Crónicas
Manifa en Bilbao: Punk del que molesta
«Hace falta más punk del que molesta, ese que obliga a rasgarse las vestiduras a un amplio bloque ideológico y subraya las múltiples contradicciones que tenemos que soportar cada día como si fuéramos tontos. Cumplir veinte años en esa tesitura no es que sea una celebración, es un milagro.»
4 noviembre 2023
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
En una época de piel finas que se ofenden por el vuelo de una mosca se están perdiendo demasiadas cosas. El preocupante recorte en libertad de expresión que padecemos ha conseguido que la gente adopte la autocensura como una aceptable manera de relacionarse sin levantar suspicacias. ¿Dónde están aquellos grupos que plantaban batalla directa al sistema desplegando su ira en múltiples direcciones? Lo de ciscarse en las autoridades parece ya casi una rareza de tiempos pasados en los que no había una ley mordaza que los de las fiestas con cocaína prometieron derogar al llegar al poder.
Menos mal que nos queda Portugal, que diría Siniestro Total. Y menos mal también que existen bandas como Manifa, que no escatiman en críticas mordaces al negocio musical, a la clase política, a los chaqueteros en sus diversas facetas y al propio movimiento punk, en un extraordinario sentido de autocrítica.
Dicen que espíritus libres de semejante envergadura no suelen permanecer mucho, por lo que la gesta de poder alcanzar las dos décadas debería celebrarse de manera doble. Y si nos fijamos en la colosal muchedumbre que agotó entradas en el bilbaíno Kafe Antzokia podríamos deducir que se festejó por todo lo alto. Pocas veces habíamos visto alcanzar ese punto de ebullición en el que no se respeta ni a los fotógrafos y se ocupan por completo las escaleras cercanas al escenario. Hubo en alguna ocasión que contener los ánimos en ese aspecto, pues no cabía ni un alfiler esa noche.
Por suerte, existían almas caritativas como la chica pelirroja de la primera fila que nos facilitó todo lo que pudo la dura labor fotográfica, ya que abrirse un mínimo hueco era una proeza digna de los trabajos de Hércules. Los múltiples invitados de la noche eran otro aliciente de los que encendían a la concurrencia y provocaban que se arremolinara más peña, era lo que había, nadie dijo que fuera fácil.
Como si se tratara de un circo, Manifa irrumpieron en escena enmascarados y apretaron el gatillo hasta el fondo con “Dispara”. El canto de rabia “Generación rendida” puso los puntos sobre las íes ante esa apatía generalizada que permitió recientemente hasta un ensayo de dictadura en el que no se podía salir a la calle a determinadas horas. En esta onda, “A las mariscadas” subió todavía un peldaño más evocando a los explotadores de la clase obrera que viven de las migajas de los de arriba.
Que aquello era un fiestón de importantes proporciones lo confirmamos cuando una considerable multitud de féminas invadió las tablas en “Ellas” y legaron una estampa que costará olvidar. Poco después, un grande de la margen izquierda como Jabi de Subversión X se apuntaba al jolgorio con “Bonitas palabras”, todo un trallazo, pese a que también habría molado que se hubieran arrancado con “Recuerdos para vomitar” o “Siete balas”, este grupo tiene muchos himnos en la guantera.
Siguieron repartiendo dardos envenenados en “El ataque de los clones”, sobre el espinoso tema de las bandas tributo, mientras que tiraron de cierta nostalgia en “Cristales rotos”, que al igual que “Contenedores” de Radiocrimen evoca aquellas urbes grises de antaño que quizás no fueran tan molonas ni atractivas para turistas, pero sin duda poseían bastante más humanidad. Y en “Bandera negra” desplegaron el estandarte del grupo, de las pocas enseñas que existen que unen y no dividen. Allí todo el respetable formaba una gran familia, no había lugar para prejuicios territoriales de sectarios o aldeanos.
