Crónicas
Knotfest Chile con Slipknot, Disturbed o Babymetal: La espera y la sangre
«Los oriundos de Des Moines saben perfectamente lo que ofrecer en directo y también de quiénes rodearse, dando forma a un demoledor cartel para esta edición»
2 noviembre 2024
Knotfest, Santiago de Chile
Texto: Siwar Project, Auriol Medina y Hughes Vanhoucke. Fotos: Hughe Vanhoucke
El pasado 2 de noviembre MariskalRock viajó a la capital chilena para asistir a la segunda edición del Knotfest Chile, un festival esperado por muchos chilenos y ubicado en la sombra del estadio nacional, que hace poco más de 50 años fue usado como campo de concentración de prisioneros políticos durante el golpe de estado liderado por Augusto Pinochet. Pero no venimos a Santiago para escribir sobre política.
Lamentablemente, no podemos escribir nada sobre las bandas chilenas, dado que en la recogida de las acreditaciones perdimos más de una hora y luego la cola para firmar los contratos para las fotos de bandas tampoco fue una cosa muy expeditiva. Si no fuera suficiente, después de firmar el contrato de Slipknot y Babymetal, un responsable de la promotora anuncio que nadie de la prensa iba a tomar fotos a Slipknot, cosa de la que me pude resarcir haciendo fotos a los enmascarados en México.
Iniciamos la tarde bajo un fortísimo sol y un calor ardiente con la banda sueca de death metal melódico Orbit Culture y su potente oferta trayendo un espectáculo destructivo y moviendo a la multitud presente desde las primeras horas de la tarde. A pesar del calor, la gente se mantuvo activa y coreaba todos los temas. Aquí y allá vimos a asistentes colapsar por insolación. Felizmente, nada fue grave.
Un gran death metal nórdico confirmó todo lo positivo que escuchamos de ellos últimamente con un excelente show con todo el poder que los caracteriza, y no podía faltar, por supuesto, un wall-of-death para cerrar el show.
Uno de los actos esperados para muchos era Poppy. La estadounidense sabe ampliamente lo que ofrece en directo y dejo a más de uno completamente extasiado. El combo musical se sostiene entre el metal moderno, electrónica, pop, alternativo, industrial, y otros, ecléctico a ratos, solventado por tres músicos, en guitarra, bajo y batería, además de usar samples y tener ocasionalmente a la misma Poppy en los sintetizadores y electrónica.
La exyoutuber Moriah Rose Pereira (Poppy) es muy versátil en voces, entre melódicas altas, susurradas, voces kawaii, gritos y guturales, muchas veces toda esa combinación en un solo tema.
Para cerrar, tocaron “Concrete”, uno de sus temas más coreados y esperados. Gran forma de terminar su participación en el Knotfest, en medio de aplausos, gritos y rostros felices, aunque también vimos a muchos asistentes que no estaban nada atraídos por lo que trajo Poppy.
Aunque algunos digan que Babymetal es más para niños y otakus o gente del anime, mueven buena multitud, y eso lo demostraron en este festival con sus muy buenos músicos de la Kami Band y las excelentes coreografías de las cantantes, con su fusión de J-pop y metal extremo acompañada de pirotecnia.
Babymetal dio un gran set alrededor de la hora del almuerzo. El Knotfest Chile también se caracterizó por tener una buena presencia de niños y adolescentes que son fans de esta banda. Se pude apreciar cómo incluso algunas niñas que probablemente soñaban con verlas se pusieron a llorar mientras entonaban sus canciones, lo que hizo este festival para todas las edades.
El tema “Ratata”, lanzado junto a los dos cantantes de Electric Callboy, fue sin duda uno de los momentos más fuertes del set de Babymetal, lamentablemente, sin la presencia de los cantantes alemanes, como fue el caso en entre otros festivales en Graspop y Resurrection Fest.
Con los suecos de Amon Amarth, que cuentan con el batería chileno de nacimiento Joakim Antonio “Jocke” Wallgren, llegó una de las bandas tal vez más esperadas del Knotfest por muchos. Tocaron temas vikingos a los que ya estamos acostumbrados, como “Deceiver of the Gods”, “Shield Wall”, “Guardians of Asgaard”, “Raise Your Horns”, “Crack the Sky” o el clásico “Twilight of the Thunder Gods”, con cual cerraron su set.
El emblemático cantante Johan Hegg hizo todo lo posible para dirigirse a la audiencia en español y se ganó el corazón de muchos chilenos. La invasión vikinga extrema puso a remar a una parte del público y así dieron fin a un gran concierto, uno de los más épicos de la tarde.
Mudvayne es una banda que no sale mucho de Estados Unidos, y sólo por esto numerosa gente vino al Knotfest para el primer concierto de la banda en Chile. Los cinco miembros con pinturas corporales trajeron su música muy ecléctica y compleja con influencias de nu metal, metal progresivo, death metal, thrash y hasta jazz.
Movieron a la multitud con sobre todo temas de su primer álbum, 'L.D. 50'. Mudvayne logró enloquecer a gran parte de la asistencia. Aunque por momentos había problemas de sonido con la voz del cantante, el show fue de alto nivel gracias, entre otros, al carismático Chad Gray.
