Crónicas
Kokoshca en Bilbao: Radiante juventud
«Por las características del formato, había limitación de tiempo, pues otro bolo debía iniciar en el piso de abajo, pero lo visto nos valió para constatar que su radiante juventud es más un estado mental, como dice el tópico, pero también una reivindicación de un periodo de la vida con el individualismo por bandera donde las preocupaciones sobre sueldo y vivienda de los mayores parecen de otra dimensión.»
24 octubre 2024
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
No todos los grupos son capaces de alcanzar ese punto en el que las influencias están tan bien asimiladas que forman un sonido propio e inclasificable distinguible frente al resto de nombres contemporáneos. Es entonces cuando no sería descartable pensar que seguramente ya existan otros combos que han tomado notas acerca de una determinada manera de hacer las cosas y no les duelen prendas a la hora de reconocer la herencia recibida.
Los navarros Kokoshca con su noveno trabajo ‘La juventud’ han llegado ciertamente a esa etapa y en la actualidad podrían codearse con otras referencias del panorama alternativo como Triángulo de Amor Bizarro o Los Punsetes, bandas que con toda probabilidad comparten un mismo tipo de público, pese a que a nivel musical cada una sea de su padre y de su madre.
Diría que las voces de Amaia e Iñaki se han convertido en una seña de identidad del grupo, dos facetas que se complementan a la perfección como en el caso de los gallegos creadores de “Vigilantes del espejo”, aunque las letras de los pamplonicas sean mucho más mordaces y con algún que otro toque costumbrista o de crítica política. A ver cuántos se atreverían a convertir al infame comisario Villarejo en un alegre estribillo para repetir con copa en mano.
El piso superior del bilbaíno Kafe Antzokia congregó a una notable afluencia de personal, lo que confirmaba que por estos lares han hecho el preceptivo trabajo previo. Me atrevería a decir que podrían haber tocado tranquilamente en la planta de abajo por poder de convocatoria, aunque quizás la ubicación escogida se debía a un mero problema de agenda.
En teoría Kokoshca presentaban el disco ‘La juventud’, por lo que lo primero que sonó tras la consabida intro fue el tema que daba título al disco y que no extrañaría que se convirtiera en una fija en los repertorios a partir de ahora. Se tornaron más psicodélicos con “Lo que hay en mí” y “Huella de ti” asemejó su propuesta a la de Los Fresones Rebeldes.
No perdieron ocasión para comentar la actualidad política diciendo: “¿Qué ha pasado con Errejón?”, antes de que Iñaki, uno de los vocalistas y guitarristas, se confesara lector del periodista Enric Juliana. Siguieron dando cera a material reciente con “El verano”, que parece un híbrido imposible entre Nacho Vegas y Los Planetas, y subieron un peldaño más con “Futuro”, muy apropiada tras el colapso que sufrió el bajo al romperse el clavijero. Menos mal que no eran los únicos que tocaban en el recinto, por lo que pudieron hacerse con un instrumento de repuesto en tiempo récord.
“Te sigo esperando” añadió dinamismo a la cita, a la par que demostró oportunidad de lucimiento para el batería junto con las voces perfectamente compenetradas de Amaia e Iñaki. Y en “La fuerza” este último aludió a la “juventud” que se menciona en la letra, por lo que el núcleo temático de la noche no se perdió ni al cambiar de disco.
“Levantad las manos, somos una secta”, dijo Amaia antes de la electrónica “Sácame a bailar”, donde dejó aparcado su instrumento y trato de fundirse con los fieles, a los que al final acabó gritando: “¡Nunca seré tan joven como hoy!”. De los momentos más intensos de la velada. Y “Parkour” confirmó la plena vigencia de su material reciente en las distancias cortas, enorme el arrebato punk del final. Otra que aguantará en el repertorio a buen seguro.
“Regresando a la ciudad” puso a prueba las gargantas de la afición antes de que metieran otro encomiable acelerón con “No volveré”, que es como suelen acostumbrar a terminar el show. Pero en esta ocasión hubo espacio para la surrealista “Himno de España”, que comenzó con palmas flamencas, tuvo un arrebato reggae para que la peña cantara “Villarejo”, como si fuera de lo más normal en un concierto, y acabó apelando a la elevada temperatura del recinto. Todo un ejemplo de la amplia paleta estilística que suelen manejar en muchos de sus cortes.
Por las características del formato, había limitación de tiempo, pues otro bolo debía iniciar en el piso de abajo, pero lo visto nos valió para constatar que su radiante juventud es más un estado mental, como dice el tópico, pero también una reivindicación de un periodo de la vida con el individualismo por bandera donde las preocupaciones sobre sueldo y vivienda de los mayores parecen de otra dimensión. La vida exprimida al máximo los fines de semana.
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1 comentario
Buen concierto de los KOKOSHCA a través de estos temas en el mitico Antzokia bilbaino.