Crónicas
MCD + ¡Esas palmas, coño! en Bilbao: La celebración de un legado
«Fue un concierto para decir que uno estuvo allí y enorgullecerse de ello, pues no se trató en ningún momento de meter cizaña sino de haber deseado que Joakin también se hubiera sumado a esta impresionante celebración de un legado que no debería nunca desaparecer»
22 febrero 2025
Sala Mytho, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Pocas cosas podrían resultar más sencillas en la actualidad que desatar la inquina u odio por redes sociales. Lejos de aquellos apacibles tiempos de antaño en los que se utilizaba la tecnología simplemente para compartir gustos musicales o encontrar la media naranja, hoy en día los muros más bien se antojan frentes de batallas culturales en los que destapar disidentes o mandar al ostracismo a los que no sean tan puros como nosotros. La permisividad con la que los ineptos se han dejado comer el terreno por la extrema derecha ha provocado que las cazas de brujas sean bastante frecuentes, con un ejército de espontáneos delatores deseosos de hacer méritos propios y así no convertirse en la siguiente carnaza para el gulag.
Basta crear un evento de MCD para que surjan cuñaos versión punk acusando de "malmeter", si mal no recuerdo esa era la expresión utilizada, y de no respetar un legado que en teoría de algunos terminó con el fallecimiento del inolvidable bajista Neil O’Keefe. En parte, tienen razón, aunque también había que precisar que en las últimas encarnaciones de los creadores de “Barrenkalle” el único elemento reconocible era el guitarrista Joakin, parte fundamental en la historia del grupo desde sus inicios.
Bajo el nombre de Monjas Carmelitas Descalzas se esconde la formación que actuó en la Copa del Rey en Sevilla el pasado año y que en esta ocasión se han vuelto a unir con motivo del 23 de febrero, evocando el título de aquella mítica maqueta que empezó todo a mediados de los ochenta. El infatigable agitador de la escena Txarly Romero se encargó de montar un evento de alto copete en la bilbaína sala Mytho en el que no sobró ni una entrada.
Por si los ánimos no estuvieran álgidos de por sí, el homenaje a Siniestro Total ¡Esas palmas, coño! calentó pero bien la velada con himnos para desentumecer gargantas del calibre de “Bailaré sobre tu tumba”, con guiño incluido a Josu Distorsión, que se encontraba entre el público, o “Assumpta”. Aparte de subrayar que no son un tributo, puesto que la banda a la que rinden veneración ya no existe, se declararon “Costistas” hasta la médula por sus llamativas camisetas o por recuperar “Soy una punk” de Aerolíneas Federales, entre otras históricas composiciones.
Moló mucho poder escuchar en directo temas como “Mario (encima del armario”, “Todo por la napia”, joyas políticamente incorrectas del calibre de “Cuánta puta y yo qué viejo”, algo por lo que en actualidad a sus autores les podría caer la del pulpo (así ha degenerado la sociedad) o piedras angulares del punk ibérico tan mayúsculas como “Ayatollah!” o “Todos los ahorcados mueren empalmados”. Dios salve a Germán Coppini. Y encima hubo propinas tan suculentas como “Ke Buen Dios” de Distorsión o la colaboración del magnético Ladys Ramone con “Quiero estar sedado” o “Hoy Bilbao, mañana Nueva York”. Inmensos, si pasan por su ciudad, no se los pierdan.
Con el equipo que componía esta versión de MCD no podría salir nada mal, pues comandaba la nave el gran Toni Metralla, todo un despliegue de talento, actitud y garantía de solvencia total sobre las tablas. A su vera, el histórico Lino Prieto a la guitarra, vinculado a Parabellum y tantas otras bandas, a los palos el legendario batera Jimmy, mientras que de las cuatro cuerdas se encargaba Koldo, que en su día fue cantante de M.C.D., y además bastante decente, al bajo no se desenvolvía tampoco nada mal. Hubo algún momento en el que se juntaron en el escenario hasta tres vocalistas, si no conté mal, de diferentes épocas de la formación leyenda del rock radical vasco.
