Crónicas

Barcelona Rocks con Scorpions, Saxon, Angelus Apatrida y Eclipse: Test de fidelidad

«Cuatro bandas rindieron al máximo en un evento que esperamos sea la antesala para el regreso por todo lo alto de un gran festival de rock en Barcelona»

8 julio 2023

Sant Jordi Club, Barcelona

Texto: Jordi K. Vilaplana. Fotos: Pablo Gándara

A falta de un Barcelona Rock Fest por motivos estructurales, logísticos y de otra índole, la promotora catalana optó por celebrar un mini festival en el Pavelló Olimpic de Badalona, que finalmente paso al Sant Jordi Club, con un capacidad cuatro veces menor a la cancha badalonesa, reduciendo también el número de bandas al caer del cartel Ross The Boss y los escandinavos H.E.A.T, convirtiéndose en un concierto más, pero con el cartel formado por Scorpions, Saxon, Angelus Apatrida y Eclipse.

Scorpions

La excursión hasta la denominada Anella Olimpica es ciertamente agotadora. Si la realizas en transporte público, y con estos calores, no me extraña que tantos aficionados culers presenten reticencias a la hora de renovar su abono a la cita semanal con el deporte rey en el Lluis Companys.

Cero colas en esta ocasión para entrar a este infrautilizado recinto, con los chicos de Eclipse en plena faena, interpretando “Saturday Night (Hallelujah)", aunque eran las seis y media, y aún quedaban algunas horas para llegar al anochecer.

Tras este fiestero tema, confesaron su amor por la capital catalana, agradecieron el apoyo recibido, y nos preguntaron si estábamos preparados para rockear con “Runnaways”, uno de los singles de su 'Armageddonize' (2015), en palabras de su saltarín vocalista Erik Martensson, que junto al guitarrista Magnus Henriksson son los miembros fundadores del cuarteto de Estocolmo en 1999. Sorprendentemente, ambos enfundados en chaquetas de cuero.

Eclipse

Encandilaron al personal, ahora con Erik también a la guitarra, y algo de reverberación con un adelanto del que será su próximo álbum para septiembre, 'Megalomanium', con el corte “The Hardest Part is Losing You”, durante la cual ocuparon una parte más cercana a los fans del escenario en forma de T, la que fueron utilizando con cuentagotas, al estar quizás reservado para las bandas principales.

Continuaron con tres cortes de 'Monumentum' (2017), “The Downfall of Eden”, con el vocalista cargando guitarra acústica en este celebrado corte donde vuelven a abundar los coros, ideales para hacer en vivo y cantar conjuntamente con los fans; una sufrida y pesarosa “Hurt”, y un poderoso medio tiempo de gruesas guitarras titulado “Black Rain”.

Tras dejar a un lado las guitarras, Erik confiesa que es un honor compartir escenario con bandas legendarias como Saxon y Scorpions, mientras luce, curiosamente, una camiseta de los californianos Bad Religion. Comentó que ninguna banda, sea cual sea, no es nada sin el apoyo de los fans.

Tras la popera “Twilight”, desde su 'Wired' (2021), con palmas acompañando el escueto solo de guitarra de Magnus, el bajista, Victor Crusner, decidió dirigirse al respetable, adelantando que su castellano no es "muy bien, bueno, bien", para soltar las palabras "te amo", y "gracias". Erik volvía a dirigirse a la audiencia para presentar el último tema, aduciendo tras los abucheos, que ellos tocarían más, pero solo pueden tocar una, y no es otra que “Viva La Victoria”, repitiendo en varias ocasiones el titulo hasta que todo el mundo contestó, antes de iniciar los acordes de esta pegadiza composición, que a pesar de su título en castellano, suena más a esas melodías irlandesas propias de bandas como Dropkick Murphys, o Floggin Molly.

Se despidieron tras cuarenta minutos de excelente directo lanzando púas y baquetas al personal, y haciéndose la foto de rigor de espaldas al respetable.

Angelus Apatrida

Cambio de tercio total y absoluto con la presencia de la imparable banda manchega Angelus Apatrida, a la que llevo viendo desde sus inicios, y cada vez que los veo se superan y me convencen un poco más de su tremendo poderío en vivo.

Abrieron la sangría con “Bleed the Crown”, de su disco homónimo, editado en 2021, prácticamente a oscuras, iluminados por un chorro de luces rojas, creando un impactante efecto que hubieran firmado los mismísimos Slayer para su "Raining Blood".

Al acabar, llegó un "¿Comesteu Barcelona?", y tras este saludo, siguieron adoctrinando desde ese mismo disco a base de bien con “Indoctrinate”, con la presencia sobre las tablas de un cámara para usar estas imágenes en un futuro, porque las pantallas laterales no emitirían imágenes en vivo hasta la actuación de los alemanes.

