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Crónica de GBH + Deaf Devils en Bilbao: Auténtica locura de medianoche

Programar conciertos de pago en plenas fiestas bilbaínas con grupos tocando en cada esquina es algo casi romántico hoy en día, como ponerse a leer un libro o escuchar un CD. Habrá los que piensen que no va en consonancia con los tiempos actuales, algo contracorriente, pero también existirán seres que valorarán ese mínimo gesto exclusivo de concentrarse en un mismo lugar con gente a la que realmente le interese la música, sin absurdas conversaciones de pescadería o ese insufrible postureo de redes sociales.

GBH

La dupla conformada por los veteranos británicos del hardcore punk GBH y los incendiarios valencianos Deaf Devils tenía todos los ingredientes para convertirse en una cita imprescindible, así como un espectacular arranque de jolgorios. Un chupinazo rockero que debería estar a reventar por lógica, aunque en ocasiones la asistencia no funcione mediante esquemas de pensamiento tradicionales. A pesar de que el ambiente no fuera asfixiante desde primera hora, al final se alcanzó la muchedumbre necesaria para que la velada se transformara en un bolo de esos ruidoso y sudoroso que tanto molan.

Calentaron con la precisión de laureados chefs los espectaculares Deaf Devils, que si alguien todavía no les ha visto a estas alturas, evidentemente su vida está tomando un rumbo bastante equivocado. Da igual que el escenario sea un festival punk como Rebellion o un local más reducido como Nave 9, el caso es que montarán su show como si se tratara de su última noche en la Tierra.

Deaf Devils

Su enérgica frontwoman Lucyfer ya se subió al segundo piso del Antzoki en los primeros minutos, se arrastró por las escaleras o posteriormente se encaramó a los monitores con la convicción del que siente que el rock n’ roll todavía puede ser peligroso y hasta imprevisible, el eterno catecismo de Iggy Pop o Jim Morrison, entre otros.

Aparte de sus propias piezas, que se antojan esputos sonoros que acaban empapando por su intensidad, muy bien escogidas estuvieron las versiones de “Please Don’t Touch” de Johnny Kidd & the Pirates, el clásico “I Feel Allright” de The Stooges o un sorprendente “Ballroom Blitz” de The Sweet, donde trasladaron la batería y el resto de utensilios al centro de la peña. Apabullantes, una vez más.

GBH

Probablemente sin la aparición de bandas de la segunda oleada del punk como The Exploited o GBH jamás habríamos conocido géneros como el thrash metal, por algo Metallica o Slayer están entre sus reconocidos fans. Ya solo por ese motivo habría que otorgarles a los de Birmingham el reconocimiento que merecen. Y eso sin obviar el hecho de que en la actualidad siguen dando el callo como en los inicios de su carrera, allá por 1978, con el vocalista Colin Abrahall y el guitarrista Colin “Jock” Blyth capitaneando el barco con indiscutible solvencia.

La temperatura caribeña en el recinto comenzaba a ser agobiante, menos mal que había por ahí abanicadoras altruistas que deberían hacerles un monumento, pero Abrahall llevaba abrochada hasta arriba su característica chupa de cuero. Un gesto de autenticidad que quizás provocara hasta incomprensión o sofoco en cierta parte del respetable, pero que se entendía por completo en un grupo aguerrido que no saldría a tocar en chanclas, ni siquiera con cincuenta grados. En tiempos en los que los principios a veces se dejan de lado en función de cálculos electorales, cómo mola toparse con unos tipos que no necesitan venderse ante nada ni ante nadie.

GBH

Los repertorios de GBH no suelen destacar por su variedad, pero aquí no se venía a experimentar con gaseosa, sino a catar tralla, con los no pocos movimientos típicos de Abrahall, como apoyarse en el micro cual Cristo punk o terminar con una patada en el aire. “Diplomatic Inmunity” y “Drugs Party In 526” prendieron literalmente la mecha, fue como si se activara un interruptor, un pogo constante pasó a presidir las interacciones entre artistas y respetable. No hacía falta ni presentar canciones para liarla.

Por si alguno no se había dado cuenta del detalle, Colin mencionó que procedían de la misma ciudad que Black Sabbath y que si ellos tenían un tema llamado “War Pigs”, ellos poseían “Wardogs”. A partir de ahí pillaron carrerilla con dos de sus mayores clásicos, “Maniac” y “I Am The Hunted”, que sirvieron de incandescente combustible para que la parte delantera del escenario se transformara en zona de guerra, con hombres y mujeres sin camiseta, ahí no había clases ni sexismo de ningún tipo. Todos en primera línea del frente, como Kortatu.

Deaf Devils con GBH.

La gran sintonía con los teloneros Deaf Devils quedó patente con la colaboración de Lucy a la guitarra o la de Pipe en el himno “Give Me Fire”, que presentaron en castellano. Pero no fueron los únicos invitados, también se subió a las tablas con ellos el guitarrista Unai Santacoloma de Radiocrimen, un viejo amigo al que Colin introdujo como si fuera un miembro de The Rolling Stones.

El mundo está jodido ahora y esta es una canción antigua de guerra”, explicó el voceras antes de “Generals”, otra de las que no podía faltar. Y la dupla de “City Baby Attacked By Rats” y “City Baby’s Revenge” extendió el pogo a casi toda la sala, como era de esperar. Fue un concierto con cosas tan raras como un tipo con un diábolo, pero lo que no se pudo decir es que ahí había gatos de escayola.

Unai Santacoloma (Radiocrimen), otro invitado de lujo.

Remataron con dos bises tan fugaces como el resto de la velada, “Time Bomb”, y una versión de “Bomber” de Motörhead, esto último sí que no lo esperábamos, con la de discos que tenía la banda, pero les quedó demoledora. Lemmy les guiñaría el ojo y alzaría el whisky cola a su salud allá desde donde se esté tomando la penúltima copa eterna.

En definitiva, una auténtica locura de medianoche, un pistoletazo perfecto a días de desenfreno iniciados de la mejor manera posible, con una tormenta sónica inundando los oídos y la constatación de que la veteranía sigue siendo un grado importante incluso en el punk, tan ajeno a priori a jerarquías. Disfrutémoslos mientras podamos. Son un regalo.

Alfredo Villaescusa

Un comentario

  1. Cojonudo resumen hacia el gran concierto que ofrecieron unos históricos del Punk Rock británico como fueron los GBH en tan conocida sala bilbaina a través de tan conocidos y buenos clásicos.

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