Mala Hierba

La insistencia del sueño herido

Autoeditado (2024)

Por: Alfredo Villaescusa

9

A estas alturas el rock urbano debería tener denominación de origen, pues se trata de un estilo único no practicado en ningún otro lugar del mundo y con unas características tan peculiares que apenas bastan segundos para reconocerlo. ¿Quién quiere prodigiosas innovaciones e ínfulas vanguardistas cuando lo que más triunfa siguen siendo los sabores imbatibles de siempre? Los ingredientes de la abuela que no se olvidan y que encierran un considerable caudal de sabiduría.

Los mallorquines Mala Hierba no inventarán la rueda con su tercer lanzamiento, pero ni falta que hace cuando lo que se ofrecen son canciones cortas, directas, y con ese leve vuelo poético típico de las letras de Marea. De hecho, me atrevería a decir que la banda de Kutxi Romero parece una de las principales influencias a nivel musical e espiritual.

De esta forma, ‘La insistencia del sueño herido’ no engaña desde el principio con el cierto deje a lo Rulo o La Fuga de “Con la vista en tus rodillas”, tema que nos demuestra que los textos no son un mero convidado de piedra en su enérgica propuesta. “Hojas nuevas” destila un empujón semejante y seguro que no faltará en el repertorio de directo de la gira peninsular que recientemente nos han presentado. Para cantar a pleno pulmón.

“Un alma en vilo” opta por un sonido más accesible, pero sin prescindir de una batería con pegada y unas sugerentes guitarras que arropan la voz de Nico Galindo, en un registro más meloso.

“Cien minutos” posee el aroma a Marea que mencionábamos antes, aunque los Sínkope de Vito Iñiguez también se antojan una influencia relevante, sobre todo en las letras. “Sus lazos” vuelve a soltar el pie del acelerador, pero consiguen un resultado muy decente, sin abusar del almíbar y con un solo de guitarra que podría pertenecer a alguna de las grandes baladas rockeras.

“El querer repose”, por el contrario, se aproxima al heavy metal, con un comienzo realmente potente y que les sentaría de lujo para empezar con ganas cualquier recital. Todo un derroche de electricidad que te hará mover la cabeza como mínimo. Y “Os cedo los estribillos” es otra maravilla con visos de himno, con estrofas emocionantes para prestar atención de principio a fin y ese poso rockero que no les abandona por mucho que prueben diferentes registros. De lo mejor del disco.

“Tu gemido sabe a rejas” no desmerece el resultado global, con otro corte contenido que bascula entre una base contundente y una letra que se eleva por momentos como si fuera un poema. “Este ajetreo” nos sitúa ya en modo de despedida disminuyendo las revoluciones en un inicio, aunque luego alcancen esa velocidad de crucero habitual a lo largo del redondo. Echan el cierre con “Dos sillas y un toldo”, un retrato costumbrista estival a ritmo trepidante con palabras que caen cual losas de piedra.

Quizás exista gente que piense que ya tenemos demasiados combos de rock urbano sobre la faz de la tierra, pero cuando se consigue un producto tan aceptable como el álbum que nos ocupa no se torna sensato poner límites estilísticos. ¿Acaso una persona decente se quejaría por una doble ración de lentejas? He aquí una materia prima de sobra conocida, pero con ese toque familiar de las cosas hechas en casa. Consumir sin moderación, como dicen ellos.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Un puto placer haber disfrutao de estos tres pedazos de temas y sus tres curraos videoclips pertenecientes a el nuevo álbum de estos cada vez más grandes MALA HIERBA.

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