The Lemon Twigs

Go To School

Everlasting Records (2018)

Por: Sergio Julián (@sergio42)

8

Lo realmente apasionante de este jovencísimo dúo de Long Island (Nueva York) no es que tengan 19 y 20 años y que ya hayan hecho una especie de ópera rock / musical. Lo alucinante es cómo, en este mundo hiperactivo y de constante actualización, hayan optado por refugiarse en los grandes melodistas de los años 40, 50 y 60 para nutrir unos sonidos eternos que tan rápido recuerdan a los Beatles de ‘Revolver’ como las melodías de Cole Porter.

‘Go To School’ no es un álbum perfecto, pero a lo largo de sus 16 temas dibuja un interesante retrato de Shane, un mono-niño que es puro corazón y que, al ir al colegio, empieza a descubrir la sociedad asfixiante que nos rodea. Así se manifiesta en temas como “The Bully”, una bonita bossa-nova; o “Queen of my School”, apasionante travesía sonora con bien de rock sesentero que ya vienen interpretando desde hace un par de años.

El álbum comienza con “Never in My Arms, Always in My Heart”, preludio que sabe generar expectativas y que se hace acompañar de “The Student Becomes The Teacher” y “Rock Dreams”. En ellas, colaboran tanto los padres de los Lemon Twigs como Jody Stephens de Big Star, cuya influencia en término de melodías electrificadas vertebra gran parte de este disco.

Fraguado a raíz de las experiencias del propio Michael D’Addario, tal y como él mismo nos comentó en la entrevista publicada en esta web, el contenido lírico del que es el segundo LP de su carrera es realmente poderoso, ya que estamos escuchando a un adolescente real hablar sobre el primer amor, la soledad, la incomprensión, el odio, la negatividad, el acoso… La fragilidad de estas etapas, innatas a nuestro desarrollo, se evidenciará en piezas tan hirientes como “Lonely” o “Born Wrong / Heart Song”, aunque también habrá espacio para el optimismo con cortes como “Small Victories” o “This Is My Tree”, un desenlace con aires reggae. Entre medias, “Never Know” y “Wonderin’ Ways” agradan, pero lo cierto es que en ellas apenas podemos reconocer a The Lemon Twigs, a quienes únicamente se les pueden reprochar pequeñas pérdidas de identidad en pos de ese objetivo de recrear un musical en la línea de los clásicos de Broadway pero con un punto rockero.

Este viaje cargado de intensidad y angustia adolescente atrapa, invitándote a perderte en todos sus recovecos. Sus 58 minutos pasan volando, aunque en más de una ocasión la reproducción durará un poco más, ya que te verás obligado a darle al play de nuevo a dos canciones que son desde ya piezas fundamentales en la discografía del dúo: “The Fire”, corte de seis minutos que supone el clímax de la obra y el mayor retrato de la versatilidad del combo; y “If You Give Enough”,  en el que cantan “Oh, please don’t let them destroy you / Your life’s only good as love / If you give enough”, moraleja final que no deja de recordar al “The End” del ‘Abbey Road’. Y eso es siempre buena señal.

Sergio Julián Gómez
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