Crónicas
Barcelona Rock Fest (domingo) con Parkway Drive, Soziedad Alkoholika o Blind Guardian: Tercer y último asalto
«Un año más, una edición más, un festival más, el Barcelona Rock Fest había vuelto a su formato original, que se ampliará el próximo año, ahora se firma el recuerdo de haber vivido en Santako otro buen festival»
7 julio 2024
Parc De Can Zam, Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)
Texto: Josep Fleitas. Fotos: Iñigo Malvido
Entramos en el tercer y último capítulo de un Barcelona Rock Fest que todavía guardaba muchas y muy excitantes sorpresas, entre ellas el gran montaje y espectáculo que los australianos Parkway Drive iban a proponer, pero antes hubo mucho por disfrutar e incluso alguna estrella caída.
(Puedes leer la crónica del primer día aquí y la del segundo aquí).
A priori el clima iba a ser benigno, con una temperatura algo a la baja con respecto a los días anteriores, pero finalmente fue el día más caluroso, ya que, aparte del sol y la temperatura, la humedad reinante creaba una sensación de mayor agobio, algo que ni mucho menos restó las ganas de seguir disfrutando de las buenas ofertas que aún quedaban por desenvolverse. Una de ellas fue encontrarnos con que en el escenario Stage Fest se remataba con una pasarela que en los dos días anteriores no había aparecido.
Stratovarius
Iniciamos el día con los finlandeses Stratovarius, quienes el pasado año nos agradecieron con un buen retorno rompiendo el silencio discográfico que tenía a sus fans en dique seco por más de siete años. Un tiempo que, por la calidad del contenido en ‘Survive’, se dio por bien invertido.
Cabe destacar que Kotipelto sigue teniendo una voz y registros que hacen que la formación siga siendo igual de incipiente que hace décadas, algo realmente a destacar, ya que hace que los clásicos sigan manteniendo esa calidad y punch que les ensalzaron en la categoría de hits.
Mención especial para Jens Johansson y Matias Kapiainen a los teclados y guitarra, respectivamente, ya que sus juegos y duelos siguen imponiéndose recreando una más que destacada seña de identidad.
El concierto, a pesar de la temperatura y el sonido excesivamente alto, se disfrutó muchísimo, siendo los clásicos “Speedof Light”, “Paradise”, “Black Diamond” y “Hunting, High and Low” los más celebrados de un set que estuvo bien estructurado, en el que tanto el inicial “Survive” como sus hermanos en el álbum “WorldonFire” y “Frozen in Time” se mostraron más que válidos.
Abbath
La actuación del excantante de Immortal se solapó con la que estaban ofreciendo los brasileños Ratos de Porão en la carpa. Una lástima, porque el combo carioca congregó a la sombra un muy buen puñado de feligreses que se lo estaban pasando de lujo ante las descargas de punk con piel hardcoriana que los paulistas expresan de una manera tan directa como explícita.
Tras el internamiento de Abbath para su recuperación mental y física de hace ya un tiempo, al cantante y guitarrista se le ha visto con mucha más entereza y sensatez sobre los escenarios, algo que repercute de una forma positiva en el sonido que la formación exhibe en sus directos. Un sonido bastante irregular en un inicio, pero que pasado el ecuador del concierto se asentó, permitiendo que el black metal del combo noruego se disfrutase de una forma más cómoda para nuestros oídos.
Loable es que Abbath se decidiera a no cambiar de look y con un sol de romper piedras. Se pasó todo el concierto enfundado en una coraza de cuero roja que hizo fuego con la ignición provocada por temas como “With Stand the Fall of Time”, “Dammed in Black” o “The Sun No Longer Rites”, tema a partir del cual, mágicamente, el sonido mejoró para proponer mejor amplitud a “Beyond the North Waves”, “Sons of Northern Darkness” y “One by One”, que junto a “The Call of the Wintermoon” fueron lo más celebrado de un show en el que Abbath solo utilizó temas de su etapa en Immortal para recrearse nuevamente en el festival.
The Warning
Mientras Ratos de Porão daban buena cuenta del final de su show con una carpa repleta de público y un moshing que se acentuó ante el impulso que los paulistas restregaban tan sangrantemente como sería rascarnos una picadura de medusa con un papel de lija del 40, y haciendo buena la letra de su himno “Beber Até Morrer”, otros dos conciertos de buen interés iban a solaparse, aunque, por fortuna, un desarreglo en el horario de la carpa hizo que pudiéramos disfrutar del concierto de The Warning y del de Ankhara en gran medida.
