Crónicas
Mad Cool 2024 (viernes) con Måneskin, Sum 41 o Tom Morello: De lo más intenso
«Me faltaron temas como “In Nome Del Padre”, pero les doy un notable alto en la primera vez que los veía en directo.»
12 julio 2024
Mad Cool Festival, Espacio Iberdrola Music, Madrid
Texto: Alex Rico. Fotos: Alfonso Dávila y Henrique Pratas.
Tras una jornada inaugural en la que tuvimos a The Smashing Pumpkins o Garbage, llegó un segundo día con Pearl Jam, Greta Van Fleet o Mando Diao. He aquí lo que dio de sí la tercera jornada con Måneskin, Sum 41 o Tom Morello.
Arrancamos la penúltima jornada de Mad Cool aún con la resaca del jueves que, a excepción de aquellos días de la edición de 2018 (en las que por cierto también estuvo Pearl Jam), fue de las más intensas que recuerdo en la historia del festival. El tercero de los cuatro días de esta séptima edición ha contado con más de 49.000 personas que tuvieron como principales atractivos a Måneskin, Sum 41, Black Pumas o Tom Morello.
Los primeros a los que nos pasamos a ver esta tarde de viernes eran PI.L.T., la banda de metal y rock alternativo del municipio vasco de Munguía al que el uso distintivo de los teclados les aporta un sonido propio. Antes de su disolución en 2006, los vizcaínos facturaron nada menos que cinco álbumes dándose a conocer a nivel regional y estatal a mediados de los noventa gracias al tema “Hil da Jainkoa”.
Pura actitud y energía en directo la que pudimos disfrutar en el escenario Mahou Cinco Estrellas de Mad Cool con temas más antiguos como el propio “Hil da Jainkoa”, que por cierto sonó como un tiro, hasta el actual “Garai honetan”, su primera canción nueva en 20 años, los mismos que hacía que no pisaban Madrid. Volvieron en 2017 y esperemos que sigan así muchos años más.
Nos movemos de carpa Mahou para seguir disfrutando del producto nacional. Si hay un grupo de dentro de nuestras fronteras con capacidad técnica y habilidad para fusionar estilos musicales complejos esos son Gilipojazz. Si además le aplicamos un toque humorístico o divertido, tenemos todos los ingredientes para que su propuesta cale en cualquiera que se pasara por curiosidad a ver al power trío madrileño.
La compenetración entre los componentes es una de sus virtudes como pudimos ver en “9'5 es casi un 10”, dedicado a esos profesores que nos dejaron disfrutar el verano tras el colegio, o “Payasos”, que según nos contaron está inspirada en un videojuego de los años noventa que todavía no existe. “Lo bueno de tener un grupo con un 97,3% de música instrumental es que puedes ponerle el nombre de las canciones que te dé la gana. La siguiente canción se llama “Sandwich”’, bromeaba el bajista. Finalizaron con “Iker me debe un café” y tras hacer las paces tocaron “Iker ya no me debe un café”.
¿Te gusta el jazz? ¿Te gusta el funk?¿Te gusta el punk? Pues esta fusión ecléctica, en su mayoría instrumental, te apasionará. Si alguien no los conoce, empezad a seguirlos desde ya.
Esta vez la ruta a seguir parecía más clara que las dos primeras jornadas. Quizá el único solape más doloroso era el de Black Pumas con Tom Morello, pero eso va en función de gustos porque son estilos muy diferentes.
Hablar de Tom Morello es personificar la capacidad de crear sonidos innovadores a través de un riff. Una variedad de efectos y técnicas poco convencionales que hacen que simplemente con oírlo sepas que emanan de su mástil. Un riff desde donde se articulan todas las canciones, ya sea con Rage Against The Machine, Audioslave y como solista bajo el nombre de The Nightwatchman.
Precisamente como solista llegaba a Mad Cool con la premisa de convertir a todo el público en soldados de su ejército donde las armas son los instrumentos. Así que en cuanto iniciaron los riffs marca de la casa de “Soldier in the Army of Love”, sumados a unos estribillos gospel, estoy seguro de que la gran mayoría nos iríamos a una guerra en primera fila con él. Súmale que salió a escena con su hijo Roman Morello, de tan solo 13 años, ataviado con la camiseta de la selección española de Lamine Yamal y que nos dejó con la boca abierta con su virtuosismo. De lo más épico de esta edición. Que los fans de Rage Against The Machine estén tranquilos, el linaje está asegurado.
