Crónicas
Amset + Pizzería Moloch: Un reconocimiento tardío pero sincero
«Fue bonito, emotivo, intenso y seguro que sanador para ellos. A estas alturas, seguramente necesitaran más el hecho de quitarse una espina y disfrutar de una noche especial con su gente que el lamerse unas heridas ya cicatrizadas»
18 enero 2025
Revi Live, Madrid
Texto: David Esquitino. Fotos: Ángeles Salmerón
No sabía muy bien qué esperar de este concierto, pero sin duda quería vivirlo y estar presente apoyando esta vuelta puntual de Amset en su propia reivindicación personal (redondeando) 20 años después. Sea el último concierto del grupo o no, sin duda esta noche ya queda para el recuerdo. Estuve con ellos al principio y me gustó estar presente también ahora, tanto para contarlo como para que la historia hiciera justicia.
Eran los comienzos de Internet, cierto, y la excesiva promoción, desorbitada para su edad, su relevancia en ese momento y su calidad de entonces (no pasa nada por decirlo) no les hicieron ningún bien, pero la caza de brujas y el escarnio público al que fueron sometidos entonces no fue ni justo ni aceptable ni siquiera merecido, se mire por donde se mire.
Un servidor tuvo la oportunidad de coincidir bastante con ellos entonces, además de hacer críticas de sus discos, entrevistarles y verles en directo varias veces (tanto solos como con Obús, de los que fueron de la mano tantas veces entonces). Aún recuerdo el shock positivo que fue descubrirles teloneando a Lordi en la sala Revólver de Madrid, si no me falla la memoria, delante de no más de ochenta o cien personas en la posiblemente primera visita de los fineses a España, aún años antes de su boom en Eurovisión. Y los chavales salieron con todo el desparpajo del mundo y la ilusión aún intacta, con su bisoño espectáculo de entonces (que no estaba nada mal ni mucho menos) y tratando de agradar a un público bastante indiferente, las cosas como son.
Pero llegó la promoción excesiva (con toda la buena intención del mundo por parte de Ricardo Sánchez Atocha, padre de Richy Nox, y entonces exitoso promotor de boxeo y mánager primero de Poli Díaz y después de Javier Castillejo, palabras mayores), con anuncios incluso en televisión además de la presencia constante en todos los medios especializados y generalistas del momento, y la posterior lapidación pública. Injusta para unos chavales que tuvieron la mala suerte de salir con una propuesta diferente en un momento en el que las cloacas de Internet estaban comenzando y sacaron lo peor del fan rockero medio de entonces.
No voy a indagar o explicar más sobre todo ello, pero sí me parecía interesante comentarlo y contextualizar los hechos antes de comenzar esta crónica. Pues bien, ellos han necesitado veinte años para olvidarse de aquello y darle la vuelta a una realidad injusta y una mancha en la historia del rock duro nacional que no merecían. Y han sido muy valientes, primero afrontando aquello, después riéndose sanamente de lo que ocurrió y finalmente reivindicándose sobre el escenario para cerrar por fin las heridas.
Tres discos que ni mucho menos eran ridículos ni patéticos, como se decía mucho por aquella época, y músicos muy jóvenes pero talentosos y valientes se juntaron prácticamente al completo sobre el escenario de la Revi Live en Madrid el pasado sábado. Me gustó mucho ver juntos precisamente a casi todos los músicos que formaron parte de Amset alguna vez para celebrar su legado y la huella que parece que no fue tan pequeña que nos dejaron entonces. Y con la sala llena, ojo, de veteranos seguidores que antaño crecieron con ellos y a día de hoy también quisieron apoyarles y defenderles.
Volviendo a la formación, creo que solo faltó Nitro, el batería original, que actualmente vive en EEUU y que no pudo acudir en este caso para estar con sus excompañeros y amigos. En una primera fecha prevista para el 24 de noviembre (que inicialmente iba a contar con Lex Lüger abriendo la velada, y que se tuvo que cambiar por incompatibilidad de alguno de los miembros del grupo), parece que sí iba a estar, pero finalmente fue Erik Raya (ex-Avulsed o Silver Fist entre otros) el que se hizo cargo de las baterías, “salvando” el concierto, como bien dijeron sus compañeros en varios momentos del show.
Para más inri, siguiendo con la maldición de Amset, su batería de la última época, Pablo, había tenido un accidente de moto reciente y solo pudo participar como corista y animador extra… Eso sí, sin parar de saltar, sonreír, cantar y moverse en todo momento, ¡cómo se lo pasó! Aunque tocó en el último tema en un alarde de pundonor que todos agradecieron, y seguro que él lo disfrutó mucho.
El resto de la formación, y ya que estamos, “empezamos” por ahí, fueron los miembros más clásicos del grupo, liderados desde siempre por Richy, cantante y frontman, y Filthó, teclista y animador, y acompañados de Javi al bajo (genial verle de nuevo con su levita y su maquillaje de antaño) y un cambiadísimo “Junior” (ahora ya Aitor, por supuesto) y que también tenía problemas físicos, pero ahí estuvo de pie dándolo todo a la guitarra durante el concierto (y llevando el peso musical de los temas).
Por otro lado, estuvo el batería Erik, como decíamos, y la sorpresa de Bea, que fue la teclista de la última época del grupo, tras ‘Suspiria’, y que posteriormente estuvo también en la primera época de Nox Interna (el grupo de rock gótico que hizo Richy tras cerrar la etapa de Amset).
No me olvido de la sorpresa de volver a contar con “Plaga” a modo de criatura del grupo, animador de los shows de la banda sobre todo en los primeros tiempos, que no podía faltar en la reunión.
