Crítica de Scarecrow Avenue: Medusa : MariskalRock.com

Scarecrow Avenue

Medusa

Autoeditado (2016)

Por: Jorge García Martínez-Arrarás

Sin darle tiempo a uno siquiera a prepararse para lo que se le viene encima, el nuevo LP de los murcianos Scarecrow Avenue te golpea en la cara con el mazazo de metal moderno que es el tema “Siete”.

Y así, sin contemplaciones, se las gasta el grupo: puñaladas directas de metal alternativo producido con la precisión y limpieza propias de un quirófano, contundente pero melódico.

Todo en la banda es, desde el punto de vista técnico, un portento. La batería cuenta con ese característico “click” en los bombos que es norma en cualquier sonido metal bien producido y con un tono pesado como golpes de martillo, sincronizando a la perfección cambios de ritmo con un bajo bastante audible al que doblan las guitarras, de afinación grave, como no podía ser de otro modo, saturadas hasta el extremo y, aun así, claramente inteligibles. La mayor parte del tiempo, la sección instrumental se encuadra en ritmo y percusividad, dejando la melodía para la voz, por cierto, toda una exhibición de afinación, rango vocal y cambio de registros. Como contrapunto aportan una generosa dosis de solos de guitarra perfectamente ejecutados, que roban temas como “Medusa”, “El Día de Mañana” o “De Las Raíces”.

Estructuralmente, a la hora de componer sus temas son pródigos en breakdowns a tiempo medio, lo que hace imaginarse a uno fieros pogos en las presentaciones en directo de estos tipos. Eso no les impide, por otro lado, hacer gala de otros recursos, como los pseudo-blast beats de “Juramento” o los ritmos groovies a lo Lamb of God de “La Víctima”. Lo que sí es apreciable es un cierto esfuerzo por no estancarse nunca demasiado tiempo en una sección, lo que lleva a unos temas siempre cambiantes. Quizás sí que, en determinadas partes, se agradecería algo más de tiempo para terminar de apreciar ciertos riffs o melodías, pero a cambio tenemos un álbum siempre fresco y sin un ápice de monotonía.

Nos dejan claro que todos aquí han hecho sus deberes: no hay ningún punto débil en la interpretación, ningún momento flojo; el trabajo de sonido vive a su altura y cada tema está construido de manera que no pierde interés ni un segundo. Una clase magistral de metal del siglo XXI.