Crónicas
Graspop Metal Meeting con Scorpions, Judas Priest, Megadeth o Deep Purple: Todo el rock y el metal que puedas abarcar
«La ciudad belga de Dessel revalidó su trono como epicentro del legendario festival Graspop Metal Meeting, atrayendo a miles de fanáticos de todo el mundo y de las más variadas vertientes del metal»
Del 20 al 23 de junio
Graspop Metal Meeting, Dessel, Bélgica
Texto: Merry Jane. Fotos: Hughe Vanhoucke
Por vigesimoséptima vez, la ciudad belga de Dessel revalidó su trono como epicentro del legendario festival Graspop Metal Meeting, atrayendo a miles de fanáticos de todo el mundo y de las más variadas vertientes del metal. A pesar de haber sido una edición bastante húmeda este año, con fuertes lluvias que cerraron aparcamientos y cancelaron la fiesta de inauguración, el festival logró encender las llamas del infierno con sus altos decibelios, moshpits desbordantes, espíritus metaleros afines reunidos y, sobre todo, una tormenta de actuaciones memorables a cargo de leyendas del calibre de Tool, Judas Priest, Ihsahn, Machine Head y muchos más.
Jueves 20 de junio
El primer día arrancó con fuerza, destacando la nueva movida del metal, brillantemente representada por Night Verses, Erra, Bury Tomorrow, Counterparts y Alien Weaponry, quienes hicieron que los escenarios Jupiler y Metal Dome les quedaran pequeños. Cabe destacar también la genial performance de la banda local Stake por primera vez en un escenario principal del festival y el regreso triunfal de los holandeses Textures. Dichas actuaciones sirvieron como el aperitivo perfecto y el calentamiento necesario para sobrellevar las bajas temperaturas, preparándonos para disfrutar de los platos fuertes en los escenarios principales que vendrían después.
El escenario sur se encendió con la aparición de uno de los titanes del thrash metal, Kerry King. El icónico guitarrista irrumpió en el escenario sur para presentar su reciente disco debut, 'From Hell I Rise', y rendir homenaje a su legado con Slayer. Para deleite de los fans, King y compañía interpretaron clásicos como “God Hates Us All”, “Repentless” y la imprescindible “Raining Blood”.
Con un despliegue completo y suficientes llamaradas, King y su banda encendieron el prado con su energía arrolladora. Sin embargo, Mark Osegueda, conocido por su voz única en Death Angel, sorprendió al público al imitar un tanto a Tom Araya, lo que dejó a más de un fanático con deseos de ver a la formación original de Slayer pronto de vuelta en el escenario.
Con la ausencia de Heart, Babymetal ascendió en la programación y tuvo más tiempo para desplegar su peculiar fiesta de kawaii metal desde el escenario norte. Aunque las coreografías fueron impecables desde el principio, el sonido no acompañó al mismo nivel: las voces suaves lucharon por destacarse entre las guitarras de la Kami band. Afortunadamente, la calidad del sonido mejoró a mitad del set, justo a tiempo para la gran sorpresa de la tarde durante “Brand New Day”, con la aparición de Tim Henson y Scott LePage de Polyphia. Los puntos culminantes llegaron con éxitos como “Metali!” y “Karate”, así como con su nueva colaboración con Electric Callboy, “Ratatata”, que desataron una auténtica fiesta entre el público, incluso entre los detractores.
Megadeth se apoderó del escenario sur diez minutos después. Contrastando con el espectáculo visual de sus predecesoras, la diferencia no podría haber sido mayor, pero fue para bien. El peso de Megadeth reside íntegramente en su sonido, y así ha sido durante más de 40 años bajo la constante dirección de Dave Mustaine. En una actuación sin concesiones, dejaron que las guitarras hablaran y desempolvaron temas como “Take No Prisoners”. Las cuerdas fueron trabajadas a un ritmo vertiginoso, triunfando una canción tras otra.
Sin desmerecer al nuevo integrante, el finlandés Teemu Mäntysaari, se extrañó la presencia del carismático Kiko Loureiro en escena. Un papel estelar fue desempeñado por el belga Dirk Verbeuren en la batería, quien exprimió hasta el último golpe de sus tambores y platillos. El tríptico final con “Symphony of Destruction”, “Peace Sells” y “Holy Wars…The Punishment Due” fue el cierre perfecto para una dosis magistral de thrash.