Y si alguien tenía alguna duda, las guitarras hipnóticas de “Vigilante Nocturno” y ese solo desafinando las cuerdas del clavijero te disiparán cualquiera de ellas. “He esperado mucho tiempo a este momento”, nos decía el guitarrista. Con esta afirmación llegábamos al primer medley instrumental donde Morello rindió homenaje a Rage Against The Machine con una selección de alguno de los temas más icónicos de los californianos, en este caso “Testify”, “Take The Power Back”, “Freedom” y “Snakecharmer”. Un concierto de Tom Morello sin guiño a la banda por la que se dio a conocer en todo el mundo no sería un concierto de él.
Una delicia verle en registros a los que no nos tiene tan habituados como es el caso de “One Man Revolution”, de su proyecto solista conocido como TheNightwatchman, más enfocado al folk acústico, con un estilo que recuerda a los trovadores de protesta de la década de 1960, como Bob Dylan y Woody Guthrie pero que en directo lo lleva a su terreno electrificándolo más que la versión de estudio.
Siguieron “Let’s Get the Party Started”(qué pena que Bring Me The Horizon no coincidieran el mismo día de festival) y “Kick Out the Jams” de MC5, un himno de la contracultura de finales de los 60 de una de las bandas pioneras del protopunk junto a The Stooges o The Velvet Underground. Para este tema salió por sorpresa al escenario el guitarrista de Måneskin, Thomas Raggi. He de reconocer que pensaría que interpretarían “GOSSIP”, la intervención que el guitarrista tiene en ‘Rush!’, el último disco de los italianos. Luego pensamos que quizá Morello saldría en el turno de los cabezas de cartel, pero desafortunadamente no fue así tampoco.
“Gracias al público español por el apoyo de estos últimos 30 años con cualquiera de mis bandas. Desde lo más profundo de mi corazón, muchas gracias”, agradeció. Inmediatamente nos devolvía ese cariño retrocediendo a su época de Rage Against The Machine con otra jam compuesta por secciones de “Bombtrack”, “Know Your Enemy”, “Bulls on Parade”,“Guerilla Radio”,“Sleep Now in the Fire”, “Bullet in the Head” y la intro de “Cochise”, ya de su siguiente etapa en Audioslave. Una banda que no se entendería sin el difunto Chris Cornell, muy querido por todos, al que brindamos un emotivo homenaje con “Like a Stone”. Emociona ver a todo el público coreando la letra mientras que la guitarra de Morello lloraba en una de sus canciones más queridas.
Nos acercábamos al final con “TheGhost of Tom Joad”, la versión de Bruce Springsteen llevada a su terreno (scratch de guitarra incluido) donde muestra su faceta política girando la guitarra para mostrar el ya clásico mensaje que esta vez rezaba “Ceasefire” (ndr: alto el fuego) en apoyo al pueblo palestino. Ahora sí, se despedían reclutando de nuevo a su hijo Roman Morello para la fiesta de “Killing In The Name” y cerraba la versión del “Power to the People” de John Lennon demostrando que todo lo que toca lo convierte en oro.
Con este chute de adrenalina nos movíamos a uno de los escenarios principales para la siguiente parada en nuestra ruta, Sum 41. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la banda sonora de ‘American Pie’? Pues estábamos a punto de disfrutarla antes de que el grupo tome caminos separados. Sum 41 son y serán siempre uno de los abanderados del pop punk de principios de siglo junto a bandas como Blink-182, New Found Glory, Green Day, Good Charlotte o All Time Low. Les echaremos de menos.
A las 23:00 horas la banda con Deryck Whibley a la cabeza hacía presencia para volver a nuestra juventud, esa época sin preocupaciones donde todo era de color de rosas. Basta los primeros beats de “Motivation” a cargo de Frank Zummo o los riffs de “The Hell Song” (confeti incluido) para coger la tabla de skate y darnos un paseo escuchando a los canadienses con los cascos a todo volumen. Sin apenas respiración llegaba uno de los mejores estribillos que han parido, “Over My Head (Better Off Dead)”, seguida de “No Reason”, donde nos animaban brazos arriba al grito de “hey, hey, hey”, todo el Mad Cool botando con “Underclass Hero” y temas actuales como “Landmines” o “Dopamine” son píldoras que siguen sonando en directo a pura esencia Sum41.
