Crónicas

Delpalo + Manny Calavera en Madrid: Toda una vida para triunfar

«Hay muchos indicios que encarrilan la carrera de Delpalo por los raíles que conducen a un éxito sin contemplaciones: la inusitada acogida que están teniendo por parte del público sin ni siquiera haber sacado su primer disco de larga duración, su química sobre el escenario y ese nosequé que portan sus canciones»

9 junio 2023

Sala Nazca, Madrid

Texto y fotos: Jason Cenador

Asistir al nacimiento de algo que el día de mañana será mucho más grande siempre es emocionante y suele dar que hablar cuando aquella semilla ante cuya germinación uno se encontró por voluntad propia o vicisitudes del destino eclosiona y se torna en algo masivo. La sensación es como la de un orgullo a posteriori que desemboca en un “yo estuve ahí” con el que llenarse la boca y ocupar una buena conversación. Aquellos que vieron en garitos minúsculos a grupos que a día de hoy encabezan grandes festivales y convocan masas de público allá a donde van, bien sabrán de lo que hablo.

Delpalo

Es verdad, los gustos son subjetivos y hay veces que lo que uno percibe como infalible resulta tener un techo más bajo del que cabría esperar. Pero lo de Delpalo trasciende la predilección de este humilde juntaletras por sus canciones. Hay muchos indicios que encarrilan su carrera por los raíles que conducen a un éxito sin contemplaciones: la inusitada acogida que están teniendo por parte del público sin ni siquiera haber sacado su primer disco de larga duración, su química sobre el escenario y ese nosequé que portan sus canciones, que, sin reiterar más fórmula que la de transmitir toneladas de emociones, logran encandilar al personal y adherirse a sus cabezas como la peluca de Joe Lynn Turner.

Tal vez me equivoque, tal vez no, pero ahí va mi vaticinio: esta crónica se leerá en unos años con la entrañable perspectiva de quien ve como una Sala Nazca, cuyo aforo no es desdeñable, sería un recinto inverosímil por diminuto para un grupo con su implantación. Si Delpalo siguen por este camino y no se hacen grandes, yo ya no sé.

Manny Calavera

Abrieron la lata otros infalibles, una banda que también tiene mucho terreno caminado para multiplicar por mucho el número de almas que disfrutan a su son. Si en una ecuación Manny Calavera es una de sus variables, el resultado no puede ser otro que diversión a raudales, y así sucedió en esa tarde noche de viernes que no podía empezar de mejor manera. Y eso que todo se les puso en contra: uno de sus guitarristas, Rafa Colastra, sufrió una lesión que le impidió subirse al escenario, y Noe Cooper, la música que iba a reemplazarlo, acabó tocando el bajo porque Sergi González, titular en el puesto y uno de los principales artífices de la banda, no pudo actuar por problemas de salud. Eso sí, ahí estuvo acompañando a los suyos.

Su oficio y sus ganas de pasarlo bien y hacérnoslo pasar todavía mejor dejaron las dificultades en un plano prácticamente desapercibido. La fiesta de sus irresistibles versiones con México en el centro del mapa se desbocó desde el minuto uno con “Jalisco, no te rajes”, seguida por “La canción del mariachi”, guiño al “Knights of Cydonia” de Muse incluido. Son contundentes y jolgoriosos al mismo tiempo, y están como verdaderas cabras, sobre todo su carismático cantante, Fabio Jules, que se atrevió a bailar twerking bajo el guitarrista Alber Killhipster mientras articulaba uno de sus portentosos solos, ese arrebato eléctrico con el que rompen la dinámica de cantina de “El rey”, coreada por todos hasta la afonía.

Manny Calavera

La acelerada “Me gustas mucho”, original de Rocío Dúrcal, nos condujo a uno de los momentos más gloriosos de la noche, cuando interpretaron “El día de los muertos” de los inolvidables La Pulquería, a quienes agradecieron que les marcaran el camino. El delirio ya estaba desatado, y todo podía colar, también un guiño a Shakira fundido con “El sol no regresa”, de La Quinta Estación, en la que encajaron el estribillo del “Breaking the Law” de Judas Priest. ¿Qué más da todo? ¡Todo vale!

Tras “Cielito lindo”, Fabio pidió un aplauso para alguien que había vendido su entrada de Guns N’ Roses para poder asistir a este concierto, y dedicó a “I. Díaz Ayuso” la inefable “Rata de dos patas” de Paquita la del Barrio. Pobre rata, digo yo.