Lo de estas tres hermanas regiomontanas es de récord, tanto que su nuevo álbum, ‘Keep Me Feed’, se ha situado en cabeza de los charts de ventas en Inglaterra. Tal y como ya habían hecho unos meses atrás, donde en la grande de Razzmatazz colgaron el cartel de "sold out", las hermanas Villareal salieron a darlo todo con su hard rock de consistencia alternativa, ese que en sus partes más destacadas puede recordarnos a Dover.
The Warning conectaron desde un primer momento denotando el calor y expresándolo en frases como: “Somos de Monterrey, México, y no pensábamos encontrarnos con este calor”, algo que no les impidió realizar un concierto que no solo encajó en su público más fiel, sino que se ganaron el aprecio y el ser seguidas por un buen puñado más de nuevos seguidores que quedaron tan satisfechos de su show como ellas del recibimiento y fervor que se vivió en la intensidad de temas como ”Z”, “Choke”, “Qué más quieres”, “More”, “Money”, “Sick”, “Error”, y ese grand finale que puso todo patas arriba con “Hell You Call A Dream”, “Automatic Sun” y “Evolve”.
Tal y como me comentaron en la entrevista que tuve oportunidad de realizarles con motivo de la salida de su nuevo álbum y su visita a nuestro país, el éxito de Pau, Ale y Dani es saber aprovechar todas las oportunidades que se les presentan, y esta había sido otra de ellas.
Ankhara
Mientras las tres hermanas mexicanas habían brillado bajo el sol, Ankhara lo estaba haciendo a la sombra de la carpa interpretando temas tan directos como los incluidos en ese álbum que en 1999 dio botón de inicio a una trayectoria de estudio que el pasado año fue coronada por el recomendable EP 'De aquí a la eternidad', en el que podemos encontrarnos una poderosa y sorprendente versión del mítico “Into the Pit” de esos Fight en los que Halford deslumbró en el magnífico ‘War of Words’, y ese inicio que contaba con la colaboración de Ralf Scheepers en “Tu verdad”, tema destacado en un set en el que los protagonistas fueron un público entregado, un sonido distribuido por parte de la mesa demasiado alto y estridente y la disposición de una banda que se dejó la piel a base de su efectivo heavy/power metal.
Este se remataba de una forma muy especial gracias a la garganta de un siempre seguro Pacho Brea y la guitarra afilada del siempre enfático Alberto Marín, siendo las intensas “Frío infierno”, "Hasta el fin", "Marcando tu final", la coreadísima "No mires atrás", el inevitable hit "Mente atormentada", el eficiente "Sueño" o el ya nombrado "Tu verdad" parte de un set en el que tanto la formación como el público estuvieron onfire.
Hatebreed
En las oportunidades en las que he podido ver al quinteto de Connecticut, nunca me han acabado de enganchar, bien sea porque su propuesta de metalcore, con algunas excepciones, me parece demasiado paralela a lo que hacen otras muchas formaciones y muchos de sus temas parecen gemelos, o porque les haya visto junto a bandas que han eclipsado mucho su propuesta.
En esta oportunidad, me plantee el concierto como una concesión positiva a que en su vigésimo aniversario Hatebreed me acabasen de llegar, pero el horrible sonido de la caja de la batería y una voz muy irregular hicieron que mi intento volviera a caer en saco roto.
Aun así, Hatebreed sí convencieron a muchos de sus fans, que disfrutaron a saco con temas como “Everyone Bleeds Now”, “Empty Promises”, la versión del "GodsofWar" de Slayer o, en su final, "Seven Enemies", “Perseverance”, “Last Breath” y el todopoderoso “I Will Be Heard”.
Gamma Ray
'30 Years of Awesomeness - Alive Again' eran las destacadas frases que brillaban en la pantalla central del Rock Stage, lugar en el que Gamma Ray iba a dar un concierto en el que, si bien el sonido y la formación estuvieron muy bien, la rotura de esquemas que significó el que la banda casi siempre parase motores entre tema y tema afectó en que un setlist demasiado apoyado en las partes largas y progresivas, como “Last Before the Storm”, “Rebellion in Dreamland”, “Master of Confusion”, “Dethrone Tyranny”, “Empathy” e incluso el celebrado “Somewhere Out in Space”, solo salvadas por el inicial “Land of the Free”, "Heaven Can Wait” y el final “Send Me A Sign”, se hiciera largo y demasiado extenso bajo un sol que seguía achicharrando y con unos cantantes, Kai y Frank Beck, que no dieron ni la imagen ni la talla de lo que fue una de las formaciones más relevantes e influyentes en el power metal.