Con nada más y nada menos que 76 febreros encima, el legendario Alice Cooper y su espectáculo circense sangriento dejaron boquiabierto hasta al más joven. No tenemos idea de cómo lo hace, pero está claro que aún no está listo para ceder su cetro. Con una actuación impecable en la que destacó especialmente la recién casada Nita Strauss tras sus Ibanez, nos complacieron de principio a fin, y desde luego los elementos icónicos del espectáculo no faltaron.
"I'm Eighteen" apareció bastante temprano, causando un pequeño alboroto en el público. Aunque este alboroto se calmó rápidamente, el espectáculo de Alice Cooper nunca decayó. Después de la aparición de un bebé gigante y la clásica decapitación, llegamos a las últimas notas con "School's Out". Como de costumbre, añadió algunos fragmentos de "Another Brick in the Wall (Part 2)" de Pink Floyd.
Aunque Cooper y compañía estaban entregando una actuación notable durante los últimos temas, cada vez más personas se congregaban en el escenario sur, justo al lado, para presenciar el clímax del primer día con Tool.
Cuando Tool inició con las primeras notas de "Jambi", prácticamente todos estábamos listos para ser abducidos por la experiencia progresiva. Este día, la banda reafirmó su reputación como banda de culto con un set sólido de sonidos abrumadores que nos transportaron a otra dimensión, acompañado de un espectáculo visual hipnótico durante noventa minutos gloriosos en donde hicimos un repaso de dos temas por cada disco en promedio.
La interacción con el público fue mínima, en consonancia con la naturaleza abstracta de su sonido, pero aquellos que nos entregamos a los solos penetrantes y la potencia tribal en temas emblemáticos como “Rosetta Stoned” y “Schism” pudimos sumergirnos por completo. Maynard, con su distintiva cresta púrpura, permaneció al fondo del escenario, inmerso en su propio universo, mientras que el papel de frontman recayó en el guitarrista Adam Jones. Afortunadamente, según ambos, el sucesor de 'Fear Inoculum' no tardará otros trece años en llegar, reconociendo que la edad ya comienza a alcanzarlos.
Viernes 21 de junio
El viernes fue el día más lluvioso, pero esto no mermó el entusiasmo de las hordas metaleras. Armados con ponchos y botas impermeables, nos adaptamos a las inclemencias del tiempo e incluso algunos se animaron a jugar en el lodo. Y no era para menos, con una programación tan variada que abarcó desde el brutal deathcore de Brand of Sacrifice, pasando por el nu metal de P.O.D. o el sonido industrial de Fear Factory, hasta el hardcore punk de Turnstile.
Debido a la lluvia, Borknagar atrajo a una multitud bajo el toldo del Marquee. Los noruegos recibieron cada vez más aplausos con cada canción y claramente ganaron nuevos seguidores. Destacaron con cuatro voces que se mezclaron y contrastaron armoniosamente. El guitarrista y vocalista ICS Vortex, conocido también por su trabajo en Dimmu Borgir y Arcturus, impresionó con su increíble rango vocal limpio y potentes screams. Los fans acompañaron coreando temas tranquilos como "Voices" y pudimos sentir aún más escalofríos con la poderosa canción final "Winter Thrice".
Llegó el turno del power metal en el escenario principal con HammerFall. Las lluvias ya habían pasado y el campo no solo estaba lleno de agua, sino también de fans. El hablador frontman Joacim Cans estaba en excelente forma vocal, aunque tuvo un momento incómodo cuando pidió a los fans que corearan el nombre de la banda. "¡Está en el telón de fondo detrás de mí!", exclamó, pero no era así. "Lo han reemplazado", se quejó. Con toda la miseria del barro, también los fans pudieron reír y, por supuesto, cantar con los puños en alto junto a estos simpáticos suecos. "¿Quieren una última canción?", preguntó Cans. "Es eso o cuento chistes por cuatro minutos más". "Hearts on Fire" cerró el enérgico set.
