Crónicas

Azkena Rock Festival con John Fogerty, The Hellacopters, Public Image Limited o The Damned: Tormentas eléctricas y predicadores punk

«Hablar de fracaso después de haber visto tormentas eléctricas de semejante intensidad y predicadores punk más convincentes que muchos políticos no se antoja lo más razonable. Siempre será mejor la calidad a la cantidad»

Del 19 al 21 de junio de 2025

Mendizabala, Vitoria

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa.

Ahora que desde ciertos sectores quieren hacernos ver que ir a determinados festivales es malo, debería puntualizarse que no todos los eventos son iguales. Frente a esas citas multitudinarias dominadas por las grandes corporaciones que parecen parques de atracciones para gente a la que en realidad no le interesa la música, subrayemos el valor de esos recintos en los que existe el sentimiento colectivo de hermandad, algo que cobra todavía mucho más valor cuando ciertas potencias han recuperado la milenaria tradición de solucionar los problemas a bombazos. Tomemos una amplia bocanada de aire, démosle un gusto al cuerpo o al espíritu, y relajémonos todos, que falta hace.

Public Image Limited

Si el año pasado la presencia de Arde Bogotá supuso una auténtica línea roja para muchos, en esta edición del Azkena Rock Festival se llamó al boicot a la actuación de Cherie Currie, otrora vocalista de The Runaways conocida por sus ideas sionistas. Por lo que nos comentaron, pues coincidía con The Hellacopters, al final la cosa se quedó en una mera anécdota que no empañó las tres jornadas con conciertos memorables que atrajeron a casi 50.000 personas, con el viernes como punto álgido en términos de asistencia, así a ojo de buen cubero.

Eso sí, respecto a las cosas que habría que mejorar, lo de inflar los precios ya se nos está yendo bastante de las manos, normalizar que un triste bocata alcance casi los diez euros sienta un peligroso precedente, al igual que un refresco esté a punto de llegar a los cinco pavos. Y en cuanto a la carpa de prensa, que otros años era inexistente, vale que solo ofreciera agua para las ranas, pero lo de quitar el baño para conceder más espacio a un poderoso medio audiovisual supone desde luego un salto cualitativo, evidentemente, a peor.

Fans de Turbonegro.

Un deslumbrante crooner

Por motivos laborales, tuvimos que perdernos a los legendarios Buzzcocks en la primera jornada, algo que sentimos de veras, pese a que sabemos de sobra que el grupo no es ni remotamente parecido a lo que era cuando estaba capitaneado por Pete Shelley, y por lo que nos dijeron, parece que el sonido tampoco acompañó. Nos incorporamos con la cantautora Melissa Etheridge, que no nos cautivó demasiado con sus canciones reposadas, como de la serie Ally McBeal, aunque de vez en cuando dejaba traslucir algún ramalazo a lo ZZ Top.

The Damned

El plato fuerte del día sin duda eran los británicos The Damned, protagonistas y pioneros del punk cuyo himno “New Rose” inauguró dicho movimiento un 22 de octubre de 1976. Al margen de ese dato reseñable, han seguido hasta la actualidad editando álbumes tan decentes como ‘Darkadelic’ o ‘Evil Spirits’, donde demuestran su voluntad de no vivir de las rentas, lo cual podrían hacer con bastante comodidad.

Este hecho parece que no lo comprendió parte del público, pues algunos se marcharon como vulgares poperos de radiofórmula cuando se arrancaron con auténticos temazos como “The History of The World, Pt.1”, “Beware of The Clown” o “The Invisible Man”. Por supuesto que cayeron también todos los clásicos que uno esperaría, caso de “Love Song”, “Machine Gun Etiquette”, “Smash It Up” o el inevitable “New Rose” mencionado anteriormente, y hasta fue gracioso cuando en el “Eloise” de Paul Ryan no pocos cantaron la adaptación en castellano del inolvidable Tino Casal. Es lo que tiene decantarse por un tema muy popular en un país, pero de una manera diferente.

The Damned

Aparte del variado repertorio, habría que destacar el espectacular estado de forma del vocalista Dave Vanian, transformado hoy en día en un elegante y deslumbrante crooner. A su vera, el mítico guitarrista Captain Sensible no le va tampoco a la zaga pegando saltos y aportando el dinamismo esperable en unos pioneros del punk.