Blind Guardian
Seguimos con el power metal, aunque en este caso pudimos ver y disfrutar de la otra cara de la moneda, ya que Hansi Kursch tiene una voz envidiable, y la formación, a pesar de no ser tan explosiva como antaño, sí cumple con el requisito de cuadrar e incluso perfeccionar lo ofrecido en anteriores oportunidades.
Con un inicio tan sorprendente como poderoso desplegando las alas de esa mole titulada "Imaginations from the Other Side", Blind Guardian iban a combinar en el set algunos de sus momentos más clásicos con lo más épico y destacado de su última entrega discográfica, un álbum que en estudio me parece una masterpiece, pero que en las oportunidades que he podido ver estos temas en directo no me han acabado de cuajar.
Sin embargo, en esta oportunidad la cosa había cambiado. Ya la opulencia con la que se interpretaron "Blood of the Elves”, “Violent Shadows” y “Secret of the American Gods” incluso hicieron que en el set echase de menos que se incluyesen otros himnos del fastuoso ‘The God Machine’ como "Deliver Us from Evil” o “Architects of Doom”.
Pero, sin lugar a dudas, los momentos más álgidos del show se dieron con esos clásicos que hacen entonarlos hasta convertirlos en himnos tan pegadizos que desembocan en afonías, aunque no para un Kursch que, sin despeinarse, amplificó lo que apasionadamente aportan sus grandes hits “Nightfall”, “The Script for My Requiem", "The Bard’s Song", “Lost in the Twilight Hall” o los míticos “Valhalla”, que contó con la sorpresa de tener a Kai Hansen sobre las tablas, y el siempre imponente "Mirror Mirror". De excelencia.
Lástima que la hora no diera lugar a que los efectos de luz tuvieran mucha más incidencia en el resultado del show.
The Baboon Show
…Y llegaba la sorpresa del festival, esa que, para quienes no los conocían, les voló la cabeza, y para los que ya hemos tenido la oportunidad de libar las dulces mieles de este cuarteto de Estocolmo, volvió a ser uno de los grandes y más divertidos momentos que un show puede ofrecernos.
La formación liderada por la cantante Cecilia Boström, una réplica femenina de lo más comunicativo, salvaje, entregado, pasional, simpático y dinámico de Michael Monroe, nos hizo sudar, bailar, saltar, cantar y disfrutar como locos en una carpa llena a reventar.
Con temas en los que el punk rock más desenfadado se mezcla con el sleazy de carácter sueco, esta banda de mandriles (ese es el significado de su nombre) fue una tormenta de eficacia y sentimientos, de pasión y diversión, de entrega y buena música que llevó a Cecilia a hacer swiming (crowdsurfing), cantar entre el público, contorsionarse y sentarse entre él gracias a himnos que en sus álbumes es imposible que puedan reflejar lo abrumadores que son en directo.
Ese es el caso de “God Bless You All”, “Me Myself and I”, “Queen of the Dagger”, “Gold”, “It’s A Sin”, “Hurray”, “Same Old Story”, “You Got A Problem Whitout KnowingIt”, “No Afterglow” en el que el rebautizado guitarrista Hatan Sörle, convertido en un enfático y simpático Don Simón, con referencia a su bebida favorita, la sangría, nos apostilló un buen tramo del “Run To the Hills” de los Maiden.
El fulgurante final llegó con un “Rolling” que casi nos rompe los brazos, ese “Playing With Fire” con Don Simón entonando la estrofa inicial en castellano o ese “Radio Rebelde” que cerró un concierto que ojalá hubiera durado mucho, mucho más… Lo mejor del día, sin la espectacularidad de la producción. ¡Seguro que sí!
Soziedad Alkoholica
Con la adrenalina goteando por todos los poros de nuestros sudorosos pero felices cuerpos tras lo vivido gracias a The Baboon Show, aún nos quedaban minutos para disfrutar de la propuesta de unos Soziedad Alkoholika a los que hacía mucho que no tenía la oportunidad de ver sobre las tablas de un gran escenario como el de un festival, y lo que pude ver me cautivó tanto como me incitó a seguir destilando adrenalina.
Tanto “Ratas”, que estuvo acompañado por Guillermo de Ángelus Apátrida, como “S.H.A.K.T.A.L.E.”, “Piedra contra tijera”, “Cuando nada vale nada” y “Nos vimos en Berlín” fueron verdaderas montañas lanzadas contra nosotros, rocas que rebotaban en la censura, la indiferencia, el abuso y las esposas impuestas por quienes gobiernan y pretenden tener a todos bajo sus cadenas, su yugo y a su servicio como hormigas obreras que para ellos solo tienen la misión de proporcionarles más y más comida para su ego y disfrute.
