Redd Kross + Dale Crover en Bilbao: La actitud de comerse el mundo

Redd Kross

Los californianos Redd Kross tienen que estar orgullosos por no haber perdido ni un ápice de ilusión en sus más de cuarenta años de trayectoria y seguir fieles a unas señas de identidad que en realidad incluyen una variedad impresionante de estilos desde el pop chicle al hardcore. Tal vez les haya influenciado proceder de esa boyante escena punk norteamericana de finales de los setenta con luminarias como Circle Jerks o Black Flag, a los que los hermanos McDonald telonearon en su primer concierto.

Las visitas a la península de estos veteranos de Hawthorne son incontables en los últimos tiempos. Un servidor les vio la primera vez que fue al Azkena Rock Festival, allá por comienzos del nuevo milenio, y también estuvieron presentes en la última edición de la cita vitoriana. Aparte de eso, en alguna ocasión incluso hemos bajado a Madrid a verles, a tal grado llega nuestro fanatismo por ellos.

Jeff y Steve McDonald volvían a marcarse todo un periplo maratoniano con hasta ocho fechas por la península, con alguna de ellas colgando el cartel de entradas agotadas, lo que revela que por estos lares todavía conservan un tirón considerable. La parroquia rockera tampoco decepcionó en el caso del bilbaíno Kafe Antzokia, con una afluencia bastante respetable teniendo en cuenta que han estado previamente infinidad de veces, ya lo hemos dicho.

Dale Crover

Para calentar motores salió Dale Crover, batería actual de la banda que cuenta con hitos como haber tocado en la maqueta de diez temas que Nirvana grabaron en 1988, pero en esta gira se encarga además de abrir los shows con un breve set en el que canta y desenfunda una acústica lo mismo evocando a Neil Young que al “Under The Milky Way” de The Church. De hecho, reconocimos el inmortal “Harvest Moon” del padrino del grunge. Un entremés digno.

A Redd Kross les apeteció aquella noche un menú equilibrado, con la predominancia lógica del último material editado, pero sin meter bajo la alfombra ningún periodo de su extensa carrera. De esta manera, de entrada incluyeron un guiño a los acérrimos con “Switchblade Sister”, de su EP ‘2500 Redd Kross Fans Can’t Be Wrong’ y luego pillaron carrerilla con las contundentes “Stay Away From Downtown” o “Uglier”, puro hard rock con melodías de la escuela The Beatles, uno de los géneros en los que mejor se desenvuelven.

Redd Kross

La indumentaria que emplearon en escena era la misma que en el festival Azkena, esto es, una suerte de trajes blancos salpicados de pintura, y las ganas de montar “una fiesta de rock n’ roll”, como dijeron ellos, también las llevaron incorporadas de serie, con los hermanos McDonald derrochando simpatía y diversas acrobacias, las de Steve en particular eran de traca. Utilizaron de nuevo el truco de cantar con una especie de tela en la cabeza el himno “Annie’s Gone”, que sonó muchísimo más potente que en disco y desató las gargantas de la afición.

“Emanuelle Insane” recogió el testigo con solvencia, a pesar de su delirante estribillo, y metieron bien de leña hard rockera también con su revisión de The Quick “Pretty Please Me”, que la mayoría entona como si fuera un clásico de la banda. Su nuevo álbum doble estuvo representado con unos cuatro o cinco temas que desde luego aprobaron su adaptación al directo, ahí precisamente destacaba “I’ll Take Your Word For It”, que sería una pena que no continuara en el repertorio en futuras giras.

Redd Kross

El medio tiempo “Mess Around” es una de las que nunca faltan en sus conciertos, con esas armonías en plan The Beatles de poner pelos de punta. Y “Candy Coloured Catastrophe”, que abre su disco más reciente, se recibió con palmas de apoyo, no verbeneras.

Clásicos del calibre de “Jimmy’s Fantasy” o “Lady in the Front Row” constataron que siguen dando el callo como pocos de su generación, los coros que todavía se curran hoy en día deberían elevarse a la categoría de arte. Evocaron los inicios de su trayectoria en la punkarra “Linda Blair”, que toma el nombre de la protagonista de la película ‘El exorcista’ de 1973, en la que añadieron un fragmento de “I Want You (She’s So Heavy)” de The Beatles, si no nos equivocamos.

Redd Kross

Brillante manera de finalizar un recital, con los ánimos en su punto álgido, pero todavía regresaron para dar la puntilla en los bises. Aquí no se anduvieron con medias tintas y recurrieron a dos enérgicos homenajes como “Crazy Horses” de The Osmonds y el “Deuce” de Kiss, donde Jeff y Steve movieron la cabellera de lado a lado como Gene Simmons y Paul Stanley en su etapa gloriosa. En EE UU incluso punks como The Replacements reverenciaban a los creadores de “Detroit Rock City”.

Dan igual los años que pasen o el escenario que sea, la actitud de comerse el mundo de los hermanos McDonald sigue impoluta, infatigable al desaliento. Frente a funcionarios que parece que fichan al subirse a las tablas, he aquí unos señores que viven la música como si fuera el primer día, igual que cuando de chavales abrían para pioneros del hardcore punk. Y les queda cuerda para rato.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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