Para casi finalizar el festival, los maestros de Disturbed dieron un gran show como antesala para Slipknot, que cerraron el evento, demostrando una voz potente y sin fallos. Due una hora y media de show que conectó con casi toda la audiencia. Aquí también hubo problemas técnicos, al inicio las voces quedaron relegadas a un segundo plano porque el sonido de la guitarra, el bajo y la batería eran mucho más altos.
La banda de Chicago presentó una antología de su dilatada carrera con también dos covers con arreglos propios, siendo “Land of Confusion” de Genesis y, un poco más adelante en el set, “The Sound of Silence” de Simon & Garfunkel.
El plato fuerte vendría con la banda emblemática de la mayoría de los Knotfest, esta vez en tour por los 25 años de su primer disco, el homónimo 'Slipknot'. Y es que los oriundos de Des Moines, Iowa (USA), saben perfectamente lo que ofrecer en directo y desde el primer minuto Sid Wilson se encargó de lanzar y mezclar las pistas e intros como inicio (y en muchos segmentos) de lo que vendría durante poco más de una hora de espectáculo.
Después del retorcido tema/intro “742617000027”, la descarga empezó con “(Sic)” y el anuncio general de lo que vendría con la frase “Here comes the pain…” para el coreo general de la audiencia. El público chileno conectó en su gran mayoría con lo que pasaba en el escenario, lo que era retratado en pantallas gigantes alrededor de los dos escenarios principales, a pesar de la larga espera de muchas horas.
“Eyeless” continuó con la fiesta ya generalizada a estas alturas del evento. Un Corey Taylor en forma (con una versión de su look de 1999) y dándolo todo acompañaba los riffs de onda industrial y disonante de esta canción a cargo de los inacabables Jim Root y Mick Thompson.
Un nuevo estallido empezó con uno de los temas más difundidos y clásicos de la banda, como es “Wait and Bleed” y su coro pegajoso: “I've felt the gate rise up in me… kneeldown and clear the stone of leaves… I wander out where you can't see… inside my shell I wait and bleed…”, que fue coreado y disfrutado en los pogos que se formaron.
En un español masticado (desde ya hace años), Taylor se dirigió en varias ocasiones a la asistencia chilena, entre otras cosas para pedir que simulen estar en 1999 y gocen del disco homónimo, que es sin duda uno de los más duros y de sonido más crudo de su carrera.
Luego vendrían canciones de la talla de “Liberate”, “Prosthetics” y “Onlyone” para deleite de todos los “maggots” y seguidores.
La incorporación del batería Eloy Casagrande (ex-Sepultura) es sin duda un punto importante en esta nueva formación de la banda. Brilló con la solidez que lo caracteriza y lo coloca como uno de los mejores baterías de metal en la actualidad.
Después de una corta pausa sazonada con pistas y samples, descargaron “Spit it Out”, un clásico de este disco y de la banda, que encendió nuevamente a la concurrencia, que no paró de dar saltos cantando el coro a todo pulmón. Uno de los temas más ovacionados del concierto.
El orden de temas del disco fue modificado ligeramente, sin embargo, se respetó cerrar el concierto con “Scissors” con una intro larga y las palabras finales de Taylor, que dio paso a las percusiones y guitarras hipnotizantes, cual mantra en la oscuridad.
Las secciones de percusión y pasajes atmosféricos e industriales en combo con los gritos desgarradores de Taylor en todo momento castigaron nuestros oídos hasta el final de su acto, para desaparecer inmediatamente del escenario ante la ovación del público chileno.
Gran puesta en escena de Slipknot, que como ya es costumbre giran con cierta frecuencia por Sudamérica para placer de su legión de seguidores de todas las edades.
Así se acabó esta edición de Knotfest Chile, que todavía tiene mucho margen para mejorar. Vimos muy largas colas para entrar al museo de Slipknot, para comprar comida y bebida, merchan en cantidades muy limitadas (la camiseta del festival se había acabado antes de las dos de la tarde) y sería deseable mejor comunicación y trato a la prensa. No metes a más de cuarenta redactores y fotógrafos en un camerino con espacio para quince personas, sin mesas ni WiFi.
Otra cosa que nunca vi en un festival es que el foso de fotógrafos estaba detrás de la zona VIP donde no cabían todos (dicho por asistentes en el VIP) y se veían muchas manos arriba y móviles dificultando la vista para obtener buenas tomas del escenario. Nada que decir sobre la actuación de las bandas que fue muy buena.
Slipknot volverá a España en 2025 con su participación ya confirmada en lo más alto de los carteles de Resurrection Fest y Barcelona Rock Fest a finales del mes de junio.
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2 comentarios
Pedazo de resumen hacia lo que dio de si el KNOTFEST en la capital chilena con las cañeras actuaciones de bandas consagradas como SLIPKNOT, DISTURBED o los vikingos de AMON AMARTH.
Ciertos españoles están más traumados con Pinochet que nosotros mismos los chilenos!! Ya el "golpe" no se conmemora ni nada, solo el LUMPEN y los zurdos empobrecedores se recuerdan algo