Esto se rompe y les estalla en la cara gracias a la fuerza y la garra de quienes no se dejan dominar. Así de duro, puro y crudo es el thrash de unos S.A. que siguen siendo referente de la música y de mucho más…
Parkway Drive
Debo ser sincero: las dos veces que había podido ver a los australianos en directo no me habían hecho sentir nada especial, pero en esta ocasión, con un show tan espectacular como el ofrecido en el BRF, debo reconocer que todo cambió y se amplificó en muchísimo, y aunque las partes de hardcore más intensas tuvieron puntos de equilibrio demasiado desbalanceados, lo cierto es que las porciones más melódicas del estilo fueron exultantes.
Con una producción de lujo, repleta de fuego, humo, llamaradas, explosiones, barricadas de pinchos, columnas y cataratas de chispas que conjuntamente recreaban el efecto de estar en un campo de batalla se desenvolvió un concierto en el que Parkway Drive motivaron, exaltaron y emocionaron a partes iguales.
Utilizaron como armas la visualidad, los efectos pirotécnicos, la entrega y una música que sabe encajar en el público de forma tan profunda como lo es su actitud, sobre todo la del carismático cantante Winston McCall, quien sin tener unos grandes registros, a base de enfatizar sus acciones y poses, sí sabe llegar a un público que mayoritariamente agradece su entrega y pasión pagando a la formación con su misma moneda.
Podemos decir que el show de Parkwide Drive se dividió en tres partes, la primera y más incipiente, en la que las explosiones, llamaradas y torrentes de humo y chispas englobaron la potencia de temas como “Glitch”, “Prey”, “TheVoid”, “Wishing Wells” o “Karma”.
La segunda, en la que McCall se empleó más en las partes físicas, como el cantar entre el público y hacer crowdfunding, que congregó temas como “Dedicated”, “Idols and Anchers” y “Chronos”.
Y una tercera, en la que dos violinistas y una chelista propusieron la parte más visual y emotiva, acompañando tanto los términos más melódicos como los más efusivos entre las inmersiones que “Shadows Boxing”, ese conmovedor e hiriente “Darker Still” entonado entre un espectacular mar de fuego, al igual que “Bottom Feeder”, y los bises “Crushed” y “Wild Eyes” fueron capaces de imponer en un show de lo más espectacular que, junto a lo ofrecido por Rammstein, podemos encontrarnos hoy dentro del showbusiness actual.
Motörhits
El fin de festival estaba por caer y con ello tres días de sol, música y vivencias que recordar, pero para dar buen cierre a este, en la carpa se dieron cita los himnos de Motörhead a manos de un trío que, si alguien se merecía estar ahí, eran ellos, ya que durante los tres días de festival y a cada hora, los hermanos Lleixà, Xavi (Xammy) y Pepón, junto a Antonio Muñoz lo daban todo por esa banda que tanto les apasiona y admiran.
Esto lo hicieron agradeciendo a todos los que habían hecho posible la realización del festival, desde los cargos a priori más pequeños a los más destacados, todos fueron motivo de tributo, pero el más importante era el que recibíamos nosotros a través de esos incombustibles himnos que Lemmy y sus compañeros de fatigas en el rock n roll nos ofrecían en cada oportunidad, en cada concierto, en cada festival, himnos que nos dedicaban desde que ese ronco grito de guerra salía de la garganta de Lemmy: “We are Motörhead and We Play Rock n Roll!”
Un año más, una edición más, un festival más, el Barcelona Rock Fest había vuelto a su formato original de tres días, que se ampliará el próximo año a cuatro, no sin la polémica de esa coincidencia en fechas de los tres festivales más importantes del país. Pero esa será otra historia, ahora se firma el recuerdo de haber vivido en Santako otro buen festival.
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2 comentarios
Extenso resumen hacia el último dia del ROCK FEST y donde todas las bandas aqui mentadas estuvieron a la altura a través de sus potentes y combativos directos, presentando algunas de ellas sus nuevos álbumes.
En general ha sido un muy buen festival,menos el sábado día de pantera que había más peña , viernes y domingo que se estaba de lujo , Parkway Drive para mí lo mejor del festival convenciendo a los que nos gustaban ya antes y a los muchos Metalpacos que se quedaron por curiosidad y al final se alegraron y mucho de haberse quedado
Hay que apostar por una mezcla de clásicos y bandas con estos directos porque así el metal tendrá futuro
Hay más vida después de Maiden AC/DC y demás viejas glorias
Salud