Red Moon Yard

Pureland

Warner Music (2024)

Por: Mauro Nicolás Gamboa

8.5

Este año no para de sorprendernos con propuestas interesantes, y una de ellas es el disco de Red Moon Yard, banda con una filosofía diferente: rock and roll con corazón budista. Acompáñenme en un recorrido por su álbum debut denominado 'Pureland' y déjense sorprender por 11 grandes canciones cargadas de rock, poesía y perfume de oriente para sorprender a occidente. Por fortuna podremos disfrutar de su directo los días 18 de octubre en en la Joy Eslava de Madrid, el 25 y 30 de enero en las salas Blanca de Valladolid y en la valenciana sala Jerusalem, respectivamente.

Abren juego con “Weird Song”, que contiene arpegios magníficos para dar buena muestra de su estilo: elegancia, letras para hacernos pensar e interesantes arreglos musicales. El proyecto capitaneado por el virtuoso Marcos Fermoselle da forma a un disco para disfrutar de principio a fin. Prosiguen con “September”, donde la influencia del rock americano es palpable. La conexión con el budismo es evidente en el álbum y esto se manifiesta expresamente en “Mantra”, una invocación a lo divino. “Samsara” es una composición que llega cargada de preguntas, reflexiva, cruda y directa.

Continuando con la introspección llega “Mundane Worries”, pieza honesta con la que nos traen una canción excelsa y un órgano nos sumerge en la interesante letra. Red Moon Yard pisan fuerte en su primer trabajo de estudio, y con “Gone” logran una composición hipnótica de principio a fin, diseñada para encandilar almas. Acto seguido nos encontramos con unas guitarras bien afiladas que deleitan a nuestros oídos mientras Fermoselle nos relata la historia de su “Queen of my Sorrows”.

El grupo continúa regalándonos canciones de rock con pulcritud, y ese es el caso de “Paula”. Exquisita, emotiva y dedicada a la hija del alma mater de Red Moon Yard: el talentoso músico Marcos Fermoselle.

Lo que más destaco del disco es que aúna un rock bien estructurado, cargado de energía y espiritualidad. Llegamos a “Proud” y el frontman lleva su voz a unos registros muy interesantes para contarnos de que se encuentra orgulloso. En “She” cogen velocidad y es una de las piezas de 'Pureland' que pide carretera. Una canción dedicada a asuntos del corazón. Especial atención al punteo final.

Para dejar un sabor espectacular en nuestros oídos y cargado de rock budista, los intermediarios de la luna roja concluyen con la sublime “Kissing Disorder” un disco muy bien trabajado y del que espero que tenga la repercusión que se merece.

Escucha 'Pureland' en Spotify:

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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