más surrealistas y comentados llegó cuando el vocalista lanzó al público no solo agua, sino también sardinas… en lo que muchos ya bautizaron como el "Till Lindeschwein moment" del festival (habrá que estar atentos a YouTube para revivir esa escena), además terminaron lanzando artículos de higiene femenina al público, algo que no fue del agrado de todas.

Till Lindemann

En lo musical, el setlist se centró en su carrera en solitario: abrieron con “Zunge”, y otros tracks memorables fueron “Praise Abort”, “Fish On” o “Ich hasse Kinder” que, aunque bien ejecutadas, no llegaron a despertar la misma respuesta masiva que lo haría cualquier himno de Rammstein.

La nota curiosa fue la interpretación del himno “Entre dos tierras” de Héroes del Silencio, una versión llevada a su terreno hace varios años y que fue coreada por todo el “Resu”. En cuanto a producción, luces y sonido, estuvieron a buen nivel. Una actuación polémica, teatral y provocadora… Till se animó a dar una vuelta por entre el público, resguardado por su teclista y su personal de seguridad, a pesar de ello, en el fondo, el show dejó un sabor agridulce entre buena parte del público.

Till Lindemann

Heredeiros da Crus, orgullosos embajadores del rock gallego, con tres décadas sobre las tarimas, tuvieron el honor de caldear el ambiente en el Ritual Stage justo antes de la descarga de Korn en el escenario principal. Y vaya si lo hicieron. La banda de A Coruña, conocida por su actitud gamberra y su rock and roll desenfadado, convirtió su actuación en una auténtica fiesta cargada de humor, riffs clásicos y mucha retranca gallega.

La entrada en escena fue de las que no se olvidan: mientras el resto de la banda aparecía ataviada con delantales blancos, el cantante, Javi Maneiro, emergió desde el interior de un flight case rodado hasta el centro del escenario, como si de un demonio doméstico se tratase. A partir de ahí, lo que siguió fue una hora de rock en gallego, con letras cargadas de humor, doble sentido y esa provocación sana que les ha hecho míticos en la escena estatal.

Heredeiros da Crus

El público local disfrutó cada tema como si fuera un himno, coreando y bailando sin parar, mientras el resto de asistentes, aunque no entendieran todas las letras, se contagiaron del buen rollo y la energía. Sin duda, un show que Heredeiros da Crus y muchos de los presentes recordarán durante mucho tiempo.

Korn salda su deuda con creces

Korn

El momento más multitudinario de la jornada llegó con Korn, auténticos pioneros del nu metal, que por fin pudieron saldar su deuda pendiente con el Resurrection Fest tras aquella sonada cancelación de 2022 por problemas con su avión privado. El ambiente era eléctrico: el Main Stage abarrotado hasta donde alcanzaba la vista y un público deseoso de corear cada uno de los himnos generacionales de los californianos.

Desde el primer minuto quedó claro que el despliegue visual iba a estar a la altura con un juego de luces, láseres y efectos digno de las grandes giras internacionales. Con más de tres décadas de carrera a sus espaldas, la banda liderada por Jonathan Davis (enfundado, como marca la tradición, en su falda de cuero negro) ofreció un recorrido triunfal por todos los periodos de su discografía.

Korn

Clásicos incontestables como “Blind”, “Falling Away From Me”, “Freak on a Leash”, “Got the Life”, ¨Clown¨ o “Here to Stay” hicieron temblar el suelo de Viveiro, mientras la humedad del aire gallego parecía darle aún más peso al sonido grave y contundente de la banda. El público respondió con una entrega total, saltando, gritando y formando un mar de manos en alto en cada estribillo.

Un setlist pensado para complacer a los fans de todas las épocas, ejecutado con la solvencia y el músculo escénico que solo una banda de su calibre puede ofrecer. Korn cerró el segundo día con una actuación arrolladora que, sin duda, pasará a la historia del festival como uno de esos conciertos que se comentarán durante años.

Korn

El Altar del Holocausto

La mística y el simbolismo tomaron el Desert Stage con El Altar del Holocausto, que ofrecieron su habitual descarga de post rock instrumental cargado de espiritualidad y épica sonora. Vestidos con sus inconfundibles túnicas blancas, los músicos desplegaron un set lleno de crescendos emocionales y pasajes atmosféricos que hipnotizaron a los presentes.

Además, aprovecharon la ocasión para anunciar el inicio de “un nuevo ciclo” en su trayectoria, adelantando que se avecinan cambios y una “nueva etapa” para la banda. Habrá que estar atentos para descubrir qué rumbo toman en el futuro. Sin necesidad de palabras, solo con la fuerza de las guitarras y la percusión, convirtieron su actuación en una auténtica experiencia litúrgica en pleno corazón del Resu.

Deez Nuts cierra la segunda jornada

Como colofón al segundo día, Deez Nuts pusieron el broche final en el Chaos Stage con su mezcla inconfundible de hardcore, party vibes y actitud callejera. Directos, contundentes y con esa dosis de humor y provocación que les caracteriza, los australianos animaron a los más resistentes del público, que, a pesar del cansancio acumulado, montaron circle pits y corearon clásicos como “Band of Brothers”, “Your Mother Should Have Swallowed You” y “Stay True”. Una despedida a base de sudor, saltos y mucha energía para cerrar la jornada por todo lo alto.

Deez Nuts

La segunda jornada del Resurrection Fest terminó con el cuerpo pidiendo tregua y la cabeza llena de riffs, breakdowns y estribillos coreados a pleno pulmón.

No vamos a engañarnos: cubrir cinco escenarios a la vez es una misión imposible, y las inevitables solapaciones obligan a tomar decisiones dolorosas, perdiéndose a veces momentos clave en un escenario para poder llegar a tiempo a otro.

A estas alturas del festival, el cansancio empieza a hacer mella, pero las expectativas para la tercera jornada son altas: el cartel promete otra avalancha de estilos, emociones y momentos memorables… y aún nos queda cuerda para rato.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de resumen hacia las cañeras y destacadas actuaciones de KORN o unos históricos del Thrash Metal como DEATH ANGEL.

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