Crónicas

Maná: "Nos decían que el del rock era el diablo; menos mal que no hicimos caso”

«Los grupos que empiezan su carrera desde muy abajo y les toca luchar contra viento, marea y demás inconvenientes, se vuelven más fuertes aún. Pues eso es lo que ha sucedido con Maná»

3 julio 2024

WiZink Center, Madrid

Texto: Mauro Nicolás Gamboa. Fotos: Henrique Pratas

Los comienzos de una de las tres bandas más importantes de la historia del rock en la lengua de Cervantes, junto a Héroes del Silencio y Soda Stéreo, son realmente espectaculares y reúnen todos los ingredientes para hacer una película. La señora Drexel era la mamá de la novia del cantante Fher Olvera, además de vecina. Con un gesto de amor increíble llevaba en su furgoneta a sus hijas (una de las cuales es amiga mía) y a los músicos de The Green Hat Spies, primigenio proyecto que luego dio origen a Sombrero Verde y, finalmente, a Maná, desde Guadalajara a San Blas (Nayarit) y Puerto Vallarta en México entre otros destinos. Estos viajes, ciudades, anécdotas y recuerdos luego sirvieron de inspiración para el himno “En el muelle de San Blas” entre otras composiciones.

Los grupos que empiezan su carrera desde muy abajo y les toca luchar contra viento, marea y demás inconvenientes, se vuelven más fuertes aún. Pues eso es lo que ha sucedido con Maná. Han combatido con capa, espada y riffs contra distintas situaciones adversas, y hoy en día son leyendas vivientes. En la actualidad, son indiscutiblemente el grupo más importante de rock en castellano y el único que sigue en la carretera y llenando recintos de todo el orbe.

Los mexicanos comenzaban su primer show en la capital ibérica de los dos que tenían programados con una intro espectacular mientras una pantalla gigante en la frontal del escenario, como un telón electrónico, paulatinamente se elevaba para dejarnos ver a la banda mientras tocaban “Manda una señal”. Empezaba un karaoke de rock al unísono que duraría dos horas y media. Fue una conexión inmediata con el respetable. ¡Vaya recital que se marcaron los de Guadalajara!

Maná había colgado el cartel de sold out en el WiZink Center de Madrid en el marco de su extenso "México lindo y querido tour". En referencia a esto, Fher comentaba: “Miren cómo se ve la casa llena, los extrañábamos un chingo. Se nos cruzó la pandemia, pero ya estamos de regreso. Son el mejor público del mundo y esta noche ponemos toda la carne en el asador”, para acto seguido hacer una interpretación a puro fuego de “Corazón espinado”, “Hechicera" y “Labios compartidos” entre otras. El frontman juega con una potente linterna que usa como lámpara durante varios momentos del show para iluminar a los fans, al recinto y a sus compañeros de tantas batallas.

Fher, el carismático cantante, realizaba una reflexión sobre cómo debemos proteger el planeta y el futuro de nuestros hijos mientras ingresaba al escenario un elefante de tamaño real de atrezo y la banda interpretaba “¿Dónde jugaran los niños?”. Al finalizar la pieza, el cantante, extintor en mano, disparaba contra las llamas que se proyectaban en la imponente pantalla central.

En su concierto hay momentos para honrar a mitos de la música como Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez o Marco Antonio Solís y disfrutar de los electrizantes riffs de Sergio Vallín. Hay que recordar que el cuarteto lo integran también Álex González en la batería y Juan Calleros en el bajo. Para el directo, la banda se completa con tres músicos que se hacen cargo de las percusiones, guitarra rítmica y en teclados contaban con el sevillano Juan Carlos Toribio.

Prosiguieron los contundentes disparos de Maná con “Vivir sin aire”, “Mariposa traicionera”, una versión muy cruda y rockera de “El Rey” y la aclamada “Oye mi amor” entre otras. Concluía la primera parte en el escenario principal con un solo de batería apoteósico e incendiario con el que Álex hizo vibrar a todos los fans con su virtuosismo y técnica durante veinte minutos. Al finalizar, el músico regaló varias baquetas al respetable. Confieso que el primer disco completo que aprendí a tocar en la batería fue el 'Unplugged' de Maná y fue por culpa de este talentoso percusionista llamado Álex González.

En el fondo de la pista había un escenario más pequeño, íntimo, con luces tenues, denominado "La isla", que se ubicaba justo detrás de las mesas de los ingenieros de sonido y luces. Hasta allí se trasladó Fher con su micro y Sergio con una guitarra acústica para interpretar “Te solté la rienda”. A continuación, subieron los otros dos miembros de Maná e invitaron al cantante mexicano Christian Nodal para que los acompañará en “Te lloré un rio”.

Desde La isla tocaron “El reloj cucú”. Previamente, el frontman le dedicó un poema a su madre debido a que esta rola trata de la soledad que ella sintió al morir el papá de Fher. Prosiguieron con “No ha parado de llover” y “Eres mi religión”, para la cual subieron a una fan al pequeño stage.

Los cuatro músicos atravesaron toda la pista chocándoles las manos a los fanáticos, y ya de regreso en el escenario principal comentaron que “en nuestra ciudad de origen, Guadalajara, en México, nos decían que el del rock era el diablo. Pues menos mal que no hicimos caso”. Para finalizar interpretaron “En el muelle de San Blas”, para la cual montaron un decorado simulando este lugar en la pasarela, y una cruda versión de “Clavado en un bar”, concluyendo una noche legendaria con “Rayando el sol”.

Agradecieron el cariño y la entrega de los fans con una bandera de España en las manos y dejaron en claro que sus habitantes son "de puta madre" y que no hay que fragmentar el país, sino permanecer unidos. Saludaron durante varios minutos al respetable, que aplaudía fervientemente después de haber vivido un incendiario directo de Maná.

Esperemos que no pase tanto tiempo hasta su próxima visita. Que sea rock.

Etiquetas: , , , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Redacción

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *