Waterloo
Tarde o temprano
Autoeditado (2025)
Por: Josep Fleitas
8
Waterloo es un sexteto de origen almeriense, fundado en 2022 con la perspectiva de recrearse en su pasión por la música en un compendio basado en el hardcore de sufragio melódico, pero con una amplitud de miras recreadas a través de muchas y distintas influencias, algo que con buena base y estructura alimenta un metal alternativo que sabe desencadenar pasiones y emociones al por igual.
Para ello, Waterloo emplean un buen juego de voces, un doblete muy bien financiado por Moisés “Dante” Amo y Antonio Marín, en las partes melódicas y guturales respectivamente. Mientras, en las guitarras nos encontramos con la esencia del empuje y la distorsión de Mario Fernández y Camilo Calderón. En el fuego de unas bases sólidas y bien distribuidas están Stefano Pessina en las líneas de bajo y J.M. González a las baquetas.
Con esta formación, la banda da muestra de actitud y muy buenas bases en un disco en el que la ausencia de rellenos y la eficacia de cada una de las composiciones van a hacer que su escucha pase en un profundo suspiro, repleto, eso sí, de fuerza, entusiasmo y muy buenas letras con las que consumar la experiencia.
El álbum inicia con “Preludio”, una introducción instrumental en la que el juego de guitarras nos pasea por la ambientación de la aridez del desert rock en un viaje al interior de la procedencia de la banda.
Tras la intro, Waterloo nos proponen “Stigma”, un tema en el que la formación deja muy claro el camino por el que ‘Tarde o temprano’ va a circular, con dobles voces que aportan profundidad, rabia y crudeza a la intensidad y al dinamismo, ámbitos no exentos de una melodía que, como buen himno, se clava como un anzuelo del que no puedes desprenderte.
El álbum se crece con “A cubierto”. En él, los ritmos de stoner rock proponen densidad y muy buena dimensión, y cuenta con una letra a la que los ritmos intensos le quedan perfectamente ajustados a la capacidad de una letra que se ve ensalzada por unas distorsiones muy bien ejecutadas. Por cierto, muy bueno el videoclip que resuelve el tema.
En “Waterloo” nos encontramos con un riff de guitarra muy marcado a la vez que repleto de distorsiones, aportando forma a un tema evolutivo y cambiante en el que nuevamente las dobles voces se entrelazan otorgando fuerza y profundidad a la expresión de una batalla que no será perdida.
Con voces relatoras, chocamos con “La rabia”, un muro construido a base de ambigüedad sónica, ritmos acunados entre términos potentes y vibrantes entrelazados perfectamente con melodías que afinan la ira con la expresión de crudo sentimiento en un tema que en los directos volará muy alto.
“Acantilado” propone vértigo, pero también libertad, mezcla de sensaciones que recorren un tema con cuerpo de balada relatada, esta vez en ausencia de las dobles voces que sí van trenzándose en el recorrido de todo el álbum. La instrumentación se hace tan cruda como lo es el afilado mensaje y la amolada fase final en la que las guitarras subrayan la pasión.
El eclecticismo y la variedad se dimensionan de una forma muy especial en “Animadversión”, el tema más progresivo y personal de todo el álbum. En él, la capacidad creativa y las influencias se suman a la habilidad que la banda muestra para hacerte participe del contenido del álbum.
“Curtido” es un corte directo y rasurador, cortante como el filo de una navaja. Un tema que en directo va a hacer explotar los ánimos e incitar al apasionamiento gracias en gran medida a la expresividad de las notas altas que se engarzan en los pétreos riffs en los que la crudeza de la letra se sustenta.
El dinamismo sigue con “Vivo o muerto”, un medio tempo de ambiente pesado y enigmático con una letra que se deja arrullar entre los pasajes de rudas melodías. La banda demuestra en él su solidez compositiva y la amplitud de miras sin perder un rumbo que seguro les hará destacar en la escena.
A ritmo cavernoso y pétreo con visos de black rock nos encontramos con un nuevo tramo de inspiración y dinamismo, “Propia religión”, que se enriquece por unos cambios tan bien expuestos como sugerentemente alternados. Un baño de autosugerencia compositiva.
“Lo fácil que era” se encaja en un riff intenso y apasionado, refrendado por esa parte que, al estar bien atendida y fusionada, queda atrás en la crítica. Esa base tan amplia, ese groove que se desenvuelve entre las líneas de bajo y los latidos de la batería saben acunar un tema apasionado y expresivo en el que la pasión y la oscura densidad se exprimen por igual.
“Turbulencia”, a pesar del título, del que uno puede esperar nervio y desgarro, es un sorprendente y ecléctico cierre, clausura que, más allá del arremetedor mensaje de su letra, supone un plácido traspaso en un álbum repleto de dinamismo, inercia y capacidad.
Como regalo a la escucha, la banda nos ofrece una versión alternativa de “Waterloo”, una más profunda e intensa que la original. En este caso, “Waterloo” hace gala de un sonido distorsionado que, amparándose en detalles de melancolía evoluciona, asciende, crece hasta encumbrarse con furia y estridencia. ¿Para qué elegir cuando en ‘Tarde o temprano’ tenemos la oportunidad de disfrutar de las dos fórmulas?
Con este álbum, Waterloo han dado muestra de su personalidad y originalidad, un paso de gigante hacia una propuesta ganadora, triunfo que, seguro, se dará mucho más temprano que tarde.
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1 comentario
Buen tema y videoclip muy currao por parte de los rockeros almerienses WATERLOO perteneciente a su nuevo álbum de estudio.