Recordaron al fallecido guitarrista Brian James, que fue uno de los miembros fundadores, “sin él no estaríamos aquí”, aseguró Sensible, antes de alcanzar uno de los picos de la noche con “Ignite”, donde Vanian entonó un trozo a capela de poner pelos de punta. “Neat Neat Neat” cursó a una importante velocidad de crucero y además intercalaron el clásico del blues “Baby Please Don’t Go”.

No fue el único homenaje de la noche, pues también se atrevieron con “White Rabbit” de Jefferson Airplane, que Vanian interpretó como un señor, de los vocalistas punk más en forma. Y Captain Sensible hasta hizo sus pinitos de equilibrista sosteniendo la guitarra en la cabeza sin utilizar las manos al final. Que nos aguanten muchos años más. Pura historia viva de la música.

Dinosaur Jr.

Y en el ámbito alternativo, no menos relevantes resultan Dinosaur Jr., que centrarían su actuación en el álbum ‘Without A Sound’ de 1994. Hemos de admitir que otras veces no hemos podido con ellos en directo, pero en esta ocasión, seguramente debido al homenaje a una de sus obras clave, se tornaron bastante disfrutables.

No resultaba complicado intuir el poso que dejaron en The Replacements o Soul Asylum gracias a “Feel The Pain”, corte con el que abrieron estas leyendas que ya hacían grunge mucho antes de que explotara dicho movimiento. Y que el líder J Mascis apareciera rodeado de amplificadores en una esquina del escenario era todo un manifiesto de adhesión a la vieja escuela. La mejor vez que les he visto, sin duda. Quizás sean los años.

Los Sex Pistols del garage

Por un motivo u otro, nunca habíamos conseguido catar a los salvajes valencianos Wau y Los Arrrghs, por lo que aquella ocasión se presentaba perfecta en el escenario Trashville, que seguía conservando la temperatura sofocante de sauna finlandesa y congregó colas impresionantes de hasta una hora de espera por lo menos. “¡Ni que fueran The Rolling Stones!”, decía un tipo en la entrada, tal vez no lleguen a tanto, pero su predicamento entre el rockerío bilbaíno era tan impresionante que las primeras filas podrían haber sido una prolongación del casco viejo o del Antzoki. Aquello estaba tan petado que fuimos a apoyar la mochila en el suelo y allí mismo había un niño.

Wau y los Arrrghs

En lo musical, fue un bolo impepinable, con un frontman desatado de gestos histriónicos a lo Lux Interior y un respetable volcado como pocos, en una esquina estaban incluso sus compatriotas Deaf Devils y también vimos a uno de los Automatic Lovers surfeando entre la multitud. Era imposible no acabar subyugado por esputos sonoros garajeros como “No me verás caer” o “Todo lo voy a romper” que desmentían la idea de que ciertos géneros vetustos son únicamente cosa de viejos. Para nada. Toda una bomba en directo. Son los Sex Pistols del garage.

El contrabajista Lee Rocker de Stray Cats se encargó de cerrar la primera jornada rescatando clásicos de su mítica banda como “Runaway Boys” o “Stray Cay Struts”, perjudicados un tanto por ese sonido enmarañado del escenario Respect. Esto último tampoco importó tanto cuando se trató de un bolo punk, pero en otros géneros se sufrió más esta carencia. Los amantes del rockabilly seguramente disfrutaron de una actuación en la que hubo del mismo modo homenajes a figuras fundamentales del género como Elvis y su “That’s All Right”, entre otras revisiones.

Una eucaristía apocalíptica

El viernes nos incorporamos para la homilía de Public Image Limited, cuyo frontman John Lydon ya había calentado el terreno a su llegada arremetiendo contra los Sex Pistols con Frank Carter y no defraudó con su catálogo de gesticulaciones e histrionismos, aparte de su habitual cara de mala leche, que sorprendió en una época donde parece obligado aparecer en escena con pose de hippie sonriente. Se quejó del calor sofocante señalando al sol y diciendo: “Gracias, Dios. Jodido gilipollas”. Rotten en estado puro.

