Airbag + Lucy en Bilbao: Fans del puro rock

Airbag

Detrás de los argentinos Airbag hay todo un ejército de seguidores que les ha llevado a agotar tres noches consecutivas en el famoso Luna Park de Buenos Aires y a convertirse en un auténtico fenómeno del rock latinoamericano. Y encima sin utilizar autotune y sin venderse a la ponzoña urbana. Logrando en su lugar la cuadratura del círculo, que lo clásico suene actual y contemporáneo. Vale que en ocasiones se les desborda el almíbar, pero eso igual se les puede perdonar, ¿no?

Imaginábamos que la coincidencia de nombre entre los bonaerenses y una banda punk malagueña traería algún equívoco en el bilbaíno Kafe Antzokia en el marco de esta gira Vibra Mahou By Mad Cool como previa al festival que se celebrará los días 10,11,12 y 13 de julio con nombres como Pearl Jam, Greta Van Fleet o Smashing Pumpkins, entre otros. Y así fue, nada más entrar ya nos encontramos con un habitual de los conciertos que se pensaba que saldrían los andaluces a escena. Una vez descubierto el pastel, optó por quedarse, pero a buen seguro que no se trataría del único.

Lucy

Una muchedumbre considerable de jovenzuelos recibió a las madrileñas Lucy, con una propuesta tan transgresora para la tónica de la velada que a veces se les miraba como a alienígenas del espacio exterior. Pero hay que señalar que se acogieron himnos antisistema como “Desokupa” o “Radiotaxi” con la mejor predisposición del mundo y el grueso del personal pareció disfrutar con la energía descomunal de estas chicas que evocaban nombres gloriosos como Las Vulpes o Desechables.

Lucy

Cuando en alguna ocasión hemos hablado de bandas que vuelvan a conseguir que el punk sea ofensivo nos referíamos sin duda a un grupazo de este calibre que recupera la tan añorada tradición de ciscarse en las autoridades y provocar a diversos meapilas, ya sean vetustos o modernos. Un título como “Bomba en Malasaña” revela de un plumazo su carácter irreverente. Recuperemos expresiones tan bonitas en nuestro idioma como “me cago en el Estado” o “fuego, hijo de puta”. Muy fan.

Airbag

Barruntábamos que después de la intensidad anterior, lo de Airbag iba a ser como un suculento segundo plato que te pilla con el estómago lleno, pero las habilidades de los argentinos nos sorprendieron muy gratamente. El comienzo con garra rockera de “Intoxicarme” nos predispuso de manera positiva y nos metió de un plumazo a la mayoría de asistentes en su show. El griterío desatado de las primeras filas daba cuenta de cómo estaban los ánimos en el recinto.

Aflojaron levemente con “Perdido”, pero la cosa sonaba tan aceptable que apenas se sintió dicha bajada de revoluciones. “Vivamos el momento” recuperó poso rockero, un terreno en el que se desenvolvían con notable soltura y alguna que otra deuda a grupos como Caifanes o Soda Stereo. “Pensamientos” volvió a mostrar de nuevo su faceta melódica, otra oportunidad para que la parroquia se dejara la garganta con canciones que ahí se recitaban como si fueran salmos.

Airbag

Lo que sí que no vimos venir fue esa soberbia revisión que hicieron del “Sultans of Swing” de Dire Straits, clavando los punteos como el mismísimo Mark Knopfler y consiguiendo algo tan digno de contemplar como a la chavalada flipándolo con canciones que probablemente duplicaban o triplicaban su edad. Enorme.

“Cae el sol” era otro temazo en el que se notaba la influencia de Gustavo Cerati y compañía. Por mucho que disminuyeran el ritmo, el componente eléctrico no solía desaparecer, e incluso en un momento dado hasta nos pareció que lanzaron un guiño al “The Only Thing That Looks Good On Me Is You” de Bryan Adams. O mucho se aproximaba entonces.

Airbag

Los hermanos Sardelli llevaban ya dos décadas en activo, aunque no lo parezca en el aspecto físico. Sí que se notaba en el apartado técnico, en lo bien que se ensamblaban las voces de ambos guitarristas o en su profesionalidad a la hora de cuidar cada detalle en escena. Pese a que en la península todavía no congreguen las multitudes de su país de origen, dales un par de giras más y a ver cómo cambia el panorama.

“Por mil noches” desató de nuevo las gargantas a su máxima expresión y con el entusiasmo en uno de sus puntos álgidos abandonaron las tablas para regresar poco después con un solo de guitarra en el que hubo desde tapping a lo Eddie Van Halen hasta alguna ínfula neoclásica en plan Yngwie Malmsteen.

Airbag

“Have You Ever Seen The Rain?” de Creedence Clearwater Revival fue otro homenaje inesperado en el que retumbó el “I know” coreado a pulmón, pero no fue aquella la única revisión, pues también se rescató el mítico “Johnny B. Goode” de Chuck Berry, que quizás a estas alturas esté ya un poco trillada, pero no se la hicieron nada mal.

Regresaron todavía una vez más debido a la entrega de la afición y hubo una nueva ocasión para darlo todo a nivel vocal con “Solo aquí”, que constató el considerable tirón que poseen muchas de sus piezas. Fue un show en un recinto modesto, pero por el entusiasmo generado lo mismo pudo haberse producido en un gran estadio.

Lo cierto es que en un inicio pensábamos que se trataba de un grupo más de postureo, pero nada más lejos de la realidad. Nos sorprendieron muy gratamente por su solvencia en escena y su capacidad para conectar con generaciones a las que en teoría no les gustan las guitarras, según nos dicen ciertos medios. Una patraña infinita, ahí solo había fans del puro rock, arriba y abajo de las tablas.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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