Manny Calavera

Entre bromas incesantes, se sucedieron “La de la mochila azul”, de Pedro Fernández, combinada de manera casi inverosímil con el “Ace of Spades” de Motörhead; “Malgueña Salerosa”, embrutecida por las guitarras y con curiosos falsetes del frontman, y “Livin’ la vida loca” de Ricky Martin, en la que esbozaron el riff del “Paranoid” de Black Sabbath, y que desató un pogo en el que el propio cantante participó sin pensárselo dos veces. Con “Jalisco, no te rajes” interpretada de nuevo pusieron el broche de oro a una jarana indefectible.

Manny Calavera

Sin apenas tiempo para salir a tomar el aire y, según quien, el humo, Delpalo saltaron a escena con “Viernes de resurrección”, una de sus mejores canciones, tal vez excesivamente tempranera para tratarse de un himno que tiene mimbres de sobra para ser un clásico del rock estatal pasado mañana. O quizá por eso la tocaron tan pronto, para marcar terreno y empezar con pura magia desde una cúspide de la que ya no se bajarían. Menudos son.

Delpalo

No tardaron en agradecer con afecto y honestidad al público su asistencia pese a la coincidencia con el show de Guns N’ Roses, concurrencia que dotaba a la Sala Nazca de un aspecto estupendo. Además, la gente se sabía las canciones de pé a pá, las cantaba a viva voz y contribuía a una química que fue preciosa entre banda y público, la de un concierto de rock en mayúsculas y con todas sus virtudes en plenitud. “Tan chaval”, otro temazo al que resulta casi imposible rendirse, condujo a la honda y muy, muy emocionante “Como un pez”, una canción con una redondez y una capacidad de tocar la fibra sensible que miles suspirarían por firmar. Cómo no, fue también muy coreada, tanto que las voces de los presentes se solapaban con la ronca voz – más ronca que en estudio, todo hay que decirlo – de Pablo Finque, un frontman que rezuma presencia y entrega por los cuatro costados.

“La dama de negro”, que inspiraba parcialmente el título de su EP debut, ‘La dama y el rey’ tiene una letra descomunal increíblemente empastada en una canción impoluta de rock estatal, accesible hasta las últimas consecuencias y enjundiosa a partes iguales. Interpretada con tino y afán, su primera parte la cantó el bajista Óscar Ortuño, muy dicharachero con el respetable. Desde que conocí a Delpalo, me los imagino en dupla estelar con La Raíz, quienes pegaron el pelotazo con una personalidad irrebatible y que muchas veces no se hallan lejos estilísticamente. ¿Os imagináis que de aquí a unos años sucede?

Delpalo

Ortuño confesó que se le habían puesto los pelos de punta de cómo había cantado la gente el tema que precedió a “Cuando fuimos felices”, otra de esas canciones que pasean alegremente en bicicleta por la plaza de la excelencia y que nos llevan en volandas hacia su primer álbum de larga duración, ‘Soportales’, previsto para después de verano. Más tarde, nos pillaron a contrapié con “Me maten”, un corte original de C. Tangana que confieso que no conocía en absoluto y que antecedió a la fenomenal “Libertad”, dedicada con sarcasmo a Ayuso, en analogía con lo que sus amigos de Manny Calavera, cuya presencia agradecieron, habían hecho un poco antes. En los primeros compases del tema, el batería Dani de Pablos tocó el cajón en primer plano disfrutando como un niño pequeño que protagoniza la función de Navidad de su colegio. Qué manera de mimetizarse con su propia obra, de sentirla y de exponerla.

Delpalo

Seguían repartiéndose las voces entre el cantante principal y guitarrista, Pablo Finque; el bajista, Óscar Ortuño y el guitarrista Julio Morcillo, fino y garantista a las seis cuerdas, al tiempo que se sucedían temas como “Niños perdidos”, “Mi perdición”, “Cómo decirte”, esta última muy celebrada y en acústico, con Dani a cargo del ukelele y empapada de las calles y los bares de Madrid.

Uno de los momentos más bonitos de la noche llegó cuando Julio mencionó que se trataba del primer concierto al que acudía su hija Olalla, a la que dio un beso y le dijo te quiero. Seguro que la pequeña disfrutó de lo lindo la simpática versión de “Quiero ser como tú”, de El Libro de la Selva, tras la que “De Parte” y la conmovedora “Volando solo” nos empujaron hacia un indeseado final de show que llegó, previa presentación de toda la banda ante un público volcado, con “El rey de los piratas”, a estas alturas su canción más aplaudida, y “Soportales”, que aún no ha sido divulgada y que presta su título al disco que seguro que les catapultará aún más. ¿Hasta dónde? Solo el tiempo lo dirá.

Delpalo

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Jason Cenador
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Esta entrada fue escrita por Jason Cenador

1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de resumen hacias las curradas descargas de estas dos buenas bandas de nuestro pais como son DELPALO y MANNY CALAVERA presentando ambas sus nuevos álbum en la Nazca madrileña.

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