Volvimos al cobijo de las brasas calientes del Metal Dome para High on Fire, la otra banda de Matt Pike de Sleep, que ofreció un espectáculo de stoner metal altamente "cañero". Su noveno álbum, 'Cometh the Storm', fue la excusa perfecta para que el trío volviera a Bélgica. Aunque inicialmente tocaron de manera rutinaria, lo hicieron con mucha fuerza y energía. Cody Willis se dedicó a destrozar su batería golpe tras golpe. Matt Pike, con su imponente torso desnudo, se concentró en destrozar su guitarra sin pedir mucho del público. Destacó también Jeff Matz, quien durante más de cincuenta minutos se lució con su guitarra y bajo de doble mástil.
En Graspop, el homenaje a los héroes del metal es una tradición, y aunque Iron Maiden es prácticamente la banda residente, esta fue solo la segunda vez que Bruce Dickinson actuó en solitario, la primera desde 2002. Durante los cincuenta minutos que tuvo, Dickinson prescindió de la parafernalia escénica de marionetas gigantes o la pirotecnia, apoyándose únicamente en su música. A diferencia de otros, no necesitó recurrir a canciones de Maiden; temas como “Chemical Wedding” y “Tears of the Dragon” fueron suficientes para deleitar a los fans. Destacó la participación de la bajista irlandesa Tanya O’Callaghan, también conocida por girar con Whitesnake.
Avantasia envolvió a sus seguidores en un mundo de fantasía y armonías vocales, destacando la impresionante contribución de Adrienne Cowan con sus notas altas impresionantes. Tobias Sammet logró elevar las manos del público más allá de las torres de luz, demostrando que este espectáculo, a pesar de sus toques cursis, fue ampliamente celebrado. La participación notable de Ronnie Atkins, vocalista de Pretty Maids, quien ha enfrentado una batalla contra un cáncer incurable por años, añadió un significativo valor emocional al evento. Momentos emotivos incluyeron la interpretación conmovedora de "The Story Ain’t Over" junto a Bob Catley, mientras que la aparición del sol después de una llovizna breve pero bienvenida, subrayó la intensidad del momento.
Seguidamente, Electric Callboy irrumpió en escena para incendiar la pradera con su metalcore colorido, atrayendo a una multitud considerable y justificando su rápido ascenso como cabeza de cartel en festivales. Los alemanes no solo entregaron un espectáculo cargado de energía, sino que también crearon una atmósfera vibrante cargada de moshpits y crowdsurfers a montones, y hasta divertidas congas.
Su setlist aseguró una hora ininterrumpida de fiesta, con himnos como "Hypa Hypa", "Pump It" y la culminante "We Got The Moves". El espectáculo alcanzó nuevas alturas con fuegos artificiales y confeti. Con una despedida al ritmo de "Vamos a La Playa", los Electric Callboy echaron raíces en el festival, asegurando un lugar en el podio principal si deciden regresar.
Tarja cantó en el Marquee con bastante intensidad, y su registro bajo sonó más lleno que en sus días con Nightwish. Sin embargo, la mezcla del sonido dejó algo que desear. Sus notas altas eran nítidas, las emociones intensas y la carpa estaba repleta. Su esmalte de uñas rosa brillante y el labial llamativo contrastaban con su atuendo negro, y "I Walk Alone" fue un momento que, a pesar de todo, nos hizo erizar unos cuantos vellos.
Judas Priest celebra este año su quincuagésimo aniversario, medio siglo forjando la historia del metal, y es por eso que los veteranos decidieron visitar sus festivales favoritos. La banda mostró su dominio en el escenario con una actuación sólida de hora y media. Rob Halford y sus compañeros eligieron una lista de canciones segura, llena de clásicos que el público adora, lo cual fue recibido con entusiasmo por decenas de miles de fanáticos.
Iniciaron con canciones recientes de su decimonoveno álbum, 'Invincible Shield', destacando "Panick Attack", que se integró perfectamente con su vasta discografía. Halford demostró su impresionante estado vocal y lideró la actuación con vigor. Clásicos como "Breaking The Law" no podían faltar y fueron interpretados temprano en el set. La banda mantuvo un ritmo constante que culminó con "Living After Midnight".
Hace dos años, Five Finger Death Punch, se conformó con un horario más temprano en el festival, pero esta vez regresaron como headliners. A pesar de las controversias por los problemas de alcoholismo de Ivan Moody, no hay duda de que siguen siendo una de las bandas más populares del hemisferio occidental.
