La Gripe y Tú + Fran Malanoche en Bilbao: Los chavales que fuimos

Tal fue el caso de los siempre recordados Platero y Tú, que junto con Tequila, Burning y otros ayudaron a desterrar esa absurda idea de que el rock n’ roll únicamente podría ser en inglés. Lo cierto es que en la actualidad no tenemos demasiadas oportunidades de disfrutar en directo del repertorio de la banda de Fito, Uoho, Juantxu y Jesús, a lo sumo cuando se cuela algún que otro himno entre “Soldadito marinero” y demás éxitos Fitipaldis.

No era de extrañar que se agotaran las entradas en la bilbaína sala Azkena para el anunciado espectáculo de La Gripe junto a Fran Malanoche centrado en Platero y Tú. Muchos cuarentones y treintañeros abarrotaron el recinto con la intención de reverdecer laureles y recuperar por lo menos por una noche a esos “chavales” que mencionó el bajista Juantxu al comienzo del concierto.

Txema y Fran Malanoche compartiendo voces y guitarras.

Con el grueso del personal expectante, La Gripe reivindicaron en primer lugar su propia trayectoria con un temón tan mayúsculo como “Barrancos rocosos”, en el que colaboró en su día Robe. Muy buen comienzo. Que no tuvieran mayor repercusión con composiciones de este calibre y un cantante y guitarrista tan competente como Txema hay que atribuirlo a la mala suerte, no cabe otra explicación posible.

Abrieron el tarro de esencias “platerescas” con “¿Cómo has perdido tú?” y Fran Malanoche tomando la voz cantante de manera muy digna, superó totalmente nuestras expectativas, y seguramente las de la mayoría de la gente. No resultaba para nada sencillo encontrar un tono con personalidad que no fuera calcado al milímetro al de Fito, todo un encaje de bolillos que pasaron con nota sin limitarse a la copia facilona.

Juantxu Olano, bajista de Platero y Tú y La Gripe.

Y en el repertorio no había desperdicio alguno con “Voy a acabar borracho”, “Alucinante”, “Entre dos mares” y tantas otras piezas que no necesitaban presentación y calentaron pero bien las gargantas de los asistentes. Por supuesto, “Tras la barra” estuvo dedicada a “todos los camareros del mundo”, una profesión todavía ninguneada y machacada por esos emprendedores que optan por pagar una miseria trabajando los siete días de la semana con horario partido. Quizás en unos años ya se les trate como a linces ibéricos.

“No hierve tu sangre” era otro de los cortes con mensaje, un texto en plena vigencia hoy en día con el postureo inmisericorde de redes sociales y la tendencia a elevar a los altares ponzoñas supuestamente transgresoras que en realidad reproducen el pensamiento del poder imperante. Juantxu quiso hacer una dedicatoria, pero la dejó en puntos suspensivos, por lo que cada cual pudo evocar al personaje más patético obsesionado por agradar. Cuidado, que esos al final ganan elecciones.

“Un ABC sin letras” desató un ligero pogo entre la concurrencia, aunque tampoco sobraba demasiado espacio para moverse, proteger la cámara de pisotones de elefantes fue una auténtica misión de alto riesgo. El bajista Juantxu volvió a aludir a la sinrazón de algunas costumbres postmodernas y dijo que “Mari Madalenas” hoy en día debería llamarse “Mari Muffins” o “Mari Pancakes” antes de añadir: “Pancakes para su puta madre…”. Se tenía que decir y se dijo.

No hubo ni que presentar nada cuando sonó el inmortal riff de “El roce de tu cuerpo”, todo el mundo sabía lo que había que hacer. Y cualquiera que hubiera estado con anterioridad en un concierto de La Gripe también sabía de sobra que “Tu pelo rojo” nunca falta en sus directos. En este sentido, nos pareció muy acertado que no renunciaran a sus propios clásicos, tan respetables como los del repertorio de Platero y Tú.

Fran Malanoche tomando la voz cantante.

Los gritos de “beste bat” fueron abrumadores y no tardaron en regresar acompañados de Robert de Lowe, combo bilbaíno especializado en versiones pop rock de los ochenta y noventa, por lo que bordaron “Hay poco rock ‘n’ roll”. Se notaba que se la habían pulido en directo unas cuantas veces, por lo que el resultado fue increíble.

Sin cambiar de voz, se arrancaron del mismo modo con “Si la tocas otra vez”, otro tema muy querido por los aficionados, y aprovecharon la coyuntura para anunciar su fecha del 9 de marzo en el Kafe Antzokia de Bilbao. Después de comprobar la manera tan espectacular en la que se curraron el repertorio de Platero y Tú, si no abarrotan el recinto, no existe justicia en este mundo.

En una noche tan especial no podría faltar el blues de copa y puro de “Cantalojas”, oro puro con marcado sabor del Botxo. Nos quedamos con las ganas de escuchar también “Maldita mujer”, pero esta pieza era otra de las que ponían piel de gallina, así que nada que reprochar ni lamentarse. Disfrutemos del momento, de lo que es, no de lo que pudo ser y no fue.

“Juliette” era otra de las inevitables, al igual que “Si tú te vas”, con la peña recitando la letra a pulmón de principio a fin y esa deliciosa referencia a Status Quo y John Fogerty en la parte final. Épica absoluta que terminó con Txema y Fran elevando mástiles como otras grandes parejas de guitarristas de la historia de la música. Chapeau.

Pero la concurrencia no se daba por satisfecha, quería todavía más, por lo que tuvieron que regresar a las tablas por segunda vez. Dado que habían cubierto ya la totalidad de los temas preparados, optaron por repetir “Un ABC sin letras”, que no nos desagradó, aunque rescatar del olvido una canción no tocada habría molado más.

Nos faltaron “Bebiendo del mismo vaso”, “Si miro a las nubes”, “Cigarrito”, “Esa chica tan cara” o “Imanol”, ahora que tenemos un candidato a lehendakari con el mismo nombre, pero ya lo hemos dicho, no era cuestión de quejarse en una velada tan mágica. Habíamos visto uno de esos conciertos que acontece con la misma frecuencia que los eclipses solares. Los chavales que fuimos estarían la mar de orgullosos.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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