Public Image Limited

Al igual que sucedió con The Damned, algunos esperaban algo más punk en la formación que precisamente inventó el post punk, pero lo cierto es que el repertorio fue bastante más accesible que lo que suele tocar en salas. Puso a los fieles a orar con la apocalíptica “Home” mientras nos deleitaba con sus peculiares bailecitos y gestos de predicador enfurecido del Antiguo Testamento, pero en esta ocasión no gritó “Viva España” ni nada parecido como cuando estuvo en Mendizabala con los Sex Pistols originales y le lanzaron un móvil a la cara.

Tenía sentido, pues ambas bandas no poseían nada que ver, por lo que era lógico imaginar que el espectáculo sería diferente. Lo más comercial resultó su hit “This Is Not A Love Song” o el broche con la popular “Rise”, donde soltó e hizo repetir a la peña su leitmotiv “la ira es energía”. Brilló al extremo en su coqueteo con la electrónica en “Open Up”, donde desea que Hollywood arda, o en el recuerdo a su madre muerta de “Death Disco”, que incluye una alusión a ‘El lago de los cisnes’ de Tchaikovsky y seguro que ahora cobra mayor significado tras el fallecimiento de su esposa Nora o de su mejor amigo y mánager Rambo.

Public Image Limited

Y en esa suerte de manifiesto llamado “Shoom”, que afirma que lo que necesita el mundo es un gran “que te jodan”, dijo que lo que no hacía falta hoy en día eran “unos nuevos Sex Pistols”. Genio y figura. De lo más auténtico que se puede contemplar hoy en día sobre un escenario, una verdadera eucaristía apocalíptica. De mayor quiero bailar como él y ponerme esos pijamas horrendos.

Lucinda Williams, por el contrario, daba más pena que otra cosa, casi como cuando vimos a un Brian Wilson al que sentaban en un piano y luego se lo llevaban como si fuera un trasto al que aparcar en un rincón. La pobre tuvo un ictus que le impidió tocar la guitarra, por lo que era de admirar, por una parte, el arrojo que le echaba la señora sobre las tablas, pero en una época en la que incluso ofende ver imágenes de personas de cierta edad en redes, parece increíble que no se cuestionen este tipo de cosas.

Al margen de ese problema, su actuación también nos resultó más entretenida que otras veces, con unos cuantos destellos rockeros como “Rock N’ Roll Heart” o “Stolen Moments”, que dedicó al añorado Tom Petty. También se acordó de otros grandes como George Harrison y su inmortal “While My Guitar Gently Weeps”, aparte de una soberbia revisión de todo un himno como “Rockin’ in the Free World” de Neil Young. Ejemplo de lucha contra la adversidad.

Turbonegro

A los Turbonegro con su actual vocalista tampoco les habíamos pillado el punto en el pasado, pero el fallecimiento de su cantante original Hank Von Hell impidió que pudiéramos ya añorar una reunión, por lo que esta era la única oportunidad de disfrutar de un legado incendiario que sacudió los cimientos del rock n’ roll junto a The Hellacopters o Gluecifer a finales del pasado milenio.

A pesar de que la voz del frontman Duke of Nothing apenas se escuchó en un primer momento, el asunto mejoró posteriormente, por lo que pudimos dejarnos la garganta entonando trallazos como “All My Friends Are Dead”, “Get It On” o “I Got Erection”. El resto de personajes como Euroboy o Happy Tom siguen en plenitud de facultades y este último incluso amagó con cantar “el himno nacional español”. La multitud abucheó tal propuesta, pero el cachondo marinero se arrancó con una peculiar versión de “La cucaracha” que decía “La cocaína…”, algo con todo el sentido del mundo con partidos políticos que se meten más droga que cualquier banda de rock n’ roll. No han perdido la actitud irreverente de antaño. Grandes.

Los valencianos Deaf Devils viendo a Turbonegro.

El álbum de fotos de la abuela

El veterano John Fogerty ya estuvo hace unos años en el Azkena, pero en esta ocasión venía para presentar ‘Legacy: The Creedence Clearwater Years’, donde ha regrabado viejos himnos de su antigua banda para celebrar que el catálogo regresaba a sus manos. Después de una intro que daba cierta vergüenza ajena, pues se asemejaba a cuando tu abuela te pilla por banda y no te deja levantarte de la silla hasta enseñarte un colosal álbum de fotos, el artista de 80 años, con su eterna camisa de cuadros y pañuelo al cuello para no resfriarse, hizo lo que mejor sabe, tirar de clásicos inmortales.

