Crónicas

Jethro Tull: La flauta mágica

«La flauta mágica musical más conocida siempre será la ópera de Mozart, pero en el mundo del rock, rotundamente tiene nombre y apellido: Ian Anderson, o lo que es lo mismo, Jethro Tull»

11 mayo 2023

Auditorio Kursaal, Donostia

Texto: Aitor Zubizarreta. Fotos: Nick Harrison

Foto: Nick Harrison

Cumplidos ya los 55 años desde la publicación de su estreno discográfico, Jethro Tull está en gira presentando su recién publicado 'RökFlöte', que hizo parada en el Kursaal de Donostia.

Son ya uno de los grupos más longevos en la historia del rock, y evidentemente, después de tantos años, ya apenas asoma aquella energía de antaño, esos sudorosos saltos y piruetas, o los balones gigantes sobre las cabezas del público en ese clásico formato de ”stadium rock” en el que Jethro Tull se instaló meritoriamente en las décadas de los años 70 y primeros 80 del pasado siglo (mismamente, llenaron el mítico velódromo de Anoeta de Donosti en sus visitas de 1982 y 1984).

Ahora, con un “tempo” de concierto pausado, con presentaciones antes de cada canción y escénicamente también con una formación inmóvil, salvo el cantante, flautista y líder total, Ian Anderson, que a sus 75 años aún llena notablemente el escenario, todo discurre a otro ritmo, a otra velocidad.

En ese contexto, el concierto se estructura con dos partes de cincuenta minutos, con descanso de veinte a modo de intermedio. Ciertamente, hubiéramos agradecido eliminar ese parón y haber disfrutado de un show a la vieja usanza y del tirón, pero parece que los Tull necesitan de esas “muletas” para poder aguantar el set al nivel que ellos quieren.

Dicho esto, la banda funciona en directo, suena creíble y está muy lejos de arrastrarse por los escenarios, simplemente son conscientes de lo que pueden o no pueden hacer en directo y lo llevan a cabo. Y lo siguen haciendo muy bien.

Foto: Nick Harrison

Ante un público muy veterano que llenó prácticamente en su totalidad el Auditorio Kursaal donostiarra en un frio y lluvioso jueves que parecía otoñal, el quinteto británico arrancó con la notable “Nothing is Easy” y una disposición en escena muy orquestal, con los teclados y la batería a ambos lados, más bajo y guitarra centrados pero sin hacer sombra en primera línea al jefe de filas, centro de todas las miradas. Ya saben, Ian Anderson es Jethro Tull y Jethro Tull es Ian Anderson.

El líder, que cantó correcto, mantiene algunos viejos ticks escénicos (sobre todo tocar con un pie alzado y recogido) mientras que el resto de la formación cumplió sobradamente, interpretando de manera un tanto académica y fría si se quiere, pero sin fisuras, perfectamente acoplada y con sonido sencillamente excelente.

Hubo pantalla de fondo, que alternaba videos antiguos, denuncia social (militarismo, pobreza, contaminación…) y alguna que otra imagen psicodélica, y la primera mitad discurrió entretenida, defendiendo su muy buen nuevo álbum con “Hammer on Hammer” y recordando su viejo legado sonoro que aúna rock progresivo, folk, gotas de blues y hasta música medieval, siempre con la flauta como eje central. Una formula muy personal que ha terminado por hacer de los Jethro una de las formaciones más singulares en la historia del rock.

“We used to Know”, con nostálgicas imágenes de la banda en sus agitados inicios barbudos y melenudos, sonó maravillosa, pura magia, y sirvió de paso para que Anderson recordara que la histórica “Hotel California” de los Eagles, publicada muchos años después, tiene un parecido innegable. Fue uno de los grandes momentos del concierto, sin duda.

Foto: Nick Harrison

Con “Wicked Windows” recuperaron material menos escuchado y sobado, mientras que “With You There to Help Me” y la instrumental “Bourée” fueron pura esencia Jethro Tull, especialmente esta última, genial, que con su barroquismo y folk celtoide sirvió de cierre emocionante y elegante a la primera parte ante un muy satisfecho auditorio.

Tras el descanso hubo más intensidad, tirando más de su faceta progresiva y enrevesada a ratos, aunque en general sin grandes cambios en el discurrir del show. “Heavy Horses”, de salida, también sonó muy emotiva, lo mismo que esa especie de homenaje a su tierra que viene a ser la muy épica “Warm Sporran”.

Volvieron a recordar y defender su nueva entrega con “The Navigators”, todo un temazo con su correspondiente video, que lució muy chulo y espectacular en la pantalla gigante. El nuevo material no desmerece junto a los grandes clásicos, y eso, cincuenta y cinco años después, es un logro inapelable que dice mucho y bueno del grupo.

Pero había que cerrar por todo lo alto y el repertorio tiró, por supuesto, a caballo ganador, primero con “Aqualung”, sonando apabullante y con la pantalla escupiendo imágenes de pobreza y miseria, vagabundos y tristeza, cerrando el video con la portada de aquel álbum, seguramente su carátula más icónica. De ese mismo trabajo es “Locomotive Breath”, con humeantes trenes a toda velocidad sirviendo de telón de fondo en pantalla para ese temazo hard rock tan enorme, con las últimas carreritas de Ian y que fue el único en el que el grupo permitió el uso de cámaras a la audiencia, que al menos pudo inmortalizar con sus móviles unos minutos del concierto en su último tema. Despedida por todo lo alto.

La flauta mágica musical más conocida siempre será la ópera de Mozart, pero en el mundo del rock, rotundamente tiene nombre y apellido: Ian Anderson, o lo que es lo mismo, Jethro Tull. Eternos.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Muy buena crónica hacia el gran concierto que se marcaron una de las bandas más grandes de Folk/Rock de la historia como son los británicos JETHRO TULL en la rockera ciudad de San Sebastian presentando su nuevo álbum que junto a sus temas mas miticos dejaron el auditorio patas arriba.

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