Crónicas

Machine Head: Variedad y potencia

«Viendo que corearon todos los temas y que hicieron muchos pogos, diría que los asistentes salieron satisfechos y con una buena percepción de lo vivido en la Riviera»

2 abril 2018

Sala La Riviera, Madrid

Texto: Endika Tapia. Fotos (Rouen, Francia): Hughes Vanhoucke

Machine Head pasó por la capital como parte de la gira de presentación de su nuevo disco ‘Catharsis’. Los californianos hicieron gala de una puntualidad exquisita, apareciendo sobre el escenario de La Riviera a las 9 de la noche. Poco más y comenzamos el martes viendo actuar a la banda, ya que su actuación duró en torno a 2 horas y 45 minutos. A modo de curiosidad, el concierto también fue especial por coincidir con el cumpleaños del guitarrista Phil Demmel, al que, cómo no, se le dedicó el happy birthday dos veces: una durante su solo de guitarra (de manera espontánea por parte del público) y otra hacia el final del bolo cuando Rob Flynn pidió al respetable que lo hiciera: “Os adelantasteis, sois fantásticos”, dijo.

En cualquier caso, el protagonismo y el peso de la velada recayó sobre Robb, quien no paró de moverse por el escenario (decorado con aires industriales) ni de animar al público entre tema y tema durante toda la actuación. Sin teloneros para calentar su show, pudo hacer un repaso considerable por la discografía de Machine Head.

El concierto dio comienzo con “Imperium”, pista del disco ‘Through the Ashes of Empires’, que nos lleva de vuelta a finales de 2003. Tras ello los californianos apostaron por la actualidad más reciente, presentando en directo “Volatile”, que pertenece a ‘Catharsis’. La siguiente en caer fue “Now We Die” de su ‘Bloodstone & Diamonds’. ‘The Blackening’ no podía quedar fuera del repaso de la noche: Machine Head cumplió con “Beautiful Mourning”. De ahí pasaron al ‘The Burning Red’ con “The Blood, the Sweet, the Tears”. Después tocó vuelta a su reciente trabajo discográfico con “Kaleidoscope”, una de las apuestas fuertes del LP.

Volvemos al ‘The Blackening’ de la mano de los potentes riffs de “Clenching the Fists of Dissent”. Una de las canciones previsibles para esa noche era “Catharsis”, la que da título al disco y, en efecto, fue la siguiente en sonar. La segunda incursión en el ‘The Burning Red’ llegó después con “From this Day”. Luego tocó echar la vista atrás, en esta ocasión al álbum ‘The More Things Change…’ de la mano de “Ten Ton Hammer”. Dicho corte dio paso a la nu metalera “Is Anybody Out There”, a la que siguió “Locust”. “Bastards” sirvió como otra muestra de su última obra.

La noche continuaba: así llegó el turno de “Bulldozers” del ‘Supercharger’. “Killers & King” se encargaría de mirar por segunda vez al ‘Bloodstone’ y “Davidian” supuso la incursión de Machine Head en su mítico y cañero debut discográfico. Por cierto, ese recorrido por el debut del grupo continuó con “None But My Own”, aunque justo antes sonó “Behind a Mask”, siguiendo así la práctica de ir mezclando clásicos con la presentación de ‘Catharsis’.

Ya en la recta final, los californianos siguieron incansables y descargaron “Aesthetics of Hate” del ‘Blackening’, “Game Over” del ‘Bloodstone’, “Blood for Blood”, nuevamente del ‘Burn my Eyes’; y finalmente, a modo de bis, “Halo”, también del ‘The Blackening’.

Por si todas las canciones mencionadas fueran pocas, también hubo el ya mencionado solo de guitarra y otro solo de batería. Precisamente la demostración de Dave McClain a las baquetas sirvió como único momento de la noche para que el resto de componentes de la banda tuviesen un respiro y volvieran con energías renovadas.

A modo de valoración, creo que Machine Head hizo una actuación bastante potente y acertada. Personalmente, creo que se trata de un grupo cargado de luces y sombras, y que su ‘Catharsis’ es un disco un tanto desconcertante e irregular, pero lo uno no quita lo otro. El setlist elegido supone un recorrido por su discografía, y precisamente por esta variedad me parece que el resultado fue un buen concierto, capaz de satisfacer las preferencias de todos los seguidores de la banda.

Lo cierto es que las únicas pegas que puedo ponerle al concierto es que una actuación de más de 2 horas me empieza a parecer algo excesiva y que el solo de batería, a pesar de su virtuosismo, se hace monótono y pesado, sobre todo en un show tan extenso como el que nos ocupa. Por lo demás, considero que estuvieron intachables: cada músico cumplió perfectamente su papel. Además, contamos con un Rob Flynn muy entregado y comunicativo que no dudaba en animar al público o dar pequeños discursos, como aquel en el que dijo que la música era capaz de unirnos a todos a pesar de las diferencias. En otro momento, nos agradeció el apoyo a la banda desde los inicios, sobre todo durante los últimos años cuando tuvo su rifirrafe con Phil Anselmo a causa de sus polémicas declaraciones racistas: “Hubo amenazas por parte de skinheads de que iban a reventar nuestro concierto” afirma Flynn, “pero al final no pasó nada, gracias a vosotros”. Por otra parte, hay que decir que se manejó muy bien en todos los registros vocales y que estuvo sobresaliente tanto a la guitarra eléctrica como en las tres ocasiones en las que se armó con la guitarra electroacústica. También opino que merece buena nota el montaje escénico, sobrio pero visualmente impactante con sus toques industriales y los juegos de luces, además de la calidad del sonido durante el concierto.

En resumen, un show al que puntuaría con un notable alto. Viendo la multitudinaria asistencia, muy alta para ser un lunes, y su actitud de no parar de corear cada tema de la banda, así como la considerable cantidad de pogos espontáneos que hubo, diría que los asistentes salieron satisfechos y con una buena percepción de lo vivido en la Riviera.


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Esta entrada fue escrita por Redacción

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