La verdad es que se antoja complicado no encontrar atractivo un recital que comienza con la agradable “Bad Moon Rising” y ya de primeras te casca “Up Around The Bend”, que en su día versionaron Hanoi Rocks de manera muy competente, o la no menos popular “Green River”. Y la cosa no se quedó ahí, pues siguió con otras piedras angulares del calibre de “Born on the Bayou” o “Who’ll Stop The Rain”. Casi nada.

John Fogerty

Eso sí, riesgo cero, pero uno tampoco le puede exigir al vetusto Fogerty que salte en paracaídas a estas alturas de su vida. Esta suerte de dulces no deberían amargar a nadie, ni siquiera a un servidor, pues tampoco se suele contemplar todos los días al creador de himnos como “Have You Ever Seen The Rain?” o “Down on the Corner”. No obstante, la calidad de la voz va menguando, y si esta vez anduvo muy justito en ese aspecto, no queremos imaginar cómo estará a la próxima.

Por lo tanto, centrémonos en disfrutar mientras podamos de “Fortunate Son” o de esos pedazo bises que se marcó con “Rockin’ All Over The World” o ese “Proud Mary” que en el pasado emponzoñó una petarda como Celine Dion. A la salud de su legado y del público que le recibe con los brazos abiertos, Fogerty se tomó una cerveza con la ilusión del chaval que prueba por primera vez el alcohol. Cumplió, pero por los pelos.

Diamond Dogs & Chris Spedding

La coalición conformada por Diamond Dogs & Chris Spedding solo podía tornarse espectacular sabiendo que el repertorio iba a estar compuesto por canciones de Little Richard, todo un punk dentro del rock n’ roll, que pegaba alaridos que asustaba y cuyas composiciones siguen sonando de lo más macarra dentro del género. El arranque con “King of Rock and Roll” y “Hey, Hey, Hey, Hey” desató esos bailoteos de peonza a la vieja usanza que tanto agrada contemplar. El vocalista Sulo estuvo inmenso, con sus poses características a lo Rod Stewart y aportando la dignidad que merecen piezas como “Spreadin’ Natta What’s The Matter” o “Shake A Hand”.

Complicado es permanecer impasible con bombas como “Dew Drop Inn”, “Bama Lama Bama Loo” o la inevitable “Lucille”, pero con el cancionero añejo la diferencia está en la actitud, interpretarlo como si estuvieras tomando té con pastas en el salón de casa o por el contrario prendiendo la mecha de algo que fue realmente provocador y transgresor en la época. Los suecos hicieron lo segundo, y encima les acompañó una leyenda como Chris Spedding, que cantó su éxito motero “Motor Biking”. Y hubo también material de los Dogs con “Honked!”, que casi podría ser un homenaje a The Rolling Stones o The Faces. Bolazo.

Patada en los dientes

La tercera jornada del Azkena comenzó potente con los prometedores Ezezez, toda una de las sensaciones del post punk contemporáneo que siguen subiendo como la espuma y con los conciertos que se suelen cascar está justificado por completo.

The Pill

Pero en los festivales muchas veces tienes que elegir y optar por combos que quizás no resulte tan sencillo ver, tal era el caso de The Pill, nativas de la isla de Wight que eran un auténtico cañón en las distancias cortas y poseían temazos de dejar el culo torcido como “Woman Driver” o “Problem”. Se alternaron a las voces con notable soltura y nos legaron uno de los grandes conciertos del sábado para los madrugadores. Si Lambrini Girls decían que tenían la energía de una gran polla, estas chavalas desde luego son una verdadera patada en los dientes. O en las mismas partes, vaya. Apabullantes.

