Crónicas

Dream Theater en Fuengirola (Málaga): “Una tormenta de metal progresivo con los reyes”

«Un show para la historia: Todos nos fuimos sabiendo que está Dream Theater y luego está el resto, porque los reyes del metal progresivo juegan en otra liga»

10 junio 2025

Marenostrum, Fuengirola (Málaga)

Texto: Silvia Black Panther, Adrian Phoenix, Juan Carlos Sánchez Sánchez-Cañete y Alejandro Tirado. Fotos: Antonio Vázquez

A las nueve y media de la noche de un martes que había sido pronosticado como lluvioso, y tras un chaparrón previo a las puertas del Marenostrum, los neoyorquinos Dream Theater aparecían en escena para descargarnos un setlist de quince grandes temas, intro incluida, seleccionados de entre sus dieciséis discos de estudio (de nueve de ellos en concreto), para celebrar su 40º aniversario en este “teatro de los sueños” llamado vida.

Algo más de tres mil personas procedentes de diferentes puntos de la península, incluyendo a los foráneos más rockeros afincados en la Costa del Sol, se congregaban en el recinto para asistir, durante dos horas y diez minutos, al espectáculo de la banda más grande de metal progresivo moderno del mundo, que sólo cuenta con dos fechas este año en nuestro país. La siguiente sería en el Z! Live Rock Fest el 12 de junio en Zamora.

Arrancaban con una intro extendida compuesta por el tema principal de la película “Psicosis” de Alfred Hitchock , escrito por Bernard Herrmann, al que se unió “Orchestral Overture” de Joseph Svenson, compuesta especialmente para esta gira, que contiene extractos de cada álbum de Dream Theater, lo cual se proyectaba en imágenes en las pantallas situadas tras la batería sobre el escenario. Es la que se usaba en la vuelta de la pausa, cuando comenzaban la gira y sus bolos se extendían hasta las tres horas de duración.

El éxtasis del público fue extremo con la entrada al escenario de John Petrucci a la guitarra, John Myung al bajo de seis cuerdas, Jordan Rudess a los teclados y Mike Portnoy tras una batería compuesta por tres bombos e infinitos platos, platillos y demás, para comenzar con "Night Terror”, de su nuevo disco, ‘Parasomnia’, uniéndose después James LaBrie en la parte vocal.

Tras la presentación, era momento de repasar algunas de las composiciones de su legado maestro hasta el momento. Retroceso en el tiempo hacia el disco donde debutaba Jordan Rudess en 1999, un disco conceptual titulado ‘Metropolis Pt. 2 Scenes from a Memory’,  ofreciéndonos "Act I: Scene Three, Through my Words”, “Act I: Scene Three, Fatal Tragedy" y "Act I: Scene Two, Strange Déjà Vu”. Catorce minutos para mostrar el virtuosismo técnico de los instrumentistas de esta superbanda que claramente está por encima de cualquier mortal, como decía San Mateo: "Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”.

Se esperaban tres horas de concierto, aunque desde hace algunos shows se han visto reducidas a poco más de dos, tal vez para preservar las cuerdas vocales de LaBrie, que suenan ya algo tocadas.

Portnoy levantándose y tocando de pie, pidiendo palmas, animando al público con sus gestos, Jordan Rudess tras su teclado iluminado que giraba y se inclinaba, todo aderezado con la contundencia del bajo y las melodías infinitas de la guitarra… en conjunto, un virtuosismo extremo. Impresionante, cómo cada instrumento consigue destacar de entre el resto y ser todos protagonistas a la vez.

De la época de estancia en la banda de Mike Mangini, “The Enemy Inside” tronaba en ese lugar idílico rodeado de castillo y mar, donde la brisa marina ondeaba los cabellos y largas melenas de todos los que nos personamos allí para poder disfrutar de una banda que quedará en nuestro extenso curriculum mientras sigamos vivos.

“Midnight Messiah” y “The Dark Eternal Night” entre otras sonaron antes de dar paso a la psicodélica y cañera “Peruvian Skies”, en la que se incluyeron guiños para rendir tributo y homenaje a bandas como Metallica con “Wherever I May Roam” y a la carismática banda del rock sinfónico por antonomasia y de la psicodelia en su primera etapa, Pink Floyd, con su tema “Wish You Were Here”.

Aparecía una fina lluvia que empezaba a caer, y para despedir la noche llegaron “As I Am” y la ansiada y esperada, “Pull Me Under”, que junto a “Take The Time”, anteriormente interpretada, representaron a uno de los álbumes más importantes y geniales de la carrera de Dream Theater, que es también mi predilecto, ‘Images and Words’ (1992).

