Crónicas
Palaye Royale + I See Stars: Camino a la gloria
«Es indudable el magnetismo de la banda y especialmente de su frontman. Poseen canciones que suenan potentes, un imponente show de luces, una estética bien trabajada y un directo con el que dejan bien claro que el futuro del rock está en sus riffs»
3 noviembre 2024
Sala La Paqui, Madrid
Texto: Mauro Nicolás Gamboa. Fotos: Henrique Pratas
Nada mejor que un film sonoro para concluir la semana, y este venía protagonizado por Palaye Royale y un actor secundario sublime como I See Star. Se había colgado el cartel de "sold out" en la sala But de Madrid, y la expectativa era máxima.
Comenzaba la banda de metalcore I See Stars presentando "Drift", canción incluida en su último material discográfico, 'Split'. El grupo conjuga a la perfección su lado más hardcore con buenas pinceladas de punk y electrónica. Logran una propuesta que cada vez tiene más adeptos. De su último EP también interpretaron el tema que le da nombre y “Are We 3even?”, y pude corroborar cómo los fans disfrutaban de los guturales de su frontman y el sonido potente del combo.
Después de lo vivido, y por el recibimiento que les dedicó el público, auguro que regresarán a nuestras fronteras pronto. Terminaron su contundente set con “Calm Snow” y previamente interpretaron “Ten Thousand Feet” y Break”.
Un decorado impactante simulaba ser el frente de una vivienda, con puerta, dos ventanas y las paredes empapeladas con posters de bandas de rock, entre los cuales encontramos alguno de ellos mismos. Un cartel luminoso se enciende con la inscripción "Death or Glory", intro disparada (la cual incluía relámpagos y truenos que anunciaban la tormenta de riffs que se avecinaba a continuación) y en el marco del “Death or Glory Tour” se presentaba ante una sala exultante.
Palaye Royale inauguraba la velada con “Nightmares”. Con esta apertura se ganaron al respetable, que cayó rendido ante los encantos del grupo norteamericano.
Pogo desatado, hedabanging al unísono y las voces de los fans acompañaban la potente gola de Remington Leith, que continúa con la canción que le otorga nombre su último disco de estudio, “Death or Glory”, "Little Bastards” y “You'll Be Fine”. El frontman es cercano y, como un maestro de ceremonias, pone a mover los brazos a sus fans, y estos cumplen con lo requerido.
Les indica que el pogo debe llegar al cielo de la sala y los seguidores lo intentan. Les dedica un “te amo Madrid”, y ya sí que están abducidos por completo ante la descarga voraz y sobria de Palaye Royale.
El quinteto suena pulcro, potente y crudo. Prosiguen con “Dark Side of the Silver Spoon”. El cantante muestra su agradecimiento en todo momento ante el cariño que le profesaban y, en compensación, coge la mano de un seguidor afortunado para que lo sostenga y se sube a la valla y canta “Arche In My Heart”.
La noche estaba siendo una película de rock, con todos los matices que incluyen las canciones del grupo, que van desde el puro glam pasando por un sonido a garage hasta terminar en el más puro rock and roll. Es toda una experiencia ver en vivo a esta banda.
Tocaron piezas como “Showbiz”, “Fucking with My Head”, “Four You” y "Pretty Stranger” entre otras para delirio de los seguidores, que no paraban de saltar, cantar y mover los brazos de lado a lado. Conexión total con el grupo.
Es indudable el magnetismo de la banda y especialmente de su frontman. Poseen canciones que suenan potentes, un imponente show de luces, una estética bien trabajada y un directo con el que dejan bien claro que el futuro del rock está en sus riffs.
Un pequeño descanso. El respetable canta “otra, otra, otra”, y vuelven al escenario para que la tormenta sea completa interpretando “Dead to Me”. El cantante solicita que formen un círculo en la pista y salta desde el stage para ser partícipe del pogo mientras canta.
En “Lonely” intercambian instrumentos y posiciones el bajista y el batería. El frontman, completamente entregado, aparece por el balcón de la primera planta de la sala y salta nuevamente al público para que este lo lleve en volandas hasta el escenario. Lo que se vivía era seguramente uno de los conciertos del año en Madrid.
Recuperan posiciones originales batería y bajista. Todo vuelve a la normalidad. ¡Qué va!. Para concluir una noche antológica y que ha quedado en la retina y las almas de los presentes, en la última canción, su himno “Mr. Doctor Man”, Remington ofrece el pie del micrófono a los fans para, acto seguido y después de tomar carrerilla habiendo solicitadopreviamente que hicieran un pasillo en el centro de la pista, saltar con su micrófono al pasillo y desatar un pogo legendario entre el público.
Ovación atronadora de los presentes se llevó la banda al concluir su histórico directo.
Varias conclusiones he podido sacar: verlos en vivo es una garantía absoluta, el seguro médico de Remington no sabe a lo que se dedica, y ¡Palaye Royale es Glory!
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