Comenzaron con "Welcome to the Circus", donde Moody mostró su dominio escénico. A pesar de compartir cartel por tercera vez con Judas Priest, no lograron que Rob Halford hiciera su colaboración en "Lift Me Up". El show realmente despegó cuando Moody, vestido de blanco y con un bastón, animó al público con "Jekyll and Hyde", demostrando ser un maestro en la manipulación de masas clásica.
Zoltan Bathory no se quedó atrás y se lanzó al foso y permaneció tocando ahí durante casi un minuto. La versión de "House of the Rising Sun" sirvió como puente hacia interpretaciones a capela de algunas canciones. Esta dualidad se hizo patente durante la poderosa balada "Wrong Side of Heaven", que el público entonó con fervor. Los asistentes conocían casi todas las canciones de memoria y no dejaron de cantar a pleno pulmón hasta llegar a la conclusiva “The Bleeding”.
Sábado 22 de junio
Después de la tempestad viene la calma, y así fue: el sábado, el sol disipó las últimas nubes de lluvia justo a tiempo. No podría haber sido mejor, ya que este día fue el día más vendido del festival, destacando por su alineación aún más ecléctica con nombres como Suffocation, Vola, Limp Bizkit, Rotting Christ, While She Sleeps, el retorno de Mr. Bungle y Bring Me The Horizon.
Calentando el escenario sur, llegó el turno de Mammoth WVH, la banda liderada por Wolfgang Van Halen. Crecer bajo la sombra de un padre músico exitoso te expone a una gran influencia musical, pero no garantiza que seguirás sus pasos. La presión de llevar ese apellido implica que cada creación musical será examinada con lupa, sin embargo, Wolfgang ha demostrado que ha heredado el talento de su padre. Aunque no logró conmover a todos los adeptos de su progenitor, para nosotros fue el aperitivo perfecto en las primeras horas del día. Más tarde, Wolfgang volvió a brillar en el escenario, realizando un auténtico "shredemption" al interpretar "Loss of Control" de Van Halen junto a Mr. Bungle.
¡Un viejo zorro nunca pierde sus mañas! Los shows de Steel Panther siguen girando en torno a lo mismo: la mayor cantidad posible de desnudos femeninos. Los que buscan un valor artístico profundo rápidamente encuentran los límites con Steel Panther, y aún así, debemos reconocer que la banda está compuesta por músicos muy hábiles en sus respectivos instrumentos.
El espectáculo fue sugerente con canciones como “Asian Hooker” y “Friends with Benefits”, pero realmente se convirtió en un show para adultos cuando, durante “17 Girls in a Row”, invitaron a decenas de mujeres al escenario para intentar romper un "récord mundial". Unos cuántos hombres también se unieron a la diversión, algunos haciendo crowdsurfing completamente desnudos y uno disfrazado de Borat.
Poco después, en el escenario principal de al lado, Ice Nine Kills llevó a cabo su actuación macabra. El año pasado, el Jupiler Stage quedó pequeño ante su implacable metalcore, así que esta vez volvieron por la puerta grande. El líder, Spencer Charnas, dirigió al grupo e interactuó activamente con el público, manteniendo una energía intensa durante todo el show. Encendieron al público inmediatamente con “The American Nightmare” e “It Is The End”. Una vez más, destacó la producción teatral, con actores que personificaban el concepto de cada tema con mutilaciones incluidas. Terminaron con “Welcome to Horrorwood”.
Nos aventuramos a través del campo enlodado para llegar al Jupiler Stage, donde el ex-Deep Purple Glenn Hughes nos esperaba bajo un sol incandescente. A sus 72 años, Hughes sigue siendo un maestro de las cuatro cuerdas y un virtuoso del falsete. Su repertorio fue un recorrido por los éxitos con Deep Purple, destacándose interpretaciones tan emotivas como “Mistreated”, que se extendió a 15 minutos de pura psicodelia y blues.
Como es habitual en estos grandes festivales, la presencia de otras celebridades admirando a sus héroes musicales no pasó desapercibida. Reconocimos al cantante de Steel Panther sentado al lado del escenario, observando atentamente el concierto del legendario Hughes. Es innegable que Glenn Hughes se encuentra en una forma impresionante, superando incluso a su antiguo compañero Ian Gillan. Sin embargo, es importante considerar que Gillan tiene seis años más, una diferencia que se siente aún más a partir de los setenta.
