Crónicas
Crónica de Bryan Adams en Alicante: Un nuevo asalto ganado
«Un espectáculo que brilló por la entrega total de Bryan y su banda, por la comunión con un público entregado, por un sonido impecable y por esa magia que no siempre se logra capturar en cada velada»
4 junio 2025
Área 12, Alicante
Texto: Andrés Brotons. Fotos: Iñigo Malvido (Bilbao)
Quince minutos antes de que la sinfonía del rock encendiera el Área 12 de Alicante, las pantallas se iluminaron con un preámbulo tan peculiar como ingenioso. Un video con Bryan Adams inmóvil y de espaldas emulaba la icónica pose de la portada de su próximo disco. Lentamente, con pausas que extendían la expectación, desfilaron a su lado un elenco de personajes dispares: boxeadores con guantes alzados, un anciano tirando de un coche demostrando que no hay edad para los retos, un perro persiguiendo una pelota, una bailarina sonriéndonos en primer plano o una policía montada a caballo, entre otros, aportaban un toque de originalidad inesperada que hizo más amena la espera.
Mientras la audiencia se sumergía en esta antesala visual, una banda sonora de clásicos enlatados inmortales del rock 'n' roll inundaba el recinto encendiendo el fervor colectivo. "Whole Lotta Shakin' Goin' On" de Jerry Lee Lewis, "Tutti Frutti" de Little Richard, "Johnny B. Goode" de Chuck Berry y "Twenty Flight Rock" de Eddie Cochran, entre otras joyas añejas, fueron coreadas y bailadas con una devoción contagiosa. La extensa proyección alcanzó su clímax cuando las luces se desplomaron en la oscuridad y Bryan, en un giro dramático, fue noqueado por un gancho certero. Pero como un fénix del rock, se irguió victorioso, se giró con ímpetu y se acercó en primer plano, liberando un rugido como el león que es, con la complicidad de un público ya preparado para rockear.
Entonces sí, el Bryan Adams de carne y hueso, escoltado por su formidable trío de músicos, ascendió al escenario con la determinación de un campeón. Las labores de bajista se las reparten el propio Bryan y el teclista Gary Breit, mientras que en la batería se encontraba el potente Pat Steward. El himno homónimo de su nuevo disco, "Roll With The Punches", resonó con fuerza, y gigantescos balones adornados con el lema fueron lanzados a una multitud que recibió al rockero con una entrega frenética desde el primer acorde.
Bryan Adams parece haberle ganado la batalla al tiempo; aunque su rostro exhiba ahora el mapa de algunas arrugas, su garra, su voz inconfundible, su actitud desafiante y su carisma escénico permanecen indemnes, desafiando el paso de las décadas.
Tras una acogida que rozó lo apoteósico, no tardaron en llegar los primeros zarpazos eléctricos. La impactante "Run To You" y la vibrante "Somebody" (esta última adornada con un interludio de batería que invitó a la comunión coral del público) desataron la euforia, ambas procedentes de su mítico álbum ‘Reckless’ de 1984. También se hizo sentir la melodía de "18 'Til I Die", de su exitoso disco homónimo de los noventa. Con un castellano divertido y un guiño cómplice, Bryan bromeó: "Soy cantante por la noche", desatando una carcajada generalizada.
El primer tema lento de la velada llegó con una versión electroacústica e íntima de "Cloud Number Nine" que, a mi parecer, superó con creces la versión más pop y electrónica del álbum. Resultó sorprendente que una de sus baladas más emblemáticas, "Heaven" (mi favorita entre las lentas), adoptara en esta ocasión un tempo ligeramente acelerado. Sin embargo, este arreglo no desvirtuó en absoluto la esencia de una pieza tan icónica, dotándola de una nueva pulsación sin perder su alma.
Nos cautivó con su presencia escénica mientras presentaba otro imprescindible, recientemente relanzado como single con una nueva mezcla; por supuesto, no olvidó la mención a la añorada Tina Turner al introducir la canción a la que me refiero, la mítica "It's Only Love". Con un toque de humor, nos invitó a bailar, dirigiéndose a alguien del público y vacilando al espectador de que él no bailaría, sino que haría "twerking", ejecutando un divertido amago con el cuerpo.
Nos animó a desinhibirnos, advirtiéndonos con complicidad que seríamos las estrellas en las gigantescas pantallas del concierto. Así, un cámara, estratégicamente posicionado a su lado, enfocaba sin cesar a la multitud enfervorizada durante la rockera "You Belong To Me", siendo el público el principal protagonista que aparecía en las tres pantallas principales, y que además, incorporó un interludio de la legendaria "Blue Suede Shoes" de Carl Perkins. Otro cover, el del mítico "Twist and Shout" de The Top Notes (popularizado por The Beatles), redondeó este pequeño pero significativo guiño a las raíces clásicas que nutren la música del canadiense.
