Crónicas
Maika Makovski en Bilbao: Espectacular mujer orquesta
«Dylan decía aquello de “I Contain Multitudes”, en referencia a un fragmento del poema “Song Of Myself” de Walt Whitman, y podríamos asegurar que la cantidad de influencias y registros diferentes que atesora esta compositora, instrumentista, presentadora, actriz y vete a saber qué más es realmente impresionante.»
5 noviembre 2023
Sala BBK, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Hay artistas que ofrecen a la gente lo mismo una y otra vez, en un bucle infinito que desafía la paciencia y la capacidad de tolerancia de cada cual. Ojo, que en ocasiones pueden apetecer los imbatibles sabores de toda la vida, pero incluso el más gourmet acabaría harto de un suculento plato reproducido sin apenas variación día tras día. No pasemos del cocido a las emulsiones, quedémonos en un término medio.
El anuncio de un recital completamente en solitario de la polifacética Maika Makovski podría dar un poco de vértigo al principio si uno empezaba a imaginarse la típica imagen de la cantautora con guitarrita. Pero sabemos de sobra que nunca conviene fiarse de las apariencias, y en el caso de una todoterreno como la que nos ocupa, lo predecible casi lo borraríamos de inmediato de la ecuación. Y la intuición funcionó a pleno rendimiento, pues el bolo resultó de lo más entretenido, sin que hubiera en ningún momento tentación de sacar la mantita y cabecear.
Pocas localidades libres quedarían esa tarde en la sala BBK, pues había un ambiente realmente concurrido en el que incluso se pudo ver a algunos músicos como Fito Cabrales u Ovidi Tormo de Los Zigarros, que luego al final del recital cobraría mayor importancia, como contaremos. Un escenario sobrio con un gran piano, un bombo y poco más nos daría a entender que no cabría esperar demasiado desenfreno eléctrico.
Sin el aire rimbombante de su última gira, Maika Makovski se decantó por composiciones más reposadas, tipo “Not In Love”, que confirmaban el carácter especial del concierto, incluso advirtió que no sabía si lo volvería a repetir. Su gracia natural y las anécdotas que salpicaba entre tema y tema consiguieron que fluyera un ritmo dinámico durante el bolo. Impagable en este sentido la historia que contó sobre el actor Juan Echanove y una devoción por Chiquito que pudo tener imprevisibles consecuencias.
Lo cierto es que tiene que dar vértigo comparecer sola ante el peligro sin el apoyo que siempre brinda una banda, pero estamos hablando de una de esas artistas tan versátiles que es como un universo, con mil mundos contenidos en su interior, garantía fundamental de que allí nadie se iba a aburrir. Nos pareció hasta muy corto, otra de esas cosas que suelen ser buena señal.
El encorsetado formato de la velada con butacas chocó hasta a la propia frontwoman, que pidió a la peña que se levantara, o incluso que se desnudara, que no llamaba a la policía. Después de pasarnos tanto tiempo en pandemia en sucedáneos de directos sentados por obligación un servidor abogaría por olvidarse de los asientos en una larga temporada.
Ya hemos dicho que el repertorio poco tuvo que ver con el de su último periplo peninsular, pero había algunas cosas que se podían conservar sin que rechinaran lo más mínimo. Tal era el caso del folk de “Places Where We Used To Sit”, muy apropiada dada la coyuntura imperante en el recinto con butacas y demás.
Insufló algo más de brío con “The Posse”, que suena genial con un grupo y también con Maika en solitario, que se multiplicó al piano y al bombo, aparte de desplegar su habitual catálogo de histrionismos con poso circense que revelan una versatilidad tremenda. No era de extrañar que tras el inmenso derroche de talento que se marcó en esta pieza le terminaran gritando: “¡Puta ama!”. Lejos del más mínimo rasgo de divismo, a ella esto le hizo gracia y dijo que su nombre significaba “madre” en macedonio.
En otros conciertos ya lo habíamos advertido, pero en esta faceta intimista sobresalió más que nunca el amplísimo rango vocal que posee esta mallorquina de nacimiento, con unos agudos impresionantes a lo Kate Bush que ponían la piel de gallina. Si uno quería valorar sus cualidades vocales, este era el formato perfecto.
Las salvas de aplausos fueron frecuentes a lo largo del espectáculo y por eso no podía dejar a los fieles de cualquier manera, por lo que los bises parecían garantizados. Contaron además con la aparición de Ovidi de Los Zigarros para marcarse el reciente “Si tú me quieres”, la primera canción que edita en castellano y que escribió con la idea de que Los Zigarros la terminaran, pero le acabó gustando tanto lo de componer un rock n’ roll que no pudo evitar finalizar la tarea. ¡Ojalá repita el experimento!
Fue tan colosal aquello que se convirtió de un plumazo en uno de los momentos álgidos de la velada y Ovidi exclamó al final: “Bien, ¿no?”. Para no romper la tónica, Maika anunció otra canción de amor como “Love You Till I Die”, que también interpretaron a dúo con magníficos resultados confirmando que son la pareja artística más glamurosa desde Nacho Vegas y Christina Rosenvinge. Bravo por ambos. Esperemos que, al igual que los antes mencionados, también se animen con un EP o algo conjunto.
Dylan decía aquello de “I Contain Multitudes”, en referencia a un fragmento del poema “Song Of Myself” de Walt Whitman, y podríamos asegurar que la cantidad de influencias y registros diferentes que atesora esta compositora, instrumentista, presentadora, actriz y vete a saber qué más es realmente impresionante. Desde que la vimos por primera vez en directo nos hicimos fan de inmediato de esta espectacular mujer orquesta y de momento nunca ha defraudado en ninguna de sus mil caras. Camaleónica total.
1 comentario
Cojonuda crónica hacia el currado concierto que se marcó esta mujer como es MAIKA MAKOVSKI en la Bbk bilbaina a través de estos buenos temas como con algunos invitados caso de Ovidi de LOS ZIGARROS.