Crónicas
Nito Mestre: 50 años de "Vida"
«Salir en silencio, colgarte “la hija de José Gibson” acústica y arrancar debe impresionar mucho. No a Nito, que se convierte en un maestro de ceremonias que nos presenta los temas, nos cuenta anécdotas y nos arranca risas constantemente»
25 septiembre 2023
Pequeño Teatro Gran Vía, Madrid
Texto: Óscar Lujuria. Fotos: Luis Viviant
"¿Salís los lunes?" Una sonrisa de asentimiento se escuchó en la repleta platea del Pequeño Teatro. Para sentirte a mi lado en ese momento, debes imaginar la pregunta con acento argentino y hecha con la socarronería de un argentino que tiene más calle que el Google Maps.
Debes visualizarte en una platea hasta arriba, llena de argentinas y argentinos que han acudido a reencontrarse con su historia, con sus raíces, con la banda sonora de sus años felices o, por resumir, con el título del primer LP de Sui Géneris: 'Vida'. ¡Cómo no vamos a salir un lunes! Era cuestión de vida o vida.
La espera la rompe Diego Merino, que luego acompañaría a Nito en su concierto. Nos deja tres temas interpretados con su guitarra: “Norwegian Wood” de Los Beatles, “Mediterráneo” de Serrat y la que presenta como una de sus canciones favoritas esperando que nos guste a nosotras y nosotros también: “El témpano”, de Juan Carlos Baglietto:
En las tardes tranquilas, cuando extraño todo
Pienso que todo no es lo que perdí
Una rosa de fe y aun a costa de perder
Se pierde, pero se gana
La lucha es de igual a igual contra uno mismo
Y eso es ganarla
No te pares, no te mates
Solo es una forma más de demorarte.
Es un temazo. Un temazo que me hace reflexionar y me lleva a pensar un par de cosas: La primera, ¿dentro de cincuenta años habrá una platea llena de gente feliz para ver a las “estrellas del pop de hoy”? Ya sé la respuesta y me apuesto un choripán con quien piense lo contrario: no. Esa es la grandeza del rock frente a otras músicas vacías, que marca (siguiendo el juego que nos da el primer disco de Sui Géneris) tu vida. Nunca fue y nunca será “música de usar y tirar”.
La segunda, es el tremendo respeto que tiene Argentina por el rock. Es su banda sonora. No lo digo yo, lo dicen hasta sus Majestades Satánicas, que adoran tocar allá. Yo me limito a corroborarlo en esta noche mágica de lunes mirando a mi alrededor: hombres, mujeres, jóvenes, maduros, viejos (algún día hay que recuperar el valor de esta palabra y quitarle todo el tono despectivo que esta sociedad actual la ha dado por ese estúpido culto a lo joven. Qué error…).
Nosotros arrastramos cuarenta años de dictadura y otros cuarenta de "dictablanda" que ha capado cualquier canto de libertad en esta España mía, esta España nuestra… ellas y ellos se han criado en los brazos del rock.
Se cortan las reflexiones de inmediato, porque Nito Mestre se hace presente. Calza 71 "tacos" y derrocha humor y vitalidad. Domina el escenario como su propia casa, y es que son ya cincuenta años, y con gente como él habría que decirlo al revés, que domina su casa como si fuese su propio escenario.
Nos presenta a los músicos que le acompañan: Luis Castro y Mariano Díaz (durante la actuación invitará en diversos temas a Diego Merino y a Tancredo, un muy buen violinista argentino) y se arranca con “Quizás, porque” del disco 'Vida'.
Quizás porque no soy un buen poeta
puedo pedirte que te quedes quieta
hasta que yo termine estas palabras.
La máquina del tiempo transporta a todas las argentinas y argentinos que están en el teatro y los sume en un silencio casi místico que los lleva hasta una comunión total con Nito y a la vez con ellas mismas, con ellos mismos. Aquello es mucho más que un concierto.
No es hasta el quinto tema, “Canción para mi muerte”, cuando nos convertimos todas y todos en esa masa argentina capaz de cantar a la vez sin desafinar ni uno, de dar palmas y de vivir el rock como solo ellas y ellos saben hacerlo. Llegaba la apoteosis al teatro con ese tema. Nos había llevado a ella la maestría de Nito.
Yo me vi reflexionando lo difícil que debe ser salir ante un teatro en absoluto silencio, con el público sentado y con la primera fila de asientos pegada al escenario… uno está acostumbrado a la algarabía que precede a un concierto y los gritos cuando se apagan las luces, que disparan la adrenalina hasta de Alex Ubago. Es imposible no salir a matar ante eso, pero salir en silencio, colgarte “la hija de José Gibson” (así la llamaba Nito, al pobre Orville le cambió el nombre) acústica y arrancar debe impresionar mucho. No a Nito, que se convierte en un maestro de ceremonias que nos presenta los temas, nos cuenta anécdotas y nos arranca risas constantemente con su buen saber hacer.