Tras  un "bona nit, Barcelona", prometieron dar más caña al asunto. Se interesaron por que todo fuera bien bajo sus pies, y por los del fondo de la sala antes de presentar una para bailar desde su 'Cabaret de la Guillotine' (2018) con la original “One of Us”, contra la mediocridad y las criticas sin sentido.

No era broma lo de echar unos bailoteos, pues en una zona alejada del escenario, en el lado de las barras se inició un pequeño pogo que acabó con los suelos encharcados de la cerveza que se iba derramando tras tales movimientos e impactos.

Guillermo preguntó si queríamos seguir bailando, y presentó desde su álbum 'Clockwork' (2010), “Of Men and Tyrants”, con cierto apoyo coral en la parte sosegada del corte. Seguíamos rápido, que hay prisa con la speedica “Violent Dawn”, desde su tercer disco, 'The Call' (2012).

Guille preguntaba en ese momento cuántos veian a Angelus por vez primera, y fueron pocos los que levantaron la mano, lo que no es extraño, dada la hiperactividad del conjunto albaceteño durante estos últimos veinte años, picando piedra y conjugando el thrash californiano con la escuela alemana.

“We Stand Alone” suena bárbara, a toda velocidad, igual que esa cuchillada que recuperan de su segundo trabajo, al que le dio título. “Give’em War” consigue resucitar al sector antes mencionado improvisando un circlepit en toda regla sobre nuevos charcos de cerveza.

Intro acústica para “Sharpen the Guillotine”, una composición algo más accesible que el resto de material ejecutado durante la tarde de hoy, gracias a un estribillo bien armonizado, muy parecido a lo que suelen hacer los chicos de Trivium, y que finalizan en la zona prohibida del escenario Guille en primera instancia, en el que distingo la camiseta de Agnostic Front que ya había visto en alguna ocasión anterior, y finalmente David, dando la puntilla a este revolucionario temazo.

Antes de cerrar con “You’re Next”, tuvieron unas palabras dedicadas a ese Rock Fest que esperemos se pueda celebrar el próximo año. Ninguna pista al respecto, pero sí sobre su nuevo disco, que saldrá en octubre, con gira peninsular ya anunciada bajo el epígrafe de "Aftermath Iberian Tour 23/24".

Saxon

Al igual que los suecos, tras unos cuarenta memorables minutos, no se quisieron ir sin hacerse la foto de rigor con toda la "basca", y un "Bona nit a tothom". Educación ante todo.

A las ocho treinta y cinco, un rugido de motores entre bastidores anunciaba de forma inminente la entrada de estos venerados, y ya venerables sajones, iniciando la justa con uno de los clásicos de Saxon, el “Motorcycle Man”, desde su emblemático 'Wheels of Steel' (1980), y, sorpresivamente, de nuevo con Paul Quinn a la guitarra.

Hace unos meses comunicó que participaría de forma aleatoria en los directos. La noche anterior era Brian Tatler (Diamond Head) el encargado de la guitarra solista de la banda de Yorkshire, que lleva visitándonos desde el 82, cuando pasaron por el extinto Palau d’Esports.

El que suscribe no los vería hasta el siguiente envite, en 1985, en el Pabellón del Joventut, y si no fallan los cálculos, este sería su décimo noveno show en la ciudad condal, entre los que han pisado prácticamente todas las salas de Barcelona y Badalona, incluyendo Apolo, Bikini, Mephisto, o la fenecida Garatge.

Saxon

Con un gran telón virtual de fondo rojizo, con el icónico logo de Saxon en amarillo, una corona de laurel, y el epígrafe del subtítulo de su vigesimotercer disco en estudio, 'Seize the Day', sin contar los dos discos de versiones que han lanzado últimamente, la siguiente sería "Carpe Diem", que da título a este nuevo trabajo con reminiscencias a la presencia de los romanos en Britania.

Durante “Thunderbold” caería en las manos de Biff el primero de los chalecos parcheados que se suelen lanzar en sus bolos, en cambio, el vocalista lo que lanzó a las primeras filas fue una volteada botella de agua.

"Hola Barcelona, ¿Comesteu?", fueron las primeras palabras del cantante antes de colocarle a Doug Scarratt uno de los chalecos, el segundo, con parche de Saxon en la espalda, se lo pondría Bifford sobre el abrigo que vistió durante todo el show.

Volvemos a 1980, diría antes de anunciar “Wheels of Steel” con la peña cantando junto a Biff y haciendo palmas durante el solo de Scarratt. Antes de atacar sin piedad con “Heavy Metal Thunder”, Biff devolvería el chaleco utilizado por Scarratt, el otro lo dejaría al lado de la batería de un Nigel Glockner custodiado por dos muros de Marshalls a derecha e izquierda.

