Crónicas
La Plata + Forma Norte en Bilbao: Un movimiento generacional
«Frente a otros combos en los que la faceta experimental cobra bastante relevancia, aquí lo importante eran las canciones con garra, con mensajes sencillos e inequívocos que lo mismo valdrían para salir de fiesta que para iniciar una revolución.»
16 febrero 2023
Muelle, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Hay conciertos en los que ya te puedes imaginar el tipo de gente que va a asistir. No por haber desarrollado capacidades clarividentes, sino por una simple cuestión de veteranía o mera experiencia. De sobra es sabido que cada estilo tiene su público, por lo que si uno se tira meses o años acudiendo a una clase determinada de bolos, no tardará en familiarizarse con detalles concretos que se repetirán con pasmosa frecuencia como si se tratara de una suerte de patrón común.
En este caso hablamos de los que acuden a los recitales de post punk en la capital vizcaína y aledaños. Una escena muy pujante gracias a grupos como Belako y Vulk y locales como el desaparecido Izar Beltz o el todavía en pie Sarean que ya forman parte de la historia musical de la villa. Y tampoco conviene olvidarse de todos aquellos promotores underground a los que no les mueve en absoluto el dinero, sino la necesidad de proporcionar una alternativa cultural al margen de los canales oficiales.
Toda esta introducción viene a cuento de que cuando entrevisté a Diego Escriche de La Plata me dijo que más que estar influenciado por un estilo, lo que verdaderamente le llamaba la atención era un movimiento generacional, un cúmulo de bandas con las que, aparte de rondar en una edad similar, compartían ciertos valores y una manera concreta de hacer las cosas. Pura militancia, si nos diera por realizar un símil político.
En este contexto no extrañaba que los encargados de calentar la cita de aquella noche en el bilbaíno Muelle fueran Forma Norte, una nueva célula activa con miembros de Vulk. Esto último podría servir para encuadrar dentro del post punk su propuesta, pese a que su carácter experimental quizás hasta supere el de su banda madre, pues lo mismo meten saxofón o batería electrónica que arrebatos ruidistas. Tuvieron incluso que avisar a la peña de que su escaso tiempo en escena había acabado, pues todo el mundo se quedó hipnotizado ante lo que hacían. Normal, curioso era un rato.
Es evidente que los valencianos La Plata se han convertido en uno de los nombres punteros de una escena post punk a nivel estatal que cuenta en el norte con un gran reducto, tanto de grupos como de fieles. Si no se agotaron las entradas, poco faltaría, pues una considerable multitud se agolpaba en las primeras filas entre un escenario casi en penumbra y una niebla que convirtió la tarea de los fotógrafos en una cuestión de pura suerte.
Ya desde el inicio con “Enemigo” la voz de Diego anduvo algo baja en comparación con el resto de instrumentos, un inconveniente que unos achacaban a las características del recinto y otros a una mala ecualización. En cualquier caso, se trató de un problema que lastró en cierta manera su actuación y que ocasionó que desde el respetable se elevara alguna queja, aunque por lo que vimos, parecía que el grupo no contaba con demasiado margen de maniobra en ese aspecto. El cantante y guitarrista sugirió medio de coña subirse a una silla, pero no sé yo si aquello hubiera funcionado.
A un servidor, muy fan del sonido shoegaze en el que la voz queda sepultada en una maraña de ruido, tampoco le importó demasiado ese inconveniente. Preferimos enfatizar lo positivo, y eso eran las tremendas canciones de su catálogo, caso de “Victoria” o “Aire Nuevo”. No en vano consideramos su último trabajo ‘Acción directa’ de lo mejor que se ha editado en el ámbito del post punk patrio.
No hacía falta nada más que escuchar para que el personal se metiera en su bolsillo. Muchos saltaron y entonaron a pulmón “Hoy el sol”, una pieza hipnótica que podría acercarles a Depresión Sonora. Y subieron un peldaño más con el post punk rabioso de “Tu cama”, que desató los consabidos pogos mientras algunos berreaban aquel lema del 77 que decía “No hay futuro”. Sin duda el punto álgido de la velada.
En “Arderemos” Diego cedió el protagonismo a las voces femeninas de la bajista y teclista, que siguieron sonando bajas, pero daba igual, porque era un temón inmenso. “Entre esta luz” se movió en una línea onírica similar y pegaron una especie de puñetazo sonoro con “La luz”, un corte que ejemplifica como pocos las principales características del género post punk. Otro de los instantes fundamentales de la noche.
“Espejismo” mantuvo el ritmo frenético y confirmó que en esta faceta es donde de verdad se luce su batería, uno los grandes atractivos para verles en directo. “Hacia el vacío” aminoró algo la marcha, pero no tardaron en regresar a su vertiente más acelerada en “Volver a verte”, un terreno en el que consiguen brillar sin dificultad.
El aire new wave ochentero de “Real” rompió la dinámica del bolo y además permitió a Diego descansar de la guitarra un rato. Cualquiera podría atribuir esta pieza que forma parte de la BSO de la serie ‘La ruta del bakalao’ a algún grupo olvidado de la movida.
Cerca del final mejoró algo el sonido en “Un atasco”, otro de los cenit de su repertorio, y “Esta ciudad” evocó a compañeros de generación como los supurantes Biznaga. Pusieron el broche con “Me voy”, un tema flotante muy Los Planetas, o incluso Odio París. Lograron con ese colchón shoegaze la sensación perfecta de habitar en una nube. Y aquí no habría tampoco bises ni esos falsos clímax en los que no suelen creer esta nueva hornada de grupos.
Frente a otros combos en los que la faceta experimental cobra bastante relevancia, aquí lo importante eran las canciones con garra, con mensajes sencillos e inequívocos que lo mismo valdrían para salir de fiesta que para iniciar una revolución. Hay todo un movimiento generacional ahí fuera. Pasen y vean.
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1 comentario
Cojonudo como extenso resumen hacia las dignas actuaciones que se curraron tanto esta buena banda rockera como son LA PLATA como FORMA NORTE como digna banda telonera en dicha sala bilbaina.