Volvimos a la sombra del Metal Dome para disfrutar del set de Empire State Bastard. Simon Neil, conocido por ser el guitarrista de Biffy Clyro, tuvo la genial idea de unirse a su amigo Mike Vennart, vocalista de Oceansize, para ofrecernos esta refrescante y contundente mezcla de gritos y rock experimental. Aunque no pudieron contar con el gran Dave Lombardo, con quien grabaron su disco debut y quien aún estaba terminando su set con Mr. Bungle en el otro extremo del festival, Tom Rice hizo un excelente trabajo en la batería, al igual que Naomi Mac en el bajo, manteniendo la energía alta y el público cautivado.
Architects regresó al festival, esta vez con un horario más temprano en el North Stage. El primer tema del set, “Seeing Red”, tuvo que ser interrumpido abruptamente por un incidente en el público, pero una vez solucionado todo, la banda retomó la canción sin problemas. Desafortunadamente, la voz de Sam "fucking" Carter no estaba en su mejor forma y sonaba algo agotada, pero eso no lo detuvo. Para “Impermanence”, contó con la compañía del vocalista de While She Sleeps, Loz Taylor, lo que le permitió a Carter reservar su voz para el final explosivo. “Doomsday” fue dedicada a su fallecido compañero Tom Searle, y “When We Were Young” desató uno de los circlepits más grandes del día. El cierre con “Animals”, y un arcoíris que caía detrás del escenario, nos proporcionó el último shot de adrenalina para aguantar el resto de la noche.
Mientras los alemanes Blind Guardian hacían vibrar el Jupiler a punta de power metal clásico, en el Classic Rock Café la euforia estalló cuando Los Diablos Rojos anotaron contra Rumanía, haciendo volar la cerveza cara por los aires. Al mismo tiempo, un grupo de vikingos continuó remando enérgicamente después de que los últimos acordes de "Valhalla" se desvanecieran. La gente no paraba de cantar incluso después de que la banda se fue y mientras Kamelot se preparaba para su actuación. Casi durante una hora entera, resonó el grito de "Valhalla -Deliverance". Solo cuando Kamelot comenzó a tocar, los cantos y los remos finalmente cesaron.
De vuelta en el escenario principal norte, Avenged Sevenfold apareció con M. Shadows en una silla de ruedas con un pasamontaña en la cabeza que decía "Nobody". Iniciaron con cierta vacilación con "Game Over", pero rápidamente elevaron la intensidad con “Afterlife” y luego "Hail to the King", inesperadamente dedicada a Mr. Bungle.
Brooks Wackerman impresionó con un espectacular solo de batería al final de "Unholy Confessions". Synyster Gates brilló con su característico solo de guitarra en "Nightmare", mientras que momentos emotivos como "A Little Piece of Heaven" y "Save Me" encendieron las emociones de la multitud. Sin embargo, hubo cierta tensión respecto a Bring Me The Horizon debido a las pruebas de pirotecnia del escenario vecino durante el espectáculo. M. Shadows expresó claramente su descontento con el manejo del equipo técnico, lo que resaltó la sensibilidad del entorno festivalero.
Domingo 23 de junio
Finalmente, el verdadero verano se hizo sentir el último día con una temperatura de 25 grados, según el termómetro, pero que en el terreno aún algo embarrado se sentía como casi de 30.
Como preludio a la descarga death de Sanguisugabogg, disfrutamos de un revitalizante aperitivo de digital hardcore gracias a Wargasm, quienes durante cuarenta minutos sacudieron el Marquee sin parar.
Otros cuarenta minutos más tarde, el indescifrable logo a primera vista de Sanguisugabogg se proyectó en el mismo escenario. Su inusual nombre se deriva de la palabra latina "sanguisuga" (sanguijuela) y del argot británico "bog" (retrete), evocando la imagen de un "retrete chupasangre". Hicieron honor a su nombre, a medida que nos sumergíamos en su mundo siniestro, con letras que exploraban temas de brutalidad y tortura. Quedaba claro que su estilo era puro splattercore. Los pig squeals de Devin Swank y paredes de riifs a medio tiempo lograron atraer a un numeroso público curioso, encendiendo los primeros circle pits furiosos del día.