Otro invitado destacado de la velada fue Josetxu Piperrak, que se marcó el reivindicativo “Dios salve al Viña” junto con Mena, Marpe y compañía. A cambio, rescataron el siempre efectivo “Gora Sartaguda” de Piperrak, ideal para desparramar todavía más el ambiente. Con “Kualkier día” lo habrían bordado, pero era una buena elección en cualquier caso. Sucede lo mismo que con Subversión X, imposible quedarse con solo un tema.
“Sí pasarán” se convirtió en un clamor que atronó hasta la estratosfera en el recinto y “Cuidarán de ti” recuperó la bonita costumbre de ciscarse en fuerzas del orden. Sigue pareciendo algo de locos que en este país, tan tolerante y progresista ahora, todavía no se pueda decir delante de un micrófono lo que a uno se le pase por los mismísimos. No hace muchos años, Evaristo fue retenido por la Guardia Civil tras una actuación en un festival por el contenido de sus letras. En 2018, no en 1918, oiga. Ni olvido ni perdón.
Cualquiera inmerso en el mundillo musical pillaría la ironía de “Las diez mentiras universales del rock” y en una noche tan especial no podría faltar otra referencia fundamental de la margen izquierda como Distorsión, que se marcaron de su repertorio “Los putos Distorsión” y “Bugi Cojonudo”. Josu cobró especial protagonismo en la honda problemática social de “De punki a bakaluti” y en “Poder y fascismo” bordaron otro tramo con la entrega desmedida de la afición.
La presencia de una leyenda como Pako Eskorbuto a la batera fue recibida con el cántico de “Ya no quedan más cojones, Eskorbuto a las elecciones” por parte de la concurrencia. Había que tocar alguna de la banda más honrada del mundo y les salió muy digno “Adiós reina mía”, infalible en casi cualquier situación.
“Superskin” evocó a Lendakaris Muertos por su mala leche y “Tienes derecho” volvió a meter el dedo en la llaga, con una base de ritmo muy sólida, casi metal, y un vocalista a medio camino entre Evaristo y Monkey de The Adicts que desde luego estuvo sembrado de principio a fin. Un frontman tremendo, de lo mejor que se puede ver en este rollo por estos lares.
Toki de Etsaiak les echó un capote en “Acción Mutante tenía razón” antes de apelar a la tradición euskaldun con el clásico “Lepoan Hartu”. Y Txapelpunk aportó coros en el trallazo “El rey Matatu”, todo un cañón en directo. A los invitados que no esperábamos era a los de El Reno Renardo, con Jevo Jevardo ayudando en “El gran circo del rock” y luego tomando la voz cantante en “Crecí en los 80”, que como nota freak no estuvo mal.
Aprovecharon la ocasión además para presentar “Asesinos”, canción adelanto del próximo disco de Manifa, como nos informó el vídeo que proyectaron. Y “El último bufón”, junto a Aguayiko (Kaotiko, Puraposse), parece ya todo un himno, a pesar de su todavía corta vida. Aquí había que echar alguna de Kaotiko, por lo que rescataron “En el barrio de latón”, otra guinda más a un repertorio espectacular.
Finiquitaron una velada histórica con “Cuando ya no veas más” y la declaración de intenciones “Incendiaremos la noche”, con la peña desbordando las escaleras como si se tratara de una presa al máximo de capacidad. Brutal. Ni un segundo de respiro.
Hace falta más punk del que molesta, ese que obliga a rasgarse las vestiduras a un amplio bloque ideológico y subraya las múltiples contradicciones que tenemos que soportar cada día como si fuéramos tontos. Cumplir veinte años en esa tesitura no es que sea una celebración, es un milagro. Ojalá se pueda repetir idéntica gesta dos décadas después. “El fuego de nuestra revuelta iluminará la noche”, decían. Qué gran verdad.
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2 comentarios
Pedazo de resumen hacia el gran concierto que se marcaron a base del mejor Punk Rock Combativo los MANIFA en el Antzokia bilbaino y con muchos invitados sobre las tablas.
Gran grupo estos MANIFA currantes natos que se merecen lo que están consiguiendo .
La pregunta es, Llenarán el vacío que dejó LA POLLA absolutamente convencido de que SI .