Crónicas
Cápsula + Wet Weasel en Bilbao: Un universo extasiado
«Quizás habríamos apostado por un repertorio diferente en determinados tramos, pero siempre se nota cuando prima reinventarse y no limitarse a dispensar lo mismo de siempre como funcionarios. En ese sentido, no cabe otra que admitir que el universo les debió escuchar y debió quedar extasiado de tanta electricidad y actitud»
26 diciembre 2024
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Las mejores tradiciones son siempre las que se instauran por voluntad popular y no porque lo diga el dios o iluminado de turno. Esos eventos que pasan a celebrarse con una periodicidad tan familiar que uno casi espera con ganas a que llegue esa parte determinada del año. Ritos paganos para conmemorar con fuste una vuelta más alrededor del sol y comprobar cómo el rock sigue más vivo que nunca, por mucho agorero que diga lo contrario.
La costumbre de los vasco-argentinos Cápsula de tocar en navidades en el bilbaíno Kafe Antzokia parece casi tan instaurada como la que obliga a Sex Museum a hacer lo propio en Semana Santa. Lejos de vivir de las rentas, la banda de Martín, Coni y Álvaro ha editado recientemente un artefacto sónico tan rotundo como ‘Primitivo Astral’, donde su faceta psicodélica o stoner rock gana por goleada a sus retazos protopunk vía The Stooges.
Al igual que sucede con otros grupos, este trío no suele ofrecer dos recitales parecidos y a estas alturas les hemos visto en infinidad de situaciones, en festivales multitudinarios como Sonorama, o presentando disco en casa, como acontecía aquella noche. Una muchedumbre importante confirmó que su parroquia de irreductibles no ha disminuido en absoluto, si no se agotó aforo, poco faltaría, porque el ambiente andaba de lo más concurrido.
Como también sucedió en otras ocasiones, el turno de los teloneros sirvió una vez más a modo de escaparate para descubrir a una formación tan competente como los locales Wet Weasel, que podrían ser de Mánchester tanto por sus pintas como por su música, esto es, post punk estudiantil deudor de Gang of Four, o de Talking Heads en sus momentos más bailongos, aparte de algún efluvio guitarrero tipo The Chameleons.
Se mostraron compenetrados como si llevaran décadas tocando y la peña quedó tan satisfecha con su actuación que la petición de bises fue estruendosa. Un colega nos comentó que los cabezas de cartel parecían ellos, pero ya se sabe cómo es esto, a veces te llevas sorpresas, y esta sin duda fue muy grata. Para seguirles la pista.
Quizás “N.I.B.” de Black Sabbath, uno de los temas previos que sonó antes de que Cápsula irrumpiera en escena, quiso decirnos algo acerca del tipo de show que nos esperaría. O tal vez se trató de una mera casualidad. El hecho es que probablemente fue una de las noches más influenciadas por el stoner rock y la psicodelia que les recordamos a los vasco-argentinos. Ni siquiera hubo recuerdo al final para David Bowie, otra tradición que casi se antojaba definitiva en lo que respectaba al repertorio.
Pero en combos con una trayectoria ya de más de dos décadas suele haber bastante que rascar en cuanto a catálogo discográfico, por lo que otros enfoques a los habituales hasta se agradecen. De esta forma, “En el infierno” nos sumergió de un plumazo en los ritmos de rock n’ roll primitivos con influencia de The Cramps.
El sombrero de cowboy de Martín dio a entender del mismo modo que habría que prepararse para una travesía por el desierto, el que no quiera mancharse de arena o cosas peores, mejor que abandone. Conquistaron una plaza reseñable con su revisión de Lords of the New Church “Russian Roulette”, cuyo espíritu captan por completo y siempre se transforma en un punto álgido de la velada.
Hubo bastante cancha a ‘Primitivo Astral’, como era de esperar, pero también a ‘Phantasmaville’ de 2021, con una colosal “Behind The Trees” o la no menos setentera “You Won’t Believe It”. Pisaron el acelerador con el protopunk de “The Möbius Strip”, e incluso amagaron con una cumbia en la intro de “All My Friends”. Pero que nadie se haga películas, lo que aquí había era un torrente de electricidad rockera considerable, los solos de Martín seguían echando chispas en cuestión de actitud, de igual manera que sus acrobáticos saltos en escena.
“Spelling Love” añadió espesura al ambiente con una atmósfera hipnótica recargada de punteos chirriantes que daba gloria oírlos y en “Hacia el sur” el frontman nos explicó que aquello era como ir “de Bilbao a Granada” antes de otro derroche de pura electricidad. Sin duda, el material más reciente aumentaba su efectividad en las distancias cortas, este corte pudo ser un ejemplo palmario de esto último.
“Nuestras almas son más altas que nuestras cabezas”, dijo Martín previamente a invocar otro ritual con “Estrellas dobles”, ideal para pasearse entre cactus y parajes áridos. Y “Rayo oscuro” reincidió del mismo modo en los riffs gruesos de la escuela Black Sabbath, aderezados además por una letra mística que casi parece una receta para una misteriosa poción. “Go To The Desert” cesó las divagaciones con un corte de esos a degüello que no se van por las ramas y no admiten interpretaciones alternativas. Es lo que hay.
En la garajera “Premonición” el frontman advirtió que era “de bailar”, mientras que “(In the Garden of) Narcissus” mantuvo una velocidad de crucero encomiable, que no disminuyó un ápice en “La luz azul”, de los grandes trallazos de su último disco. Otra muestra de lo mucho que incrementaban su potencial estas piezas en directo.
Pensábamos que se olvidarían del homenaje a sus compatriotas Sumo, pero por fin atronó en la recta final “Mejor no hablar de ciertas cosas” y nos legó un pico fundamental de la velada. No tardaron en regresar a las tablas con “Arrow”, que también se crece en concierto, o un “Automatic Souls” a modo de epilogo al viaje astral vivido, con la intención declarada de Martín de “hacer que el universo nos escuche”. Casi nada.
Quizás habríamos apostado por un repertorio diferente en determinados tramos, pero siempre se nota cuando prima reinventarse y no limitarse a dispensar lo mismo de siempre como funcionarios. En ese sentido, no cabe otra que admitir que el universo les debió escuchar y debió quedar extasiado de tanta electricidad y actitud. Nunca fallan el disparo estos vaqueros.
1 comentario
Cojodo resumen hacia las cañeras y rockeras descargas que se curraron tanto CÁPSULA como WEASEL a través de estos buenos temas en el mitico Antzokia bilbaino.