El inicio para ponerse a tono fue a velocidad supersónica con “MCD”, su adaptación del “C.I.D.” de UK Subs “Jódete” o el “No hay sitio para ti” que los que ya tenemos una edad siempre lo recordaremos por ‘Historias del Kronen’, la transgresora película basada en la inmortal obra de José Ángel Mañas. Pero el subidón se cortó de repente por un problema técnico causado por los líquidos derramados de los vasos que había desperdigados por el borde del escenario. Por fortuna, estaba por ahí el superhombre Berna para poner orden en un lugar tan anárquico como un bolo punk.
Restablecido el sonido, la cosa siguió fluyendo como la seda con “Terrorista” “Gernika” o “Barrio Blues”, piezas para dejarse cantando hasta el alma. Había varios invitados previstos a lo largo de la noche y uno de los más destacados fue Txarly Usher, que enfervorizó a las masas como pocos en “Pánico en las calles”. “¡Por fin un cantante!”, dijo Toni Metralla al recibirle.
No faltó la conocida adaptación al castellano de “(I’m Not Your) Steppin’ Stone” llamada “No hay libertad de expresión”, antes de contar con la ayuda de otra artista tan grande como Leire de Zero, la última vez que la vimos nos pareció una frontwoman punk de categoría y lo volvió a clavar con un tremendo “Enamorado de la muerte” de R.I.P., que por supuesto desató gargantas a propulsión.
Celebramos la inclusión de “Asesino a sueldo”, de lo mejor del catálogo de M.C.D., una pena que en esta línea no les diera por recuperar otra piedra angular como “Sucio amor”. Pero no era cuestión de quejarse con un repertorio tan sólido y con colaboraciones para guardar en la memoria como la de Josu Parabellum en “Todo por nada”. Decir que fue emocionante sería hasta quedarse corto.
Las presentaciones no eran necesarias con un cancionero tan memorable con salmos de la envergadura de “A-68”, bastaron unas notas de bajo para que la multitud elevara las voces a coro en ese “No más punkis muertos” en el que se antoja complicado no acordarse de Lendakaris Muertos. Y “Bilbao Mierda Rock & Roll” enfervorizó incluso al organizador Txarly Romero, que subió al escenario mientras abajo se desencadenaba un pogo infernal. Deberían convalidar el título de fotógrafo en este tipo de conciertos con el de corresponsal de guerra.
Todavía quedaban invitados como Iñaki y Bolkete de The SOTS, banda bilbaína de streetpunk, que se encargaron de la guitarra y voz respectivamente en “Violencia sin cuartel”. Los pogos regresaron una vez más con “Bilbainadas” y la bajista de ¡Esas palmas, coño! se apuntó al jolgorio en “Barrenkalle”, otra que tenía que sonar sí o sí, al igual que su versión acelerada del himno del Athletic.
Los diferentes participantes del bolo echaron el resto junto con el dinamizador Txarly Romero o el afable Copi en “Entre borrachos” y entonces quedó claro que allí no habría más que rascar. Como si fuera poco. Noche para recordar de principio a fin.
Fue un concierto para decir que uno estuvo allí y enorgullecerse de ello, pues no se trató en ningún momento de meter cizaña sino de haber deseado que Joakin también se hubiera sumado a esta impresionante celebración de un legado que no debería nunca desaparecer. Es un concepto que está por encima de sus miembros. Pasados, presentes o futuros.
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3 comentarios
Yeah!!! Que guapa la crónica!! Muchísimas gracias por el curro. Soy Roger de ¡Esas Palmas, coño!, alguna posibilidad de conseguir las fotos de Alfredo??
Mil gracias, salud!!
Parece mentira que sólo con leer los títulos de las canciones a uno se le pongan los pelos de punta. Ojalá haber estado allí. Grandísimos MCD.
Cojonudo resumen hacia el gran concierto que se curraron unos históricos de nuestro Punk Rock somo son MCD en dicha sala bilbaina a través de tan buenos y conocidos temas.