Saxon

Más temas para la vieja guardia llegaban con "Strong Arm of the Law" (1980), con Nibbs Carter pisando la tarima con forma de T, y lo haría unos segundos después Quinn para un realizar un efectista solo de guitarra, llevándose unos merecidos aplausos al finalizar la pieza.

"Fantástica audiencia esta noche" diría Biff después de devolver el segundo chaleco, y seguidamente preguntar si preferíamos escuchar la vigorosa “Never Surrender”, o “Ride Like a Wind”. Pese a que estuvo pareja la votación, por suerte, se decidieron por el incluido en el 'Denim and Leather' (1981) en lugar del pegajoso cover de Christopher Cross.

Otra de las insignes composiciones es “Dallas 1 PM”, ese recuerdo al magnicidio aun sin aclarar  del presidente John F. Kennedy, con unos disparos bien sonoros previos al solo de Scarratt, tras el cual Bifford animó a todos a saltar junto a él, momento en el que vimos que Quinn se había despojado de su gorra, y por vez primera vimos al guitarrista luciendo la calva que nos ha estado escondiendo durante décadas tras gorras, pelucas y pañuelos.

Volvemos de nuevo al 1981, y puños arriba para “Denim and Leather”, durante la cual, Quinn tuvo que cambiar de guitarra al romper una cuerda en pleno solo, saliendo Doug al rescate. La siguiente nos transportaba a 1985 con la majestuosa "Crusader", ejecutada a la perfección por el quinteto, y en especial por Paul Quinn.

Una vez más, Biff ha volvía a darnos las gracias por interactuar fantásticamente junto al grupo, pero quiere vernos a todos de nuevo el próximo año cuando vengan a presentar el nuevo álbum, e invita al guitarrista a situarse junto a él para despedir esta magnífica noche junto a Scorpions y este público con “Princess of the Night” en la que Nibbs y Bifford agitaran las melenas como posesos, para acabar despidiéndose confusamente de Badalona, pequeño lapsus.

Scorpions

Ovación de gala, con reverencia final de Bifford tras cincuenta y cinco minutos insuperables, aunque en lugar de 'Carpe Diem', lo que tuvimos fue un "Coitus interruptus", porque nos dejaron con ganas de más, al menos un par de temas, y es que aún quedaba media hora para la salida a escena de los alemanes.

Esperemos que la nueva visita se produzca en esa gira programada junto a Judas Priest, y Uriah Heep de la que ya hay algunas fechas anunciadas para U.K. y Centro Europa.

Hacía casi veinte años que no veíamos a Scorpions como cabeza de cartel, Rock Fest aparte, concretamente en la sala Razzmatazz para su gira 'Unbreakable Tour 2004', así que había ganas de verlos de nuevo en esta, su novena visita a Catalunya, muy pocas en relación a otras bandas, como los propios Saxon, teniendo en cuenta que empezaron a picar por aquí también en 1982 en la gira 'Blackout'.

Tras la media hora de interludio, llega el momento crucial con la caída de un enorme telón con el logo de la banda. que lo cubre todo, y otro con el texto "Are You Ready to Rock?" Sentimos el primer aguijonazo bajo un espectacular juego de luces, combinado con imágenes de un escorpión convertido en una especie de maquina armada para “Gas in the Tank”, la encargada de abrir 'Rock Believer', y su actual gira.

Scorpions

Para “Make it Real” la pantalla se convierte en una gran bandera catalana, y al cabo de un minuto o así, en una montaña de viejos televisores. Al terminar, Klaus Meine nos saluda: "Bona nit Barcelona, ¿comesteu?", antes de hacer una ralentizada “The Zoo”, de 'Animal Magnetism' (1980), con una ciudad en llamas y siluetas femeninas bailando tras las ventanas, transformándose al rato en un lugar oscuro y tormentoso, mientras Matthias Jabs realiza su solo utilizando ese tubo de goma en la boca denominado vocoder.

Otro engendro maquinal que expulsa fuego sirve de fondo para la instrumental “Coast to Coast”, con Klaus en un rincón con una guitarra, una pieza que se hizo eterna, aburrida como nunca, y del todo prescindible si la ejecutan a un ritmo tan cansino.

Aunque suena como una pieza clásica, “Seventh Son” es otra de las nuevas, en la que los cuatro de abajo se muestran muy estáticos, con un sonido impoluto, mientras Dee marca el ritmo inexorable de este buen tema, que parece que no acaba de arrancar, al igual que la banda, a la que le faltaba chispa, energía, ritmo.

