Melasopla

En la cuerda floja

Autoeditado (2023)

Por: Alberto “Sarel” Cañete Zamorano

8

El buen punk nunca murió. Mientras exista precariedad en las calles y abuso desde las esferas, su lucha jamás cambiará. Melasopla es todo un ejemplo de ello. Este 2023, han vuelto con 'En la cuerda floja', su nuevo disco. Ocho temas sobre política, economía, religión e introspección personal, desde el sentido más gamberro y punkarra posible. Cuatro pedazo de artistas se unen para rompernos la cabeza con sus letras e invitarnos a un buen pogo en sus conciertos (la presentación está programada el 14 de octubre en tierras leonesas).

El disco comienza con “Somos”, un alegato en primera persona del singular sobre los más desfavorecidos del país: desempleados, refugiados, mujeres… El mensaje es claro: vienen a dar guerra al Estado, al poder fáctico, a la autoridad y a la injusticia; todo ello entremezclado con unas guitarras gamberras, fruto de los dedos del también vocalista Héctor y de su par en la guitarra Héctor Jomeini, y un ritmo frenético, bajo las baquetas de Nando y el bajo de Óscar, que también presta su garganta a la causa. Es casi imposible escuchar este tema y no imaginarse en un festival, con tercios vacíos ya sobre la hierba y las cabezas de arriba a abajo al buen ritmo de la rola.

Con “Político”, las voces rajadas un ambiente jugosamente lacónico en una carta a los políticos actuales y al sistema corrupto que nos rodea y del que tanto nos cuesta despojarnos. Como también nos cuesta despojarnos de tocar una fantasmal guitarra en el aire.

Posteriormente, arranca “Kaos”. La melodía está más elaborada y las guitarras obtienen mayor ritmo. Su letra trata sobre la vida de la calle, el caos, la anarquía, la precariedad y la injusticia. Propio del punk, en el que realidad es aquello que se vive entre callejones, locales, trifulcas y alcohol, con la intencionalidad de rebelarse contra un sistema que, si no eres como requiere que seas, te estigmatiza sin mucha duda y con demasiadas consecuencias. Pero este es un disco que te invita a ser libre, a soltar tus cadenas, a abrazar el punk y a sacarle la lengua a todas las ancianitas que te miren mal por llevar una chupa rajada y un chaleco lleno de pines.

“Fiesta nacional” canta, a viva voz, contra el ejército, la iglesia y, en resumidas cuentas, el poder fáctico, realizando un viaje en el tiempo a través del cual se observan las salvajadas que las clases más favorecidas hacían a la sociedad durante el pasado. También es un canto al recuerdo de las falsedades que aún existen en nuestra sociedad actual y que son reflejo de ese mismo pasado que tanto nos cuesta olvidar, en parte porque la misma sociedad se siente aún orgullosa de esa España gástrica, cutre, rudimentaria y borrica, sin miramientos de ser cruel o aprovecharse del que está un peldaño abajo.

“La mala reputación” salta con un potente guitarreo, criticando con su letra a la sociedad, a esa necesidad de encajar, de seguir un mismo patrón de ideales y comportamiento y las consecuencias si te sales del esquema. Esta versión del tema que popularizó Loquillo con los Trogloditas del original de George Brassens también critica la hipocresía que nace de sus propios prejuicios: la falsa fe, la necesidad de las apariencias y la blasfemia existente en los valores de todo ciudadano, pues nadie es tan santo como pretende mostrar, y quien intente decir lo contrario estará mintiendo tanto que su amado Dios lo acabará enviando al infierno en el que tocan todas las estrellas del punk.

Aparece “Tiempos salvajes”, en la que se hace apología a la vida punk con una dosis de nostalgia y esperanza por el sueño que la banda va realizando durante su trayectoria. Los caminos de la música no son fáciles, y comer de ellos, menos. Pero esta banda está ahí, día a día, con un disco que les otorga nuevas posibilidades.

Pasamos a “Los chicos”, una letra sobre los movimientos totalitarios del pasado siglo y la amenaza que vuelve a cernirse sobre el mundo actual: el peligro de que el fascismo o el nazismo vuelvan a nuestras urnas. En una actualidad en la que partidos de extrema derecha están ganando poder paulatinamente (o no tan paulatinamente ya), recordar el pasado y hacer caso a esta letra es tan importante como disfrutable por la calidad de la música.

Por último, “La noche de las brujas” es un tema de cierre para dejar claras sus intenciones: la vida tiene sentido cuando te aferras a la lucha que consideras, sobre todo en una sociedad tan hipócrita y corrupta como es la nuestra.

Desde que salió su primer disco, en 2017, 'Nuestra lucha', estos leoneses, con equipo e instrumentos a la espalda, no se cortan a la hora de opinar sobre España, la sociedad europea, la política, el ejército, la religión… ¿Y por qué habría que callarse? Si la música puede cambiar algo de este mundo, ¿por qué no hacerlo?

Qué mundo más aburrido sería este si no fuéramos capaces de alzar el puño (nunca la mano) para dejar clara nuestra disconformidad, ya sea en un festival o en una "mani". El mundo va a cambiar y Melasopla, a través de sus letras, va a formar parte de ello. Larga vida al punk y a esta pedazo de banda que viene pisando fuerte entre carreteras.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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