Algunos resaqueados, incapaces de soportar el calor, se hundían en el barro restante como el caballo de Atreyu en "La historia interminable". Los que aún resistíamos los intensos rayos del sol permanecimos de pie frente al escenario norte, listos para recibir nuestra merecida dosis de metalcore energizante. Aunque Atreyu ha perdido algo de su brillo con el tiempo, destacaron a media tarde como un acto ideal para el festival. La combinación de riffs melódicos, contundentes partes de batería y poderosas voces les dieron un impulso notable, tanto que hasta los dinosaurios con el disfraz asfixiante se aventuraron a hacer crowdsurfing.
El cantante Alex Varkatzas y el batería Brandon Saller alternaron sin esfuerzo entre voces gritadas y melódicas, lo que resultó en un sonido dinámico y rico en capas. El público recompensó esta energía con puños en alto y circle pits con rostros felices. Especialmente “Battle Drums” fue un himno absoluto con el que supieron manejar a la perfección a la multitud.
Por primera vez en el festival, llegó el turno de Extreme, quienes comenzaron con fuerza con "It's A Monster" y "Decadence Dance" de su exitoso álbum 'Pornografitti'. Luego, interpretaron la reciente "#Rebel", de su último álbum, 'Six', demostrando que el cuarteto sigue siendo una clase aparte como músicos. Con más de un guiño a canciones de Queen en más de una ocasión, finalmente se lanzaron con la intro de "Fat Bottomed Girls" para luego empalmar estupendamente con “Banshee”.
El cantante Gary Cherone mostró su agilidad, adoptando todas las posiciones posibles en el escenario sin perder la voz. A mitad del set, tuvimos un segmento acústico suculento, permitiendo al virtuoso y siempre guapo Nuno Bettencourt descansar las rodillas. "Hole Hearted" y la nostálgica "More Than Words" lograron que la audiencia cantase a coro. En "Midnight Express", Bettencourt demostró nuevamente por qué es uno de los guitarristas más talentosos del mundo, recibiendo un merecido y fervoroso aplauso. El set concluyó con las vibrantes "Get The Funk Out" y "Rise" que obligó a unirse al groove a más de uno.
Antes de su actuación con Emperor, que encendería el Marquee más tarde en la noche, Ihsahn se presentó en el mismo escenario sin el maquillaje de corpsepaint. En su trabajo en solitario, su enfoque del metal extremo se ha vuelto considerablemente más complejo. El black metal sigue siendo la base, pero ha ampliado el género con elementos más progresivos y experimentales, abriendo un vórtice musical desconocido hasta ahora. Como era de esperar, gran parte de su repertorio se centró en su último disco, lanzado a inicios de este año.
Los interludios sinfónicos ofrecieron un respiro entre tanta intensidad y mostraron las evoluciones que ha experimentado. Podemos decir con certeza que se ha liberado del corsé de su pasado, consolidándose como un artista de culto para oídos exigentes.
En marcado contraste con lo que acabábamos de presenciar en el Marquee, nos aguardaba Body Count ft. Ice-T en el escenario norte, con su fusión de rap metal y discursos controvertidos que polarizaron a algunos fanáticos minutos después.
Los seguidores acérrimos no dejaban de gritar: "Body Count is in the house!" El icono del rap Ice-T y sus compañeros tenían una misión clara: impactar la conciencia de los presentes. Desde su reunión, la banda ha refinado su sonido, fusionando hábilmente punk old school, thrash y hip hop. Canciones como "Raining Blood", "Cop Killer" y "Manslaughter" desataron una energía indomable, evocando la sensación de que Slayer mismo había hecho un pacto aparte en Los Ángeles. A sus 66 años, Ice-T sigue siendo incansable en su indignación contra el racismo y la injusticia en el mundo.
Justo después, Corey "motherfucking" Taylor demostró una vez más por qué es uno de los vocalistas de metal más respetados de su generación. Desde hace 25 años, ha incendiado escenarios de festivales con Slipknot y, en menor medida, con Stone Sour. Esta vez vimos al hombre detrás de la máscara, de emociones crudas y poderosa voz que golpearon como un rayo el cielo despejado, como si estuviera en plena catarsis.