Lo hace con el segundo tema que interpreta, “Cuando comenzamos a nacer”, y nos cuenta cómo ese primer disco de Sui (así lo llama él, así conocen en Argentina a Sui Géneris) se llama 'Vida' porque va de la muerte a la vida en sus temas. El tema que abre el disco es el mencionado “Canción para mi muerte”, el tema que lo cierra es “Cuando comenzamos a nacer”, como él dice, va de la muerte a la vida.
Cierto es que el tema final de aquel disco del 73 (Nito nos contó que se grabó en el 72, pero salió en el 73 y por ser fiel a ello celebra ahora, en 2023, el 50º aniversario) es “Posludio”, pero también es cierto que un posludio es un epílogo musical, el cierre y Nito considera que el tema que cierra es “Cuando comenzamos a nacer” y después llega el posludio.
Para el tercer tema, Nito nos cuenta la noche que abrió para Paul McCartney, cómo pidió que su camerino fuese el siguiente al de Paul para así cruzarse con él y hacerle esta pregunta: “¿Todavía tocas "Yesterday”?" A lo que Paul le respondió: “Obvio”.
Eso le hizo reflexionar y decidir que el público quiere ver y oír los grandes temas de siempre y que, por eso, esta noche tocaría todos los grandes temas de su carrera y solo alguno nuevo. La gente aplaude y entonces suelta: "Bueno, ahora uno nuevo".
Nos vamos a 2005, al álbum que lleva su nombre, y suena “Hay forma de llegar”, al que sigue “Trato hecho”, del disco 'Trip de agosto' (2014) con la reaparición de Diego Merino. Tancredo, el violinista, aparece para el tema “Casandra”, o mejor dicho “El tuerto y los ciegos”, incluido en el disco 'Pequeñas anécdotas sobre las instituciones' de 1974. Pero todo el mundo llama al tema “Casandra”. Tanto influyó el tema en Argentina que Diego Merino nos dice que tiene una hija que se llama así. ¿Por el tema? "Obvio", responde. Alguien del público grita: "¡Mi hija también se llama Casandra! ¿Por el tema? Reobvio.
Aún nos quedaban más confesiones íntimas de Nito. “Flores en el mar”, del disco 'Flores en Nashville' (2009), estaba dedicado a su madre, que había fallecido poco antes. No es una canción triste, nos dice, es un recuerdo al último viaje que hice con ella. Es después cuando mete la directa y suelta, uno tras otro, los grandes temas, los clásicos: “Confesiones de invierno”, “Necesito” o “Mariel y el capitán”, donde se queja de que el tema salió mal titulado en el disco y aparecía como “Mariel y el capital” y nadie lo corrigió…
Otro tema nuevo (se lanzó el 25 de agosto de este 2023) llamado “Distintos” da paso a la traca final entre la que escucho “Mr Jones”, bueno, en realidad “Mr Jones o pequeña semblanza de una familia tipo americana”, que llegó a mis oídos de la mano de Tequila, que la incluyeron en su segundo disco, 'Rock and roll' del 79. Estos sí, con el título acortado.
¿Habrá bis? Obvio. ¿Cerrará con “Rasguña las piedras”? Obvio. ¿La cantará todo el público perfectamente afinada? Reobvio.
¿Habéis oído a los jugadores de rugby asegurar que un partido no es tal si no se juega “el tercer tiempo”? Lo mismo pasa cuando un concierto es tan emotivo, tan épico, tan entrañable como el de Nito en Madrid esa noche de lunes en el que decidimos salir.
Nada mejor para ese tercer tiempo que un buen bar argentino, donde nuestro anfitrión, Mariskal Romero, aseguraba que servían el mejor choripán de Madrid. ¿Fuimos a tomar un choripán? Obvio. La charla de Mariskal siempre es interesante. Ir con él es limitarte a escuchar y disfrutar, y eso hicimos mientras comíamos el mejor choripán de Madrid. Y hoy, mientras escribo estas líneas, no me saco de la cabeza:
Apenas perceptibles
Escucho tus palabras
Se acercan las bandas de rock and roll
Y sacuden un poco
Las paredes gastadas
Y siento las preguntas de tu voz
Y rasguña las piedras
Y rasguña las piedras
Y rasguña las piedras
Hasta mí
Setlist de Diego Merino:
Norwegian Wood
Mediterráneo
El Témpano
Setlist de Nito Mestre:
Quizás porque
Cuando comenzamos a nacer
Hay forma de llegar
Trato hecho
Canción para mi muerte
El tuerto y los ciegos
Flores en el mar
Confesiones de invierno
Necesito
Mariel y el capitán
Distintos
Cuando ya me empiece a quedar solo
Bienvenidos al tren
Fabricante de mentiras
El fantasma de Canterville
Mr Jones o pequeña semblanza de una familia tipo americana
Rasguña las piedras.
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1 comentario
Cojonudo resumen hacia el buen concierto que se marcó uno de los músicos más veteranos de la escena rockera argentina como fue NITO MESTRE en dicho teatro madrileño a través de estos clásicos del mejor Rock Látinoamericano.