Pizzería Moloch
Hagamos un paréntesis antes de meternos con el show en sí, que fueron casi dos horas y media sobre el escenario, que a nadie se nos pase el detalle. Y es que para ser correctos hay que decir que inicialmente pudimos ver a un grupo particular sobre el escenario abriendo la velada, y que, pese a que su nombre no me daba buena espina, o no me decía mucho, luego me dejaron muy buenas sensaciones.
Pizzería Moloch, desde Santander… o “post punk desde Cantabria”, como se anuncian ellos. Bastante jóvenes, pero con personalidad y desparpajo, son una particular versión gótica y actual de unos Parálisis Permanente o similares, en formato trío, que nos dieron una dosis de synth rock gótico que me pareció original, atrevido y atractivo a un tiempo.
Sin ser el mejor grupo instrumental del mundo (ni falta que hace), y teniendo bases grabadas de batería y teclado, nos empezaron descolocando, pero rápidamente nos engancharon a una todavía media sala entrando en calor en una fría noche de enero en Madrid. Buena imagen, actitud y desparpajo, como digo, y buenos temas echándole morro al asunto.
El escenario, maqueado para la ocasión, luego vimos que era la base del show de Amset, lo que les vino de perlas para desarrollar su particular propuesta con una ambientación genial para su música. Guitarrista rockero, bajista andrógino a lo muñeca diabólica hierática, y cantante punky-gótico al frente, me gustaron estos Pizzería Moloch y les seguiré la pista.
Vengan del más allá, del más acá o desde el ataúd, mientras sigan atomizando al personal o cantando sobre punkis zombis de la tumba, ahí estaré.
Amset
Como decía, fueron dos horas largas de show, buen sonido, buen espectáculo y show escénico (aunque yo esperaba quizás un punto extra de performance que sí tenían en su momento), mucha reivindicación y, por supuesto, una calidad musical que no tenían antaño, pero que ni mucho menos eran tan malos como siempre se les acusó.
Ellos lo disfrutaron como nunca, se reivindicaron, y nosotros lo gozamos. Me llamó mucho la atención el hecho de que una mayoría del público sabían las letras de casi todas las canciones, y los pocos que eran simplemente curiosos (“a ver qué tal los Amset estos de la polémica de entonces”), disfrutaron del show en una comunión muy chula que me encantó vivir en persona.
En realidad, tocaron prácticamente completos sus tres discos, alternando, de hecho, los temas de trabajos tan diferentes en realidad como son ‘Amset’, ‘Katarsis’ y un mucho más gótico ‘Suspiria’, posiblemente más desconocido por muchos, pero a la vez realmente interesante y que desde aquí animo a redescubrir… siendo el antecedente claro de Nox Interna, las cosas como son.
Comenzaron de la mano de “A vida o muerte”, que abría el segundo disco, y ya fueron alternando con temas aún bastante conocidos como son “Samael” o “El valle de los mercenarios” del debut, con “Ciudad del mal” (dedicada a Madrid) o “Está en tus sueños”, que sigue siendo un temazo, del segundo, o esas pinceladas góticas deliciosas de “Suspiria” como en “Cenizas”, “Tiffany” o “Reinado de la noche”, una de mis favoritas, que sigue teniendo mucha magia.
Algo de atrezo (un espejo de mano por aquí, una pistola “del futuro” por allá…) y trucos de escenario que no falten, además del diálogo con su gente, las bromas y el pese a todo no tomarse muy en serio a ellos mismos (que siempre fue en realidad el secreto del punto de Amset). Todo ello contrastado con la solidez musical de la propuesta y un Richy que a día de hoy se ha convertido en un vocalista y frontman muy solvente.
Desde aquí le aplaudo, porque pocos chavales han podido aguantar lo que él tuvo que soportar (hasta el límite de tener que pedir ayuda profesional y tener que desaparecer literalmente de la escena) y verle renacido, entusiasmado y dominando el show a su antojo en todo momento. Es digno de mención.
Seguíamos disfrutando, ellos los primeros, sin parar de moverse, cantar, animarnos a participar y que no terminara el momento que estaban viviendo. Si hay que reírse de la versión, particular, del “Love Machine” de W.A.S.P. que hicieron en su momento (con 15 años, que a nadie se le olvide el matiz) pues se hace. O remarcar de broma que Fortu de Obús no era su padre, antes de atacar “Lince”, una de las curiosidades de la noche que no está en ningún disco y que compusieron entre ‘Katarsis’ y ‘Suspiria’ para el mundo del boxeo (Javier Castillejo era el "Lince de Parla").
Le dedican “Asquerosamente joven” a las nuevas generaciones, si es que eso existe en el rock, y se regodean antes de “Necronomicon”, ya en los bises y posiblemente su canción más popular, de que fue “el tema que nos generó todo el odio de un país y el que comenzó la pesadilla”.
Había que terminar, pero aún quedaban tres balas en la recámara, como fueron la propia “Amset” y sobre todo “Cada anochecer”, que sigue siendo un temazo a reivindicar, y “Rabia sobre el escenario”, tras una intensa y emotiva presentación de todos los músicos participantes (y destrozar el ataúd de atrezo que, con el nombre de Amset en lo alto, destacaba en el set de escenario).
No añado mucho más porque sería redundar, pero fue bonito, emotivo, intenso y seguro que sanador para ellos. A estas alturas, seguramente necesitaran ellos más el hecho de quitarse una espina, pero sobre todo disfrutar de una noche especial con su gente, que el lamerse las heridas ya cicatrizadas.
De cualquier manera, allí estuvimos (amigos, conocidos, músicos, parientes y seguidores, todos a una) y aquí os lo contamos. Si habrá alguna otra ocasión de volver a ver a Amset en directo, ya se verá, pero sin duda que esta noche fue especial. ¡Gracias, chicos, y enhorabuena!