Entre saludos y aplausos se desataba una espectacular tormenta eléctrica sobre el cielo malagueño que vaticinaba lo que se nos viene el próximo mes de julio en este mismo recinto, el festival Sun & Thunder, que coloca de nuevo a Andalucía en el mapa de los festivales de metal de primer nivel. Una cita necesaria y a la que volveremos con las pilas cargadas.

Siempre se ha dicho que estamos ante la banda que más músicos tiene siempre asistiendo a sus directos, posiblemente porque los demás mortales no podemos distinguir algunos detalles de cada uno de los instrumentos. En esta ocasión, antes, durante y después del bolo, saludamos y vimos  por el recinto a algunos de los mejores músicos de nuestro país, como el Estepario Siberiano, exbatería de Saratoga, quien se citaba con Mike Portnoy en camerinos, según mostraba en redes sociales el neoyorquino; Pepe Bao, Paco Ventura y Manuel Ibáñez de Medina Azahara, tres de los músicos de la banda cordobesa Virtual, el ex-Sacramento Adrián Phoenix, a Paco Record y Paco Record Jr. (Estirpe), dos de los mejores bajistas de Córdoba o al malagueño Alejandro Tirado, bajista de la también banda cordobesa PR3.

 

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Adrian Phoenix (ex-Sacramento), manager general en Clave de Rock

Minuto uno: la piel erizada… El show promete. Abren con un vídeo donde se puede ver un recorrido de sus portadas y artworks a lo largo de toda su historia, pero en vez de sencillas imágenes son animaciones. Sonando, música cinematográfica y orquestal que resulta ser un medley de fragmentos de esos discos que simultáneamente se están proyectando en todas las pantallas. Estamos viendo la auténtica BSO de los 40 años de vida de Dream Theater.

Por mi parte, y aunque ya los he visto en varias ocasiones, siempre elijo estar cerca de Petrucci, ya que fue uno de los guitarristas más influyentes en mis decenas de horas de estudio diarias desde que comencé a estudiar guitarra eléctrica.

Comienzan a tocar y, si bien el sonido en los primeros minutos resulta tener exceso de graves, en seguida es corregido y los temas suenan por momentos a un auténtico disco.

John Petrucci, con un impecable sonido (parece que llevaba el Quad Cortex de Neural, con su característico sonido Mesa Boogie), tocando cada riff de manera impoluta. En muchas de sus guitarras rítmicas usa un chorus justo en su punto.

Avanzaban en el setlist que, por suerte para nosotros, iba creando un recorrido por todos y cada uno de sus discos.

Petrucci, en la primera parte, aportaba más carácter a sus impresionantes solos, pero esto era sólo el principio. En cuanto hubo “calentado motores” desde el segundo tercio del concierto, empezó a realizar variaciones en algunos de sus solos, llegando a velocidades extremas. ¡No hubo un alma en el concierto que no se quedase impresionado!

Finalizando el concierto, también repasaron temas del álbum ‘Images and Words’, de mis favoritos. Petrucci y, por supuesto, la banda al completo, nos transportaron a aquellos momentos de nuestra adolescencia cuando oímos por primera vez el disco. Rítmicas perfectas. Solos, mejores aún.

Sin lugar a dudas, un show para la historia. Todos nos fuimos sabiendo que está Dream Theater y luego está el resto, porque juegan en otra liga.

Juan Carlos Sánchez Sánchez-Cañete. Guitarra de La Espiral y colaborador de MariskalRock

Con puntualidad británica, pero no con todo el público esperado (seguramente por aquello de ser martes), Dream Theater, tras una espectacular intro con proyección de imágenes que hacían alusión a las portadas de sus discos, daban el pistoletazo de salida con “Night Terror”, demostrando desde el segundo 0,1 y con un sonido demoledor e impecable que nos esperaba una noche mágica con los que, sin duda, son la joya de la corona del metal progresivo desde hace ya nada mas y nada menos que 40 años.

A estas alturas, no vamos a descubrir de lo que es capaz la formación en cuanto técnica y ejecución, pero aún así siguen sorprendiendo por su versatilidad y capacidad de improvisación dentro de unos cánones bien marcados, donde hay cabida aparte de las consabidas influencias por todos conocidas, guiños a Pink Floyd, Metallica e incluso alguna melodía escapada de "El Padrino".

Tuvimos un repaso a su extensa discografía, aunque especialmente a ‘Images and Words’ y ‘Scenes from a Memory’.

La banda muestra, como es habitual, un estado de forma envidiable que se acentúa con la vuelta de Portnoy y que tiene solamente un talón de Aquiles en la voz de LaBrie (lógico ya por la edad) al que le cuesta bastante llegar a los agudos de antaño.

