Crónicas
Architects + Brutus + Guilt Trip: Manjar de dioses
«¿Pueden solo setenta minutos de metalcore puro dejar extasiados y en llamas a miles de almas? La respuesta es afirmativa. Eso es lo que se vivió en el último paso arrollador de Architects por Madrid»
18 marzo 2025
Palacio Vistalegre, Madrid
Texto: Mauro Nicolás Gamboa. Fotos: Alfonso Dávila
¿Pueden solo setenta minutos de metalcore puro dejar extasiados y en llamas a miles de almas? La respuesta es afirmativa. Eso es lo que se vivió en el último paso arrollador de Architects por Madrid, uno de los virtuosos grupos de la localidad de Brighton, Inglaterra, que ha nacido de su amplia factoría, como por ejemplo Royal Blood o Creeping Jean entre otros, y que mi buen amigo Niti “El Rojo” Freeman, vecino de la mencionada localidad británica, tuvo a bien mostrarme largas temporadas atrás.
Antes de ingresar al Palacio de Vistalegre, en el distrito de Carabanchel, se observaba en las inmediaciones que la velada seria grande, inmensa y apoteósica. Una noche que ya es un tatuaje indeleble en el corazón de todos los que acudieron. Abren las puertas y rápidamente los fans, llegados desde distintos puntos de la península, se acercaban ante el gigantesco escenario que había montado para ir tomando posición y no perderse detalle.
Con gran puntualidad abría la jornada Guilt Trip. La banda oriunda de Manchester, que lucía su bandera imponente con un ángel luchando contra un demonio (portada de su disco 'Severence') como decoración, arrancaba a puro fuego a posteriori de una intro de sonidos de estruendos de tormenta y hacía que se formaran los primeros circlepits y pogos en el otrora albero con su hardcore de ciertos matices de metal y punk, con piezas como “Thin Ice”, “Sweet Dreams” o “Eyes Wide Shut”. Gran ovación y nuevos fans se llevó seguro el quinteto con su sólido y corto set.
Unos ajustes sobre el stage y se cambia el telón de fondo poniéndose uno completamente blanco impoluto. Se destapan los instrumentos, incluidos los de cuerdas, y seis focos de luces separados por unos metros entre sí son ubicados en los laterales a la altura de las cabezas de los músicos. Intro disparada, ingresa lentamente la banda, el nombre del grupo, cual señal de superhéroe se ilumina en el inmenso fondo de tela por un solo foco: se lee Brutus.
El foco se apaga paulatinamente y bajo una sola luz amarilla tenue la vocalista y batería, Stefanie Mannaerts, entona las primeras estrofas de “War” para llevarse una ovación y un acompañamiento que se volvería permanente durante el concierto.
El pogo y el headbanging apoyan al trío belga y los aplausos son continuos ante la demostración de talento, fuerza y precisión. La frontwoman, que se ubica en uno de los laterales del escenario con su batería de costado, al filo de las tablas, para poder interactuar visualmente y por momentos con una de sus manos con losfans, se encuentra acompañada maravillosamente por Peter Mulders en bajo y Stijn Vanhoegaerden en guitarra.
El trio belga es una aplanadora en su directo y su combinación de estilos que van desde el post-rock pasando por un interesante metal y culminando en un pulcro hardcore es letal. Se los observa compenetrados y prosiguen avivando el fuego iniciado desde los primeros acordes. Hacen explotar a los presentes con “Liar”, “Miles Away” y “What Have We Done” entre otras. Enorme y cerrada ovación al concluir. No se los pierdan en directo y disfruten de su abanico de texturas.
Nuevos ajustes sobre el stage. La expectación es máxima. Si Architects ya dejaron buen sabor de boca con su aperitivo sonoro en su anterior visita a la capital abriendo en uno de los conciertos de Metallica, esta vez, el show fue pantagruélico.