Pese a los años, continúan siendo un torbellino de energía punk como demostraron con “We're All to Blame” de su fantástico tercer disco ‘Chuck’, del que por cierto en breve se cumplirá su vigésimo aniversario, “Walking Disaster”, que si cerrábamos los ojos parece que estuviéramos en un concierto de Blink-182 o un tema de la vieja escuela como “Makes No Difference”,de su primer EP ‘Half Hour of Power’.
Jugaron con las intros del “Smoke on the Water”y “Seven Nation Army”, de Deep Purple y The White Stripes respectivamente, antes de que la explanada se convirtiera en un mar de móviles en alto para inmortalizar la sentida “Pieces”. Enérgica versión del “We Will Rock You” de Queen para calentar al personal antes de la traca final en una oda en mayúsculas a la nostalgia y energía juvenil. Tres temas que resumen su carrera a la perfección: “In Too Deep”, “FatLip” y “Still Waiting”. ¿Qué más les podemos pedir?
Pensábamos que sería la última vez que podríamos verlos en directo, pero afortunadamente hay otra oportunidad puesto que la banda ha anunciado su último concierto en noviembre en el WiZink Center. Igualmente, me uno a la sentencia que ellos mismos escribieron al final del comunicado: “Gracias por los últimos 27 años de Sum 41”.
Esta jornada de viernes llegaba a su fin con la revelación italiana Måneskin. Sin duda es una de las bandas que ha irrumpido en la escena con mayor fuerza en los últimos años. Pasaron de ganar el concurso de talentos “X Factor Italia” en 2017 y, sobre todo, Eurovisión 2021, a ser una banda que ha redefinido el panorama musical actual con una proyección internacional en ascenso. Hay que reconocer que tienen todos los ingredientes para ser un producto de marketing perfecto pero, si además tienen un talento innegable, el círculo se cierra.
Como si nos hubieran leído la mente donde dice que no queremos irnos a dormir, arrancaron con “Don't Wanna Sleep” y una letra que se convertiría en un mantra toda la noche: “Dance, dance, dance, dance until I die”. Le siguió “GOSSIP”, una pena que no saliera Tom Morello como ya hemos comentado, y la eurovisiva “Zitti e Buoni” con la que pusieron su nombre en el mapa. Pronto gastaron una bala infalible pero no importa, a pesar de su corta trayectoria tienen un buen arsenal ya en su haber como para darse este gustazo.
“Hola a todo el mundo, ¿cómo están? Tocar en España es muy guay, tocar esta noche es muy especial’, se dirigía Damiano al público español. El italiano es un provocativo camaleón escénico como pudimos ver en “Honey (Are U Coming?)” mientras se pavoneaba por el escenario. Y si hablamos de presencia escénica no podemos dejar de hablar de su compañera Victoria De Angelis, que es una tormenta eléctrica sobre las tablas llevando el peso del groove de “Supermodel”, con una línea de bajo muy funk que no hizo más que llenar de energía el depósito de combustible con “Gasoline”.
Me gustó la puesta en escena, sencilla pero efectiva, combinando un rollo medio vintage con un toque moderno e incluso andrógino a la que aportan tintes de una estética teatral. Uno de los momentos de la noche llegó con la reinterpretación moderna de clásico de The Four Seasons, “Beggin'”, a la que el propio Damiano bromeó diciendo que en esa canción no tenía que hacer nada porque lo íbamos a hacer todo nosotros, la magnética “For Your Love”.
El ritmo pulsante que imprimió el bombo de Ethan Torchioa a la batería indicaba que “I Wanna Be Your Slave” estaba a punto de sonar. Siguieron “Mamma mia”, con Thomas Raggi gustándose a sí mismo a las seis cuerdas, “Bla BlaBla” (prescindible bajo mi punto de vista) y “Kool Kids, donde subieron fans al escenario en un gesto que me pareció algo preparado. Cerraron con “The Loneliest”, con la voz pegajosa de Damiano en su faceta más sensible y de nuevo la fiesta volviendo a sonar el “I Wanna Be Your Slave”. Me faltaron temas como “In Nome Del Padre”, pero les doy un notable alto en la primera vez que los veía en directo.
Ya solo queda la última jornada que nos presenta una noche de sábado interesante con el turno de Bring Me The Horizon, The Killers, Avril Lavigne, The Gaslight Anthem, Nathaniel Rateliff o The Kooks.
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