La noche estuvo marcada por una intensa tormenta que iluminaba el cielo malagueño y que se integraba como si fuera parte de un show sin fisuras (menos mal que la lluvia no hizo acto de presencia hasta los últimos compases de "Pull Me Under”, tema con el que, evidentemente, terminaban.

Este fue precedido por un inconmensurable “As I Am”, al margen de un rosario de temas bien escogidos en el que el quinteto hace gala de su incomparable forma de tocar, con sus devaneos y acrobacias que, en perfecta comunión con una escenografía espectacular, llevaron al público congregado en el idílico recinto del Marenostrum hasta el mas allá de los límites del paroxismo.

Alejandro Tirado, bajista de PR3: Una noche hipnótica a los pies de John Myung

El pasado martes, en el Auditorio Marenostrum de Fuengirola, el sol se apagaba lentamente sobre el Mediterráneo mientras una cola de fans aguardábamos impacientes el acceso a un nuevo capítulo de la historia de Dream Theater en su esperada gira del 40 aniversario.

Justo antes de entrar, tras horas de calor, una lluvia inesperada nos empapó brevemente, como si incluso el cielo se preparara para el evento. Curiosamente, no volvió a caer ni una sola gota hasta el mismo instante en que la banda abandonó el escenario. Fue como si incluso las nubes quisieran guardar silencio durante el show y soltaran al final su emoción contenida, como lágrimas que parecían despedir a una leyenda.

Para mí, esta no era una noche cualquiera. Hace más de veinte años vi por primera vez a Dream Theater en Madrid. Desde entonces han sido una fuente constante de inspiración. Volver a verlos dos décadas después, en este contexto, era algo muy emocionante. Me propuse estar en primera fila… y lo conseguí. Frente a John Myung, el bajista que me ha marcado en lo musical, al que admiro profundamente por su estilo, su elegancia y su fidelidad a una forma muy suya —y muy honesta— de habitar el escenario.

El concierto arrancó con fuerza con “Night Terror”, un tema bandera de su nuevo trabajo, dejando claro desde el inicio que Dream Theater no vive solo del pasado. El regreso de Mike Portnoy trajo una energía reconocible y potente, y el grupo se mostró en plena forma. Pero mis ojos estaban fijos en Myung. Inmóvil, enigmático, casi oculto en su propio universo pero llenando un gran escenario solo con su presencia, fue capaz de capturar mi atención por completo de principio a fin.

Su ejecución, como siempre, fue hipnótica: una danza precisa entre técnica milimétrica, velocidad y sensibilidad musical. Tocando con sus característicos Music Man Bongo 6 rojo, negro y azul, John se mostró igual de veloz, limpio y expresivo que hace décadas, lo cual solo puede explicarse por una dedicación férrea al instrumento. Cada línea de bajo estaba ejecutada con gusto y con una madurez sonora que sólo se alcanza tras una vida entera tocando con el corazón y la cabeza al mismo tiempo.

Me fascina su capacidad para sostener a un banda llena de virtuosismo y decorar a la vez. Con su característico cálido y distorsionado sonido encuentra la frecuencia idónea para destacar en una mezcla llena de contrastes, aportando una profundidad equilibrada con definición, algo con lo que soñamos todos los bajistas, encontrar esos graves realmente profundos, definidos, saturados y encima con semicorcheas a 220 BPM con una naturalidad abrumadora.

Uno de los momentos más esperados para mí llegó con “Panic Attack”, uno de mis temas favoritos. En cuanto Myung empezó esas líneas tan características que marcan el desarrollo del tema, acompañado por la genialidad de Jordan Rudess en los teclados, sentí que alcanzaba el clímax emocional del concierto. Fue un instante donde técnica, intensidad y emoción se fundieron de forma perfecta.

Como bajista de PR3, ver a Myung a pocos metros fue tan inspirador como sobrecogedor. No puedo evitar sentirme profundamente motivado tras una actuación así. Myung me recuerda por qué elegí este instrumento, y por qué sigo luchando con las “cuerdas gordas”. Myung tiene un poder sutil, casi místico, que transforma la base en alma. A mis 44 años espero parecerme a él cuando sea “mayor”.

Dream Theater no solo sigue en forma; sigue por encima. Y John Myung, al menos para mí, continúa siendo el mejor bajista del mundo. Una figura discreta, silenciosa, que habla en frecuencias bajas… pero que resuena en lo más alto.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia el gran concierto que ofrecieron los Maestros Del Metal Progresivo en el festival malagueño de MARENOSTRUM presentando su última placa de estudio junto a sus clásicos de siempre y arrasando la soleada Fuengirola como solo mejor ellos saben hacer.

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