Intro lanzada y un mar de luces blancas muy potentes se disparan como si fueran relámpagos. Aparece Adam Christianson subido a un amplificador y comienza con su guitarra los primeros acordes “When We Where Young” para desatar un vendaval de headbanging, mosh, aplausos y echar gasolina pura en los esqueletos de los presentes y lograr la conexión absoluta con el público, el cual se entrega por completo y en cuerpo y alma ante estos arquitectos del metalcore. El respetable aplaude atronadoramente al concluir la primera canción y canta en honor al combo “Architects, Architects”, a lo que el frontman y líder espiritual del grupo inglés, Sam Carter, agradece con un gesto.
La banda olía sangre y mordía a sus presas a golpe de riffs y excelsas voces guturales. Sabían que había muchísima expectación por verlos nuevamente y no defraudaban en absoluto. Presentaban algunas piezas de su reciente álbum de estudio, 'The Sky, The Earth & All Between', como “Wiplash” o “Brain Dead”.
Si el frontman hace el gesto para que muevan los brazos de lado a lado, los fans acatan la indicación; si les dice que formen círculos más grandes y salten hasta el cielo del recinto, hacen caso todos al completo; si les indican que se pongan en cuclillas y vuelen hasta donde les permita la física humana, también obedecen. Si su profeta les muestra el camino, ellos solo deben recorrerlo. Pocas veces se ve una comunión tan fuerte entre un grupo y sus feligreses.
A todo esto, hay que añadir, que la banda suena compacta, prolija, desgarradora y evidencia, que el presente y el futuro del metalcore pasa por su brillantez y carisma en vivo.
Architects agradece por el cariño y la entrega a los miles de fans. Los esqueletos de todos los presentes deben recompensar a sus pieles, que oficiaban de solida red protectora, no dejando escapar a sus huesos en llamas, porque no paraban ni un instante de saltar, vibrar, cantar y sudar ante el titánico show de los ingleses.
Continuaban con magnificas interpretaciones de canciones como “Impermanence”, “Meteor”, “Red Hypergiant” o “Black Lungs”.
Mister pogo no abandona a los presentes, Vistalegre late al unísono y las voces se escuchan hasta los confines de la tierra. La película es magnífica, titánica y se la puede considerar la primera, que auguro será, de una saga muy larga de conexión entre Architects y el respetable madrileño.
De su nuevo disco también presentaron “Everything Ends” y “Curse”, que fueron muy bien recibidas, y clásicos de su carrera como “Riyal Beggards” y “Doomsday”. El show de luces que trae la banda es de altísimo nivel y combina a la perfección con su buen hacer con los instrumentos.
Mantienen el ritmo veloz, voraz, atronador y la excelente ejecución durante todo el concierto, y eso lo agradecen con vítores los fans. Estos, siguen elevando sus bazos, luciendo sus puños y los enormes círculos son un tornado de fuego alimentado de los cuerpos de los presentes, que hacen pogos que, convencido estoy, midieron en la escala de Richter.
Después de interpretar “Blackhole”, la banda sale por unos momentos y todo el respetable aplaude a rabiar, a la vez que corea “Architects, Architects”. Regresa el sexteto a las tablas y los bises son dos certeros flechazos de fuego (como los fueron todos en la velada) a los corazones de los presentes, que contenían los últimos restos de pólvora, pero estaban dispuestos a dar hasta la última gota de sangre y vida por la causa.
“Seeing Red” y su himno “Animals” ponían el cierre, que obtuvo una atronadora e impactante ovación, como hacía mucho tiempo no recodaba en Madrid.
Lentamente, después de haber experimentado la crudeza sonora y la elevación del metalcore a la decima potencia, los fans se retiraban protegidos bajo el aura de Architects.
Setenta minutos, bastaron para demostrar que cuando la propuesta es de altísima calidad, el tiempo es secundario y la música es lo principal. Architects, una experiencia para dioses.
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1 comentario
Pequeño resumen hacia la currada descarga por parte de estos buenos músicos como son ARCHITECTS junto a el resto de las otras dos bandas en el Vistalegre madrileño.