El otrora miembro de Pulp Richard Hawley sorprendió con un tema a lo The Velvet Underground y acto seguido cambió a un rollo en plan Elvis Presley, pero no le terminamos de pillar el punto, por lo que recurrimos a algo más seguro, como las leyendas del garage rock The Chesterfield Kings, que no defraudaron. “Up and Down”, probablemente su pieza más conocida, parece un descarte de los Stones más salvajes, y “I Don’t Know” lo mismo evoca a The Beatles o The Zombies que al protopunk de The Sonics. Los clásicos sabores de siempre.

The Chesterfield Kings

No quisieron vivir de las rentas y también nos presentaron canciones de su último disco, como la homónima “We’re Still The Same” o “Electrified”, ambas muy decentes. Cómo mola que a veces te encuentres justo lo que esperas.

Aunque, a riesgo de caer en la contradicción, no nos engañemos, las mejores cosas de la vida a menudo no te las esperas. Tal cual sucedió con los Dead Kennedys con Ron “Skip” Greer a la voz. Valga a modo de aclaración que cualquier formación sin el insustituible Jello Biafra al micro nos parece una chufla y tampoco albergábamos buen recuerdo de ocasiones previas, pero había que dar oportunidad de mejora.

Dead Kennedys

Su actual voceras quizás hable demasiado en determinados momentos, pero habría que tener sangre de horchata para que no se te remueva algo por dentro con “Police Truck”, “Kill The Poor”, sobre todo por la persecución que están padeciendo en estos momentos por parte de un perturbado las clases más desfavorecidas en EE UU, o el impepinable “Too Drunk To Fuck”, con Skip lanzando agua a la concurrencia. Se acordaron del fallecido batería D.H. Peligro y animaron a lucir el símbolo del grupo en camisetas, en el coche y allá donde sea posible, pues era una forma de reivindicar su legado. Todo esto antes del trallazo “Nazi Punks Fuck Off”, para el que sobran tanto las palabras como los minutos. Y bordaron el set con dos piedras angulares del punk norteamericano como “California Über Alles” y “Holidays in Cambodia”, santo y seña del movimiento. Faltaba Biafra, pero se lo curraron enormemente Skip y los suyos.

Mencionar que apenas pudimos ver a The Lemon Twigs por estar entrevistando a Margo Price, pero lo poco que catamos resultaba muy similar a lo que ya contemplamos por salas hará un año. El grandilocuente espectáculo psicodélico de The Flaming Lips nos pareció más para el Bilbao BBK Live que para el Azkena, pero por eso nadie protestó, a pesar de que Arde Bogotá fueran bastante más rockeros. Uno de esos misterios del postureo indignado que nadie con cabeza entiende, aunque hace tiempo asumimos que las críticas que sufren los cartageneros son las mismas tonterías que en su época se decían de Héroes del Silencio.

Margo Price

La cantautora country Margo Price apeló a su lado más rockero ya de entrada con “I Just Don’t Give A Damn” y mantuvo el tirón con “Losing Streak”, donde hizo gala de una prodigiosa voz. Durante la conversación que mantuvimos con ella nos confesó lo fan que era de Bruce Springsteen y lo cierto es que eso se notaba en su música, que era bastante más entretenida que la mayoría de cosas del palo.

Sin tiempo que perder acudimos a Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, cuya actuación quedó en cierta manera deslucida por el tormentón que cayó entonces. La impresionante multitud que les recibió aguantó las duras condiciones climatológicas, por algo es una banda que nunca falla en directo y que combina con habilidad el poso lisérgico con ramalazos más contundentes. Dandy Piranha se erigió en auténtico chamán de la kinkidelia, y cuando se arrancaron con la popular “Las leyes de la frontera”, parecía que habíamos viajado hasta la época del Torete y demás perros callejeros. Infalibles.

Derby Motoreta's Burrrito Kachimba

El lenguaje universal

A Manic Street Preachers, que llevaban un tiempo considerable sin recalar por la península, también les perjudicó la lluvia, hasta el punto de que su vocalista hasta pidió perdón por ello, pese a que no tuvieran responsabilidad alguna. Pero tiraron de oficio y ofrecieron un recital muy decente en términos tanto de sonido como de repertorio, con temas míticos desde el comienzo como “Motorcycle Emptiness”, así como muestras de su último esfuerzo, caso de la pegadiza “Decline & Fall”.