Rápidamente fuimos arrastrados en su montaña rusa emocional. En el fondo, sabía que la gente no estaba principalmente allí por su trabajo en solitario, pero transmitió eso tan convincentemente con clásicos como "Before I Forget", "Made of Scars" y "Through Glass". Su primera presentación en solitario en suelo belga fue memorable, valgan verdades.
Con medio siglo en la escena, Deep Purple está lejos de ser solo una jukebox polvorienta. La noche comenzó con "Mars, the Bringer of War" como introducción grabada, creando tensión y anticipación. Tan pronto como resonaron las primeras notas de "Highway Star", la multitud estalló en alegría. La poderosa voz de Ian Gillan y los virtuosos riffs de Simon McBride en temas como "A Bit on the Side" y "Hard Lovin' Man" mostraron una mezcla de rock sólido e influencias blueseras.
"Lazy" creó un ambiente relajado, destacando el trabajo en el teclado de Don Airey como el punto culminante del momento. Sin duda, el punto álgido del set fue "Smoke on the Water" para sus miles de fanáticos. Desde las primeras filas hasta el fondo, todos cantaron junto a este himno atemporal. Como una especie de bis adicional, "Black Night" proporcionó el cierre para un entretenimiento eterno.
Este año, Scorpions está de gira por festivales para conmemorar el cuadragésimo aniversario de su icónico álbum 'Love at First Sting', que incluye la inmortal "Rock You Like A Hurricane". Klaus Meine, a sus 76 años, exhibió una presencia algo rígida en el escenario, aunque su voz mantuvo su poder durante todo el espectáculo, comenzando fuerte con "Coming Home".
Bélgica es un lugar especial para ellos, habiendo realizado más de cincuenta actuaciones aquí. Rudolf Schenker, fundador de la banda, tocó enérgicamente de principio a fin y fue bien recibido durante "Make It Real", mientras que éxitos de los años ochenta como "I'm Leaving You" revivieron la nostalgia del público.
Prescindieron de efectos pirotécnicos y confeti, permitiendo que su música dominara el espectáculo. Durante "Delicate Dance", optaron por solos de guitarra, destacando la intervención de Ingo Powitzer. Momentos sentimentales llegaron con "Send Me An Angel" y "Winds of Change", provocando una ola de entusiasmo entre los presentes, quienes acompañaron a Meine con sus voces en esta última.
El set principal concluyó con una intensa energía, desde "Tease Me Please Me" hasta el rápido "The Same Thrill". Mikkey Dee desató su furia en la batería con un solo extendido, culminando en un masivo coro durante "Big City Nights". El público, deseoso de más, celebró un bis donde "Still Loving You" emocionó a los corazones románticos y "Rock You Like a Hurricane" finalizó de manera apoteósica.
Robb Flynn y los miembros de Machine Head se entregaron por completo para agotar las últimas reservas de energía del público como acto final. La noche comenzó con fuerza con “Imperium”, donde el contagioso ritmo y la intensidad implacable que los caracteriza atraparon de inmediato a la multitud.
La producción del set estuvo a la altura del año anterior, pero ocasionalmente añadieron más fuegos artificiales para mantener cautiva a la masa. Los moshpits y circlepits crecieron constantemente, derribando cualquier barrera entre los miles de espectadores y el cuarteto en el escenario. Una vez más, demostraron ser una fuerza indomable de los años 90 con un mensaje de libertad y energía ilimitada, culminando con la épica “Halo”, que emocionó al público con fuegos artificiales y un espectáculo audiovisual impresionante.
La idea de que los headliners deben ser masivamente populares, puede ser cuestionada gracias a Machine Head. De hecho, en este último acto principal, disfrutamos de hora y media de pura intensidad y brutalidad, cerrando el festival con un impacto sin precedentes.
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Extenso resumen hacia las cañeras descargas por parte de históricas bandas como SCORPIONS, ALICE COOPER o JUDAS PRIEST presentando su nuevo álbum junto a las también demoledoras descargas de MACHINE HEAD, FIVE FINGER DEATH PUNCH en el GRASPOP METAL belga.