Dos gigantes del repertorio de Adams irrumpieron a continuación: la potente y coreadísima "Can't Stop This Thing We Started" y su bello y exitosísimo número uno "Please Forgive Me", que inundó el recinto con miles de gargantas entonando a pleno pulmón el meloso estribillo de la balada principal de su recopilatorio ‘So Far, So Good’. Fue el turno de "Go Down Rocking" de su disco ‘Get Up”, que culminó con un solo final de armónica interpretado por el propio Bryan, teñido de matices bluseros. Más tarde, agradeció a una seguidora con cierto cachondeo y otra vez en español, con un afectuoso "muchas gracias mi amor", ante nuevas carcajadas del público, mientras sostenía las dos rosas que le había lanzado.
Un instante de profunda emoción se dedicó a su padre, ya fallecido hace varios años, y a todas esas almas especiales que, habiendo trascendido, moran en nuestro recuerdo; la conmovedora "Shine a Light" fue el vehículo para este homenaje. Luego, Bryan interpretó dos piezas desnudas, únicamente con guitarra acústica: "Here I Am", acompañada por la majestuosa proyección de un caballo galopando (recordemos que fue banda sonora de la película “Spirit”), y la pegadiza "When You're Gone" (que siempre resonará en nuestra memoria, en parte, por aquella versión grabada con una Spice Girl). Esta vez, afortunadamente, no nos "torturó" subiendo a cantar a dúo a alguna seguidora para que desafinara como en giras de antaño.
Cabe destacar que, a lo largo de todo el concierto, vistosas proyecciones y videoclips de su última hornada acompañaron cada tema en la pantalla central, que junto a las dos laterales, dotaron al espectáculo de una magnificencia visual inigualable.
Nos confió que "Have You Ever Really Loved a Woman?" es un tema de especial significado para él, grabado con el genio de Paco de Lucía (recientemente aludido en la entrevista relizada unos días antes de este concierto) e interpretado fielmente en esta ocasión por el guitarrista de la banda y mano derecha de Adams desde hace décadas, Keith Scott, que hizo un trabajo inmenso en todo el concierto. Bryan tuvo además el detalle de modificar la letra en la última estrofa de la canción, transformando el verso en un "a spanish woman", que fue recibido con otro entusiasmo clamoroso por toda la audiencia.
Fue el turno de otro clásico noventero coreado a pleno pulmón, "The Only Thing That Looks Good on Me Is You", seguida por "Never Ever Let You Go" del nuevo disco que se editará en agosto. Tras esta, Bryan se descolgó la guitarra para interpretar, con la maestría de un verdadero frontman, el éxito que catapultó su música a las masas: el coreado y emotivo "(Everything I Do) I Do It for You", tema principal de la versión más conocida de “Robin Hood” y que fue protagonizada por Kevin Costner.
Llegando a los últimos compases del concierto, irrumpió la electrificada "Back to You", un single que también tuvo gran resonancia en su día tras su mítico ‘Unplugged’. Con "So Happy It Hurts", un impresionante inflable con forma de coche clásico y el título de la canción nos sobrevoló, y ya con "Summer of '69", donde se lució el teclista Gary Breit, la energía y el buen rollo que habían empapado todo el concierto alcanzaron tintes épicos; tremenda interpretación de su mayor éxito rockero. Lo mismo podemos decir de la afilada "Cuts Like a Knife", donde Bryan nos animó a corear hasta la saciedad los pegadizos "nah, nah, nah" del estribillo.
Sorprendente y muy celebrada fue la versión del clásico bailable setentero "Can't Take My Eyes Off You" de Frankie Valli, que sonó de lujo en esta revisión eléctrica, con toda la audiencia cantando y bailando este himno generacional. La banda se despidió entre grandes vítores, pero Bryan nos regaló aún dos guindas acústicas más que sellaron la noche: la intimista "Straight from the Heart" y la imponente "All for Love", el exitoso single noventero que cantó en su día con otros "mosqueteros" del rock, Rod Stewart y Sting, donde además nos pidió que le acompañáramos encendiendo las linternas de nuestros móviles. Así, esta versión acústica, arropada por miles de gargantas, resultó impresionante, a la par que efectiva, y un cierre de concierto intimista pero victorioso.
En definitiva, fue todo un espectáculo que brilló por la entrega total de Bryan y su banda, por la comunión con un público entregado, por un sonido impecable y por esa magia que no siempre se logra capturar en cada velada. El rockero canadiense ganó un nuevo round en su carrera. ¡Hasta la próxima, Bryan!
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1 comentario
Extenso resumen hacia el gran concierto que se curró el canadiense BRYAN ADAMS y sus buenos músicos en tan conocida sala alicantina presentando su nuevo álbum junto a sus temas más conocidos.