Crónicas

Austere + Lunar Tombfields en Bilbao: Una amplia gama de grises

«Fueron unos profesionales de los pies a la cabeza, clavando cada nota y hasta dejando con ganas de más, pese a que sus canciones no es que sean cortitas precisamente, como hemos dicho. En su paleta dominan una amplia gama de grises y tonos oscuros»

3 abril 2025

Sala Mytho, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Siempre habría que valorar todas aquellas iniciativas que pretenden acercar al público una propuesta única que no se ve con frecuencia por estos lares. Frente a los consabidos conciertos de entradas agotadas cada vez más frecuentes, un soplo de creatividad al margen de las modas del momento y de las grandes citas sobre los escenarios que la mayoría tiene en mente. En un desastre nuclear solo sobrevivirán las cucarachas y el puro underground.

Austere

Que el dúo australiano Austere contara con una fecha exclusiva en la península en la capital vizcaína podría calificarse como uno de esos sucesos culturales casi de otra dimensión, como cuando tocó a escasos metros de la sala Mytho IAMX, el proyecto personal de Chris Corner. Pero al igual que de vez en cuando son posibles los eclipses solares, también se producen en ocasiones milagros de ese calibre, apuestas que parecen a fondo perdido de bravos promotores.

La jugada no salió mal en esta suerte de cruzada cultural, con una respetable multitud en torno a las setenta personas, que era ya bastante más de lo que podríamos esperar para una banda de estas características. La mayoría prestó la atención debida a una clase magistral, con algunos verdaderos fans que ponían poses de invocaciones, o incluso una chica con mochila rosa, que aportó el toque surrealista al asunto y demostró que el black metal se vivía por dentro. Como el cante jondo.

Lunar Tombfields

No teníamos ni idea de que los franceses Lunar Tombfields utilizaban pinturas postapocalipticas como si su planeta se hubiera quedado sin combustible ni tampoco de la descomunal actitud en escena que se gastaban. Suelo decir que hay que aprovechar para escuchar black metal antes de que lo prohíban y este combo encarnaba la velocidad intrínseca al género, cierta dosis de épica e incluso un punto thrash metalero o punkarra que les distinguiría de otros compañeros de estilo.

“Solar Charioteer” fue un soberbio ejemplo de cómo conseguir que una pieza de casi diez minutos no se haga en absoluto aburrida, y que a la vez abra nuevos caminos en el rollo al no recurrir a ni un tono gutural. “Le Chant Des Tombes” también poseía duración considerable, no aflojaba en tralla y nos legaba fragmentos cercanos a la oración fantasmagórica. Si eres de los que piensan que el black metal es un género demasiado simple, evidentemente nunca has visto a este grupo en directo. Una invocación de menos a más.

Austere

Sin demasiada pompa irrumpieron los australianos Austere, que abogaban del mismo modo por los temas verdaderamente extensos, no tan crudos como sus precedentes en escena, sino más escorados hacia eso que los modernos hoy en día llaman blackgaze. En este sentido, la sombra de Alcest resulta muy alargada, aunque lo peculiar en su caso reside en el uso de chillidos cercanos a Burzum y voces limpias que no se suelen producir con frecuencia en el género, la inicial “Thrall” fue un gran ejemplo de esto último.

El single “Time Awry”, adelanto de su próximo álbum de estudio ‘The Stillness of Dissolution’, seguía incorporando diversos elementos a su propuesta, incluso nos recordaron a Paradise Lost en la época de ‘Draconian Times’, por algo se les suele etiquetar como dark metal, pese a lo poco preciso que resulte dicho término. “Cold Cerecloth” incidía en esos postulados muy escorados hacia el gothic doom metal, a la par que revelaba la maestría de unos músicos capaces de replicar hasta la última nota de todo aquello que se escuchaba en estudio, lo cual ya tenía mérito, pues no se dedicaban a componer tonadillas para canturrear en la ducha.

Austere

Mencionar en este punto la labor del batería a las voces limpias, que estaban realmente conseguidas y a veces hasta lograban eclipsar al que se suponía que era el cantante principal, aunque en realidad fueran tonos complementarios y no enfrentados entre sí. No sorprende que se produjera un incremento de fieles durante ese largo parón de más de una década en el que sus miembros se dedicaron a otros proyectos.

“Sullen” confirmó su talento a la hora de crear atmósferas nihilistas y desasosegantes y en una senda pesarosa también transitó “This Dreadful Emptiness”, con los chillidos escuela Burzum asemejándose a gritos de dolor desde el inframundo. Deicidamente, no son un grupo para seres de luz ni otro tipo de hippies contemporáneos.

Austere

Agradecimos sobremanera que no hubiera palmas, ni siquiera el intento de realizar un gesto verbenero, ahí seguramente había más devoción que en cualquier sacristía. El único momento en el que se dirigieron a la devota parroquia fue al anunciar “Just For A Moment”, la última canción, y agradecer el apoyo de los fieles.

Y pensar que, según lo que nos dijo el promotor, al día siguiente se iban a pegar una impresionante pechada en carretera hasta Düsseldorf (Alemania), para que luego alguien diga que lo suyo es una mera afición. Fueron unos profesionales de los pies a la cabeza, clavando cada nota y hasta dejando con ganas de más, pese a que sus canciones no es que sean cortitas precisamente, como hemos dicho. En su paleta dominan una amplia gama de grises y tonos oscuros.

Alfredo Villaescusa
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