Wrathnoise

Acts of Submission

Autoeditado (2025)

Por: Alfredo Villaescusa

8

Para estos últimos y extremos casos prescribiríamos sin duda a los jienenses Wrathnoise, que tan gratas sensaciones nos dejaron en el pasado con álbumes como ‘The Sense of Violence’ o ‘The Progeny of Nyx’, donde combinaban un thrash/death de corte clásico con un afán experimentador que les hace coquetear en ocasiones con el industrial o el heavy tradicional, entre otros palos. No obstante, si la tralla bruta tampoco te emociona demasiado, recomendamos igualmente pegarles una oída, pues es probable que te sorprendan como a un servidor.

A la hora de abordar un lanzamiento de estas características, hay que tener bien claro que se trata de un disco de caña a la vieja usanza, como ‘Reign in Blood’ de Slayer, ‘Terrible Certainty’ de Kreator y tantos otros. Esas rotundas expectativas las cumple de un plumazo el inapelable arranque de “Bloodstorm”, que ofrece lo que uno imagina, sin florituras de ningún tipo. En una onda parecida se mueve “No Life (Beyond Death)”, quizás con ritmos más marcados en un inicio y un mayor despliegue instrumental que bordea sin reparos el death metal escuela Deicide. Esto no está pensado para melifluos, ya lo avisamos.

“Synthetical” vuela con idéntica fuerza la cabeza, casi como si te dieran con un mazo, aunque en esta ocasión juguetean un poco más con las atmósferas y no dudan en introducir un intervalo con voz limpia que acerca su propuesta a los Amorphis de ‘Tales from the Thousand Lakes’. No podrían hacer una balada con un título como “Annihilate”, por lo que los parámetros basculan de nuevo hacia el thrash con ecos ochenteros de la Bay Area y una marcada influencia de Slayer, sobre todo en lo que respecta a los solos de guitarra.

Pero tampoco hay que guiarse por las apariencias en este redondo, pues el comienzo de reventar todo de “Martyr” esconde en realidad un corte con diversos cambios de tercio, un estribillo de tendencia épica y algunos fragmentos eclesiales o con voz limpia, quién lo iba a imaginar. “Out of the Light” no pisa el acelerador a fondo, pero nos legan unos riffs con el suficiente empaque para cortar el aire y agitar cabelleras.

“Pleasures of the faith” agradará a los que buscan únicamente velocidad sin cortapisas ni experimentos, un retorno a esos sabores de siempre a los que uno acude porque sabe al milímetro lo que va a encontrar. “Subdued” tal vez se aproxime más al heavy, aunque la tónica venga siendo la misma que la de la pieza anterior. Y “Addicted to Power” es otro guiño para los ortodoxos del thrash o death antes de que “Son of a Witch” nos proporcione lo más cercano a accesibilidad de esta obra con un pegadizo estribillo.

“Revolution is Death” arranca de nuevo la apisonadora con notables resultados y un ritmo frenético antes de que “The Serpent Chant” despliegue en sus más de siete minutos la amplia variedad que es capaz de conseguir esta formación de Cazorla, mucho mayor de lo que cualquiera barruntaría.

En suma, conviene dejar de lado aquellos prejuicios que nos dicen que se trata de un disco de caña más, pues a lo largo de las diversas composiciones constatan que no son ni de lejos un grupo de sota, caballo y rey. Incluso a la hora de meter zapatilla hay clases.

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Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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