Los fans del grupo aguantaron impertérritos el aguacero mientras sonaban por ahí piedras angulares de su trayectoria como “You Stole The Sun From My Heart”, la nostálgica “Autumnsong” o la siempre efectiva “A Design For Life”, con imágenes de huelgas y mensajes como “La esperanza está en el proletariado”. El aspecto visual fue todo un complemento a la propuesta de los galeses, pues diversos lemas y frases de escritores o artistas aparecieron por las pantallas durante su repertorio.

Manic Street Preachers

Que les diera por versionar “Raindrops Keep Fallin’ On My Head” de Burt Bacharach parecía una coña, con la de agua que había caído, y no precisamente solo sobre las cabezas. Y el intervalo acústico con “Oceanspray” y “A Design For Life” tampoco aportó demasiado, pues los de Blackwood tampoco es que tengan un cancionero para desmelenarse en exceso. Como única alusión al hard rock de los inicios tuvimos “You Love Us” en los bises antes de que se decantaran por el homenaje a las Brigadas Internacionales que lucharon contra el fascismo en la fundamental “If You Tolerate This Your Children Will Be Next”.

Podrían haber tocado tranquilamente en el Bilbao BBK Live y a nadie se le hubieran caído los anillos, pero agradecimos que regresaran por estos lares después de tantos años, a pesar de que en el repertorio abusaran de su faceta más accesible. Lo suyo en un festival como el Azkena era haber aportado algo más de rock al asunto.

The Hellacopters

El boicot a Cherie Currie coincidió con The Hellacopters, como ya hemos dicho, lo que para un servidor eran palabras mayores, pese a que nos topamos con gente que ya estaba cansada de verlos. Los suecos nos deleitaron con un repertorio atípico, que incluyó maravillas como “Baby Borderline”, que nunca les habíamos escuchado en directo, así como piezas de su reciente ‘Overdriver’, caso de “Token Apologies” o la adrenalínica “Wrong Face On”, nuestra preferida del nuevo disco.

Dregen siguió sin estar presente, pero tampoco se le echó en falta con un sustituto tan solvente a las seis cuerdas como LG Valeta, que deberían hacerle fijo ya en la banda, pues muchos lo consideramos un miembro más de The Hellacopters a pleno derecho. Es impresionante el empuje que aporta en directo, como cuando ametralló al respetable y recibió una generosa ovación por ello, así como la especial química que mantiene con Nicke cuando levantan mástiles al unísono o el uno puntea mientras el otro se arrodilla. ¿En serio que estos dos hachas no han tocado toda la vida juntos? Una espectacular simbiosis.

The Hellacopters

La promesa que nos hizo Nicke en esta entrevista de que habría algunas sorpresas la cumplió a rajatabla y a la vez no concedió un segundo de tregua con los himnos de sobra conocidos como “By The Grace of God”, “The Devil Stole The Beat From The Lord” o un “Soulseller” para desfallecer. Para los bises se guardaron un rotundo as en la manga como la soberbia revisión de The Robots “In the Sign of the Octopus”, que tampoco nos suena haber escuchado previamente en directo, antes de un clásico reciente como “Eyes Of Oblivion” y de poner la guinda con la predecible “(Gotta Get Some Action) Now!”.

Mientras algunos enarbolaban banderas palestinas en el escenario contiguo, Nicke y los suyos descargaban todo un aguacero eléctrico sobre los fieles apelando al único lenguaje que verdaderamente une a todo el mundo y no crea polémicas, el del rock n’ roll. Ojalá tocaran cada año, sublimes una vez más.

No son pocos los medios que han calificado de decepcionante esta última edición del Azkena Rock Festival por haber obtenido la cifra más baja de asistentes en las cuatro ediciones posteriores a la pandemia, pese a que 47.500 personas tampoco sean cuatro amigos. Hablar de fracaso después de haber visto tormentas eléctricas de semejante intensidad y predicadores punk más convincentes que muchos políticos no se antoja lo más razonable. Siempre será mejor la calidad a la cantidad.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia las potentes descargas de históricas bandas como THE DAMNED, DEAD KENNEDYS junto a los suecos THE HELLACOPTERS, los noruegos TURBONEGRO o todo un veterano como el mitico JOHN FOGERTHY para otra gran edición del AZKENA ROCK vitoriano.

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