“Peacemaker” sí parece que posee un ritmo más animado, aunque los coros de Pavel, Rudolph, y Mathias no sobrepasan los primeros metros. Tras un "Moltes gràcies", llega uno de los  grandes hits del 'Love at First Sting' (1984), “Bad Boys Running Wild”, que tampoco acaba de sonar como antaño, y el zepelín sigue sin levantar el vuelo.

Klaus y Rudolph abandonan el escenario sigilosamente y dejan al resto de la banda con el añadido del técnico de guitarra de Jabs, Ingo Powitzer, para interpretar la instrumental “Delicate Dance”, o un solo de guitarra encubierto de Matthias Jabs.

Scorpions

Vuelven los jefes, y Klaus comenta que antes utilizábamos encendedores, ahora móviles para acompañar la primera de las baladas en caer, “Send me an Angel”, con el fondo de pantalla emulando un teatro. Sonó tan embaucadora como siempre, aunque algo lacrimógena, al igual que “Wind of Change”, con otro mar de teléfonos inundando la visión periférica, con una simulación de las linternas tailandesas, krathong, que ascienden por encima de un muro con alambradas que es destruido por una bandada de pájaros, mientras todo los presentes corean la letra de este emotiva canción que llega a su zenit, mostrándose el signo de la paz con los colores de Ukrania.

Scorpions

Las dos espectaculares baladas extraídas del 'Crazy World' han estado impresionantes, ahora toca volver a rockear con otro corte de este álbum de 1990. “Tease Me, Please Me” suena perfecta, y parece que están remontando el vuelo.

Con “Rock Believer” la ascensión es un hecho, a pesar de que llega otro descanso para Meine y Schenker, al que se une Jabs, dejando a Mickey Dee y al bajista polaco Pawel Maciwoda, en la banda desde 2003, para interpretar el instrumental “New Vision”, para lucimiento del exbatería de Motörhead y King Diamond, y homenaje de este a Lemmy Kilmister, con una máquina de jackpot girando hasta llegar a los cinco escorpiones.

Turno ahora para “Blackout”, en la que Rudolph aparece con una de sus guitarras echando humo y, tras una carrera inicial, Pawel se arrodilla al lado de la guitarra recibiendo todo la humareda en la cara, levantándose con cara de alelado.

Otro de los grandes éxitos de aquel 1984 es “Big City Nights”, con una simulación de la ciudad de Las Vegas, y primeros planos de los situados en primera fila, y una imagen final con la mano de Rudolph con el signo de paz y Klaus Meine con una senyera sobre sus espaldas, que junto al resto del grupo se despide efusivamente del personal que aplaude a raudales, mientras desaparecen de escena.

Todos sabemos que van a volver para los bises finales, y no hay un exceso de griterío, hasta que aparece el batería de ascendencia griega (de hecho, su nombre real es Micael Kiriakos Delaoglou) para agitar a los más de tres mil asistentes, veteranos en su gran mayoría, siendo una cifra más que realista teniendo en cuenta lo que mueven por aquí ambas formaciones en este siglo XXI.

Qué lejos queda 1986, cuando los germánicos, junto a la McAuley Schenker Group, llenaron con unos dieciocho mil acérrimos el Estadi Narcís Sala de Sant Andreu de Palomar, concierto que se realizó entre graves altercados en el exterior del recinto, y que se saldó con diecisiete detenidos.

Scorpions

Aparece el resto de la formación para convertir a la masa en otro océano de teléfonos para la balada de las baladas, la madre de todas esas powerbalads heavies, “Still Loving You”, en la que Meine cede la voz cantante a los presentes.

Tras un duelo de cantos con todos nosotros llegamos a “Rock You Like a Hurricane”, con el que darían por terminada otra noche mágica de la banda de Hannover, que ya ha cumplido cincuenta y ocho años de existencia. Y visto lo visto, a mucho estirar, supongo que llegarán al sesenta aniversario, si quieren despedirse en condiciones.

Tanto Rudolph como Meine ya tienen una edad, setenta y cinco años, y sus limitaciones cada vez son mayores y latentes, como ya se aprecian ahora con el cantante algo diezmado en sus movimientos, no en la voz, que sonó perfecta durante los más de noventa minutos de concierto, que tardó en arrancar, pero cuando lo hizo se convirtió en un espectáculo cercano al sobresaliente.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran y completo resumen hacia las potentes descargas que se curraron estas dos históricas bandas como fueron SCORPIONS y SAXON junto a una de las bandas de Thrash Metal más grandes de este Planeta como son nuestros ANGELUS APATRIDA junto a los fineses ECLIPSE en la primera edición de este festival en la ciudad condal. A los ANGELUS APATRIDA los disfrutaré el próximo Sábado 15 de Julio junto a TROPA DO CARALLO, VITA IMANA y HORA ZULU en otra edición del ESTAKA ROCK jienense.

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